sábado, 15 de noviembre de 2008

LA GRAN CRUZADA DE LA MISERICORDIA





PRÓLOGO
Una de las inquietudes del hombre creyente de hoy es ciertamente la
de preguntarse si el Señor sigue hablando a la humanidad; si es que Dios
terminó de hablar o es que se necesitan más revelaciones para orientar a
nuestro mundo. Lo cierto es que los hombres necesitan en todas las
épocas un lenguaje nuevo que les recuerde determinados contenidos de
nuestra fe para refrescar su conocimiento relacionado a Jesús.
Tanto el hombre de ayer como el de hoy está viviendo una situación
de desconcierto y abandono de fe a nivel mundial. Si es cierto que el
hambre material ha sido siempre un fenómeno que ha caracterizado toda
época, igualmente el problema del hambre espiritual está tocando más
que nunca la conciencia y el corazón de los hombres de toda cultura, de
toda raza y de todo nivel social.
Si el Señor se materializara hoy tal vez tendría la misma impresión y
expresión que tuvo hace dos mil años ante la multitud: “Sintió
compasión de ellos porque estaban como ovejas que no tienen
pastor.” (Marcos 6, 34). Parece que las ovejas, dispersas por las distintas
partes del mundo, han dejado de escuchar la voz del Pastor. Por
consiguiente, son muchas las abandonadas, las que padecen hambre, las
que lloran porque nadie las atiende, las que son heridas; muchas se
encuentran en el fondo de los precipicios, en la oscuridad, sin que
álguien pueda darles esperanzas. Todas, de alguna manera, gritan y
suplican al Pastor para que no se canse de buscarlas y las devuelva al
rebaño.
Tenemos la impresión que la humanidad se encuentra frente a un
fuerte apagón respecto de los valores y respecto a la dimensión del más
allá. La ‘luz’ opaca del progreso técnico, económico, de los medios de
comunicación social, del bienestar, del dinero, de la diversión, de la
seguridad, han contribuido al crecimiento de la indiferencia frente a la
Luz verdadera que debía brillar. “La Luz vino a su propia casa pero los
suyos no la recibieron.” (Juan 1, 11).
Muchas falsas luces opacas han ofuscado la dirección y el gérmen de
eternidad sepultado en todo ser humano. Nuestra cultura, en sus
declaraciones y manifestaciones, está organizada para ofrecer un
planteamiento que directamente prescinde de Dios; los ídolos de nuestra
cultura, con todas sus expresiones de toque materialista, manifiestan
síntomas de una humanidad que está perdiendo de vista a su Bien
Supremo, sustituyéndolo con los ‘bienes’ que derivan de su ingenio,
inteligencia, opulencia y seguridad.
Es necesario preguntarnos, con el Evangelio en las manos, si es que
la ‘cizaña’ ha ahogado la buena semilla; si la semilla de la Palabra de
Dios sigue aprisionada entre los espinos o si de veras ha sido arrebatada
por las ‘aves inescrupulosas’. ¡Cuán pocas semillas cayeron en buen
terreno y lograron producir frutos! (Cf. Lucas 8, 5-15). Con mucha razón
i
el Señor nos denuncia que buena parte de esa semilla de la Palabra
sembrada por El ha sido ahogada por las preocupaciones de las riquezas
y placeres de la vida (Lucas 8, 14). Los hombres, atormentados por sus
esclavitudes y afán de bienestar, confundidos por las ideologías que los
hombres inventan, ya no pueden dar cabida a la Palabra.
Hemos de reconocer que, a pesar de tanta infidelidad de los
hombres, el Señor —como ayer— sigue sembrando Su Palabra. Los
terrenos son siempre variados: pedregosos, espinosos, asolados,
expuestos para ser pisados, terrenos fríos y, finalmente, terrenos fértiles
que reúnen las condiciones para acoger la semilla.
El Señor no se resigna a que sus criaturas se aparten de El. Desde
siempre está llamando al hombre —Su obra maestra— para reunirlo
desde todos los confines y ofrecerle la vida en plenitud. En verdad, gran
parte de la humanidad ha quedado hechizada por los avances
vertiginosos de la ténica; expectadora y artífice a la vez de nuevos
artefactos, desde la computadora hasta las innovaciones más sofisticadas
de la ciencia, está corriendo incansablemente hacia la afirmación de la
autosuficiencia, desalojando el campo de la fe para instalar la razón
como único recurso. Es así como la sociedad, empapada de materialismo
y ateísmo práctico, no puede ya abrirse a la trascendencia, no tiene
tiempo para escuchar la voz de Dios que habla desde lo más profundo;
tampoco tiene tiempo para buscar la Luz. Su paraíso terreno es el
obstinado objetivo de su vida; se lo ve abierto a las fábulas y a las
doctrinas llamativas que hacen arrinconar el rostro del Dios verdadero.
Los escritos que siguen son la misma voz de Dios que habla, con un
corazón de Padre, a todos los hombres de buena voluntad que,
entusiasmados por el Evangelio, miran con esperanza el futuro. En todo
lo que encontraremos no hay nada de novedad respecto a la Palabra
Eterna del Evangelio. El discurso de Jesús vuelve a reiterar la exigencia
del amor, de la fe, la observancia de los Mandamientos, la paz y la
unidad entre los hombres.
El Señor ha estado hablando a una elegida suya y le ha pedido que
extendiera lo que El mismo le ha ido dictando para que Su amor
misericordioso vuelva a convivir en las mesas de los creyentes. El
contenido que encontramos en estos escritos es como una campana que
vuelve a tocar armoniosamente las notas del amor misericordioso. En
algún momento exhorta, en otro suplica; luego, su invitación afectuosa
llama al abrazo fraterno que pasa por la oración, por la vivencia de los
sacramentos y de la Eucaristía, por la devoción hacia su querida Madre.
Todo su discurso repica sobre estos elementos de la fe tradicional
llamándonos a jugar bien nuestra última carta. Todo aquello que tú,
querido hermano, encuentres en estas páginas, es la misma palabra dulce
de Dios Padre, de Jesús, de la Virgen —nuestra Madre— que expresan en
tonos distintos su preocupación de reconducir a todos hacia el cielo, la
Patria que ha sido destinada a cada uno de nosotros.
ii
INTRODUCCIÓN
No podemos negar que la época actual tiene la oportunidad de
conllevar en sí un sentido espiritual muy profundo.
Desde 1531 los cielos de América adquieren mayor esplendor gracias
a un milagro maravilloso que anuncia la aparición de la Santísima
Virgen en un momento concomitante al descubrimiento de América por
los españoles. En Ella, otra vez, es la Madre que viene a abrazar a sus
hijos desorientados que no saben vivir en paz cuando dos culturas, hasta
entonces desconocidas, se juntan por vez primera.
Pero esta voz no se hará escuchar únicamente en tierra mexicana,
luego será la voz de Venezuela, en Coromoto, y la peregrinación
continuará hasta nuestros días.
Los extraordinarios eventos, reconocidos por la Iglesia Católica,
como Lourdes (1856), Fátima (1917), Siracusa (1954), son la prueba de
esta presencia viva que acompaña regularmente la experiencia terrena y
espiritual de los hombres.
La ‘luz de la vida’ nos trajo el brillante esplendor de su visita
mediante la imagen de un Cristo que llora en el valle y cuya devoción ha
sido autorizada por la jerarquía, luego del estudio y análisis
correspondiente.
Pero ese amor divino, preocupado ante la frialdad de los hombres
del siglo XX, envía otra muestra de su amor a Bolivia mediante unos
Mensajes dictados a su hija Catalina, con quien además ha firmado un
convenio de amor dejando en sus manos y pies los signos que
distinguieron su pasión: ‘Sus estigmas’.
En diversas publicaciones se ha descrito este acontecimiento que se
une a experiencias similares asombrosas vividas por diferentes
miembros elegidos de nuestra Iglesia. Hoy, nuestro país vivencía esta
gracia y lo hace con reverente gratitud. Los mensajes acarician nuestros
valles y sus montañas con palabras tiernas y generosas, con un
vehemente contenido de orientación y consuelo; cada palabra, al
encontrar residencia abierta en nuestros corazones, se convierte en un
sabroso mensaje tan dulce como la miel temprana.
En este contexto, tenemos a bien poner a disposición del hermano
lector, otro texto con lecturas gratas para el alma y cuyo origen podrá
identificar fácilmente el corazón generoso y el espíritu sencillo.
Luego de la “La Gran Cruzada del Amor”, llega a nosotros “La Gran
Cruzada de la Misericordia”, representando las piedras angulares de aquel
Mensaje que desde Fátima a Conyers (Atlanta), desde Betania
(Venezuela) a Medjugorie, desde Akita (Japón) a San Nicolás
(Argentina), expresan el tema más querido por nuestro Señor: EL AMOR
Y LA MISERICORDIA.
¿Dónde encontrará el hombre la dulzura del corazón? Se pregunta
Jesús, y sólo hay una respuesta: ‘En Su corazón’… A El nos llama
iii
mediante una actitud tan poco comprendida por el rebelde hombre de
hoy: la humildad —aquella que nos invita a hacer Su voluntad.
¡Qué curiosidad! Toda la instrucción psicopedagógica que el hombre
cultiva, sugiere al hombre construir ‘su propia identidad’ y se trabaja
para ello: nombre, apellido, escuela, colegio, instrucción superior,
profesión… pero se descuida en medida sorprendente la ‘verdadera
identificación’ —aquella de naturaleza espiritual.
Y para quienes toman en cuenta la sugerencia, el mensaje es
provocativo: ‘nuestra identidad’ la encontramos al seguir las huellas de
Cristo, cuando damos testimonio vivo de sus instrucciones, cuando nos
convertimos en los pastores que cuidan las ovejas de Quien las creó. ¡Qué
extraño el hombre: viene de Dios, pero no pocos buscan su principio y fin, lejos
de El!…
Y donde está El… está Su Madre. No puede dejar de insistir en la
honra que espera para Ella, nos orienta en el lugar que la Madre debe
tener en nuestras vidas. Jesús refiere a Catalina: “Mi Madre dice al Padre
que me ve en cada uno de ustedes.” Son diálogos del cielo, nos revelan
nuevos susurros de amor tan cálidos como los que la Virgen expresaba al
tierno niño de Belén.
También refiere: “Mi Madre, ¡qué bella era en Su esplendor virginal,
cuando Me llevaba en su seno, nutriéndome con Su sangre! ¡Cuán
delicada, cuando ocultamente adoraba y se humillaba sabiendo que tenía
en Sí misma a Su Creador!”
“Hablaba Conmigo íntimamente, Me nutría mientras Yo alimentaba
Su alma. Ella Me gobernaba a Mí, que gobierno el universo y, desde
entonces, todas las cosas que le He dado han pasado a Sus manos como
Su propiedad.”
“Ustedes, saben, hijos Míos, que entre todos fue colocada a Mi
diestra. Sin embargo, ¿quién creería que cuando Yo crecía en Ella, le
fueron reservadas ásperas críticas y amargas perversidades?”
A pesar de lo amargo de ciertos capítulos de la vida contemporánea,
los Mensajes nos invitan a estar en calma, aunque no dejan de
instruirnos: “Reconozcan las señales”. ¿Por qué? ¿Es que realmente
vivimos una época especial que nos invita al verdadero cambio de vida?
El hombre de espíritu abierto tendrá que preguntarse: ¿Por qué
tantos mensajes en cada país del mundo? Apariciones, lacrimaciones,
fenómenos naturalmente extraordinarios… Dios nos habla cada
momento y, si ha escogido este modo masivo de hacerlo, ciertamente
tiene razones para ello y el hombre no tiene por qué cuestionar o limitar
sus acciones. Más bien, está invitado a una orientadora sabiduría en
humildad, oración y disposición interior.
Los mensajes que se presentan son para todos, pues todos somos
discípulos del Señor. Sin embargo, a cada uno recuerda sus deberes
específicos. Por ejemplo, a los comprometidos con la vida pública
expresa: “Para ti que eres político te digo que, quien quiera contribuir a
iv
mejorar la vida social y económica debe examinar continuamente la
pureza de las propias intenciones y de los medios empleados, conocer las
disposiciones interiores que deben acompañar los cambios estructurales
propuestos y ayudar a los demás a adquirirlos.” A los consagrados
recuerda: “Quien se consagra a Nuestros Corazones, quien participa en la
consagración de su nación y de la humanidad, debe tener conciencia de las
ambigüedades que se esconden en el mundo y en el corazón. Debe sentir
profundamente la necesidad de redención y tener una gran confianza en el poder
Redentor del mundo.” “Por ello, la consagración a Nuestros Corazones,
incluye la oración constante por la purificación del propio corazón y por
el establecimiento de relaciones interpersonales más sanas, aún en vista
de un mejoramiento de la vida pública.”
Los mensajes revelan, asimismo, la preocupación de Jesús por el
individuo y aquella célula viva de la sociedad que es la familia y a la cual
en esta circunstancia designa como pueblo. No sin razón dicta la siguiente
plegaria, introduciéndola con esta petición:
“Te pido que unas a tu familia y hagan esta pequeña oración: Señor,
Dios Padre todopoderoso, este Tu pueblo está enfermo; enfermo del
alma y enfermo del cuerpo. Y nosotros queremos clamar en este
momento: cura a Tu pueblo de toda falta de amor; cura a tu pueblo de
toda cerradez del corazón, de toda tristeza y angustia, de toda falta de fe
y perdón. ¡Oh Señor!, socorre a Tu pueblo en las dificultades de
crecimiento espiritual: socorre a Tu pueblo carente de Tu gracia y de Tu
amor. Ten Misericordia de nosotros en el nombre de Jesucristo, Tu Hijo,
Amén. En Mi nombre, perdonen, hija Mía”…
Los mensajes nos muestran al Padre cuya constante presencia sigue
cada respiro nuestro: le apena ese carnaval tan rodeado de pecado, la
ausencia de ejercicios de piedad, aquella ceguera que no permite ver las
puertas del cielo y que con tanta insistencia quiere atravesar solo las
puertas de la tierra en cuyo destino final espera la caducidad.
Es siempre Maestro y se preocupa, nos sugiere algunas prácticas:
“Estudien la Biblia, nútranse del Evangelio permanentemente. Permitan
que su comportamiento hable por las palabras de sus acciones, no hay
tiempo para derramar energías cuando Yo les concedo el regalo del
amor, a través de esta enseñanza.”
+ Lectura de la Sagrada Biblia y de los Evangelios.
+ Oración.
+ Encuentro Conmigo en la Eucaristía.
+ Conversaciones, diálogos frente a Mis Sagrarios.
+ Sumergirse en el amor de Mi Sagrado Corazón.
+ Hacer obras para el prójimo.
Comprensivo como es, nos previene que el cambio no es inmediato,
nos vamos formando gradualmente, pero no hay que olvidar que con su
v
divina gracia, nada nos falta.
No ofrece el camino fácil, anuncia las dificultades, los escollos a
encontrar, pero también nos vuelve a iluminar: “Con las piedras que
encuentres en el camino, sé delicada y llévatelas. Y si no las puedes cargar en los
hombros como a hermanas, al menos, déjalas atrás como a amigas.” Nos habla
de una planta que crece en el corazón de quienes se convierten y van en
pos de Dios: ‘la alegría’, pues la paz interior es risueña.
“No se asusten de la lucha” —continúa— “porque no es eterna y,
sobre todo, porque es necesaria. El hombre que lucha consigo mismo,
puede vencer y puede perder; lo esencial es que tenga la última victoria,
aquella que conduce a la vida eterna. Recuerden que Yo les garantizo
amor aun cuando algunos no me busquen y otros tengan la impresión de
que no existo.”
Cada mensaje es enriquecedor, su contenido vivencial. De especial
ilustración es la narración relativa a la preparación a su vida pública.
Explica su crecimiento interior, su soledad, sus sufrimientos, una
constante de la cual hasta hoy no se puede liberar: la ingratitud de los
hombres.
Jesús nos recuerda que Dios Padre fue su fortaleza y el
incondicionado amor de su Madre le mostró que Ella le acompañaría
siempre. Son capítulos de honda humanidad, se conoce al Hombre-Dios,
con una carne que experimentaba pesares y que superaba, mostrándonos
como ejemplo la fortaleza que cada uno de nosotros debe tener al seguir
sus huellas. Las secuencias nos ilustran el camino que siguieron los
primeros santos de la Iglesia cristiana: sus amados apóstoles.
“Lavé los pies a doce toscos pescadores, Me abajé a ellos para dar
ejemplo, sí, pero además para que, dejándome a Mí mismo en alimento a
las almas, conocieran todos por anticipado que Yo quiero purificarlos
completamente, además de saciarlos de Mi amor.”
Nos insiste en la necesidad que tenemos de purificarnos. Solo su
dulce paciencia y su amorosa Sabiduría pueden mejorar el conocimiento
de nuestro yo interior. Debemos imitar a Pedro cuando repuso con
convicción: “Si es así lávame no sólo los pies, sino también las manos y la
cabeza.” Nos dice al final: “Ustedes que militan en la tierra, únanse en
palabras de alabanza a Mi primer Vicario, primer ejemplo de alma
generosa. El encomio que más interesa a Pedro es que lo sigan junto a
Mí. Ardan con el fuego que quiero darles; pídanmelo, les daré y mucho.
Sean generosos y confíen en Mi obra. Pero antes deben tener fe en ella y
luego, si Me aman, se fiarán de Mí.”
Nos advierte sobre una realidad bastante ignorada por los
autosuficientes hombres de fin de siglo: “el peligro de ser arrojados en
las garras de Satanás”, su eterno enemigo Aquella constante realidad
que, a diferencia de las verdades divinas, está siempre como espada
suspendida sobre la cabeza de todos y es espada que se advierte sólo
cuando cae sobre nosotros. De aquí la invitación a una vida recta, pura,
vi
límpida, encendida por la oración y la frecuencia de los sacramentos.
Nos habla del cielo, del purgatorio, del tránsito a la otra vida; sus
palabras son verdaderamente Palabras de Vida Eterna, invita a exclamar
con el salmista: “¡Señor, qué grande es Tu Nombre… en toda la tierra!”
Es un lamento cuando dice: “Doy mensajes y mensajes, todos llenos del
mismo amor, sin acordarme que el hombre Me olvida. ¿Qué debería pensarse de
Aquel que no se enoja contra tantos desamorados y que mantiene con el hombre
el pacto de amor que el hombre mismo ha violado? Por ésto Soy olvidado, porque
uso el amor y los hombres —en su mayoría— no recuerdan cuánta aflicción tuve
por ellos. Si Mi amor pudiese tener término, sería el fin de todos, nadie escaparía
a la muerte eterna.”
Tiene algunas palabras enfáticas sobre la Sagrada Eucaristía, donde
nos invita a ser MISIONEROS DE LA EUCARISTÍA, ve la importancia
de comprender mejor esa presencia viva y difundirla en su mayor
extensión. “¡Una Misa!… ¡Piensen —dice— que el sacerdote que Me
llama a sus manos tiene un poder que no le He concedido ni siquiera a
Mi Madre! Reflexionen que si en lugar del sacristán sirvieran al sacerdote
los más excelsos Serafines, no serían suficientemente dignos de estar
junto a él. Pregúntense si, no obstante la grandeza del don que les hago,
son aún dignos de estar en la Misa pensando en otra cosa que no sea
Yo… Lo justo sería que, humillados y agradecidos, palpitasen en torno a
Mí y con toda el alma Me ofreciesen al Padre de las Misericordias. Sería
justo que consideraran el Altar, no porque lo han hecho los hombres sino
por lo que vale dada Mi presencia mística pero real… Miren la Hostia en
la cual toda especie está anulada y Me verán a Mí, humillado por
ustedes. Miren el Cáliz en el que Mi sangre vuelve a la tierra, rica como
es de toda bendición. Ofrézcanme al Padre, no olviden que por ésto Yo
vuelvo a ustedes.”
“Si les dijeran: vamos a Palestina a conocer los lugares donde Jesús vivió y
donde murió, su corazón saltaría de gozo, ¿no es cierto? Sin embargo el Altar al
cual Yo bajo ahora es más que Palestina, porque de allí partí hace veinte siglos y
al Altar vuelvo todos los días vivo, verdadero, real, aunque oculto. Pero soy Yo,
justamente Yo, que palpito en las manos de Mi ministro. Yo, el que vuelvo a
ustedes, no simbólicamente, ¡oh, no!, sino verdaderamente. Les digo una vez
más: ¡verdaderamente!”
“¡El ojo humano que quiere ver, qué grosero es y cuánto daño causa!
Yo les He dado un ojo más agudo, más penetrante. Hagan uso de él y
verdaderamente verán a Quien hoy les habla, que hoy les recuerda su
sacrificio, y que hoy y mañana quiere incendiarlos de amor.”
“¡Getsemaní, Calvario, Altar! Tres lugares de los cuales el último, el
Altar, es la suma del primero y del segundo; son tres lugares pero es uno
solo el que encuentran ahí.”
Mensajes de profundo significado que Catalina, su secretaria de la
tierra, difícilmente podría componer en minutos o pocas horas como ella
los presenta.
vii
Todas estas palabras son mensajes de orientación, nacen del corazón
del buen Pastor que atraviesa senderos hasta encontrar la oveja perdida.
El quiere encontrarnos, no hagamos que su búsqueda se prolongue, pues
luego y junto a El, como verdaderos discípulos, iremos detrás de otras
ovejas perdidas.
Nos invita a ingresar en el trabajo de la mies para gloria de Dios y no
propia: “Tengo una serie de discípulos que riegan el huerto de todas las
virtudes, pero no lo hacen por amor a Mí sino por su utilidad presente y
futura. Muchos son los que hacen así y por eso no dan grandes pasos en
la vía de Mi amor. Pero algunos otros han comprendido esta verdad y se
esfuerzan en obrar por Mi amor. Estos son los predilectos, pues ellos han
encontrado la perla preciosa de Mi Reino y son semejantes a Mí, por eso
reconocen Mis palabras de Misericordia pura.”
Un amigo del alma
Cochabamba, Octubre de 1997.
Mes del Congreso Eucarístico Mariano
viii
TIEMPO DE MISERICORDIA
CM-1 3-Ene-97 Jesús
Mi pequeña misionera del amor, Yo busco a Mis hijos para
abrazarlos, deseando que Me permitan amarlos y deseando su amor a
cambio. Busco un romance con ellos; un romance de intimidad, no sólo
de amistad sino de amor sincero y para ello les digo: Hijos Míos, confíen
y crean que Yo Soy su Padre y como tal los cuidaré y Me preocuparé por
ustedes…
Este es un tiempo de Misericordia que Mi Padre Me Ha concedido
para enseñarles y guiarlos. Despierten, queridos Míos, a esta verdad y
dejen que al menos la posibilidad exista en sus mentes y en sus
corazones, Yo Me haré cargo del resto; voy a sanarlos y moldearlos en
sus imperfecciones.
TÚ ERES LIBRE DE ELEGIR
CM-2 Más tarde Jesús
Hijita, no te pongas triste, no estés tensa a la idea de ir a trabajar…
¿Acaso Yo no velo por ti? No te preocupes; si tú ordenas tu tiempo y
priorizas tus actividades, tiempo te sobrará… No voy a tenerte muy
ocupada. Es verdad, no van a ser los Mensajes como hasta hoy, pero por
supuesto que te hablaré…
(Lloro y le digo que yo no podría vivir sin escucharlo.)
Yo tampoco quiero pasar mucho tiempo sin hablarte. ¿Dónde
encontraría la dulzura de este corazón? Sucede que, por ahora, es mucho
más importante el trabajo que podrías hacer para la Iglesia. Es por eso
que te necesito activa.
(¿Por qué no me lo dijiste, Señor? ¿Por qué no me ordenaste que lo hiciera?)
Jamás voy a ordenarte nada. Te guío, te hablo a través de otras
personas, te muestro las cosas buenas y malas, pero eres tú quien debe
decidir. Yo propongo, tú tienes libertad de elección.
El hombre debe preocuparse por vivir el momento presente en todos
sus detalles, con rectitud, no angustiarse tanto por el momento que ha de
venir porque no sabe ni cómo ni cuando vendrá, ni tan siquiera si éste
llegará.
Tú hablas de que quieres ser santa y ni siquiera sabes lo que en
verdad es ser santa. Mira, te voy a decir lo que es ser santa: santa es
quien ha hecho de sí un crucifijo de Mi Voluntad… Medita sobre ello.
1
IDENTIFÍCATE CONMIGO
CM-3 4-Ene-97 Jesús
(Tuvimos un retiro de primer sábado y en la noche.)
En verdad te digo que Mi Madre es la Reina de Mi Corazón, porque
fue de Su Corazón que la Trinidad formó Mi Corazón…
Al honrarla, Me honran a Mí y Ella dice a Dios Padre que Me ve en
todos ustedes. ¡Eso significa lo mucho que los ama!
El tema de reflexión para hoy es este: la única manera de ganar
verdadera identidad es perdiéndola, comprendiendo que los hombres no
saben amar si no Me conocen. Si ustedes Me conocieran, no tendrían
miedo de perder su identidad. Quiero decir que el mañana vendrá, pero
que si se preocupan con ansiedad, bloquean el alivio de Mis gracias.
De modo que, pongan todos los pensamientos inútiles a un lado.
Descansen, estén en paz por medio del descanso de cada día creado por
Dios y permanezcan Conmigo porque ustedes no están solos, Yo sabré
fortalecerlos en cada momento.
Sean pacientes, acepten el estado en el cual están, reconozcan las
señales y estén en calma, abiertos únicamente a Mí. Ustedes han sido
creados individualmente en Mi amor y donde está el amor ustedes
deben estar. No luchen contra el cambio en su interior. Yo estoy con
ustedes, creando una nueva identidad para ustedes, más real. Este
cambio toma tiempo, únicamente cuídense de no adelantarse o de
regresar a sus formas anteriores. Están cerca a la cima de la montaña. El
temor querrá que regresen, porque al lugar al cual se dirigen el miedo no
puede llegar. Entonces, no le hagan caso, no pongan atención al miedo.
Enfréntense al miedo y vénzanlo. Yo no Soy una ilusión, Soy real y estoy
aquí con ustedes, ¿de qué tienen miedo?
SÉ MISERICORDIOSO Y AMA
CM-4 6-Ene-97 Jesús
(Ante el Santísimo Sacramento.)
Amada mía, haz de tu corazón un brasero de amor para cobijar a tu
Dios. Quiero hablarte de mi Misericordia, quiero enseñarte Misericordia,
quiero que tú prediques mi Misericordia. Pero para hablar de ello
necesitas sentir amor, hablar de él, porque no puede conocer la
Misericordia quien no ame.
Si tú amas es porque Yo te amé primero. Así como Yo soy el Amor,
quien sabe amar permanece en Mí y Yo en él. Mi Padre no me envió
como ofrenda porque ustedes me hubiesen amado, sino porque mi Padre
es Amor y Yo soy uno con mi Padre. Por tanto, entiende que nada es más
dulce que el amor, porque procede de quien es el autor de todo.
De modo que, si tú quieres ser misericordiosa con tu hermano, tienes
2
que amar primero a esa persona y ser compasiva con ella; y si quieres
tener Misericordia, debes dejarte amar. La Misericordia es la cadena que
se une al amor, porque no se puede amar sin ser misericordioso.
Entiende: mi amor es sin medida, no siente carga, ni valora esfuerzos,
simplemente se da. Ustedes, en cambio, son débiles en el amor e
imperfectos en la virtud, necesitados de mi fuerza, de mi consuelo. Soy
Yo quien valora los trabajos que ustedes hacen, sean grandes o
pequeños.
Al hablarte a ti, hablo a mis otros hijos; enciendo en ti el deseo de
buscar lo que es perfecto. Amame siempre más que a ti misma, ama a
todos los demás en mí. Todo aquel que es engendrado por Dios puede
conquistar al mundo con su fe y su amor. Quien no esté listo a sufrir y
resignarse a la voluntad divina no es merecedor de ser llamado un ser
amante y, por lo tanto, no puede conocer la Misericordia.
Quiero que profundices en todo ésto. El amor es una comunión en la
cual la caridad se permite ser obtenida por mi bondad. Amor es
gentileza, fuerza, gracias humildes, porque el amor mantiene guardia
alerta sobre todos los sentidos. El amor es casto y sensato por la unión de
su fidelidad. El amor es prudente, valeroso, paciente, sufriente y
perdurable: ¡Yo Soy el Amor!
Si ustedes se aman Yo habito entre ustedes y mi amor alcanza la
perfección en ustedes. En el camino del amor tendrán dificultades,
sufrirán, pero se sentirán siempre amados si ustedes experimentan el
amor. La verdadera virtud del amor es ofrecerse a sí mismo con todo su
corazón, con todo su ser, a la Voluntad de Dios sin buscar ningún tipo de
consuelo. Si el sufrimiento los tiene vencidos, no piensen que deberían
dejar de sufrir sino sepan que, cuando el consuelo interior desaparece,
caminan en el verdadero y correcto camino de la paz sin importar cuán
oscuro sea, esperando el día en el que verán mi rostro con gran alegría…
Y ahora, dulce niña Mía, hablemos del dolor y del perdón porque,
para poder entender la Misericordia, deben entender el sufrimiento y
saber perdonar a los demás. Cuando sufras una injusticia, cuando
soportes pruebas por el reconocimiento de Mi presencia, piensa que es
Mi gracia que está trabajando en ti. Cuando, sufriente, te sumerges en
Mí, te abandonas, entonces el sufrimiento es muy doloroso pero es la
máxima prueba de tu fe en Mí porque sabes que la salvación será el
resultado de Mi Misericordia.
El sufrimiento interior es el más viable, porque es el sufrimiento que
el hombre no puede ver con sus ojos, sino con su corazón. Permite que tu
corazón se una a Mi Corazón y ello permite que seas misericordiosa,
porque te deja amar mediante la compasión. Cuando eres capaz de
unirte a tus semejantes en armonía y compasión, te estás uniendo a Mí
en Amor y Misericordia.
Yo he dicho: “No juzgues y no serás juzgado; perdona y serás
perdonado.” Ahora te digo: Deshazte de toda amargura, toda pasión
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mala y enojo, de las groserías, las calumnias y la malicia. Trata de ser
amable, de ser compasiva. Perdona como Yo te he perdonado y recibirás
mi Amor Misericordioso… El amor y la Misericordia no pueden existir
donde hay división. Perdónate a ti misma para que Yo te pueda
perdonar. No acumules condenas negativas en contra de ti misma.
Amate a ti misma, sé misericordiosa contigo misma, se compasiva. No
puedes perdonar sin olvido; no podrías tener el corazón puro; y la
Misericordia está relacionada con el perdón.
La Misericordia, hija Mía, es el amor, es la unión con Dios, y la unión
con Dios es la certeza de la victoria y abundancia eterna de virtudes. La
Misericordia es la prueba incuestionable de amor por Mí.
La justicia humana no va con la Misericordia. La justicia es algo
impuesto por el hombre en venganza de una persona que ha sido
lastimada por otra. Mi Padre no Me envió al mundo a condenarlo, sino
para que pudiera ser salvado por Mí. El hombre no debe tomar venganza
por sí mismo, sino dejar eso a la voluntad de Dios.
Si has pecado, admite tus culpas y pide perdón, regresa siempre a
Mí. Sumérjete en Mi Misericordia, que te redimirá. Ten Misericordia y
compasión de quienes te ofenden, ora por ellos y por quienes pisan
senderos de maldad. Perdona sus pecados porque el resto de su herencia
está en Mis manos, no continúes enojada y no juzgues, ten Misericordia.
Hijos Míos, si son culpables, regresen a Mí, limpien sus manos y
purifiquen sus corazones, no paguen mal con mal. Sométanse a Mí,
levántense contra el mal que trata siempre de destruir el amor mediante
las leyes de los hombres… Ustedes juzgan, condenan y luego dicen ser
misericordiosos y amarme. ¿Es ésto Misericordia?… No puede serlo. Son
sus pecados los que los ciegan y los que los hacen esconder su rostro de
Mí. Yo no quiero eso, pequeños…
En el último momento, no tendrán nada con qué defenderse, excepto
Mi Misericordia. Comprendan que la Misericordia es amor, y el amor
puro da fuerza al alma en el instante de la muerte. A quien le falta
Misericordia es ciego, se olvida de purificar sus propios pecados
pasados. Evidentemente, no prosperarás si ocultas tus pecados, pero
recibirás Mi Misericordia si te arrepientes y confiesas tus culpas. Si Yo
irradio raudales de Misericordia sobre ustedes que son pecadores,
ustedes deben irradiar Misericordia sobre sus semejantes.
Yo He conquistado al mundo, no ustedes. Si aman son engendrados
por Mi amor; si tienen Misericordia conquistarán al mundo porque
vivirán en Mí y en la pureza del amor. La gracia que Yo les doy es
Misericordia porque Yo les doy amor, porque Me doy a ustedes.
Entonces, usen esta gracia y Yo les daré un corazón nuevo que
reemplazará sus fríos corazones. Vivan bajo la gracia, no bajo la ley.
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LA CONTEMPLACIÓN: VIDA DEL ALMA
CM-5 6-Ene-97 Jesús
Pequeña nada, escucha el viento… ¡Qué fuerte llega a ser su
murmullo, haciendo eco e inhalando vida!… ¡Así es Mi Espíritu, dulce
niña!
Piensa, medita sobre ésto: cuando el alma se encuentra sedienta, no
de vida mundana sino espiritual, completamente desprendida de todo lo
terreno, es cuando obtiene las gracias de su unión Conmigo y glorifica al
Padre. La privación del espíritu, de todas las ataduras mundanas, llega
para quienes están en feliz unión Conmigo.
Así, toda la maldad de las ligaduras de los hombres con el mundo, a
través de los sentidos y el espíritu, deben ser desprendidas, purificadas,
de modo que Dios encuentre Su lugar interno de reposo. Aspira la
belleza de lo más simple de la creación, manténte en unión con la
serenidad de la tierra, con aquella parte de la tierra donde ha sido
sembrada una semilla. Observa afuera: cada uno de esos árboles frente a
tu casa es diferente, pero todo converge hacia una belleza tranquilla,
serena, en la cual los pájaros desgranan sus cantos. Escucha el silencio y
ve la riqueza de la soledad, de la contemplación.
La unión del silencio es necesaria, es esencial para la vida del alma,
aunque tu Ministerio sea activo. La contemplación es vital, es la espina
dorsal para cualquier ministerio. En síntesis, primero tienes que
encontrarte frente a frente en la soledad Conmigo, luego frente a ti
misma, para poder hacer frente a los demás.
¿Por qué el poco éxito de algunos ministerios bulliciosos? Porque no
encuentran primeramente la contemplación en la soledad y el silencio,
sino que se lanzan a una maratón de bailes y cantos que más que nada
son para ellos mismos. ¿Para qué impresionar a los demás? Los
verdaderos carismáticos —aquellos que arrastran multitudes a través de
algunos años ya— son quienes saben orar y escucharme en el silencio.
Entonces, pequeña, primero debes permitirme llegar a ti y encontrar
Mi lugar de reposo a través de tu propia crucifixión y purificación en
soledad, unirte amorosamente a Mis dolorosas llagas, orar en silencio,
escuchar el silencio. Dejar que, como el viento, Mi Espíritu respire por
todos los recodos de tu alma…
RECONOCE TU PECADO PARA OBTENER MISERICORDIA
CM-6 16-Ene-97 Jesús
Mi pequeña hijita, cuando has confesado tus culpas tu alma, que
sufre dolor por los remordimientos, reconoce su falta de poder, su estado
de oscuridad, de vacío. Ahí es cuando Yo te enseño a entregarte más a
Mí que a ti misma.
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En ese instante, Me gusta que alabes a tu Dios prestando poca
atención a ti misma y centrándote aun más en Mi bondad. Bendíceme,
porque Mi Misericordia está sobre ti. No te centres en el estado de tu
alma sino en Mi amor, en Mi compasión. Esto es vivir en camino hacia
Dios.
El hombre nada puede sin Mí y es todo Conmigo. Yo He venido por
ustedes para darles vida en abundancia, para que puedan alcanzar los
frutos de Mi viña. Es Mi amor quien moldea y sostiene a los corazones
más duros…
Hijita, di al hombre que no se esconda en su pecado. Yo Soy
Misericordia y sabré limpiarlos cuando se vacíen al pie de la Cruz.
Hijos Míos, la cosecha es rica y los trabajadores son pocos. Reúnanse
los verdaderos trabajadores y vengan a Mi viña; aquí está el campo en el
cual deben trabajar.
Comprendan que el estado de independencia de sus almas no es la
libertad que ustedes tienen. La libertad existe únicamente cuando el alma
está en total dependencia de Dios. Ahí reside su fuerza y su poder. Allí
estoy Yo, en las tranquilas profundidades de su alma, a la espera de que
se den a sí mismos.
Esta libertad, únicamente se encuentra a través de la disciplina, de la
obediencia a Mí. Busquen primero hacer Mi Voluntad cegándose al
camino del mundo, negándose a sí mismos para que Yo pueda
limpiarlos, renovarlos; Entonces serán capaces de vivir en el mundo,
libres, íntegros, en pureza de alma y de mente.
Pequeña, Yo Soy el camino. Aquel que Me conoce, conoce el camino.
Yo Soy Aquel que da vida eterna. Yo Soy el Juez, no la gente que te
rodea… Haz caso, obedece los consejos del Padre NN… Yo te amo, tú
eres Mi pequeñita de corazón dulce…
LA MEDALLA DEL APOSTOLADO DE LA NUEVA ALIANZA
CM-7 21-Ene-97 Jesús
Amada, esta tarde tendrán la reunión. Más de una persona se sentirá
molesta, ofendida… Despreocúpate, pequeña. La conciencia es el juicio
práctico de la razón humana, iluminada por los altos principios de la ley
natural —que es la ley eterna de Dios— participada por la criatura
racional…
Quiero que leas este Mensaje: Hijos Míos, ¿cuándo ha sido la última
vez que se han confesado? Nadie puede tener dones extraordinarios si
no tiene fe y solamente Yo puedo dar fe, ciertamente, si se es lo
suficientemente humilde para espararla de Mí y de nadie más.
A Mí solamente Me pueden ver cuando se ponen de rodillas, aunque
el hombre piense que esa posición es incómoda o indigna (Me refiero al
arrodillamiento interior). Si inclinas la cabeza, mirándote a ti mismo,
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contemplando tu interior, sabiendo la miseria que tienes, podrás
descubrirme; mas si crees que porque asistes a Misa diariamente o
porque haces ésto o lo otro ya eres digno de merecer Mi aprobación,
estás muy equivocado, hijo Mío. El apostolado no es algo optativo, es
algo exigido por el propio Bautismo y por la Confirmación. De modo
que, cuando ejerces tu acción apostólica, no pienses que ya estás
haciendo algo más de lo que te corresponde; al contrario, no estás
haciendo otra cosa que cumplir con la estricta obligación que un cristiano
ha recibido en esos Sacramentos al recibir al Espíritu Santo.
Ahora quiero decirles algo que hubiese querido aclararles hace un
año atrás, cuando debió salir el último libro: el por qué del nombre del
libro (El Arca de la Nueva Alianza).
Sepan ustedes que cuando el hombre, por su pecado e infidelidad
quebró la alianza con Dios nuevamente, con Mi Crucifixión, el Padre
decidió enviar a Mi Madre para restablecer aquella Alianza. Con ello
quiero decir que la antigua Alianza tenía un Arca y un Templo que hoy
no existen. Mi Madre fue el Arca viviente de la Alianza en Mi primera
venida y es el Arca escatológica para la Parusía. Es el refugio amoroso
que se les ha preparado para este tiempo.
Por ésto la medalla que He pedido que acuñen. El vínculo Sagrado
de los dos Corazones heridos y enmarcados por la corona que hirió la
cabeza que, en vida no tuvo dónde reclinarse. Mi Corazón fue un
pedacito del Corazón Inmaculado de Mi Madre, Mi Sangre fue Su
Sangre, Mi carne herida salió de Su carne. Ese es el símbolo que restaura
la Alianza con Dios. ¿Cómo pueden objetar que esa medalla sea fuente
de gracias especiales? Del otro lado la Custodia, Mi cárcel de amor, el
pequeño e inmenso tesoro por el cual tantos mártires murieron, tantos
santos se sacrificaron… Pero lo uno va ligado con lo otro. El lugar donde
Mis hijos Me adoran, es cuando Mi cuerpo está expuesto en una
Custodia. ¡Cuánto sufre Mi Corazón al ver que son Mis mismos hijos
quienes obstaculizan a la humanidad que tiende hacia los valores
verdaderos!
Ahora, hijitos, no pierdan más tiempo porque llega la noche.
Trabajen mientras sea de día. Pero no trabajen por las cosas materiales
que, les repito, no van a poder disfrutar. Este mundo tiene una urgente
necesidad de apóstoles que sean contemplativos y testigos fieles, no de
aquellos que no ponen en práctica en sus vidas cuanto pregonan o de
quienes de la Iglesia hacen una profesión lucrativa.
No vivan pensando cómo ganarán un poco más de dinero o dónde
podrán hacer un negocio más lucrativo. Busquen Mi Reino. Si ustedes
siguen Mis Palabras, no podrán errar e irse por las sendas del pecado.
Finalmente, pregúntense si están siendo signos verdaderos a nivel
personal, familiar, como grupo o comunidad, o si solamente se sienten
bien cerca de los exteriormente limpios, de la figuración, de las alabanzas
y los honores mundanos. ¡Despierten!, es hora de que comprendan la
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verdad de Mi sacrificio Redentor…
PIDO QUE SE CONSAGREN A LOS SAGRADOS CORAZONES
CM-8 5-Feb-97 Jesús
Continuemos, Mi dulce pequeña. Lean Sabiduría 11, 23 a 12, 2.
Ustedes saben que Yo no puedo sino amar al mundo que He creado,
pero debería maravillarlos ver cómo amo a un mundo sumergido en el
pecado, con qué compasión miro a una humanidad que, con su rebeldía
hacia Mí, ha caído en una inmensa miseria. Y más maravillados deben
quedar ahora cuando comprueban que, así como a Mis Apóstoles les
confié una misión solemne en el mundo, la misión de anunciar el amor
con el que Yo los había amado, ustedes, Mis Apóstoles de la Nueva
Alianza, unidos en Mi Corazón, deben permanecer unidos para que el
mundo reconozca y sienta con qué amor Mi Padre Ha enviado al Hijo
como Redentor.
Hoy los He llamado para que consagren al mundo a Nuestros
Corazones… Hijos Míos, los devotos a Mi Sagrado Corazón y al Corazón
Inmaculado de Mi Madre no son hombres encerrados en sí mismos. Son
hombres que se consagran al Corazón Redentor y al Corazón Purísmo y
se unen de este modo a Nuestro amor universal. Toda la Iglesia debe
saber que está al servicio del amor de Nuestros Corazones por la
salvación del mundo. Pero la Consagración del mundo a Nuestros
Corazones obvia también otro peligro: el de los activistas que piensan
poder salvar al mundo y mejorarlo mediante la manipulación de sus
estructuras económicas, culturales y sociales, atizando el odio y la lucha
de clases contra otras clases y pueblos. Como si todos no fueran un sólo
pueblo: el Mío.
Lo más importante, lo urgente, es el cambio de los corazones, la
lucha contra el egoísmo individual y colectivo, la conversión al
verdadero amor y a la verdadera justicia. En síntesis, no es otra cosa que
la conversión a la fuente de todo amor a Dios.
Los Profetas —sobre todo Jeremías y Ezequiel— cuando predicen la
renovación de los corazones hablan contemporáneamente de la “Nueva
Alianza”, de la nueva solidaridad salvífica entre los hombres, de la unión
a Nuestros Corazones…
La consagración del mundo hecha por cada comunidad, por cada
grupo y por la Iglesia Universal, es un acto solemne de solidaridad
salvífica, un compromiso solemne con la misión que Yo les confío al
decirles: “ustedes son la sal de la tierra; ustedes son la luz del mundo”…
Cada individuo, en particular, no puede unirse a esta consagración si no
asume conscientemente su parte de corresponsabilidad por el mundo
que Nuestros Corazones le confían; corresponsabilidad que es una
misión honorífica, pero también llena de sacrificios.
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Este compromiso posee algunos acentos que no se pueden
descuidar: el mundo tiene urgente necesidad de corazones llenos de
amor que saben distinguir el amor verdadero del falso, hombres que
ayudan a poner puentes de corazón a corazón, seres que inspiran el
sentido de la totalidad representado por el símbolo de Nuestros
Corazones.
Para ti que eres político te digo que, quien quiera contribuir a
mejorar la vida social y económica, debe examinar continuamente la
pureza de las propias intenciones y de los medios empleados, conocer las
disposiciones interiores que deben acompañar los cambios estructurales
propuestos y ayudar a los demás a adquirirlos.
Quien se consagra Nuestros Corazones, quien participa en la
consagración de su nación y de la humanidad, debe tener conciencia de
las ambigüedades que se esconden en el mundo y en el corazón; debe
sentir profundamente la necesidad de redención y tener una gran
confianza en el poder Redentor del mundo.
Por ello, la consagración a Nuestros Corazones incluye la oración
constante por la purificación del propio corazón y por el
establecimiento de relaciones interpersonales más sanas, aun en vista
de un mejoramiento de la vida pública.
Cada uno debe decir: Me consagro y santifico por ellos, por todos los
cristianos y por todos los hombres, para que ellos también sean
verdaderamente santificados y redimidos. El devoto de Nuestros
Corazones no puede ser un renunciante. Si alguna vez se aleja de las
preocupaciones y de los deberes mundanos, lo hace para poder después
dedicarse, nuevamente, con un amor más puro y fuerte al servicio de los
hombres, aun en la vida pública, según sus posibilidades.
ORACIÓN
Consagración a los Sagrados Corazones, a nombre del mundo.
Jesús, consciente de ésto, me uno a la oración solemne que dirigiste al
Padre frente a tus discípulos. Conmovido por tu oración de
consagración, digo no a cualquier forma de egoísmo individual y de
grupo. Haré lo que esté a mi alcance para que los corazones de los
hombres se abran unos a otros. Trataré de tener un corazón lleno de
amor, que sea generoso con los pobres y los abandonados, sin por ello
excluir a los ricos, a los poderosos y a las personas más importantes de
este mundo, porque también a ellos les anunciaré la alegre noticia de su
redención y posibilidad de salvación. Ellos no están condenados a servir
al dios dinero ni al dios poder y mirando a Tu amor redentor, pueden
liberarse y dedicarse a la causa de la justicia y de la paz.
Me uno a la consagración de la humanidad a los Sagrados Corazones,
esperando todo de la potencia de su gracia. Sagrados Corazones,
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purifiquen, dilaten y refuercen nuestros corazones para que lleguemos a
ser realmente lo que según Su plan salvífico somos: Apóstoles de la
Nueva Alianza y Luz del mundo. Amén
CONOZCO LOS INCENTIVOS MÁS PROFUNDOS
DEL CORAZÓN HUMANO
CM-9 10-Feb-97 Jesús
Amada Mía… Martes de Carnaval, de esta horrorosa fiesta en la cual
el sexo, el alcohol y la droga, los crímenes y la degradación del hombre
son su mayor felicidad.
Pobre Mi hijo: el hombre. Buscando siempre apoyo y aceptación de
otros hombres; buscando, decidiendo cuál camino va a tomar en lugar de
abandonarse a Mi Espíritu para que pueda conducirlos hacia el camino
correcto… Llenos de orgullo y soberbia se ofenden, se lastiman con
palabras, con acciones… Sólo Yo puedo saber quiénes son culpables y
quienes son inocentes.
(Había estado viendo el juicio de un atleta, al que acusan de homicidio. Como
siempre converso con Jesús, le dije: ¿Tú qué dices de ésto, Señor?)
Conozco los incentivos más profundos en el corazón de cada
hombre, todo lo que dan y lo que reciben. Yo Soy quien juzga pero los
hombres no confían en Mis palabras; no quieren aceptar que es Mi juicio
quien los hará libres.
Cuando hablen con los presos, díganles que ofrezcan en sacrificio
aquella pequeña crucifixión y Yo prometo estar cerca suyo, ayudándolos
en todo momento. La paz llega al confiar y adorar, es una gracia porque
la paz te busca y te encuentra.
Recuerda, hombre, que si tú confías en Mí, tendrás la paz que Yo te
concedo… Estarás tan firmemente plantado en el suelo que nada te
sacudirá y tus frutos habrán de ser abundantes…
ESPOSAS, MADRES, SALVEN A SUS FAMILIAS
CM-10 11-Feb-97 Jesús
(Una amiga me había comentado que estaba a punto de divorciarse y realmente
se la veía desesperada. Estaba orando por ella cuando Jesús me habla…)
Cuando vean casos de éstos, que ahora se cuentan por millares,
díganles todas estas cosas que hoy voy a instruirte para personas con
estos problemas. La esposa y la madre, casi siempre son llamadas para
que lleven a la salvación a su familia. Háblenles del amor que les tengo y
de que, a través de ellas, quiero llevar la salvación a su matrimonio, a su
familia, a sus relaciones familiares en sí. Mas, primero deben ver la
realidad.
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La mujer de hoy pierde mucho tiempo en salones de belleza, en el
cuidado de su cuerpo y de cómo vestirse. Creen que manteniendo una
fisonomía linda y muy bien vestida, será suficiente para mantener
encendida la llama del amor que se encendió en su matrimonio. Pero un
buen día, el esposo alcanza a ver las arrugas, las primeras canas, las
huellas del tiempo —a pesar del peluquero, los vestidos, la gimnasia, las
fiestas, los compromisos— y, lo peor, las huellas en la mente de la esposa
van llenando su corazón de más futilidades: revistas que la llevan a
fantasías románticas e inducen a un comportamiento pecaminoso.
Así, sin darse cuenta, el tiempo va marcando el corazón de las
mujeres que pierden horas y horas en las novelas, en la televisión, en las
reuniones sociales, en el teléfono y estas vanidades ingresan a su hogar
llevando, la mayoría de las veces, al adulterio de los esposos que por
medio de las novelas son inducidos a una vida de aventura y a conocer
jóvenes como las que hoy están endiosando las telenovelas… Si las
mujeres continúan teniendo una vida vacía no estarán en condiciones de
dar nada a sus maridos y a sus hogares, porque nadie puede dar de lo
que no tiene. “De la abundancia del corazón hablan los labios”…
La mayoría de las mujeres desconocen la sabiduría, no tienen alegría,
sus rostros son fríos, marcados por los problemas, por las tristezas, por el
pecado de la vida, y al hombre no lo atrae ésto pese a la gimnasia, al
peluquero, a las ropas nuevas; pese a tantos pretendidos remedios.
Hijas Mías, existen dos caminos para su vida: el de la ignorancia que
no tiene sabiduría, ni alegría, ni vida. El otro, que es la solución para la
vida individual, para la del matrimonio y para la educación de los hijos.
Este último, les dará alegría de vivir, belleza, inteligencia, paz. Es el
único camino que les dará vida y llevará a la salvación a ustedes, a su
matrimonio y a sus hijos. Al buscar primero el reino de Dios y Su
Justicia, serán salvados sus matrimonios, a pesar de las violentas
tentaciones del mundo actual y, por medio de ustedes, también sus hijos.
Lean Mateo 6, 33 y Hechos 16, 31.
No traten de ocultarse diciendo que el mundo es el culpable.
También la culpa es suya, porque no han buscado un tiempo para la
oración, para el crecimiento espiritual como pareja y como familia. La
culpa es suya por no haber participado de la Santa Misa y en ella recibir
su medicina: Yo mismo. La culpa es suya por no haber llenado su
corazón de sabiduría, verdad, luz, salvación, alegría, paz y el amor de Mi
Padre. Todo ésto viene por el conocimiento de la Santa Biblia.
Yo Soy la solución, y esta solución viene por medio de la Palabra.
Buscar, en primer lugar, el Reino de Dios quiere decir buscar, en primer
lugar, al Rey de Reyes, y todo rey ejerce su reinado por medio de sus
edictos, de sus normas, de sus leyes. Yo, como Rey, ejerzo Mi reinado
sobre ustedes por medio de Mi Palabra, donde les digo lo que deben y
no deben hacer.
Corran, hijas Mías, aun es tiempo de salvar a su familia, ¡corran! No
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pierdan ni un día más, corran hacia la Misa y participen de ese encuentro
Conmigo en la Eucaristía. Oren todos los días, únanse a Mi Madre en el
Santo Rosario, que es la oración por medio de la cual se unen Conmigo a
través de la mejor esposa y madre que hubo en la historia de la
humanidad: María.
La Biblia dice que la palabra nunca vuelve a Dios sin producir fruto,
y hoy ella deberá producir fruto en tu corazón. Sólo Yo puedo tomarte
de la mano y decirte: “No, por ahí no, por ahí es la muerte, el
sufrimiento, la destrucción. Ven hacia acá, donde está la vida, donde está
la alegría, donde está la salvación”.
Conságrense y consagren sus familias a Nuestros Corazones.
Empiecen a orar con los suyos, sin imponerse. Una pequeña oración en la
mañana, en la mesa, en la noche… Quien no ora, no tiene deseo de orar.
Familia que ora, es familia que vive unida. Esposo que ora, es esposo fiel.
Esposa que ora, es esposa responsable de su familia. Hijos que oran, son
respetuosos de sus padres. ¿Quién tiene la culpa de que sus hogares
estén mal? ¿el mundo?…
APÓSTOLES DE LA NUEVA ALIANZA: AMEN
CM-11 15-Feb-97 Jesús
El estilo de vida que Yo quiero que adquieran está cimentado en las
Sagradas Escrituras y refrendado en Mis Mensajes, desglosada toda cita,
toda enseñanza, porque al hombre de hoy, descreído y doliente a causa
de una sociedad violenta, de una Iglesia desacralizada, debo hablarle con
palabras actualizadas, ejemplos contemporáneos puesto que no tienen
tiempo ni ganas de leer la Biblia.
Ahora hablo al Apostolado de la Nueva Alianza y les pido que no
permitan que gente con poder humano los asusten. Muchos hijos se
alejan por el temor a ser valorados, porque no ven más allá de los
prototipos humanos.
¡Cuán grande es el deseo de una gran intimidad con Mis hijos!
Conmigo no van los estándares humanos. Mis Santos son simples,
sencillos, y llamo a todos a ser Santos… Yo deseo aclararles que, querer
amar es cuando hay hambre de amar; pero amar verdaderamente es
vivir sin decepción, sin hambre de amor, porque quien ama está
satisfecho… Todo el mundo desea ser amado, por ello es que son tan
difíciles las relaciones en este mundo moderno. Porque no saben amar.
Cuando vayan enseñando a otros Mis Mensajes, cuando vayan
instruyendo a otros grupos, verán que en la simplicidad de Mi amor les
enseño para que sepan cuán amados son cuando dan amor a cambio.
Comprobarán que hacer la Voluntad divina es confiar en que, aquello
que estás haciendo para que Mis deseos sean satisfechos será hecho
realidad, por su confianza en Mí y no en el Mensaje. Cuando dudan de lo
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que están haciendo, por inseguridad, entonces ésto no viene de Mí. Es el
maligno que les quita fuerzas y siembra las dudas en sus almas, para que
no ejecuten Mi Voluntad. El dudar, generalmente llega cuando miras tus
propias acciones, tus intereses, y ello falla. Si fue de acuerdo a tu diseño,
a tus propios planes, no es la Voluntad de Dios.
La mayoría de las veces ustedes diseñan su plan y parece trazado así,
pero se olvidan de que Yo Soy el alfarero y ustedes arcilla; y cuando
dibujan una línea a la derecha, Yo añado dirección; cuando su línea está
torcida, Yo la enderezo; unas veces con amor, las más con Misericordia y
muy pocas únicamente con justicia. Entonces, Mi Voluntad se hace
siempre en quienes confían en Mí…
NUEVA EVANGELIZACIÓN
CM-12 16-Feb-97 Jesús
(He conocido a una persona que, de alguna manera, estará ligada
espiritualmente a mi vida.)
Hija Mía, soy Yo quien ha previsto esta cita, este encuentro y este
momento de hoy, junto a Mi hijo, rico en amor, en sabiduría, con amplios
conocimientos, para que sea Mi representante en la tierra, para que
escuche tus confesiones y te guíe con sus consejos. Lee Isaías 44 y pídele
a él que también estudie esta cita. Misericordia es el poder divino de Mi
amor que fluye hacia quienes se encuentran necesitados.
Pequeña, hoy empiezan un camino sumamente serio y de muchas
responsabilidades. Quiero que, como primer paso, tomen conciencia de
lo mucho que los amo; de que nada es más dulce que este amor, puesto
que procede del Padre. Así, cuando ustedes pasen a través de
turbulentas aguas, Yo estaré con ustedes y no se ahogarán; cuando
caminen a través del fuego, las llamas no los consumirán. Cada persona
que Ha sido marcada con el signo de Dios conquista al mundo con el
poder de su fe y su amor. Quien no esté listo a sufrir todas las cosas y a
quedar confiado a la voluntad de su amado, no es merecedor de llamarse
Mi alma amante.
Tomen conciencia de que el amor es una comunión, es gentileza,
fuerza, gracias sumisas. El amor, al mantener la guardia sobre todos los
sentidos, es casto y sensato, fiel a Dios. Ahora, si Yo amo tanto a Mis
hijos y quiero salvarlos, ustedes deben amar de igual manera al hombre,
para llegar a él con Mis Palabras, con los cientos de Mensajes que tienen,
para ser Mis dignos Apóstoles, así Mi amor alcanzará la perfección en
ustedes.
No piensen que en este camino de la Nueva Evangelización nunca
sentirán ninguna dificultad, ni sufrirán cualquier aflicción; la verdadera
virtud del amor es justamente ofrecerse a sí mismo con todo su corazón
sin buscar consuelo en cosas chicas o grandes, sin esperar que alguien se
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los agradezca. Contrariamente, su camino estará lleno de obstáculos, de
críticas, de envidias. Pero si son uno sólo Conmigo, verán Mi rostro con
gran alegría, sabiendo que fueron llamados a algo grande y que están
haciendo lo correcto.
Cuando sufran injusticias o soporten pruebas por el reconocimiento
de Mi presencia, siéntanse felices porque ésto no es otra cosa que Mi
gracia trabajando en ustedes…
Quiero que lean Juan 17, 22. Con respecto a Mis afirmaciones de su
inserción en el amor del Padre por Mí y en Mi amor por Mi Padre, van
más allá de lo que podrían imaginar. Si aceptan con fe estas
afirmaciones, transformarán sus corazones, los llenarán de una alegría
sublime y serán conquistados íntegramente…
Veamos, Mi Padre no se limitó a revelar su amor por ustedes en Mi
corazón y a presentarles Mi amor como el modelo por imitar, sino que
los inserta en el amor que hay entre El y Yo, cuando aman creyendo y
creen amando. Ahora lean Juan 15, 9 y se encontrarán realmente ante el
misterio más íntimo del Dios trinitario que quiere llevarlos a Mi ardiente
Corazón.
Próximo a afrontar Mi Pasión y muerte dolorosísima, hablé a Mi
Padre de Mis discípulos; pero hablé también de todos los que, mediante
Mis enviados, abrazarían la fe. Hablé de ustedes, oré por todos ustedes
para que, amándose mutuamente y permaneciendo unidos, participen
de Mi amor por el Padre y del amor del Padre por Mí.
Cuando tengan que salir a evangelizar, lean esta cita y oren con
confianza ilimitada. Este es el programa maravilloso que les propongo:
sumergidos en el amor de Dios, amarme a Mí y a Mi Padre; en el Espíritu
Santo, entregarse sin reservas al Padre y a Mí, confiados totalmente, para
percibir la misión de salvar almas.
Enfréntense con la realidad: el tiempo de segar llega y la cosecha es
abundante… ¿Quieren comprometerse Conmigo?
LES DOY MI AMOR
CM-13 17-Feb-97 Jesús
Amada niña, Soy Yo quien decide qué carisma doy a cada cual; el
carisma que le corresponde en Mi plan de amor. Me parece ilógico que se
proponga algo que no va de acuerdo a Mi Voluntad… ¿Tendría alguno
de ustedes que cuestionar por qué hice de Teresa una Monja y no de
ustedes? O, ¿por qué Francisco de Asís fue Santo y no Lenin?… Hijitos,
no se tomen atribuciones que no son humanas ni se sientan responsables
de actos que no son de su exclusiva creación.
Den gracias por el regalo que reciben y oren para que Mi gracia
ilumine muchas almas en tinieblas, a través de sus futuras acciones
evangelizadoras, pero no busquen cuestionamientos desde el primer día.
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Yo Soy su Dios y sólo Yo sé por qué quito y por qué doy. Les
aseguro que no es por méritos suyos sino por gratuidad…
Para empezar su sesión, primero leerán Efesios 3, 14-19. Bien, no ha
sido una casualidad que hubieran empezado este estudio después del
miércoles de Ceniza. Lean Marcos 1,15. Metanoeite, que es palabra griega,
significa una nueva disposición interior, la renovación del corazón
obrada por la apertura al evangelio, que Soy Yo, y por la confiada
donación mediante una fe comprometida.
Lean Ezequiel 36, 25-26. Ahora les explico. La alegre noticia es la
expresión del amor divino por ustedes; la conversión, el cambio de las
disposiciones interiores es posible porque Yo les doy un corazón nuevo y
Me propongo enviar Mi Espíritu a sus corazones, a sus mentes, a sus
bocas, siempre y cuando ustedes así lo quieran.
Yo deseo inscribir Mi amor como un don, como Mi nueva ley en sus
corazones, pero limpios y entregados. Quiero que sean capaces de
pensar, de querer y desear de una manera totalmente nueva. Quiero
darles el don del conocimiento, fruto del amor, de este amor que va de
Mí y los trae a Mí, que Soy el amor en persona.
Lean Mateo 5, 8; Efesios 3, 17; Efesios 1, 14… Atiendan lo que voy a
revelarles.
En el lenguaje de las Sagradas Escrituras, corazón significa la
conciencia que ha llegado a ser perspicaz y sensible en virtud del amor.
Se trata de un modo de conocer totalmente nuevo, al unísono Conmigo y
con la comunidad de Mis Apóstoles, de una nueva experiencia de la
solidaridad salvífica. De una conciencia que ha comprendido
profundamente el sentido comunitario y vicario de la redención.
Con el conocimiento de Mí y de Mi Padre, la conciencia humana
adquiere una nueva capacidad cognoscitiva, con nuevos horizontes, con
un nuevo ardor por la verdad, el bien y la belleza. Esto, pequeños, es
pura gracia y no sólo una justificación que viene de lo externo.
Lean Juan 6, 44; Lucas 10, 22; Mateo 11, 25. Con el conocimiento
Nuestro en virtud del amor redentor todo aparece en su verdadera luz…
El ojo del corazón, su conciencia profunda, se vuelve perspicaz; ahora ve
todo de manera distinta y posee una fina sensibilidad.
El descanso sobre Mi pecho, la inserción en Mi Corazón, hacen que
la conciencia pueda ver todo con Mi mirada, hasta el sentido profundo
de cada mandamiento. Logran que pueda captar extraordinariamente los
signos de los tiempos, los posibles modos de hacer, aquí, ahora, el bien y
de dar testimonio.
El huracán de las pasiones que los destrozan y los afanes de un ‘Yo’
egoístico callan, cuando llegan a descansar en Mi pecho. La paz del alma
es el arraigamiento de su verdadero ‘Yo’ en Mi amor; entonces los
inundan nueva fuerza y alegría; ven con ojos nuevos el sentido de cada
uno de Mis mandatos y aun de las pruebas; las decisiones de su
conciencia se tornan más convincentes.
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Si el corazón del hombre se deja conquistar por Mi amor y por la
capacidad de amar Conmigo, si la memoria agradecida llega a plasmar
ésto de manera suficiente entonces su conciencia, unida al subconsciente,
podrá llegar a una paz profunda, semejante a las aguas cristalinas de un
lago tranquilo. Todo ésto, hijos Míos se manifestará, no solamente en
decisiones perfectamente conscientes sino que se traslucirá en su forma
de evangelizar. Lean Mateo 15, 18 y Mateo 6, 21. Si han hecho todo por
Mi Reino, por Mi amor que supera toda comprensión, entonces
limpiarán su memoria y será transformada en una memoria agradecida
para alabanza del Padre… Exito, hijitos, estoy con ustedes…
BÚSQUEN PRIMERO EL REINO DE DIOS
CM-14 19-Feb-97 Jesús
Hijos Míos, quiero que estén conscientes de que todo entusiasmo es
bueno, pero los prevengo para que autoevalúen que sus intenciones no
sean nunca para ustedes mismos, sino para la gloria de Dios. De este
modo, es bueno que iluminen su mente y espíritu a través del
entusiasmo, pero tengan cuidado de que sus intenciones no sean para su
propia satisfacción por vanidad, en lugar de ser satisfacción para los
cielos.
No vayan a sobrecargarse por el trabajo que realicen por Mi causa,
de modo que los perturbe. Les digo ésto porque muchas cargas de
responsabilidad vendrán y pasarán. Serán atacados, mas no por mucho
tiempo porque deberán poner su confianza en Mí.
Dense tiempo para evaluarse y permanentemente irán verificando
que sus acciones y manera de vida son aquellas que confirman Mi
presencia, Mi amor. Les digo ésto porque muchos empiezan entusiastas
para conquistar, pero pocos se dan cuenta de que la manera de
conquistar es dejarse primero conquistar por Mí.
Quiero decir que todos los placeres de uno mismo deben ser
primeramente conquistados y, por su naturaleza humana, pueden ser
conquistados únicamente en medio del dolor, de la oración. Tengan
cuidado cuando hagan cambios, para que esos cambios sean en favor de
su bienestar en Mi Reino y no por su bienestar en la tierra. Créanme que
habrá una enorme diferencia y Yo la buscaré en la pureza de su alma
para engrandecerla.
Estudien el texto que tienen, agárrense de la Biblia, coman Evangelio
permanentemente. Permitan que su comportamiento hable por las
palabras de sus acciones, no hay tiempo para derramar energías cuando
Yo les concedo el regalo del amor, a través de esta enseñanza.
Han empezado el estudio de este libro en Cuaresma. Nada impide
que no puedan aprenderlo en estos cuarenta días. La clave es ésta:
16
+ Lectura del texto.
+ Lectura de los Evangelios.
+ Oración.
+ Encuentro Conmigo en la Eucaristía.
+ Conversaciones, diálogos frente a Mis Sagrarios.
+ Sumergirse en el amor de Mi Sagrado Corazón.
Y como resultado de todo ésto, el cambio, el pulimento de todas las
aristas, minuto a minuto…
No hay fórmulas mágicas. El auténtico evangelizador se va
formando cada día, con el encuentro con su Dios, no como Eliseo.
PERMANEZCAN CERCA DE MÍ
CM-15 20-Feb-97 Jesús
Quiero que Mis hijos sepan cómo Yo deseo que la felicidad interior
sea su modo de vida. Para tener paz, un hombre no debe perder el
sentido de sí mismo; debe utilizar bien y multiplicar los talentos y dones
que les fueron dados. Invertir en el éxito en lugar de invertir en la
adoración del éxito, porque estos medios pueden confundirse con los
fines.
No Me vean como un instrumento de su felicidad, sino como el fin
intrínseco de vida que buscan para su propio bien.
Ustedes son como una malla fina tejida por dentro de Mi Corazón,
por eso los He elegido. Por favor, no se inmunicen contra sus propios
sentimientos. Véanlos como un crecimiento de su humildad para
ejemplificar Mi amor puro.
No pierdan de vista la verdad, no permitan que el mal contamine la
claridad de la visión que deben tener. Permanezcan cerca Mío a través de
su fe. Crean en Mí y el fracaso no existirá porque creerán en ustedes
mismos. Trátense los unos a los otros como si Me trataran a Mí, porque
Yo estoy en ustedes. Sean buenos consigo mismos y serán buenos
Conmigo. Amense a sí mismos tiernamente, aun a través de sus fracasos,
y Me amarán. Busquen servir a otros y estarán sirviéndome a Mí.
TRANSFORMA TU SUFRIMIENTO EN ALEGRÍA
CM-16 21-Feb-97 Jesús
(Para una señora que cumple años en este día.)
Hija Mía, sólo una reflexión para ti en este día.
Con las piedras que encuentres en el camino, sé delicada y llévatelas.
Y si no las puedes cargar en los hombros, como a hermanas, al menos
déjalas atrás como a amigas.
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El hombre es desdichado porque no sabe que es feliz. Le gustaría
haber nacido y vivido de otra manera y, así, se lastima. Le gustaría
alcanzar una estrella con sus manos, pero es bajito… No te entristezcas
por nada. ¿Te crees una estatua de arcilla? ¡No! Eres aurora y campana,
arquitectura que, para ser Catedral, sólo necesita de tu comprensión y
acogida, de tu benevolencia y cariño con tu destino.
Sé feliz porque son muchos los que esperan participar de tu lumbre,
contagiarse de tu alegría.
No vas a vivir más que una sola vez, no puedes darte el lujo de
despilfarrar tan bella oportunidad. No puedes permitir que se deshoje
inútilmente esta roja amapola (Tú Me entiendes qué quiero decirte con
esta flor). Llena tu casa (tu alma) de armonía y el mundo se llenará de
armonía.
Ten presente que la existencia es una fiesta y el vivir un privilegio
que Yo te otorgo. ¿No vas a agradecérmelo? Entonces adelante, hay una
planta que debes cuidar diariamente, con especial cuidado y mimo: la
alegría.
Cuando esta planta inunde tu casa con su fragancia, todos sonreirán.
Arroja a la basura los sueños, apaga las llamas y toma serena y
sabiamente en tus manos la realidad. Transforma tus sufrimientos en
brazos de comprensión para ti misma y tus entrañas en un regazo de
acogida a la verdad que He puesto entre tu descendencia…
Con amor, Jesús.
LA ORACIÓN ESTREMECE MI CORAZÓN
CM-17 23-Feb-97 Jesús
Hija Mía, tan amada por tu Dios. Así, así es como debes orar, es la
forma de estremecer, de conmover el Corazón ardiente de tu Dios. Oren,
encuéntrense más a menudo Conmigo en la oración, no saben cuánto
necesitan de la oración diaria por Mi Iglesia, por ustedes…
Empiecen con calma los caminos del Apostolado, lee nuevamente las
lecturas de hoy. Eso sí, que nada los calle; si no se puede por un camino,
vayan por otro, pero no se dejen atemorizar…
Por todo ésto es que les pido mucha oración, ayuno.
Haz una confesión de vida con el Padre (menciona el nombre del
sacerdote.)
NO SE DESANIMEN EN LAS DIFICULTADES
CM-18 23-Feb-97 Jesús
Mi niña, ¿no les dije que vendrían problemas? Los problemas
vendrán y pasarán; se moverán hacia dentro y fuera de su camino como
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marea que hace oleaje en una noche de luna llena. No se desesperen
porque, si supieran para lo que han sido elegidos, no se quejarían de su
carga ahora. Todos Mis Santos y elegidos han ganado la gloria del Cielo
sufriendo muchísimos problemas y dificultades… Acepten con amor sus
dificultades, porque una dificultad ofrecida con amor y fiel compromiso
es el grano más grandioso de la cosecha.
Mantengo la mirada fija sobre ustedes en el compromiso de Mi amor
y Mi elección por ustedes. Nada pasará en lo que Mi mano no esté
también ahí. Confíen en Mí. Debo hacerlos hermosos por dentro para
que puedan ser hermosos por fuera. Solamente quien los ha creado sabe
qué es lo que necesitan para hacerse hermosos a través de estas pequeñas
purificaciones, de estas pequeñas pruebas. Es como fundir metales en
fuego vivo para convertirlos en instrumentos perfectos. Voy utilizando a
la gente y a muchas otras fuentes, todas relacionadas de alguna forma
con ustedes, para formarlos, para fortalecerlos. Su respuesta dicta su
progreso.
Una vez más les pido que sean pacientes. Vayan despacio y confíen
en Mí en los momentos difíciles de su compromiso en la fe y de la
dirección de su amor, estén más necesitados de ser templados y
enfocados en Mí. Ustedes son vasos de amor demasiado importantes en
este mundo; por ello les pido que tengan valor y no se desesperen,
porque lo que les espera superará todos los momentos de dificultad
presentes.
SEAN PACIENTES Y HUMILDES
CM-19 24-Feb-97 Jesús
Pequeña, quiero que digas a Mis hijos que se encaminen siempre a
Mí, tanto cuando tienen tiempos buenos como cuando llegan los
sufrimientos.
El corazón es humilde cuando no le permiten a la conciencia dar
testimonio de su inocencia. Pero ésto no hiere al corazón humilde puesto
que él confía más en Mí que en sí mismo.
Sus acciones hablarán. Los protegeré y calmaré sus corazones a
tiempo. Nadie los herirá con sus palabras, solamente se herirán a sí
mismos. No teman al hombre mortal, pongan su confianza en Mí. Sean
pacientes y humildes, vuelquen sus ojos tierna y confiadamente hacia Mí
y Yo los libraré de su confusión.
No tienen por qué justificarse. Simplemente, permanezcan
silenciosos y prudentes, hallen discernimiento en medio de la oración
cuando alguien se ponga en contra suya. El silencio habla… siempre que
su silencio no conduzca a ocasión de escándalo o pecado a los débiles.
Permanezcan en silencio y cuidadosos. Sin embargo, pongan paz a
cualquier temor sin sentido. Mis Palabras deben penetrar de sus
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pensamientos directamente al núcleo íntimo de su corazón y ser
resguardadas en un lugar a salvo: el lugar de Mi Corazón en el suyo, Mi
Corazón en el corazón de todos Mis hijos.
Conforme van creciendo en su camino, estén alertas para que su
espiritualidad no los engañe en vanidad, pues entonces se convertirían
en ladrones de sí mismos. Los amo tanto que no quiero verlos usar
energías perdidas en angustias sobre controversias que el hombre impío
y cruel pueda crear.
SEAN OBEDIENTES
CM-20 25-Feb-97 Jesús
Amor de Mi Pasión, aquellos que se humillan en obediencia a sus
superiores, son obedientes a Mí. Quienes se humillan al principio y luego
suben sus cabezas para desobedecer a sus superiores, están demostrando
un orgullo oculto que ha sido plantado muy hondo dentro de ellos.
Yo les pido que sean obedientes a sus superiores en los buenos
trabajos de Dios. El orgullo puede ser engañoso, hijitos; muchos desean
ir por sí mismos pensando que Me obedecen, pero únicamente es a su
orgullo a quien están sirviendo.
En verdad te digo, que a menos que sean obedientes a sus superiores
religiosos, no pueden servir a ningunos de sus hermanos y menos hacer
bien los trabajos de Dios.
Niña querida, todos los trabajos buenos que ustedes hagan
provienen de Mi Gracia. Yo estoy pronto a dar pero, ¿están listos para
recibir? La oración, obediencia, discernimiento y prudencia los
protegerán de una decepción. El mal los puede engañar mediante un
orgullo oculto, jugando a ser Dios…
Sé siempre obediente a tu P. Espiritual. Esto te mantendrá pura y
pobre en pecado. Toma ejemplo del buey. Este animal, mientras trabaja
con la cabeza encerrada en el yugo, trabaja bien y el amo puede juntar
grano para el establo; pero cuando este animal sube la cabeza, el granero
queda vacío…
Atiendan al discernimiento a través de la obediencia. Escuchen en el
silencio. Es mucho mejor vivir en el silencio que vivir en la decepción y
el orgullo. Si sus directores espirituales dicen que pueden hablar sobre
un determinado tema, entonces los buenos trabajos de Dios fluirán a
través de ustedes porque primero han recibido la aprobación de quien
los asesora.
El Mensaje para Mis hijos, como un ejemplo a través tuyo, es que si
ellos son religiosos, entonces primero serán obedientes a sus superiores
espirituales, y siendo así están obedeciéndome a Mí. Toda gloria, toda
alabanza deben primeramente ser dados a Dios silenciosamente,
prudentemente; mediante discernimiento, amor, bondad, docilidad y
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humildad. Todo orgullo debe abandonar el cuerpo completa y
cuidadosamente, para permitir al cuerpo de Cristo absorber y poseer el
alma, a través de la pureza.
Quiero que tomen ejemplo: así como Yo humildemente Me hago
carne entre las manos de Mis Sacerdotes al consagrar Mi Cuerpo,
ustedes, a través del amor, deben hacerse humildes siendo obedientes a
sus superiores.
TODO ES POSIBLE PARA EL QUE CREE
CM-21 26-Feb-97 Jesús
(Estaba pidiendo por una amiga enferma y me pidió que escriba.)
Pequeña nada, quiero que envíes este Mensaje a aquella a quien
tanto amo, a una de Mis almas víctimas.
Hija Mía, empieza por leer Marcos 9, 23-24. El padre del niño me
dijo: “Si puedes hacer algo”… Yo contesté: “Todo es posible para el que
cree.”
¿Acaso no transformé el agua en vino y dándolo a beber a la gente
mostré Mi gracia y Mi poder?… En la ciudad de Naim, ¿no resucité al
hijo de una viuda? En el desierto de Judea, en Samaria, en Galilea y en
Cafarnaún, ¿no demostré Mi compasión y Mi amor?
Lo mismo que hice hace dos mil años, estoy haciéndolo hoy en el
corazón y en las familias de quienes creen en Mi nombre, en el poder de
Mi nombre. Esto es lo que el hombre de hoy necesita hacer: Creer en Mí,
y para creer en Mí necesitan conocerme, meditar, vivir Mi Palabra con la
fuerza de Mi Espíritu.
Yo quiero hacer maravillas en tu vida y en tu familia. Basta una sola
cosa… Lo que dije al padre del niño, lo digo también para ustedes, a
través de Mi Palabra, lo Estoy diciendo para ti, María, para ti, Fernando,
para ti, Pedro, para ti, Yola, pequeñita Mía: Todo es posible para el que
cree.
Lee Marcos 16, 17-18. Yo les He delegado todo poder para expulsar
espíritus del mal, que oprimen los corazones y la vida de los hombres.
Esto es lo que necesitan hacer: apropiarse del nombre que cura, del
nombre que salva, del nombre que libera, del nombre ante el cual toda
rodilla se dobla en el cielo, y en la tierra.
Sí, cada vez que sientan la acción del enemigo en su vida, en su casa,
en su familia, hablen con autoridad, como Yo lo hice: En el nombre de
Jesús, retírate, Satanás. En el nombre de Jesús, retírate, depresión. En el
nombre de Jesús, retírate, enfermedad física, enfermedad espiritual. En el
nombre de Jesús, lejos de nosotros todo lo que pertenece a Satanás,
porque somos de Jesús, somos hijos de Dios, sólo a El pertenecemos y
somos en este momento lavados y purificados con la Sangre de
Jesucristo, porque la sangre de Jesús tiene poder. Experiméntalo en tu
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vida, hijita. Aférrate a Mi mano y vence todos los problemas espirituales.
Si tú no das testimonio de Mí en tu familia, ¿cómo van a conocerme?
¿Cómo va a invocarme la gente que no Me conoce? ¿Qué poder puede
tener quien no sabe lo que es Mi vida? La vida que Yo prometo y doy es
Yo mismo y no una vida condicionada por las circunstancias, buenas o
malas. Llámame, hija Mía, implora el poder de Mi sangre redentora
porque solamente ocurren los milagros para el que tiene fe, para el que
cree.
Tú no sabes cuánto consuelas a Mi Corazón desgarrado por los
sufrimientos; tú ignoras cuántas veces tomo tu mano y beso con infinito
amor tu frente, tu rostro dolorido… Pero es preciso que leas, medites y
vivas Mi Palabra cada vez más. El ser humano no es una isla, necesita de
una comunidad de fe, de un grupo de oración. Gente que vaya a orar
contigo, que te impulse a vivir Conmigo las 24 horas de cada día… Sin la
Eucaristía y la oración personal, es difícil crecer en la fe y en Mi
conocimiento. Así como en una casa santa sientes Mi paz, en un alma
santa encuentras Mi amor.
Ora alabando a Mi Padre en las mañanas y luego de llenarte de
Nosotros, pide Mi Espíritu. Entonces harás como un pequeño exorcismo,
te doy un ejemplo: En el nombre de Jesús, yo te lo mando: retírate,
Satanás, retírate depresión, retírate enfermedad física, mental, odio,
amargura y pecado, porque yo Soy de Jesús, soy hijo de Dios y yo te lo
mando. Espíritu del mal, póstrate delante de Jesús y aléjate de Mí, de
esta casa, porque la Palabra de Dios dice: “al nombre de Jesús, dóblese
toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo. Y toda lengua
proclame que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” Retírate,
Satanás, en el nombre de Jesús, porque Jesús tiene compasión de mí.
Luego agradece, pequeña, siempre agradece el poder de Mi Nombre, el
poder de Mi Sangre…
Luego viene el momento de la gracia. Entrégame estos minutos y
colócate en Mi presencia, para Conmigo adorar al Padre. Confía en Mí,
Yo sé exactamente cuáles son las necesidades de cada hijo y tú, ¿sabes
cuáles son Mis necesidades con respecto a ti, a tu familia? Medita, hija,
llénate de Mi Palabra y acoge a Mi Espíritu en tu corazón para que te
inunde de fe; que encienda en tu pequeño corazón la fe ardiente, el amor
a Mi Palabra la esperanza, la caridad para que puedas ser una cristiana
resuelta.
Te pido que unas a tu familia y hagan esta pequeña oración: Señor,
Dios Padre todopoderoso, este Tu pueblo está enfermo. Enfermo del
alma y enfermo del cuerpo. Y nosotros queremos clamar en este
momento: cura a Tu pueblo de toda falta de amor, cura a Tu pueblo de
toda cerradez del corazón, de toda tristeza y angustia, de toda falta de fe
y perdón. Oh, Señor, socorre a Tu pueblo en las dificultades de
crecimiento espiritual, socorre a Tu pueblo carente de Tu gracia y de Tu
amor. Ten Misericordia de nosotros en el nombre de Jesucristo, tu Hijo,
22
amen. En Mi nombre, perdonen, hija Mía…
Ahora, dime, ¿no quieres parecerte a Mí? Mi pobreza es reina del
mundo… Tu voluntad de amar es la libre desnudez de tu sensibilidad,
su purificación. Tu corazón ama sin saberlo y tus obras siguen sus
impulsos. El vacío de tu corazón es el sobrante del Mío ansioso de amar
y de darse… El vacío de un alma —adquirido por experiencias,
renunciamientos y sacrificios— es el lleno del Amor. Para que pueda dar
su plena medida, el recipiente tiene que estar vacío de las vanidades
mundanas. Es éste el motivo de por qué quiero de ti el desprendimiento
de lo creado para dar todo el lugar a lo increado. En él volverás a
encontrar tu sensibilidad de amor purificada.
Yo siembro el amor a manos llenas, pero únicamente produce
cuando la tierra está bien preparada para recibir la Simiente celestial. Los
pequeños mendigos del amor, los hambrientos, se nutren y a su vez
nutren a Aquel que los alimenta. El vaivén del amor no cesa en las almas
que lo aceptan. Lo máximo del amor es amar a través de todos los
sufrimientos de la vida; es el hacer de tu corazón un brasero de amor y
de caridad; es la transparencia del amor metamorfoseándose en piel del
cuerpo humano; es lo sobrenatural transformando lo natural; son las
escorias del pecado desapareciendo en las enormes profundidades de lo
divino para allí ser exterminadas… Es la voluntad del alma
profundamente unida a la Mía y lo natural solo se mueve bajo la acción
del Espíritu del amor, es como un tul transparente que se conforma con
lo que recibe libremente de Mi ternura y a su vez, se hace también
ternura…
CONOCE EL VERDADERO AMOR
CM-22 28-Feb-97 Jesús
Voy a hablarte de un tema que tal vez lo estabas esperando
inconscientemente. Quiero que leas Juan 3, 16 y luego el Salmo 61, 6. Y
voy a contarte una historia. Había una mujer judía, mayor, que por
imposición de su hijo acepta como cocinero a un hombre de color, más
joven que ella. Al principio sintió una aversión grande hacia él, no por
racista, sino porque se le había quitado su libertad de hacer lo que
quisiera con su cocina.
Con el tiempo, y como fruto del diálogo que se fue estableciendo
entre ellos, nació la amistad, una relación de amor y de respeto humano
tan profunda entre los dos que, al final, pasados los años, ella sentía más
gusto de estar con su amigo cocinero que con su propio hijo…
En la vida espiritual del hombre ocurre así: Mi amor se instala en su
corazón como con un toque de magia y muchas veces quieren que sea
así. A veces tienen una experiencia fortísima de Mi amor, pero como con
esta señora y con su cocinero, fue necesario el tiempo y el diálogo para
23
que ese amor se fuera asentando, construyendo. Conmigo sucede igual,
también ustedes necesitan tiempo y diálogo para acoger Mi amor. No
sólo eso, también necesitan algo que está en las escrituras: disciplina.
Lean Proverbios 6, 23.
Para que Mi amor se instale permanentemente en su vida, necesitan
disciplina en su vida espiritual. Obsérvalo, en razón de la convivencia de
aquella señora con su cocinero, fue naciendo entre ellos un amor muy
grande; de la misma manera, la convivencia de ustedes Conmigo los
hará conocer y vivir el gran amor. Lean Juan 15, 9. El instrumento para
que el amor fuera instalado entre la mujer de Mi parábola y su cocinero
fue el diálogo, la palabra. Yo actúo con ustedes de la misma manera. El
modo como Dios los ama es también a través del diálogo de Su Palabra.
Y es justamente allí donde entro Yo porque, Yo Soy la Palabra, Yo Soy el
Verbo de Dios.
El amor de esta parábola, no es el amor carnal, sino el amor que
viene del respeto mutuo, de la admiración, del servicio, de la convivencia
y del diálogo. Conmigo es igual, el diálogo y el amor se van
estableciendo lentamente entre ustedes y Mi Padre, a través Mío, a través
de la oración, de la lectura y de la vivencia de la Palabra de Dios.
Así como el cocinero diariamente iba a la casa de aquella señora y
poco a poco fueron conversando y conociéndose, también ustedes, si son
disciplinados, si se detienen diariamente para orar, para conversar
Conmigo, para leer las Escrituras Sagradas, para participar en la Misa y
recibirme en la Eucaristía, para ir a un grupo de oración, también este
diálogo con su Dios se irá estableciendo y experimentarán Mi amor.
AMAME SOBRE TODO
CM-23 4-Mar-97 Jesús
Mi dulce hijita, ¿extrañabas Mi voz? Es así, Me gusta dejarme buscar
y encontrar por ti. Debes saber que Yo moldeo a Mis elegidos, muestras
vivientes de Mi amor, sin importar cuán impuros sean, cuán imperfectos
se muestren. Este es el modo en que Mis hijos pueden asegurarse de Mi
enseñanza. Quiero decir que si fueras una persona sabia en teología o
muy enterada de Mi vida y enseñanzas, no sería posible persuadir a Mis
hijos. Pero Yo te elegí a ti, mujer común y corriente, pecadora como
cualquiera; caprichosa como pocas, arrogante, orgullosa… Así quise
tomarte y hacer en ti Mi mayor obra contemporánea de Misericordia y
amor para el mundo para que, al sacarte de la oscuridad a la luz de Mi
Reino, aumente la esperanza de Mis hijos…
Quiero que sepas que quienes dejan de lado sus egoísmos, pueden
obtener amor propio… Hablo del verdadero amor propio. Quiero decir,
un amor propio para amar verdaderamente, un amor propio que
solamente se enfoca en Dios; un amor propio que se niega a sí mismo y
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tan sólo quiere obtener aquello que Yo quiero. El amor propio que Yo
inculco es amarme sobre todo, por arriba de sus deseos, ser paciente,
soportar.
Son felices aquellos que se regocijan en Mí cuando todo marcha bien,
pero no se alegran voluntariamente cuando llegan los sufrimientos.
Desean seguirme únicamente cuando todo parece bien, pero no pueden
seguirme cargados de una cruz. Y quiero que sepan que los verdaderos
seguidores Míos, Me aman tan incondicionalmente que solamente
anhelan los frutos de Mi viña, maduros o por madurar, es decir, sean
tiempos buenos o malos.
Quiero aclararte algo: Yo doy la paz que el mundo no conoce;
aquellos que, abrumados, se abandonan completamente hacia Mí, viven
en Mi paz; una paz de unión, como cuando tienen una comida juntos,
partiendo el pan, caminando hacia adelante y no dándole vueltas al
pasado.
A este amor propio Yo aliento cuando, especialmente en los tiempos
malos, esa unidad del amante y el pecador es transfigurada en unidad de
amante a amante. Entonces, la cruz viene a ser el enlace entre el Norte y
el Sur, el Este y el Oeste… Las pruebas del seguidor mediante la cruz,
vienen a ser la dulzura, la fructífera consumación de la unión total. Esto
es cuando un alma es purificada para ser vista digna ante los ojos de
Dios, para amar como Yo amo, para ser Misericordioso así como Yo Soy
Misericordia.
Tomen su decisión, su compromiso final y su confusión se disipará.
Luego, todos los obstáculos llegarán a ser las puertas; su deseo será
únicamente el Mío y el amor propio podrá comenzar a guiarlos a la
unión de la consumación de Mi amor.
No sospechas cuánto te amo, querida niña. Es por eso que te
disciplino, para enseñarte… Si no te amara tanto, no te partiría para
darte a los demás, Yo no hubiese sido partido en humilde resignación
para salvarte.
Ahora, pasando a la clase de Biblia, ni se imaginan cuán bueno es
que estudien todo ésto, que puedan nutrirse de Mi Palabra. Necesitan
tiempo para ser amados por Mi Padre a través Mío. Es preciso que lean,
mediten y vivan la Palabra en el poder del Espíritu Santo. Necesitan
tener su oración personal como les enseñé Yo mismo. Lean Mateo 6, 6. Es
preciso que sean amados por Mí en el silencio de su corazón, porque su
corazón y su alma tienen sed de Mí; lo dije hace pocos días…
Mira, hijita, los novios suelen encontrarse para intercambiar entre sí
su amor humano. Ustedes necesitan enamorar a Dios a través Mío. Como
los enamorados, necesitan gastar tiempo uno para el otro. La persona
que es amada por Dios no sufre soledad; la persona que es amada por Mí
tiene el sentido de la vida y —escucha bien— nadie vive solo cuando
tiene a Dios en el corazón. Mi amor tiene el poder de suplir todas las
necesidades de sus almas.
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Antes les hablé de la disciplina. No se acuesten por la noche sin
haber tenido durante el día un tiempo de oración y de lectura de Mi
Palabra. Tienen un horario para trabajar, para comer, para tantas cosas.
Es necesario también tener disciplina en su vida de oración, para leer las
Sagradas Escrituras, para reflexionar en todos los Mensajes que les voy
dando. Así Mi amor se irá estableciendo en sus corazones día a día y
serán transformados por este amor poderoso. Del mismo modo también
perdonarán y amarán más a sus hermanos. Pedir amor a quien no tiene
amor para dar es imposible. El hombre únicamente puede amar en la
medida en que primero se sienta amado por Dios.
Lean el Salmo 61, 6. Aquí está la solución para todos. Si quieren ser
felices, si quieren vivir la paz, ser alegres, si quieren tener vida, no una
vida cualquiera sino vida en plenitud, vida de hijos de Dios Padre,
busquen, experimenten cada día, cada hora Mi amor, porque así tendrán
todo aquello que desean en su vida y podrán también difundirlo entre
sus hermanos tan carentes de amor, todo el amor que Yo estaré
derramando en sus corazones.
Hoy les pido, dejen que Yo los ame a través de la lectura de las
Sagradas Escrituras, de la Eucaristía, de la oración personal y silenciosa.
Para aquella hija que tiene tanto sufrimiento, para todos ustedes que
no saben orar, pequeña Mía, escribe unas oraciones, tú sabes cómo
hacerlo.
ORACIÓN
Padre Dios, Padre santo, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
amor, Padre creador, te amo, te alabo, te adoro, creo firmemente en Tu
amor, creo en Tu poder creador, creo en Tu perdón porque lo he
experimentado, creo que Tú eres un Dios lleno de compasión y lleno de
Misericordia para con nosotros. Padre, creo que Tú nos amaste tanto
que nos diste a Jesús, Tu Hijo unigénito, como nuestro único y
suficiente salvador… ¡Oh, Padre!, hoy, movida por Tu Palabra, quiero
estar en Tus manos, quiero entregarme totalmente, incondicionalmente
a Ti y a Tu amor.
Amado Jesús, Toca mi corazón, lléname de Tu presencia, con Tu amor,
con Tu poder. Unenos en una sola fe, en un solo bautismo, en un solo
espíritu, para que podamos adorarte. Tú eres el amor del Padre para con
nosotros, te agradezco, Señor por Tu SI al Padre, por Tu obediencia, por
ser nuestro intercesor delante del Padre. Jesús, unida a Tu Corazón,
quiero abrirme totalmente a Tu amor, a Tu Espíritu para poder,
Contigo, en Ti y por Ti, adorar a nuestro Padre eterno. Solamente a
través Tuyo puedo sentir, experimentar y probar este amor que salva,
cura y libera.
Te amo, Jesús, te agradezco y quiero decir SI a este amor tan grande.
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Quiero abrir mi corazón en un acto de fe, un acto de mucha confianza,
un acto de mucha entrega y quiero acogerte en mi vida. Señor, puede
ser que Tú encuentres mi corazón en mal estado, tal vez con pecados,
sin alegría, sin mucha esperanza, lleno de amargura, lleno de dolor y
angustia, pero Tu Palabra me ha llenado de esperanza y de fe. Sé que
solamente Tú puedes expulsar de mí todo este vacío de vida, de
angustia, todo este estado de búsqueda.
Tú eres la vida y yo te acojo en mí, te recibo como a mi salvador. Ten
Misericordia de mí, ven a mi corazón y lávame en Tu sangre preciosa,
perdona mis pecados. Ten Misericordia de los tiempos en que andaba en
la ignorancia de Tus leyes, de Tu Palabra, de Tu amor. Ten compasión
de todo el odio que encuentres en mi corazón, ten compasión de tanta
amargura, de tanto rencor, de tantas ideas tontas, de tanto deseo de
venganza. Jesús, ten Misericordia, mira los lugares de mi ser que están
sometidos al mal… A veces no logro vencer las tentaciones, ten
Misericordia de mí y por el poder de Tu nombre y de Tu sangre,
líbrame. Tú sabes que mi confianza y mi esperanza están en Ti. Todo
aquel que deposita lo suyo en Ti es una nueva criatura que no puede ya
estar bajo el dominio de Satanás, bajo el dominio del pecado, sino bajo
Tu gracia.
Señor, dame la gracia de ser inundada con Tu Espíritu, de ser lavada.
Que esta fuente de agua viva brote en mi corazón y me arrastre hacia la
vida eterna, limpiándome, purificándome, vivificándome, curándome,
salvándome.
Espíritu Santo de Dios, amor del Padre y del Hijo, ven a mi corazón.
Tú, que eres la luz divina, expulsa las tinieblas que existen dentro de
mí, quema toda maldad que encuentres. Ven Espíritu de amor, yo te
pido en el nombre de Jesús que hagas de mí una criatura nueva, ven
Señor y cura mi corazón. Te lo entrego todo, mis sufrimientos, mis
dolores, mis pecados, toda rebeldía que pueda existir dentro mío, te
entrego todo apego a las cosas materiales, toda falta de conciencia de
pecado, te entrego lo que soy lo que tengo y lo que puedo.
Espíritu de Amor, dame el don de la oración, dame el entendimiento de
Tu Palabra, revélame la presencia de Jesús en la Eucaristía, intégrame
en Tu Iglesia, dame el gusto por la vida espiritual. Te lo pido con mi
madre, la Virgen María, quien camina conmigo e intercede por mí y en
nombre de mi amado: Jesús.
UNANSE A MI CORAZÓN EUCARÍSTICO
CM-24 15-Mar-97 Jesús
(Durante un retiro espiritual en Santa Cruz.)
Amor de Mi Pasión, mañana hablarás de la Comunión y quiero que
digas a Mis hijos que, en este encuentro, les pido que se unan a Mi
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Corazón Eucarístico durante la Santa Misa de cada día; que acojan las
infinitas riquezas que allí les otorga Mi Corazón, para aplicarlas en favor
de toda la humanidad.
Que, durante el día, renueven esta intención mediante la unión a Mi
Sacrificio perpetuo. Que Me ofrezcan al Padre, que ofrezcan el amor y la
paciencia de Mi Corazón Eucarístico. Con la ofrenda de Mi Corazón,
suplen infinitamente todos los ultrajes que Mi Padre y Yo recibimos;
suplen la falta de amor de muchas almas, aun de almas consagradas.
Hijos Míos, piensen, compruébenlo, ¿por qué estoy juntando a Mi
rebaño y ansío unir a estas ciudades para que se extienda su influencia al
resto de su Patria?
Esta ciudad será salvada mediante la adoración a la Santa Cruz. Allí
empezó su redención. En Cochabamba se adorará Mi Corazón
Eucarístico y todo ésto será encaminado por un grupo que trabajará por
La Paz… Piénsenlo, no hay casualidades en los planes del Cielo.
Ahora, pequeños, Mi Corazón se gozaría si se esforzasen por recibir
la comunión con el fervor que deseo. No les pido mucho: Tan sólo que
los pensamientos, las acciones, los sacrificios, se orienten hacia el gran
momento de la Comunión para obtener todas las gracias que Mi Corazón
desea darles en ese encuentro con el Amor…
EL QUE HA RECIBIDO MI PERDON, OLVIDE SU PECADO
CM-25 18-Mar-97 Jesús
Hija amada, ya estamos nuevamente en nuestra casita.
Verdaderamente ha sido una jornada que dará muchos frutos, en su
momento. Se han sembrado pocas semillas pero muy profundas y la
tierra en esas almas está fértil y hambrienta.
Estos hijos Míos han abierto una vez más sus manos y esa
generosidad Yo sabré recompensarla. Cuando lleguen, les dirás que Yo
derramaré abundantes gracias, bendigo con la misma generosidad ese
hogar que Me da mucho contento.
Por favor, di a Mi hija que Yo He olvidado el ayer, ¿por qué se
empeña en recordármelo? Si no son capaces de perdonarse a sí mismos,
difícilmente podrán perdonar a los demás… No quiero que vuelva a
sumergirse en los recuerdos, eso no es Mío. Lo Mío es un sincero
arrepentimiento, sí, pero no enfermizo con respecto a pecados ya
confesados y perdonados. ¿Por qué dudan de Mi Misericordia?
Ahora que hay tanta pobreza y necesidad de alimentos corporales y
espirituales, no derrochen sin justificativo lo que generosamente se les
da…
El Apostolado de la Nueva Alianza necesita de guías que
ejemplaricen con sus actitudes, con su vida modesta y sincera; tan
límpida que Me muestre en cada uno de ustedes.
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Hija amada, cuídense, no todos tienen la misma forma de pensar y
quienes se aman demasiado, aunque lo proclamen, no tienen espacio ni
capacidad para amarme.
Dejen los comentarios, sean más Jesús en todo momento. Aun con
todo el tiempo que requeriré de ustedes, primero están sus obligaciones
familiares, no descuiden sus responsabilidades. Amenme en sus seres
queridos, en sus amigos y vecinos; ámenme en el necesitado…
DIOS ES INTRODUCIDO EN LA HUMANIDAD
A TRAVES DE MARIA
CM-26 25-Mar-97 (En el día de la Anunciación) Jesús
Quiero volver a hablarles de Mi Madre… Bajo la guía materna todo
hijo puede llegar a crecer fuerte, vigoroso, si ha tenido vitalidad sana la
madre en el momento de la concepción.
Nací de una Virgen Purísima y bajo todo aspecto sana y Santa. Tomé
Su vigor físico y una vitalidad que debía representar a todos los
hombres.
Todo lo debo a Mi Madre, que lo fue sólo por virtud divina. Quien
niega la Virginidad de María, Mi Madre, está equivocado, puesto que
considera imposible una creación sin concurso paterno. Sin embargo,
aquel que niega la Virginidad de Mi Madre, intente añadir un puñado de
tierra al globo terrestre, intente añadir una lengua de fuego al sol que lo
ilumina. ¿Qué habrá logrado? Tomar un poco de tierra de un lado y
ponerlo en otro; dar al sol una llama que anteriormente donó el sol…
¿Entonces?
Sucede que el hombre no haría nada de nuevo, porque se serviría de
las cosas que a él le dieron. Por tanto, no crearía nada, porque tomaría de
aquí y de allá y únicamente cambiaría de puesto las cosas, pero nada
añadiría, nada crearía.
Y Yo, que Soy el Creador, ¿podría suprimir por una vez la ley que
He dado y que mantengo? Quise, pude y lo hice porque así convenía. He
dado eficacia divina y He puesto cambio en las leyes humanas para
formar la humanidad especialísima que no habría tenido nada que no
sea relacionado directamente con la Divinidad. ¿A quién ha fastidiado la
Virginidad de Mi Madre?
He querido anteponer esta afirmación de la Virginidad de María a
pasajes de Mi vida, porque todo hijo digno defiende a su madre de los
ataques que le hacen los que no la comprenden, y todo hijo bueno siente
que debe mucho de sí a su madre. Defiendo a Mi Madre con el poder que
He tenido en el Cielo y en la tierra y no tardo en abatir a quienes la
ofenden. Abatir con la gracia o con la justicia.
Mi Madre, ¡Qué bella era en Su esplendor virginal, cuando Me
llevaba en su seno, nutriéndome con Su sangre! ¡Cuán delicada, cuando
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ocultamente adoraba y se humillaba sabiendo que tenía en Sí misma a Su
Creador!
Hablaba Conmigo íntimamente, Me sujetaba a Sí, mientras Yo
dependía de Ella; Me nutría mientras Yo nutría Su alma. Ella Me
gobernaba a Mí, que gobierno el universo y, desde entonces, todas las
cosas que le He dado han pasado a Sus manos como Su propiedad.
Ustedes saben, hijos Míos, que entre todos fue colocada a Mi diestra.
Sin embargo, ¿quién creería que cuando Yo crecía en Ella le fueron
reservadas ásperas críticas y amargas perversidades?
El mundo es lo que es y la Madre de Dios era incomprendida. Yo no
callaba si alguno se permitía ofenderla; a cada palabra irrespetuosa, Mi
alabanza prorrumpía cálida, afectuosa, clara, de Mi pequeño Corazón,
entonces en formación.
Comenzó Mi vida oculta en la relación filial que mediaba entre
ambos; porque si vine por todos ustedes, oh hombres, más todavía vine
por María, a quien amo por encima de toda criatura. Debía ocuparme de
ustedes, pero antes de Mi Madre. Ciertamente por diferentes motivos,
pero siempre con la predilección que He tenido por Ella.
Cuánto quisieran saber ustedes acerca del tiempo que pasé en Su
seno como un cuerpito que se formaba, especialmente en las relaciones
con la Divinidad de Mi Padre y la Maternidad de Ella… Yo mismo,
verbo hecho Hombre, les contaré algunas.
Gabriel trajo a María el anuncio que saben. Ella aceptó y por eso
inmediatamente tomé forma en Su seno virginal. El primer movimiento
de vida que tuve, en cuanto hombre, fue en el instante en el que Ella dijo
“fiat”.
Pequeños Míos, contemplen la grandeza inigualable de Mi Madre.
Criatura frágil en sí misma, pobre e impotente. Pronuncia una palabra,
expresa Su voluntad y, con Su “fiat”, Me trae al mundo a Mí, el Cristo
esperado, el Hijo del Padre hecho criatura humana.
Mi Madre no creó con Su “fiat”, pero Su voluntad unida a Mi
Omnipotencia lleva a cabo un acto creativo que es superior a la Creación
del mundo y de cuanto en él se contiene.
Yo hice el sol, los astros, los cielos, la tierra, el agua, las plantas, pero
todo ésto perecerá en el caos final. María Ha sido llamada a participar en
Mi acto creativo con el cual Me hice a Mí mismo Hombre. Acto de
infinito poder, acto en el cual Mi Madre obró y quiso obrar a semejanza
Mía, que creó de la nada.
Y así fue. María, Madre solitaria, Madre sin concurso de hombre;
movida por Mí, quiso libremente que Yo naciese en Ella. Por eso Su acto
es el más semejante a Mis actos, porque Yo creo siempre en Mí mismo,
porque nada de lo que hago sale fuera de Mí. Así fue en María, que tuvo
la omnipotencia participada, que prestó, que donó Su humanidad a Mi
Divinidad.
Heme aquí, Hombre entre los hombres, Criatura entre las criaturas,
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Hijo entre los hijos de los hombres, pero permaneciendo Hijo Eterno del
Padre. En un principio, cuerpo informe; luego, gradualmente, pequeño
niño, hasta la completa manifestación de Hombre en el cual se posaba
toda la complacencia del Padre.
Entonces era natural que, apenas tuve una palpitación de vida, todo
lo refiriera a Aquel de quien descendí y al Cual debía el homenaje y el
amor de Hijo consustancial a El. Por lo tanto, Mi primer acto humano,
mientras todavía estaba oculto en el seno de María, fue de humildad;
acto en el cual no estuve solo sino unido a Mi Madre que, a partir de
entonces, participó de manera inmediata en todos Mis actos.
Me sometí todo Yo al Padre y le di el completo dominio sobre Mí,
hecho Hombre. En seguida, le confirmé el amor que Nos unía en relación
de la Divinidad común. El estuvo satisfecho por sí mismo y por los
hombres, a quienes Yo representaba.
Hijos Míos, deben saber que este primer acto de sumisión y amor al
Padre, fue también de reparación por la rebelión de Lucifer y sus
secuaces y también por las rebeliones de ustedes por lo cual, en aquel
instante, los espíritus rebeldes del infierno se retorcieron de rabia y furor,
tratando inmediatamente de vengarse de Mi Madre. ¡Infames criaturas
que solamente buscan venganza!
¿Puede el Dios del amor acceder a sus requerimientos? ¿Puede el
Dios del perdón conceder al infierno la expresión rebelde de sus
voluntades llenas de odio? No puede, apenas lo permite muy
limitadamente en comparación con los desenfrenados deseos de los
miserables condenados. Pero queda el hecho importante que un Hombre
ha reparado las ofensas hechas por esos espíritus rebeldes y ésto es gran
escarnio para ellos.
Mi misión era —efectivamente— antes que redimir a los hombres, la
de devolver el equilibrio en la creación universal. Equilibrio que había
sido roto por Lucifer.
Pero Yo había descendido por el Padre antes que por las criaturas y
al Padre Me He encaminado todo Yo sin perder de vista al hombre y al
Angel rebelde.
Así, al anuncio de Gabriel, el cielo pidió a una Mujer el asentimiento
para obrar los fines preestablecidos, de modo que esta Mujer fue elevada
al plano divino y vino a ser parte necesaria, como querida por Mí, en el
restablecimiento de todas las cosas que Yo mismo inicié encarándome en
Ella.
Aquí está la razón por la cual María está presente en toda
manifestación Mía que se relaciona con la Redención. Y si Yo He
exaltado así a una Criatura Mía, aquel que se opone a Mi Querer de
glorificación de Mi Madre caerá miserablemente.
Solemnemente les digo que, quien desprecia a Mi Madre y se obstina
en ofenderla, perecerá para siempre.
Por eso Me alegraré siempre que alaben a la que Me hizo y seré
31
pródigo con quienes la aman y la hacen amar.
Y ahora que les He hablado suficientemente de Mi Madre, de cuyo
amor Yo gozo inmensamente, les explicaré el misterio de la sombra
protectora del Espíritu Santo sobre Ella, misterio anunciado por
Gabriel…
El Padre vive de Su propia vida y Su vida es el conocimiento y el
Amor de Sí mismo. En esta vida Suya se encierra Su infinito bien, Su
infinito gozo, el poder infinito que le es propio. Deseando participar Su
vida, Su bien, el Padre crea, pero el acto está todo en Su Voluntad, es
decir, en Su amor que es el Espíritu Santo.
Por todo ésto, la protección de Su sombra significa el acto de Amor
con el cual el mismo Espíritu Santo Ha obrado, directamente y sin
concurso de hombre, Mi encarnación. De manera que el increado se hace
creado en virtud de un acto de amor completa y exclusivamente divino,
siendo ésto conveniente a Mi misma divinidad; y se realizó en una
criatura que había hecho voto de perpetua virginidad, precisamente
porque Mi Querer excluía cualquier intervención humana, aunque
requerida en el último momento como simple consentimiento.
La intervención importante del Espíritu Santo en Mi Concepción
debía demostrar que el Hijo, hecho Hombre, es fruto esencialmente
divino. Todo hijo es fruto de amor y también Yo Soy fruto del amor
infinito de Mi Padre, brotado de la donación total de Mi Purísima Madre.
Esta Mi Humanidad, ahora gloriosa, ascendió a realeza de la paridad
con Dios y se convirtió en espejo de la misma Divinidad, ya que el Padre
ve en Mi Humanidad Su misma Paternidad; el Hijo, que asumió la
Humanidad, ve en Sí mismo la filiación increada y la creada; el Espíritu,
luego, goza infinitamente reflejándose en Mí como Hombre, en cuanto
que se complace en el fruto de Su mismo amor.
En la Trinidad, Nosotros vivimos en Unidad y Nos reflejamos en Mi
Humanidad sublimada en la triple relación con la Divinidad, por la cual
el Trino se reencuentra en el único Hombre que fue concebido, nació,
vivió, murió y resucitó para glorificar siempre a Mi Padre, la Luz y el
Amor Mío…
Cuando hablo de Mi Madre el campo es inmenso, Mi afecto
inconmensurable; pero si hablo de mi Padre, de Mí mismo, Verbo y del
Amor infinito, entonces el campo de verdad es infinito y como el campo
materno, para Mí, es indivisible del amor divino, por estar eternamente
asociados el uno al otro; fácilmente pueden creer que en Mí, Hombre, se
Ha obrado el más grande prodigio de amor; el amor infinito, unido,
ligado a un amor de Hombre, sobrenatural y también humano, cuya
intensidad supera el conocimiento de los más excelsos Serafines.
Todo ésto He querido decirles para dar una idea de los sentimientos
del pequeño que iba a nacer: Yo. Tal vez piensen muchas veces en Mí y
en Mi Madre con ternura, sin alzar su mirada a la realeza, a la nobleza, a
la divinidad de Mis sentimientos de Hombre y de los de María.
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Verdaderamente es indecible todo lo que pasó en Mi Espíritu cuando
vine al mundo; pero sobre los indicios de lo que hasta ahora les He dicho
y con la luz que les daré, pueden formarse una idea sustancial de Mí y de
Mi Madre, quien participaba y participa de modo directo e inmediato de
todo lo que es Mío…
Y ahora, a ustedes, que han dejado todo por estar Conmigo, voy a
relatarles algunos pensamientos que mediaron entre Mí y mi Padre.
Estas fueron Mis primeras palabras de Hombre que le dije apenas
creado: “Padre, Te adoro en la verdad, en la bondad, en el Amor, en esta
Criatura que Me alberga. Padre, Te bendigo en la luz, en la caridad, en el
mundo, sobre los espíritus rebeldes, por los espíritus que esperan. Padre,
Te amo por Ti mismo, en Mí, en el Amor; por María, por los hombres,
por los malos, por los que Me esperan en el Limbo, por los espíritus
bienaventurados; en la luz, en el Amor eternamente. Soy Tuyo y, por
siempre, nada nunca Te desagradará en Mí, como todo Me agradará en
Ti. Quiero Mi actual ocultamiento para el conocimiento que deberán
tener de Mí los hombres, especialmente en el Calvario. Oculto o
conocido, amado o despreciado, siempre Te amaré: en la luz, en la paz,
en el Espíritu”…
Hijos, estos Mis primeros pensamientos de Hombre constituyen el
primer puente de unión tendido desde la humanidad perdida hacia la
Divinidad ofendida, pero amante de todas las criaturas… Fui puesto en
el mundo cuando el hombre creía igualarse a Dios, pero lo hice
ocultamente, para reparar la soberbia y el desorden. Me hice carne para
levantar los espíritus, Me abajé para exaltarlos.
Oh, hombres, oh jóvenes, ¿por qué se detienen, por qué no creen, por
qué Me combaten? Los He hecho nobles, pero ustedes Me querrían
deshonrar, Me querrían olvidar. Me He sometido a ustedes, de tantas
maneras, para hacerme apreciar, para hacerme creer, para hacerles el
bien que Yo sólo sé hacer. ¿Por qué entonces no se deciden? ¿Tal vez
encontrarán otro Dios que los contente?… Son siglos que tratan de
construirse un Dios y siempre se engañan, porque el único y verdadero
Soy Yo. Yo, pequeño niño, escondido en el seno de una Virgen.
Si se unen a Mí, podrán elevarse en el Reino que más desean: el del
Amor. Si les interesa la gloria, les digo que Yo Soy la esencia de la Gloria;
si les interesa la riqueza, recuerden que Yo tengo todo y todo será de
ustedes; si les interesa el saber, ¡oh!, entonces no olviden que Yo Soy la
Sabiduría infinita y que ustedes podrán llegar a ser faros de luz, soles de
belleza. Pero, es el amor lo que los atrae; es el amor lo que los atormenta:
vengan, entonces. Vengan a este Dios Niño que los introduce en el
infinito Amor.
Muchos siglos antes de Mi venida al mundo, otro niño, que Me
simbolizaba, fue abandonado en las aguas del Nilo, que lo transportaron
recostado en una canastilla. Moisés, el salvado de las aguas, era el
enviado de Dios y llegaba solo entre gente desconocida. Así también
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llegué solo al mundo, entre gente que no Me conocía, para revelar en Mí
la Divinidad y hacer apreciar Su bondad.
Los judíos hubieran querido que el liberador del Cielo, el prometido
de Abraham, el hijo de David, fuese un caudillo humano. Estaban
cegados por la materia y cambiaban el tiempo por la eternidad, la cual en
nada se parece al tiempo, como las rudas cabezas de Mis coterráneos
codiciaban.
Todo lo sabía y desde Mi concepción Me preparaba, como Hombre, a
vencer la resistencia de los judíos. Por estos motivos, las primeras
oraciones que dirigí al Padre fueron en pro del pueblo escogido.
Cuando tenía pocos meses de vida en el seno de Mi Madre, José fue
elegido para custodio de María y Mío, y fue entonces cuando la Virgen
Madre se dirigió a la casa de Su esposo, quien ya estaba en conocimiento
del origen divino de la Maternidad de su esposa. Este hecho, Me dio
ocasión de hacer hablar a Mi Madre para elogiar a José. Escogido entre
miles, José representaba la tradición judía entendida en el mejor sentido.
Fue sencillo y fiel a Dios y ayudaba con alegría a Su esposa en una
maravillosa entrega.
Yo mismo los guiaba invisiblemente por los senderos del Amor
divino, en el cual debía sobresalir como estrella de primera magnitud.
Fue un gran disgusto para él saber que Mi Madre estaba encinta antes
del matrimonio pero, ayudado por Mí, sobre la palabra del Angel, creyó
y pasó de la pena a la más inesperada alegría.
Ser padre antes de tiempo fue motivo de comentarios más o menos
falaces, especialmente por la encantadora joven con la que se había
desposado. Sepan, hijos Míos, que cada día José y María Me agradecían
cordialmente el haber permitido las injustas críticas que se hacían contra
Sus personas y de ésto Yo gozaba inmensamente.
Una noche quise premiar Su amor por Mí. Hice que se apareciera en
sueños a los dos, un chiquito, descalzo y andrajoso, que golpeaba a la
puerta de su pequeña casita. Fue a abrir María y Me preguntó de quién
era hijo. Le respondí que Mi Padre estaba lejos y que Mi Madre no podía
tenerme en su casa porque debía ir a buscar la más bella rosa del mundo
y el más hermoso lirio. Les dije que no habíéndolos encontrado todavía,
esperaba que los dos Me dieran alguna buena idea o consejo. Sonrieron
los esposos y Me abrazaron, primero María, después José, pero Yo
rápidamente salí de la casa dejándolos asombrados. Al despertar por la
mañana, notaron un perfume intenso de rosas y de lirios. Se contaron
recíprocamente el sueño que habían tenido.
De esta y otras muchas maneras, unía cada vez más Sus espíritus,
hasta formar de los dos un sólo amor, todo orientado a Mí.
En aquel tiempo de Mi total ocultamiento, quise actuar también en
otros corazones y preparar el tiempo de Mi venida al mundo. Igual que
el botón de rosa que, antes de abrirse a los rayos del sol, ya contiene en sí
todo su perfume, Mi Humanidad estaba casi lista a difundir entre los
34
hombres el perfume celestial de la vida divina; pero como la rosa extrae
de la tierra los humores que necesita, así Yo obtenía de Mi Padre la
fuerza y la vida que Me harían único entre los hombres. Por tanto, Mi
pequeño ocultamiento en María no fue una espera inútil para Mi
Espíritu.
Faltando ya poco tiempo para Mi nacimiento, dije al Padre: Naceré
como Hombre para alegría Tuya, a fin de que se cumpla Tu Querer.
Apareceré pequeño para que aparezca grande Tu Nombre que Yo debo
santificar en el mundo. Daré a los hombres el poder de hacer de Mí lo
que quieran; pero Tú, Padre, haz que venga a ellos Tu Reino. Ellos harán
su voluntad, mientras Yo haré la Tuya, como en el Cielo.
Da a José y a María el pan de cada día por Mi amor y perdona a los
que los escarnecen. Soy Hombre y deberé combatir con Tu enemigo;
desde ahora Te Estoy agradecido por el poder que Me Has dado sobre él.
Padre, en el mundo encontraré miserias; las miserias por las cuales Me
Has enviado. Como Dios las venceré, como Hombre las soportaré, como
Dios y Hombre las curaré. Desde ahora Te ruego por los que Me han de
seguir. Sean salvados y Yo los salvaré. Te bendigo, oh, Padre, siempre Te
bendeciré, en la luz en la vida, eternamente…
Cierto pero incomprensible es el misterio de Mi nacimiento. A todos
los fieles que viven verdaderamente de Mí, les doy gran afecto en Mi
Nacimiento, porque siendo el inicio de la Redención de muchos —ojalá y
fuera de todos— es necesario que se le de muchísima importancia.
Aun voy a aclararles más sobre este misterio de cómo Yo pude
haberme unido a una humanidad que, niña o adulta, es siempre una
criatura Mía, es decir, algo más que nada.
El misterio, entonces, es la unión personal Mía, como Verbo eterno,
con la Humanidad que asumí. Los Teólogos lo llaman unión hipostática,
es decir, la unión de dos naturalezas en una sola persona.
Les voy a dar un ejemplo más sencillo. Los expertos agricultores y
jardineros hacen injertos, ¿verdad? Pues bien, el injerto es la unión de
dos criaturas, con el fin de que se produzca una nueva criatura que tenga
algunas propiedades en común con la primera y la segunda, de modo
que la primera recibe un vida extraña a ella. Pero, inclusive, el injerto no
es suficiente demostración de la unión hipostática, porque en el injerto
material se trata de dos criaturas, mientras que en Mí, Dios y Hombre, se
trata de una sola criatura y de su Creador. Además de ésto, la
Humanidad que Yo asumí, de por sí, no habría tenido ninguna
necesidad de unión alguna sino de la natural Conmigo mismo, Creador,
en cuanto que la Humanidad Mía es perfecta aun sin la unión con el
Verbo, perfecta en el Espíritu, perfecta en el Cuerpo.
Voy a darles otro ejemplo que sirva para aclarar sus oscuridades
acerca de Mi unión hipostática.
En el Cielo que está encima de ustedes, existen cuerpos que circulan
atraídos por uno u otro planeta. Cuando la atracción se hace inminente e
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irresistible, el cuerpo que vaga en el espacio va a unirse con el planeta
que lo atrae y así vienen a ser un solo cuerpo, con un sólo movimiento,
una sola vida, considerando que la vitalidad del asteroide queda
absorbida en la del planeta que lo atrajo. También Yo He unido Mi
Cuerpo a Mi Divinidad y He insertado el primero en la vida y en el
movimiento que Me son propios como Creador y Glorificador, aunque
permaneciendo completamente Hombre.
Considerando, además, las inmensas fuerzas que He puesto en el
centro de su planeta, encontrarán otra cosa apta para esclarecerlos. Ya
saben que en el centro de la tierra hay fuego, agua y minerales. Encima,
en la costra terrestre, en cambio, tienen otras criaturas que no podrían
vivir en otro lugar.
Pues bien, sabiendo que ya sea en el subsuelo, ya sobre la costra
terrestre, la vida de cada criatura procede simultáneamente, pueden
fácilmente pensar como Yo, tomando su humanidad, He hecho algo
invisible, inconcebible pero real, como el fuego eterno de la tierra, el cual
arde incesantemente y al mismo tiempo, por ejemplo, que los glaciares
que existen sean bajo la tierra o sobre ella. Dos criaturas opuestas, fuego
y hielo, viven cada una su propia vida, pero ambas en un sólo
organismo: la tierra. Y no piensen que sus vidas están del todo separadas
porque el hielo existe en cuanto existía, al principio; el fuego es sólo
fuego.
Es claro que el fuego interno de la tierra no alimenta la vida del
hielo, pero el hecho es que, si no existía antes el fuego, ahora no existiría
el hielo y, por tanto, el agua. Por eso el agua depende del fuego y ésto es
la vida de todo el universo creado.
En Mí, Dios y Hombre al mismo tiempo, está el fuego y el hielo, está
el Creador y la criatura, pero ésta vive en virtud del principio creador y
está informada de la misma vida de Mi Ser, de modo que Mi Humanidad
en la tierra fue un velo movido continuamente por la presencia de Mi
Divinidad.
Hice al hombre a Mi imagen y semejanza y He hecho un Hombre
que no es sólo imagen, sino que es Yo mismo. Por eso obro en Mi
Humanidad con la Omnipotencia, la perfección y la bondad que Me son
propias en cuanto a Dios.
Si quienes ponen en duda la Virginidad de Mi Madre pudiesen
poner la mirada en la sublimidad de Mi naturaleza divina y humana,
indisolublemente unidas en una sola Persona, dejarían de dudar y
encontrarían que Su Virginidad no sólo conviene a Mí y a Ella, sino que
es absolutamente complementaria ante la grandeza de Mi unión
hipostática. En el Cielo sabrán mucho más de todo ésto…
Ahora crean y aun pierdan la cabeza contemplando el misterio de
Omnipotencia de Mi unión hipostática que ha servido de tropiezo a
Lucifer y los suyos.
Llegado Mi tiempo, quise nacer en Belén y predispuse a Roma para
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el censo. Fue un símbolo con el cual tenía la intención como de reunir a
los hombres para dar a muchos la sensación de Mi llegada a ellos. Pero
no comprenderían y, para despertarlos, ya se movían hacia Jerusalén los
Magos que provocarían las investigaciones de los Sacerdotes judíos en
las Escrituras. Sin embargo, también estos últimos permanecieron
insensibles. Conmigo no estarían sino María y José. En efecto, en Belén
Me esperaba la incomprensión para acompañarme hasta la Cruz.
De Mi nacimiento, hijitos, aprendan que para agradar al Padre es
necesario en cierto modo morir; como que también en la muerte, si es
semejante a la Mía, encontrarán la Vida Eterna. ¿Quién de ustedes quiere
nacer muriendo? Nadie lo querría si Yo no interviniese con persuasión y
energía. Pero Yo sé cómo hacerlos aceptar lo que no quisieran y no los
dejo solos. A cada uno, la medida necesaria; a todos, Mi comprensión y
compasión.
No se asusten de la lucha porque no es eterna y, sobre todo, porque
es necesaria. El hombre que lucha consigo mismo puede vencer y puede
perder, lo esencial es que tenga la última victoria, y deben creer que para
alcanzarla es necesario comprobar la propia impotencia. Recuerden,
luego, que Yo les garantizo amor aun cuando no les parezca que son
amados por Mí.
Mírenme, oculto en el seno de María. Yo ya hablo de Mí callando,
esperando, orando por ustedes al Padre. Yo ya los invito a reflexionar
que quise nacer para hacerme conocer con ustedes. ¡Qué alegría para Mí,
y también para ustedes, si Me aprecian! ¡Qué fuerza recibirán si Me
acogen confiados! Piénsenme oculto, pero presente; presente, pero
invisible. Después Me apareceré a ustedes, no teman, los consolaré y
también les sonreiré.
Almas Mías, amadas, Yo no hablo para Mí sino para ustedes:
¡créanme, los amo! Y no poco, sino infinitamente…
Entre todas las criaturas, la más amante es Mi Madre. Antigua
verdad, ésta, para los cristianos; pero, para poder entenderla haría falta
la luz que Me es propia. Por esta razón es bueno observar a Mi Madre en
lo que Ha hecho, Ha dicho y en lo que Ha sufrido. Todos los que la
aman, escuchen.
Conocida la noticia del censo, verificó que el viaje a Belén coincidía
con la época de Su parto. Primera contrariedad aceptada plenamente por
Ella. Profecías y hombres querían que Yo naciese donde Judá plantó sus
tiendas. También Yo, como Hombre, pude querer tener origen
puramente judío, además de estirpe real. Pero mientras más grande es la
confianza del hombre, mayor debe ser la prueba a la que Yo los someto.
Llegados a Belén, los santos esposos no encontraron albergue. Y
María, cada vez más abandonada a Mí, se adaptaba a todo. Los reyes y
sus madres gozan de las comodidades de los Palacios; el Rey y la Reina
del Cielo han gozado de la absoluta pobreza, del albergue improvisado,
de la piedad de una jovencita que se preocupó de procurar albergue a Mi
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Madre en espera de Mí. María no habla, espera, pero en Su espera está
toda la seguridad de la Madre del Creador, hecho Hombre, a la cual
nada le faltará de lo que es indispensable. José tembló primero, luego se
serenó. Ahora, el esperado de los siglos podía presentarse al mundo
cubierto por Su espléndida vestidura: un pobre que nace en pobres
condiciones, lejos del bienestar, humilde hasta el exceso.
María callaba, pero estaba emocionada; Eloé, la mujer que Nos
procuró el albergue, estaba encantada mirando la belleza de Mi Madre.
José, un poco aparte, tenía el corazón que se le saltaba.
Llegada la hora, María apoyó Su rostro en la mano derecha. Un
instante y el Hijo de Dios se presentó al mundo. ¡Hombres, tengan
esperanza! ¡La salvación está entre ustedes! Entre todos, nació el más
bello, ¿quién no lo sabe? Sin embargo, de nada valdría ser bellos si no se
ama. ¿Pero, puede un niño demostrar que ama? Esto fue posible para Mí,
si bien Me escondía bajo el velo de la infancia.
Ve a dormir, gracias Mi niña por tu sacrificio, Yo velo tu sueño.
LA SEMILLA INDESTRUCTIBLE DE MI PALABRA
CM-27 26-Mar-97 Jesús
Ante todo, el que ama hace el don de sus cosas y también de sí
mismo. Así lo hice Yo por medio de María. Luego, el que ama se abaja
ante la persona amada y quiere hacerse dependiente de ella. Como Dios
solamente, habría permanecido en Mi altura y realeza sobre las criaturas;
pero hecho Hombre, podía hacerme dependiente, sometido a ustedes, y
así lo hice por medio de María.
En la noche de Belén se verificó todo ésto. De modo que, mientras en
el Cielo los Angeles cantaban alabanzas a Dios hecho Hombre, en la
tierra el Hombre-Dios se daba a Sí mismo en estado de sujeción a los
hombres.
Como es natural, Mis facciones físicas arrebataron a Mi Madre, pero
lo esencial en la tierra no es conocer Mi aspecto externo sino captar Mi
interior, penetrar en Mi Espíritu. Por esta razón He puesto en Mi Iglesia
la semilla indestructible de Mi Palabra y, justamente por medio de Ella,
Mi Espíritu penetra en ustedes. Por tanto, si ahora les falta a los hombres
la visión de Mi imagen externa, tienen Mi Palabra, que es inmensamente
mejor que Mis facciones humanas.
Les digo ésto para que pasen de la materia al espíritu, aunque se
trate de Mí, Dios hecho Hombre.
Virtualmente, el alma de un niño no se agranda con el crecimiento
del cuerpo; pero en la primera edad el alma sigue al cuerpo y se adapta a
él como prisionera encerrada en su celda. Tiene una vida propia que se
manifiesta de muchísimas maneras; ciertamente no puede conocerse a sí
misma, no puede querer y entender libremente, ceñida como está por la
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vida del cuerpo.
Sin embargo en Mí, aun en la pequeñez de la Humanidad, seguía
siendo Dios y por eso Me era posible concebir, de modo divino, como el
Hijo del Padre, lo que no podía exteriorizar en forma humana como hijo
de María.
Por muchos motivos, que ni los Teólogos entenderían, Me
encontraba como un intelectual que pierde el uso de sus manos y que
vive sin poder plasmar sus pensamientos en el papel.
Por ello, Mi vida interior hasta los cinco años de edad estuvo toda
oculta, encerrada en Mí mismo. Pero no fue inútil.
De regreso de Egipto, a los dos años y seis meses, sufrí una infección
cutánea propia de una epidemia infantil en esa época. Era el primer mal
que soportaba y lo acogí como sólo Yo sé acoger el Querer Divino. Fue
ocasión para rogar al Padre por ustedes, le dije: “Oh, Padre, haz que la
virtud curativa que Me Has dado, se extienda de Mi Cuerpo a todas las
almas y que ellas se alivien por Mi dolencia. Que todos vean en Mí a su
Salvador y sus llagas sean las Mías. No contra Tu Querer sino para su
cumplimiento, se curen en Mí. Que todos estén libres de sus miserias,
porque no rechazo el ser mísero; que todos tengan consuelo aun cuando
sufran. Padre, Te ruego, acoge Mi pequeño dolor y Mi gran Amor.”
José y María se establecieron en Nazaret y Yo con ellos; aprendí, de
manera experimental, las dificultades de la vida humana.
Treinta años de soledad para prepararme a la más grande misión.
Los apresurados hombres de este año de 1997 tienen mucho que meditar
sobre este hecho, especialmente quienes creen que pueden resolver sus
intrincados problemas con distracciones o escuchando a muchos
charlatanes que brotan como hongos nocturnos y venenosos por todas
partes.
Para gozar de Mi luz, es preciso apartarse del ruido y permanecer
firmes ante las lisonjas del mundo. Aprendan de Mí y encontrarán
verdadero reposo para sus almas. Si así lo hacen, no les negaré la
amistad de los hombres, pero serán pocos y bien selectos.
Al crecer, todo debía alcanzar la perfecta exposición, ya sea de Mis
cualidades naturales, ya de las virtudes en las cuales era excelso desde la
Concepción.
En el seno de Mi Madre He alabado a Mi Padre del Cielo; hoy
recuerdo que la alabanza dirigida por Mí al Cielo era ciertamente plena,
eficaz y digna; al haber sido hecha también por los hombres, debía tener
la confirmación de éstos. De modo que, de conformidad con los decretos
de Mi Padre, será necesario el fin del mundo para que Mi alabanza,
iniciada en el seno materno, tenga perfecto cumplimiento; no obstante
las repulsas de muchos, haré que todo se cumpla. En cuanto a los
condenados, la cuestión ha sido resuelta positivamente por adelantado:
Ellos odian y jamás alabarán, ni por más que de nuevo Me hiciese
crucificar en pleno infierno.
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¡Cuántos pensamientos en Mí como niño! Debía vencer al mundo,
debía actuar gradualmente para ser el Hombre que quise ser. ¿Y quién
más que Yo sabía que Mi victoria sería a costa de sacrificios? ¿Podía no
comenzar en seguida la obra que tanto Me urgía? Faltaban más de veinte
años para Mi manifestación pública, pero tenía que hacer dos obras
maestras de Mi divina bondad: María y José. Ellos debían ser los
primeros en el Cielo, por eso Me dediqué todo Yo a Ellos.
Un día le dije a María: “Mamá, ¿puedes indicarme un sitio donde
pueda orar a Mi Padre sin ser perturbado?” Ella contestó: “Hijo Mío, Tú
conoces todo, ¿por qué Me preguntas lo que Tú ya sabes?” Con amor le
dije: “Es para hacerte conocer que yo no quiero hacer nada sin que Tú
tomes parte en lo que hago.” Y Ella, dulce y comprensiva, Me indicó el
lugar y Me pidió que en las oraciones que hiciera, la tuviera presente:
“porque el ser Tu Madre —dijo Ella— es para Mí una enorme
responsabilidad y el respeto que Te tengo, Me parece siempre poco.”
En otra ocasión, porque era del agrado de Mi Padre, Me quedé tres
días lejos de casa. Pero Mis Padres estaban prevenidos. Al regreso
encontré a Mi Madre llorando porque durante Mi ausencia había tenido
una terrible visión. Un mal Angel le había hecho ver una parte de Mi
Pasión. Me abrazó fuertemente y Me preguntó qué había hecho en esos
tres días. Le respondí que había ido al sitio acostumbrado que Me había
indicado y que allí Me entretuve en unión con Mi Padre. No Me decía
nada de la visión que había tenido. Pero Yo sabía y la interrogué
cautamente. ¡Pobre mamá! ¡Cuánta pena pasé en Mi Corazón por Ella!
Cuando comprendió que Yo también había sufrido mucho por el mismo
motivo que Ella, ocultó Su rostro entre Sus manos y lloró a lágrima viva.
José también participaba de Nuestras penas y, por otra parte, para El
debía Yo también actuar, para formarlo en la sabiduría y hacerlo grande
en el amor. Como verdadero custodio, puesto por Dios entre María y Yo,
José seguía Nuestros razonamientos y usaba con Nosotros las más
delicadas atenciones. Le tuve amor en la tierra y les aseguro que ahora,
en el Cielo, Me es muy amado y lo He elevado a una muy grande
dignidad y decoro.
En efecto, Mi Padre adoptivo Ha conservado y sublimado el poder
que Le fue dado sobre Mí y sobre Mi Madre. El Me dio el pan en la tierra
y le doy inmensa Gloria en el Cielo. Y María, en persona, lo alaba como a
obra maestra de Mi Bondad… ¡Hombres ciegos, si supieran la grandeza
de José, cómo se acordarían más de El!
Si conociesen a José, serían muy felices al experimentar Su
protección. Pero lamentablemente no buscan Su ayuda y en ésto no se
parecen a Mí, porque Yo quise tener necesidad de Sus cuidados y de Su
protección. Sé muy bien que la grandeza de Mi Madre los ha vuelto casi
ciegos para las grandezas de José, pero sepan que los dos Me amaron
mucho y a los dos Yo escogí para Mí y para ustedes.
¡Cuántas veces dejé a Mi Madre el cuidado de la casa para ayudarle a
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El que representaba a Mi Padre en la tierra! ¡Cuántos suspiros y cuánto
afecto de parte del elegido José para con el Hijo de Su María!
Cuando se trató de enseñarme a trabajar, José no se decidía a darme
las primeras instrucciones. Yo leía en Su ánimo todos los sentimientos de
humildad que le impedían guiarme en el trabajo. Y como se sentía
movido a enseñarme Su oficio, una vez descubrió a Mi Madre sus
sentimientos de humildad. Ella se llenó de compasión por José y movida
de espíritu profético le respondió: “No temas, José, este Niño Nuestro
debe trabajar Contigo porque Tú mismo aprenderás de El, mucho más
de lo que Tú puedes enseñarle.”
Así fue. Al principio, con timidez, José Me utilizaba en cosas
pequeñas, luego Me puso a Su lado y Me hice Su apasionado
colaborador. Pero mientras lijaba, cortaba, martillaba, trabajaba
incansablemente Su alma, que en verdad respondía prontamente a Mis
cuidados.
En cierta ocasión, José tardaba con un trabajo del cual dependía el
poco de pan que necesitábamos. Esta vez, Yo no Me adelantaba a El,
esperaba sus indicaciones… Finalmente, acabado el trabajo y José
cansado por la tensión y la fatiga, Me preguntó: “Hijo, ¿ya no te agrada
mi trabajo? Te noto cambiado.” Le respondí: “Es justo que Yo Te ayude,
Padre, pero esta vez He querido hacerte experimentar lo que todos los
hombres deberían experimentar: el sentirse solos después de haber
recibido muchas ayudas de Mi parte. Y quisiera que todos cumplieran su
trabajo, sus cosas, con la paciencia que tú has ejercitado en esta ocasión y
que nadie dejase las buenas empresas porque Yo no Me hago presente.
Amado Padre —y aquí acaricié su frente sudorosa— Tú Me conoces lo
suficiente y el privilegio tuyo de tenerme a Tu lado es garantía de Mi
afecto por Ti. Me gusta ayudarte pero quiero ejercitarte mucho en el
espíritu y por eso Me mantenía un poco retirado.”
Dos gruesas lágrimas regaron el hermoso rostro de José; Yo se las
enjugué y le besé la frente. Se arrodilló a Mis pies y Me dijo: “Hijo, no
merecía el honor que Me Has dado, ¿cómo mereceré estar junto a Ti en el
Cielo? Tu Madre sí, es digna de eso. Yo, como ves, Soy deficiente y
lento.”
Después de aquella época viví más apartado porque Mi Padre Me
llamaba a la soledad. A la edad de 16 años hice un rodeo por la baja
Judea, acompañado de Mi Madre. Por mil razones José hubiera querido
seguirnos, pero tuvo que plegarse al Querer Divino que lo mantenía
firme en Nazaret por algunos trabajos Suyos.
Mi Madre, en cambio, era esperada por nuestros parientes. El viaje
fue bastante largo. Por los caminos y pueblos vi a algunos de los
hombres de los que hablaban ustedes ahora. Pedro, Andrés, Santiago y
también Juan. Ellos ni siquiera podían sospechar qué encuentros tenían,
pero Yo los conocía y veía de antemano todo lo de ellos.
Pasamos por Jerusalén, fuimos al Templo y Mi madre se acordó del
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episodio de Mi perdida y sintió nuevamente la opresión del corazón que
experimentó entonces, pero no Me dijo nada. Yo, apiadado por la gran
prueba que tuvo, quise consolarla y le dije: “Madre, ¿ves este Templo?
¿Conoces cuán grande es la veneración del pueblo a este lugar? Pues
bien, no pasarán muchos años y todo será destruido aquí y para siempre.
Debe ser quitado el oro del Sagrario porque aquí en Palestina y en todo
el mundo se levantarán otros templos en los cuales será custodiado no el
oro, sino Tu Hijo”… “Sí, Madre, Yo habitaré en los Templos que Mi
Padre hará construir y todos podrían acercarse a Mí, porque Yo Me haré
alimento de todos y viviré en todos los que Me amen. Ahora es uno solo
el que se acerca al Altar para ofrecer sacrificios a Mi Padre; después
podrán acercarse todos, más aun, Yo mismo Me acercaré a todos y Me
daré a todos los que deseen”.
“Y, ¿cómo será ésto, Hijo Mío?”, preguntó en medio de Su asombro y
alegría. Le contesté: “Madre, ¿no He nacido de Ti solamente por la virtud
del Espíritu? ¿Y no somos, el Padre, Yo y el Espíritu, vida perenne y
Omnipotencia ilimitada? Te digo que así será y quien se alimente de Mí,
llegará a ser también Tu hijo.”
La admiración de Mi Madre se cambió entonces en ternura. Mi
Palabra, iluminándola, la hacía partícipe de Mi íntimo pensamiento y
Ella, embelesada, saltó de gozo: “Jesús, Hijo Mío, quiero ser la primera
en adorar esta maravilla que me Has manifestado. Cada vez más veo Mi
bajeza, cada vez mejor Me haces conocer Tu bondad. Cuando estés
presente, así como Me dices, en los tiempos que habrán de venir, haz que
Yo siga estando cerca Tuyo. Tú lo puedes hacer y no Me negarás este
gran favor. Pero dime, ¿cómo se hará patente Tu presencia en lugar de
Nuestro Sagrario?
Un poco de pan se mostrará a los hombres, un poco de vino y, bajo
estas apariencias, estaré Yo presente… Ahora no puedo decirte todo,
pero llegará un día en que nada se te ocultará.
¡Qué efecto, qué cambio, obraron Mis Palabras en el ánimo de Mi
Madre! El resto del viaje Ella meditaba sobre lo que Yo le había revelado.
Esto He querido decirles para satisfacer el deseo de alguno que
pretendía conocer cómo había revelado el misterio de la Eucaristía…
Cuando lo dije a los Apóstoles fue algo nuevo y no bien comprendido
entonces, pero Mi Madre calló siempre hasta después de Mi
Resurrección.
Y ahora que estoy ustedes, ¿por qué Me tienen tan olvidado? ¿Creen
acaso que el don que les He hecho de Mí en la Eucaristía no Me costó
mientras estaba en la tierra? ¡Oh, sí Me Ha costado! Para hacerles este
don He tenido que luchar por la presencia de Mi Humanidad. Yo sé que
no lo entienden, pero les explicaré ahora.
Mi Humanidad por sí Ha sido y es radiante, superior a la naturaleza
angélica. Pero debiendo redimir, tenía que absorber todos los pecados.
Podía redimir en un instante, pero no lo hice. Quise, en cambio, ser
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Hombre también en ésto. Así que, gradualmente pasé a adquirir una
fuerza tal que, por sí sola, ha trastornado todo el mal y lo ha vencido.
Sólo entonces podía Yo, como Hombre, transubstanciar Mi Cuerpo, es
decir Mi Humanidad, bajo las apariencias del pan y del vino.
¿Comprenden lo que Me Ha costado permanecer con ustedes?
¿Creen en Mi amor? Lo que Yo podía hacer en un segundo, sin mayor
sufrimiento, He querido que se hiciese en más de tres décadas. Para
poder entregarme a ustedes enteramente, como Dios y como Hombre, no
fue dudado en sacrificarme por mucho tiempo. Pero ahora Soy feliz por
ustedes, porque Soy todo suyo y Mi felicidad no puede quedar en Mí
solamente; quiero que se derrame en ustedes, a quienes espero en los
Tabernáculos, como un Dios que sabe esperar a sus Criaturas. ¡Cuántas
veces, en Mis soliloquios, Mi mente se ocupaba en ustedes mientras
estaba en la tierra, esperando manifestarme al pueblo!
Me había hecho hombre por medio de María, pero debía llevar a
cabo otra gran unión, la de Mi Sacramento; una unión que debía ser el
fermento de la vida mística que quiero vivir en ustedes. Por eso
palpitaba, suspiraba por la hora de poder unirme a ustedes. Y si bien
veía todas las indignidades que se cometerían contra el Sacramento del
amor, sin embargo prevalecía en Mí la alegría de la donación, a la
tristeza de sus miserias, con las cuales no pocas veces se ofende la
Santidad de Mi Sacramento.
Sí, He soñado mucho tiempo, como Hombre, en tener la
correspondencia del amor; los He visto a todos, unidos en Mí, triunfar
Conmigo en le Cielo y He alabado al Padre por ello anticipadamente, por
ustedes y por Mí.
Por eso, no saben la alegría que Me dan cuando reciben la
Comunión. Piensen en estas cosas, piensen en Mí; les garantizo que se
volverán felices, que podrán adquirir las propiedades de Mi Cuerpo y de
Mi alma. Les garantizo que, comulgando para contentarme, quedarán
divinizados.
Cuando tenía veinte años, dije un día al Padre: Oh, Padre divino, Mi
alegría es plena considerando el don que haré de Mí. Tú que gozas
Conmigo, perdona Conmigo a los que Me ofenden en el Sacramento del
Amor. Como Yo te agrado, así también Te agradarán todos los que,
recibiéndome por amor, se harán semejantes a Mí. Yo reviviré en ellos y
en ellos depositaré la sabiduría, la belleza y el amor que tengo, de modo
que Tú con el Espíritu pueden complacerse y considerarlos como a Mí.
Yo reviviré en ellos, oh, Padre, oh Vida y Amor Mío; Espíritu Santo,
incendia a Mis amados y condúcelos acá, a Mi Corazón.
Todas las veces que María preparaba la comida común, Yo no dejaba
de una u otra manera de demostrarle Mi gratitud por la obra amorosa
que hacía. A veces la ayudaba a arreglar la vajilla y, si el trabajo lo
permitía, sabía preparar también Yo una sopa. Naturalmente, Mi Madre
habría querido hacer todo Ella, pero Yo Me demostraba tan afectuoso
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que María muchas veces dejaba de hacer. Yo la ayudaba a hacer las
compras y si se trataba de buscar pescado, Mi Madre Me mandaba a
conseguirlo. Pequeñas cosas familiares en las cuales demostraba el afecto
recíproco y que Nos dejaban el alma una hermosa sensación.
Entre otras cosas, veía que Mi Madre, al dividir la comida, ponía
mucha atención en no darme nunca en el mismo plato que usaba Yo
antes. De manera que, llena de Fe y de amor como era, tomaba para Sí o
bien ponía a José el plato que antes había sido Mío el día anterior —
teníamos una sola comida diaria— ¿Pequeñas cosas? Sí, cosas pequeñas
pero llenas de amor.
Muchas otras cosas y anécdotas alegraban Nuestra pequeña familia:
cosas domésticas que quedaban entre Nosotros.
Pero afuera, el mundo miraba con curiosidad y muchas veces habría
querido meterse en Nuestra casita para darse cuenta de tanta armonía,
de tanta paz. ¡Cuánta gente vive llena de insaciable curiosidad!
Reconozco que los tres, involuntariamente, provocábamos curiosidad de
los demás, pero Nuestro vivir era siempre conforme a Nuestra condición
y, en todo caso, siempre modesto.
Vamos a hacer un paréntesis, ya no falta mucho, ahora recibe a uno
de Mis hijos más queridos y dile cuánto lo amo. (Haciendo referencia a mi
director espiritual que acababa de llegar.)
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S E G U N D A P A R T E
ESCUCHA A MI IGLESIA Y OBEDÉCELA
CM-28 27-Mar-97 (Jueves Santo.) Jesús
Hija Mía, antes de escuchar Mis Palabras, cuando tengas este tipo de
dudas, escucha a Mi Iglesia y obedécela. (Dudaba si debía haber hecho caso a
una persona con respecto a la asistencia a los actos religiosos de Semana Santa
en una Parroquia o si podíamos hacerlo en una capilla pequeña.)
Continuemos con nuestro trabajo:
JOSÉ, PATRONO DE LA BUENA MUERTE
CM-29 27-Mar-97 Jesús
A medida que pasaban los años, se acercaba Mi hora y a ella Me
aprestaba con toda dedicación. Pero antes debo mencionar a Mi amado
José que debía precederme.
Su última etapa de vida terrena, José la transcurrió serenamente.
Pero, al término de los cincuenta años, se enfermó seriamente. Sus manos
no podían ya sostener los objetos, el hombro izquierdo estaba
entumecido. Tenía artritis y los intensos cuidados que se le daban no
sirvieron de mucho. Mi Madre y Yo lo asistíamos amorosamente, pero
Mi Padre lo llamaba desde el cielo y por eso todo fue inútil. Lo que podía
hacer por El era aliviarle el mal cuando se hacía más agudo, pero no
siempre lo hacía. Así, el corazón, largamente probado, no resistió y al
cabo de un tiempo José llegó a su fin en la tierra.
Es verdad, El estaba preparado para partir porque en Su alma habían
madurado los frutos que Yo quería para El. Le faltaba sólo uno y lo
maduraría en el mismo acto de morir.
Mi amado José, después de tantas fatigas, cuidados, temores y tanta
cosa, merecía que Su Tránsito ocurriese con el consuelo de Mi
Presencia…
No ocurrió así, El expiró en brazos de Mi Madre, sola mientras Yo
había ido a orar por El. ¿No les gusta que haya sido así? Sin embargo, fue
del agrado de Mi Padre y también del Mío. José es el Patrono de la Buena
Muerte, porque en ella El fue consolado por María, que Me representaba
también a Mí. Pero sobre todo, es Patrono de los Moribundos porque al
morir hizo Su más grande sacrificio aceptando plenamente el Divino
Querer, que Me tenía lejos de El físicamente. ¡Cuán hermosa fue la
aceptación de José al momento de morir! Justamente porque aceptó estar
separado de Mí. El que tanto Me amaba, ha tenido el poder de allegarme
a los moribundos que lo invocan esperando Su ayuda. Porque deben
saber que a Mis Santos les doy el poder de intervenir benéficamente en
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las cosas en que ellos fueron más probados.
Mi Madre y Yo dispusimos lo necesario para la sepultura en un
lugar que se encontraba al oriente de Nazaret, en las cercanías de la
colina donde ahora hay un templo dedicado a San José. Su cuerpo ya no
está en la tierra, sino que vive en el Cielo donde lo conduje Yo después
de Mi Resurrección. El, en efecto, volvió a tomar Su cuerpo cuando Me
presenté en lo que ustedes llaman Limbo y permaneció Conmigo, feliz y
glorioso, hasta el día en que subí al Cielo junto con todos los otros que
estaban en espera de Mí en el mismo Limbo.
María, después de la muerte de José, se dedicó enteramente a Mí. A
Su sostenimiento material proveía Yo continuando el oficio de José y Ella
ganaba algunas monedas bordando, confeccionando encajes para la
gente que se encargaba del Templo o para alguna novia.
En aquel tiempo volvimos a Jerusalén peregrinando como simples
fieles. Pero iba a llegar Mi hora y Yo tenía delante la obra para la cual
había venido y que constituía la premisa necesaria para su redención.
Por ello, se hicieron más frecuentes la soledad y la oración.
En unión con Mi Padre comencé entonces el gran retiro del cual
debía volver lleno de celo para la misión que tenía que llevar a cabo.
Puse todo el cuidado, para presentarme a los hombres que Me habrían
de seguir y que en el futuro habrían de creer en Mí. Estaba pronto, era la
hora, pero antes de comenzar quise vencer a un enemigo que desde hacía
tiempo quería vencerme a Mí.
Para darse cuenta de las tentaciones que quise afrontar, deben saber
que Satanás a oscuras de Mi Divinidad maquinaba su plan, sus redes. Se
admiraba de que hasta entonces no se le haya concedido tentarme,
porque en Mí, repito, veía solamente a un hombre.
Al término de Mi retiro, tuvo el permiso de tentarme y comenzó,
como ya saben, cavilando en torno a Mi hambre. Las piedras podían
convertirse en pan, pero la Palabra de Mi Padre era no tocar alimento.
Por eso hablé al tentador como se merecía. Satanás debía rendir cuentas
de su pecado por el cual cayó. Y su pecado fue precisamente combatir no
sólo la Divinidad de Mi Padre, sino también negar que un día el Hijo
pudiese asumir la naturaleza humana. Estas fueron las causas de la caída
de Satanás. No quiso aceptar ser menos que un hombre. La Palabra de
Dios lo irritó y lo puso furioso. De modo que, cuando le respondí que se
puede vivir no sólo de pan, sino de toda Palabra que viene de Dios, le
reproché también su inicial rebelión a la Palabra de Dios. Pero el
mezquino volvió a la carga y Me propuso arrojarme de lo alto del
Templo.
¿Debía Yo mostrarle Mi Poder? No, tanto más que cuando debía ser
expulsado del Paraíso, trató de cambiar su miseria, pidiéndolo poder
ofrecer su fuerza y su inteligencia para inducir a los hombres a adorarme
cuando Yo llegase a la tierra. El, miserable y malvado, Me tentó a Mí, su
Dios, ofreciéndome sus bajos servicios. Pero le respondí en el desierto:
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“¡No tentarás al Señor tu Dios!”
Finalmente, Satanás, viendo inútil rebelarse contra Mí —en su
primera caída— viendo inútil el tentarme del modo que He descrito,
habría querido ponerse él mismo en Mi lugar y ser adorado.
Y así, en el desierto, tuvo la respuesta por entonces que tentaba a Mi
Humanidad y por su primer pecado. Tuvo la respuesta de un Hombre,
del mismo Hombre que él, Satanás, no quería que viniese al mundo. Y
ésto fue su terrible castigo, porque en Mis respuestas sintió claramente
que no eran sólo por el momento, sino que apuntaban también a su caída
del Cielo.
¡Cuánta miseria, cuánta soberbia en el desdichado ángel que se
rebeló! Reflexionen y comprenderán mejor sus astucias. El, en efecto, es
el espíritu que niega, que confunde, con toda malicia y que quisiera,
aparte de Mí, a Mi grey. Me tentó a Mí, los tienta también a ustedes. Por
soberbia hizo guerra a Miguel y fue derrotado; por odio engaña a quien
le escucha; por envidia desprecia y hace despreciar a Mis ovejas.
Pero Yo He dicho que éstas conocerán Mi voz y por eso He
garantizado que, si siguen siendo Mías las ovejas que He escogido, no se
confundirán. Tendrán vicisitudes, altos y bajos, luz y tinieblas, pero Me
reencontrarán con la confianza, con la constancia, con la paciencia.
Yo, que Soy su Redentor, He querido tener contacto con nuestro
enemigo común y lo He vencido, no precisamente porque en Mí está la
Divinidad sino simplemente como Hombre. A su falaz presunción He
opuesto la Sabiduría de Mi Palabra, es azote terrible para Satanás.
Ustedes deben hacer otro tanto; pero es lógico que, si no conocen Mi
Palabra delante del rebelde, serán débiles y estarán desarmados.
Ahora debo hablarles de Mi Bautismo. Juan lo instituyó por
inspiración divina y Yo Me serví de él para instruirlos. Las aguas del
Jordán fueron usadas por Caín para lavarse cuando se manchó con su
delito y Yo, al sumergirme en ellas, sentía sumergirme en las sucias
aguas de todo hombre. Por eso dije a Juan que convenía que él Me
bautizase y que Yo Me dejara bautizar. Mi intención era tomar el pecado
de Caín y en él todos los pecados.
Pero Mi Padre, viéndome así humillado, Me alabó en alta voz, de
manera que todos los presentes quedaron asombrados. E inclusive el
Espíritu Santo, descendiendo en forma de paloma, hizo visible la
aceptación divina, simbolizando la paz entre el hombre y Dios. Juan tuvo
el testimonio que le había sido prometido y Me reconoció en seguida,
aunque también él ignoraba estas cosas. Muchas acciones y cosas Mías
eran símbolos y de ellos Me servía para unir Cielo y tierra.
Cuando llegué el Jordán Me confundí con los demás, pero cuando
quise volver, Juan Me entretuvo afectuosamente. Me declaró que su
misión había terminado pero Yo le dije: “No todavía, Juan; debes dar
testimonio de la Ley divina y dar la vida por el pueblo”. Juan no
entendió de inmediato, pero después se persuadió de ello y Yo rogué al
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Padre para que su obra se llevara a cabo del modo establecido. Pero no
fue ésta la primera oración que hice por Juan. Mi Espíritu lo seguía y lo
guiaba desde que él saltó de gozo en el seno materno al saludo de Mi
Madre.
Quiero hacerles una aclaración: Yo He alabado al Bautista, pero eso
no significa que Me amó más que Mis Apóstoles, más que el otro Juan y
que Yo prodigué más gracias al Bautista. El Evangelista Juan Me siguió,
el hijo de Zacarías no. ¿Cómo pueden decir que es superior a los Santos
que Yo He formado en la Nueva Alianza? Oh, niños ingratos, ¿qué no
saben ni siquiera leer bien el Evangelio?
Cuánto daño se hacen a ustedes mismos y a los demás. Pero si no
entienden que el Bautista, si bien fue muy grande, fue el más pequeño
del Reino de los Cielos, al menos creerán que hacer de Embajador es
mucho menos que hacer de Vicario. El que hace Mis veces es superior al
que Me señala, ¿verdad? La dignidad de un Vicario Mío es ciertamente
superior a la del querido Juan, hijo de Isabel. Juan es el último hombre
que dio el Antiguo Testamento y es realmente el primero de todos en el
reino de Israel.
Cumplida Mi vida en parte de lo que debía hacer en unión con Juan,
se dirigió a los nuevos Andrés, Pedro, Santiago, Juan y los otros.
No quise Conmigo, en la intimidad, a los que estaban contaminados
con el espíritu de la Sinagoga, porque debía hacer todo por fuera de ella.
¿Qué ayuda podía tener de tantos orgullosos?
Comencé a obrar justamente donde la sencillez era la norma,
rehuyendo siempre las almas de los soberbios. Para pescar a los
hombres, no se requiere tanto ser cultos, cuanto ser Mis amantes. Y es
muy cierto que los mayores obstáculos a la expansión de Mi Reino están
donde mayor es la cultura, acompañada o no de Mi Gracia. ¡Feliz Pedro,
feliz Andrés y todos Mis Santos Apóstoles! Felices porque conocieron la
ciencia divina ignorando la humana. Y si bien Yo no condeno el ejercicio
de la mente, cuando está dedicada a una buena causa intelectual, Me
duele que usen aquel don para, muchas veces, desmenuzar Mi obra y
ridiculizar Mi Iglesia.
Todos Mis Apóstoles, menos uno, eran sencillos y puedo asegurar
que con ellos Mi Corazón estaba satisfecho. Trataban con ellos con plena
familiaridad y recibía todas las confidencias que querían hacerme. Al
igual que las palomas toman agua con su pico, los Apóstoles tomaban de
Mí todo lo que necesitaban, permaneciendo cada vez más halagados,
abandonando al fin todo por Mí.
Antes He hecho una excepción que vale la pena subrayar. Judas
Iscariote no era sencillo y sin embargo lo escogí, lo llamé tal como llamo
a todos los que desearía salvar. Efectivamente, no llamo en previsión de
la aceptación que tendrá Mi llamada, porque en tal caso Mi amor no
sería perfecto. Yo llamo porque quiero dar a todos Mi amor aun cuando
preveo la condenación de muchos. Pero por cada rechazo que recibo,
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estoy seguro que encontraré otro ofrecimiento.
He tratado a Judas con el mismo amor con que trataba a cualquiera
de ellos; le di el poder de tener imperio sobre los demonios como a Mis
demás Apóstoles; lo He mirado, no como a Mi delator y traidor, sino
como al elegido de Mi Corazón, al alma por salvar.
¿Quién puede decir que no lo amé? ¿Quién puede dudar que lo elegí
para redimirlo y no para hacerme matar por él?
¡Mis Amados Apóstoles! Todos Me fueron amados, a todos los amé y
a todos los amo todavía, aun cuando ahora uno de ellos continúa
odiándome en brazos de Satanás. Por eso, durante Mi vida mortal oré
mucho por ellos, velé sobre sus almas, los instruí como una madre
instruye a sus pequeños. ¡Felices los que saben imitarlos, que quieren ser
instruidos por Mí, que no rehusan Mi Amor, que dejan sus cosas para
seguirme! ¡Felices porque Me encontrarán a Mí lleno de comprensión, de
atención, de alegría!… ¿Tendré que contentarme con seguidores tibios,
almas desalentadas y pocos, muy pocos, que crean en Mis grandes ansias
de bien para ustedes?
Al hablar de Mis Apóstoles de entonces, pienso en ustedes, los
presentes. A todos se les ha concedido tener parte Conmigo. Puesto que
en cada uno de los doce veía la multitud que los habría de seguir y por lo
mismo amaba a los que había elegido con predilección infinita.
Fíjense en Pedro, por ejemplo y miren después de él, la hilera de
Santos Pontífices que lo han seguido. Pues bien, por el pobre pescador,
por la piedra que puse como fundamento de Mi amada Iglesia, He
vivido días y noches de oración, de dedicación y de entrega. Sé muy bien
lo que significa ser Mi Vicario, hacer Mis veces en medio, tomar sobre sí
la inmensa responsabilidad de custodiar Mi grey. Por eso di a Pedro
grandes dones, le hice experimentar Mi Omnipotencia para que sus
débiles fuerzas no fueran obstáculo a Mi obra.
También los demás tuvieron mucho amor por Mí y Juan fue el único
de los doce que poseyó la virtud tan grata a Mí y que conservé,
milagrosamente, en Mi Madre después de haberme engendrado; y
precisamente por esa virtud dejé a Juan hacer Mis veces, con María,
después de Mi muerte.
Son muchos los que no pueden entender esta preferencia Mía por los
célibes, pero un día se verá cuánta sombra arroja en el alma la
sensualidad… Les hago saber que, quien logra liberarse de la
sensualidad por agradarme a Mí, tocará las cimas más elevadas que las
que se conceden a los célibes… ¡Cuánta miseria, cuántas tristezas para
los hombres, a causa del pecado de la impureza!
La principal razón por la cual Yo enseñé y enseño hoy el desprecio
de las cosas mundanas, está en el peligro de que el hombre pueda
perderse con el apego a ellas.
Hijos Míos casi al finalizar esta convivencia, esta comunión con
ustedes, debo asegurarles que He resuelto todas las cosas de Mi vida con
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la luz racional, si eran transitorias; y divina, si se trataba de cosas
pertenecientes a Mi misión.
Pero todo estaba guiado por el Espíritu y todo lo resolvía en pleno
acuerdo con Mi Padre. Su Voluntad es precepto de tranquilo crecimiento
y todas las adversidades no deben ser entendidas como Voluntad
absoluta del Padre, sino relativa. Efectivamente, los obstáculos naturales
y extranaturales no habían sido predispuestos por el Padre cuando los
creó. Si subsisten, se debe ante todo al pecado de Adán y Eva y luego a
sus mismos pecados. Por ello Mi Padre quiere las dificultades por
Justicia, pero sobre todo por Misericordia.
El sentido práctico que se debe tener en tales circunstancias consiste
en tomar de Mí cada cosa y, al mismo tiempo, remediar en lo posible las
cosas adversas.
Recuerden que en la última cena dije a Judas que hiciera pronto lo
que quería hacer. Le dije para salvarlo de las iras de sus hermanos, de
Mis demás Apóstoles. Por tanto, por Misericordia. El estaba decidido, no
se habría vuelto atrás, por lo cual lo más práctico era alejarlo del peligro
de ser descubierto. Lo ayudé a escapar, eso es todo. ¿Podían suponerlo
ustedes? ¡Ah, cuando conozcan este Corazón, qué maravillas deberán
hacer!
La otra cosa importante para vivir bien en la tierra es la buena
voluntad. Pues para ésto les digo que Me imiten en ésta o aquella cosa
que hice, ya que todas fueron de buena voluntad. Camino áspero es la
adquisición del buen querer, pero después de muchas y prolongadas
pruebas pueden tener la buena voluntad que Yo deseo.
A todos ustedes, Mis amados, un triple abrazo, un beso fraterno y la
invitación a meditar, con serenidad y humildad, Mis Palabras.
He querido relatarles en apretada síntesis, la vida del Hombre que
nació, vivió, sufrió, murió y resucitó por ustedes, por cada uno en
particular, no porque alguno lo merezca, sino por el inmenso amor al
que mueven quienes hacen un sacrificio por estar Conmigo, por reunirse
en Mi Nombre, por compartir con Mi Espíritu que los ha llamado, el
amor y generosidad entre ustedes.
28-Mar-97 (Amanecer del Viernes Santo.)
Mi dulce niña, Me dices que tienes sueño, como rogando que te
conceda un descanso… ¿Qué crees que han sido Mis noches pasadas
insomne en unión con Mi Padre? Fueron noches de oración, de
sufrimiento y también Yo quedaba cansado, créeme.
Si ahora te mantienen despierta Mis trabajos o lo que llamas tus
achaques, agradéceme porque Me sirvo de ésto para volcar en ti y en
muchos, ríos de luz, torrentes de Gracia.
¿Tienes sueño? Sí, es un regalo Mío también el sueño. Anda,
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descansa un poquito, pero permanece despierta en Mí…
JESÚS JARDINERO
CM-30 29-Mar-97 (Sábdo Santo.) Jesús
Mi Madre esperó dos días y dos noches para recuperar la alegría y
fueron las horas más terribles para Ella. En efecto, desde la última cena al
Domingo de Resurrección, María no tuvo un instante de reposo, un
momento de consuelo. ¡Pobre Madre Mía, cuánto la He hecho sufrir!
¿Acaso no podía liberarla de esos días y noches?
Quiero decirles una vez más que si amo a alguien —y los amo a
todos— lo uno a Mí y mientras más lo amo, más lo uno. No duden en
este punto porque todo razonamiento diferente al Mío es error y el error
es desorden y separación.
Tal y tanto amor fue, por consiguiente, la causa de las penas de
María, y los judíos fueron el medio para la exteriorización de la causa.
¡Oh eterno amor que haces de Mis elegidos una nueva Cruz en la
cual Me desahogo! ¡Oh vida de Mi vida que eres luz, amor y dulzura en
la misma luz increada! ¡Oh, amor Mío divino que transformas los
espíritus y ennobleces las intenciones de las almas! ¡Oh fuego verdadero
que sabes destruir pequeñas y grandes adversidades y que te vales de
ellas para acrecentar Tu misma llama! ¡Oh pequeños hombres,
descarriados y llorosos! Créanlo: descarríos y llantos son fruto de sus
jardines. Dejen que se acerque el jardinero. Dejen que proceda a cortar
algunas ramas, que permitan el injerto de una rama que florece en Mi
jardín.
Más tarde.
Hijos Míos, no se asusten, todo está bien con respeto a Mi Hijo, ya
pasó todo, tranquilos; aprendan a tomar todos sus obligaciones y
responsabilidades para poder participar y tomar unos las tareas de otros,
sin ninguna contrariedad. Hijitos, los quiero a todos en todo… Estoy con
ustedes, en estos días, sentado en medio de ustedes, oyente y atento para
participar de todo lo que hacen en su quehacer por acercarse a Mí, ahora
que tanta gente ha planeado y gastado mucho dinero para buscar su
diversión lejos de Dios.
RENUNCIAR AL MUNDO
CM-31 1-Abr-97 Jesús
Hija Mía, escribe para el hombre. No se puede tener alianza con el
mundo si se quiere mantener la amistad divina, porque una excluye a
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otra y ambas van opuestas permanentemente.
Cuando en la Confirmación ustedes renuncian al mundo para
hacerse Mis soldados, éste es el sentido que deberían conseguir. Pero si
bien es cierto que al recibir este Sacramento la mayoría de ustedes no
entra en tales consideraciones, Yo vigilando amorosamente de sus
propósitos, quiero ahora desmenuzarles y enseñarles ésto.
Estas pocas palabras: “renunciar al mundo”, cuánta sabiduría
encierran y cuan saludable es la aplicación diaria de este propósito.
El renunciar al mundo es la antítesis del saber, de la supuesta
inteligencia terrena, la cual quiere a toda costa la conquista del mundo,
de sus honores, riquezas; de su ilimitado y desenfrenado amor a sí
mismos.
Renunciar al mundo es renunciar a sí, puesto que al amor propio se
debe atribuir la sed del mundo. Están también los transformistas, es
decir, los que transforman las cosas del mundo pero sólo para hacerse
dueños suyos, en la ilusión de hacerlo con el consentimiento y bajo la
protección de Mi doctrina. A estos hipócritas, prefiero a quienes
abiertamente repudian Mis leyes pero que lo reconocen sin fingimiento.
Muchos son sinceros al prometerme, por medio de Mis Obispos, el
desapego del mundo, es decir aquella costosa renuncia que hace ser
pobres peregrinos que viajan a la eternidad.
Quiero decirles que Yo los He ayudado mucho para hacerlos
mantener la promesa y ustedes no se han percatado. Yo tejo la red de su
vida espiritual en todo momento, ya que no tiene descanso Mi obra
dictada de sólo amor por ustedes. Pero ustedes han atribuido Mis
acciones de Gracia a aquel mismo mundo al que querían renunciar, para
ser perfectos discípulos Míos, de modo que en la inmensa mayoría de los
casos, han convertido en humo Mi intento de beneficiarlos.
Muchas veces han pasado la vida en pecados —por lo tanto, en
pleno acuerdo con el mundo— o bien en excusas inútiles, en caprichos, o
construyendo también un aparente bienestar material o inclusive
oponiéndose deliberadamente a Mi ciencia divina, la cual, si bien
conocida, ha sido muchas veces contrariada por ustedes porque quería
quitarles, o les ha quitado, pequeños bocados tan suspirados por su amor
propio. ¿Y qué de la promesa y de las armas espirituales cuyo uso les He
dado? ¿Dónde las han echado cuando se han portado así?
Por eso algunos suspiran ardientemente por desatarse de las cadenas
terrenas que les impiden la unión Conmigo. Es bueno ejercitarse en el
jardín en el cual los He plantado. No es cosa de románticas o divertidas
luchas que Yo les propongo hacer, sino de examinar todo y de todo sacar
motivo para saltar al Paraíso, donde no urge ninguna preocupación.
Recuerden, hijos Míos, que urge más al capitán llevar a la victoria a
sus soldados, que a éstos llegar a la meta del Capitán. Pero tengan segura
confianza en Mí que Soy todo para ustedes.
Han renunciado al mundo, pues bien, el mundo será nada para
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ustedes si aman verdaderamente al Creador del mundo. Pídanme este
amor y les daré tanto que les resulte agradable toda lucha, toda renuncia.
SÉ MI SAMARITANO
CM-32 2-Abr-97 Jesús
Hijo amado, Mi Samaritano, a ti te hablo, te pido: cura Mis heridas
porque estoy afligido sobre cualquier sufrimiento por los pecados de los
hombres. Cúrame en la persona de Mis hermanos que te afligen por
causa de sus culpables o perversas diversiones, porque no Soy
propiamente Yo el que está llagado; sino las almas que deberían ser Mías
y que en cambio se arrastran por los pecados de ahora, por los pecados
de siempre.
Triste y buen Samaritano, es tu hora, cúrame las llagas que tuve
como herencia de la humanidad. Sufro por el sufrimiento que se
ocasionan las almas lejanas, que se aturden y su daño Me golpea
profundamente.
Te pido que Me cures, por ellos los pecadores; son Mis hermanos y
su mal es como si fuese Mío. ¡Insensatos que corren tras la vida —dicen
ellos— y más bien corren detrás de la muerte!
Esta noche muchos de ellos morirán y no se recuperarán; muchos
encontrarán el precipicio fatal; muchos venderán el alma al enemigo que,
riéndose a carcajadas, creerá que la ha adquirido para siempre.
¡Insenatos que son! ¿Y Mi martirio, se perderá para ellos? ¿Ni una gota
de esta Sangre caerá sobre su cabeza? ¡Oh, si supieran lo que ahora está
preparado para los que Me niegan, para quienes se entregan al maligno,
no correrían detrás de su muerte!
Pequeño Samaritano, cura Mis llagas, porque Mi Padre te dará la
recompensa, cúralas, porque Mi Madre te dará una espléndida corona de
lirios para trastocar en el mundo el hedor de las llagas de los crueles
pecadores.
¡Amado Samaritano, mírame! Estoy sufriendo en Mis hermanos.
Estoy llagado, pero ellos van cegándose con los tizones de Satanás. Ellos
están verdaderamente llagados, Me han dejado como un gusano, como
un monstruo cuando estaba en la tierra. He puesto tanta sabiduría en el
mundo y todavía se confunden; He dado tantas señales y las han
ridiculizado; He advertido, He implorado, como si se tratase solamente
de Mi felicidad y no de la suya… No Me han dado fe, al contrario, se han
mofado de Mí en la persona de Mi Vicario en la tierra.
¡Oh! Alma que Me escuchas, tú eres Mi Samaritano… Cúrame las
llagas, cúrame estas horribles llagas que ves en Mis amadísimos
hermanos.
A ti no te prometo nada porque nada deseas, ¡pero vas a ver qué
recompensa te doy! Ruega, ruega, sufre por ellos. Todo suspiro tuyo Me
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dará alegría, toda lágrima Me dará felicidad, todo dolor que sufras por
ellos será dignamente presentado a la Trinidad Santa.
Dulce Samaritano, cura Mis llagas de hoy y de siempre… Es verdad,
pequeño Mío, muchos de estos Mensajes son dictados más para ti; para
Mis almas consagradas más que para los laicos. Más para tu inteligencia
que para la de esta Mi pequeña hija.
Quiero que sepas una vez más, que todo lo que Mi Madre Me trae, lo
abrazo y cultivo con el más grande amor…
(Continuación del mensaje del 3 de abril de 1997 para el P. NN, frente al Cristo
de las lágrimas de San Pedro.)
Devuélvanme la dignidad en Mis Altares, es el grito que nace de Mi
Divinidad herida, lastimada… Tu misión, Hijo Mío, es devolver el lugar
que debe tener Mi Presencia en la Eucaristía.
Piénsalo, Yo te He traído aquí, a esta ciudad, junto a esta hija Mía,
cuya misión es acercar al mundo a mi Corazón Eucarístico. Llegas en un
año en el cual debe realizarse este Congreso. Hay tantos hermanos tuyos
que Me lastiman y desgarran Mi Divinidad tomándome con sus manos
manchadas de sexo, de pecado, de inmundicia…
Samaritano Mío, ora, repara, habla al mundo de Mi presencia real y
verdadera. Enciende en los jóvenes el amor por su Dios presente y vivo
en este bendito Sacramento. Ad Deum…
BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPÍRITU
CM-33 4-Abr-97 Jesús
La santidad es un don que ofrezco, hija Mía, a los que aprecian Mi
Palabra y hacen de ella regla de vida.
Mientras más entiendan Mi Palabra, serán más Santos. Debes saber
que el odio del infierno es tal contra Mis elegidos que si Yo lo permitiese,
destruiría todas Mis Palabras para que los mismos elegidos no se
aprovechen de ellas. Yo en cambio, quiero hacerles conocer Mis Palabras
porque en ellas está Mi vida.
Hoy que estás con un poco más de tiempo, hablaremos y
escribiremos más.
Tú meditabas: “Bienaventurados los pobres de espíritu”, tratando de
penetrar en Mi Palabra para asimilar su sustancia y alimentarte de ella.
Niña amada, quiero que sepas que la lectura y meditación de los
Evangelios es muy grata para Mí. El olvido y la superficialidad, en
cambio, Me son sumamente desagradables.
Yo hablé, entonces, ¿para quién hablé, si tantos, justamente
demasiado número de hombres no leen, o leen velozmente Mi
Evangelio? Les He dejado Palabras de verdad; pues, ¿por qué las dejan
escapar, las abandonan, las creen misteriosas, las olvidan o disfrazan?
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¿Cómo serán libres del error, sin conocer la verdad?
Pobres hombres, aprendan de Mí porque Marcos, Mateo, Lucas y
Juan hablan con Mi voz para decirles tantas cosas, las cosas que
necesitan saber. ¿No sienten cómo Mi Corazón habla por medio de Mis
Evangelistas? ¡Cuánta belleza que desconocen! Lean, piensen y Me darán
la razón.
Otra vez hemos hablado sobre esta sentencia: “Bienaventurados los
pobres de espíritu”. Ahora, para su provecho, les diré que a los
verdaderos pobres de espíritu los He hecho Yo, dándoles esta virtud a
los elegidos en distinta medida.
La humildad —a la cual aludía— es una gran pobreza, porque se
alimenta de verdad. El humilde, por tanto, es arca de luz, por la cual ve
su propia miseria y goza de ella, porque de ella se desprende más Mi
riqueza. El pobre de espíritu se considera a sí mismo cómo ha sido, cómo
es y cómo sería; ve los abismos en los cuales caería sin Mí.
Verdaderamente, feliz el que es pobre de soberbia y humildemente
se reconoce como necesitado de Mí. Espiritualmente actúa como
conviene al humilde y por eso se arroja en Mis brazos, confiado y
agradecido. La humildad genera amor y el amor produce humildad. La
felicidad es el amor, no la propia miseria, es el amor confiado que nace al
verse miserables, pero acogidos por Mí.
¡Cuánto hay que lamentar que de esta frase se haga tan mal uso!
Muchas veces se la cita como propia de los incapaces, los que son
inútiles, los que no saben valorarse. Pero Yo no pretendo alabar a los
incapaces, a los buenos para nada. Yo quiero decir que es feliz el que
posee la humildad, porque esta viene del amor. Bienaventurados los
pobres de soberbia, bienaventurados los humildes, ellos tendrán la
alabanza y el honor de todo el Cielo que cantará melodías divinas en
torno a ellos.
Todo ésto, ¿no te mueve a leer Mi Evangelio cada día? No sólo lo
prometas a tu querido Padre espiritual, hazlo, porque todo lo que hoy les
digo es con el fin de llevarlos a los Evangelios.
VENZAN AL TENTADOR
CM-34 4-Abr-97 Jesús
Hijos Míos, la rabia, el odio satánico, aterran al hombre que no confía
en Mí. Un juego para el tentador. Pero a Mis elegidos, les doy el poder
contrario, el de aterrorizar a Satanás.
Observen, Satanás dispara sus ataques con el estilo que le es propio,
es decir desórdenes, discordias, ultrajes, egoísmo y demás. Mis amados
se oponen a él con la paz, la mansedumbre, el altruismo y el silencio.
Hagan una evaluación personal y descubran lo que es del enemigo y
lo que es mío. Si son sinceros, encontrarán que han ayudado al tentador
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en varias ocasiones y que Me han dañado no pocas veces.
Al enemigo infernal le gusta encontrar oídos en ustedes y se deleita
con Mis amados cuando éstos se olvidan de Mí. Yo mismo quiero
advertirles de esta acción nociva y recuerden una vez más, el método
que He tenido para vencer al enemigo del bien: oración, ayuno y
conocimiento de Mi Palabra. Unos y otros, integrándose, son armas
formidables para derrotar al rebelde. No lo olviden.
EL SEÑOR A SU MADRE
CM-35 4-Abr-97 Jesús
(Terminaba mi Rosario, quería decirle algo especial a la Virgencita
contemplando la imagen de María Auxiliadora y sólo podía decir: “Ruega por
nosotros, no nos abandones.” “¡Señor, por favor, habla a Tu Madre por mí!”…)
EL SEÑOR A SU MADRE
Madre nuestra, Te He constituido Reina de todos y de todo, dándote el
imperio sobre el mundo visible e invisible, es decir, sobre la tierra, en el
Purgatorio, sobre el infierno, en el Paraíso.
Esto y más es digno de Ti, Madre Mía, porque este imperio no es algo
tan grande en comparación con Tu Maternidad, por la cual Yo mismo,
Creador de los mundos visibles e invisibles, Me He hecho dependiente
de Ti, Me He encarnado en Tu seno.
Tú, Madre generosa, has dado luz al Creador de la Luz; Me has
engendrado a Mí con el Espíritu Santo; a Mí que hice la belleza del
universo; a Mí que constituí la Justicia en el orden y la Misericordia en
el sacrificio.
¿Qué es, entonces, ser Reina del universo material y espiritual en
comparación con Tu divina Maternidad?
Tú eres bella porque Has engendrado a la belleza increada; Tú eres
fuerte porque has custodiado a la Fortaleza increada. Eres Santa, oh
Madre, porque has dado a los hombres a la Santidad personificada.
Esta hija tuya Me ha pedido que Yo pronuncie Tus alabanzas, porque
no encontraba ella palabras propias ni idóneas para hacerlo… De buena
gana He acogido Yo su plegaria y tengo que decirle que no se preocupe,
que efectivamente ningún hombre sabe y puede alabarte sino Yo, porque
en Mi alabanza está comprendido y superado todo deseo que al respecto
puedan manifestarme las criaturas santas o pecadoras que viven en la
tierra.
María, nombre dulce, alma eminentísima, Tú sabes que Mi Corazón
late por Ti; sabes también que en Mi mente eres la primera; sabes
igualmente que, en el seno de Mi Divinidad, te he hecho tan bella que
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las estrellas, el cielo y el sol, son criaturas oscurísimas al lado Tuyo.
María, nombre dulce, quiero hacer saber a Tus hijos que el haberte
hecho tan grande, ha requerido que Yo usase de Mi infinita potencia
para hacerte digna de Mí… Contigo y por Ti, Yo He agotado los límites
de la Omnipotencia para hacerte, ya que sólo el Infinito puede dar a una
Criatura el poder sobre sí mismo: justamente como Yo lo He hecho
Contigo.
María, nombre dulce, en la tierra encuentras poca comprensión, estima
limitada; pero aquí en el Cielo, Tú ves que Yo He dividido Contigo la
corona eterna que Me Ha dado Mi Padre. ¡Oh, Madre altísima! Si no se
hubiesen creado los espíritus celestiales para Mí, lo haría ahora para Ti;
si no hubiese creado las rosas, los lirios, las violetas y todas las demás
flores, las crearía ahora para Ti.
Eres tan suave, que mirándote al Corazón se Me llena de delicia: por eso
Tú tienes poder sobre Mí, que Soy Omnipotente. Como Hijo Tuyo, Me
das sumo contento y Yo, como Tu Creador, Te infundo eterna alegría.
Tú Me das como a Hombre, lo que recibes de Mí como Tu artífice. Eres
una criatura, sin embargo has engendrado al Creador; eres Santa y no
obstante has engendrado al Santo de los Santos; de manera que Yo Me
parezco a Ti en el cuerpo, físicamente, pero Tú te asemejas a Mí en el
espíritu. Por eso, lo que es Mío es Tuyo y lo que es Tuyo es Mío.
Por eso Yo te He entregado a esta pequeña criatura tan amada por Mí y
Tú Me has entregado a uno de Tus más queridos hijos predilectos; para
que ambos, aquí, en esta tierra de promesas, sean lámpara y luz
alumbrando el camino que deberán seguir Nuestros elegidos con
Nuestra ayuda.
Eres suave, María, eres excelsa, ¡eres refulgente, grande, justa, Santa,
buena, pura, ardiente, dulce, preciada, graciosa, amable, amante y
amada!
María, dulcísima Madre Mía, a Ti Mi beso más ardiente, a Ti el abrazo
más fuerte; a Ti, María, la excelencia más sublime después de la Mía.
Y ahora que He dicho lo que esta hija Tuya quería decirte, le doy a ella y
a todos Tus hijos, la bendición más santa alzando esta mano atravesada
por un clavo…
Los bendigo, Mis amados hijos y les prometo que dentro de poco
conocerán nuevamente cómo responde nuestra Madre a Mi ternura…
SÉ AUTÉNTICO
CM-36 7-Abr-97 Jesús
(Para una persona que trabaja junto a un sacerdote…)
Hija Mía, te quiero muy verídica, además de en tus palabras, en ti
misma. En efecto, si en tu interior haces mover, sin obstáculos, los
buenos sentimientos, se ensanchará tu corazón, quedarán extinguidos los
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poderes malos y las palabras que digas serán verídicas y santas.
Para entender este razonamiento mira qué mar de verdades He
prodigado en el Evangelio. Pues bien, ese mar nació de Mi Corazón y fue
dado con la más plena adhesión de Mi parte. Mis Palabras nacieron en
una Humanidad llena de la verdad. Más aun, Mi Humanidad era el
instrumento del que Yo mismo, Verdad eterna, Me servía para ustedes.
Imítarme en ésto, significa esforzarse por ser instrumentos Míos del
modo como Mi Humanidad era instrumento de Mi Divinidad.
Por tanto, es necesario ser verídicos y cuanto más lo son, más Míos
también son, más Me difundo en ustedes, estarán más en paz con
ustedes mismos.
Dedícate a agradarme y Yo te daré campos vastísimos en los que Me
encontrarás sonriente y gozoso. Dedícate a ser verídico de palabra y
mucho más en ti mismo y Yo te haré partícipe de banquetes divinos
sobre los cuales no podrías encontrar en la tierra ningún conocimiento.
Te lo pido hoy, que es día de Juan el verdadero, el valiente.
LA DIGNIDAD QUE YO LES CONFIERO
CM-37 7-Abr-97 Jesús
(Para un sacerdote.)
Hijo Mío, Mi vida ha sido como transplantada a los hombres con la
institución del Sacramento en que Me reciben a Mí en persona. Al
acercarse a Mí, no encuentran un carisma de Gracia, sino que reciben a
su mismo Dios Hecho Hombre por amor.
Del misterio de la encarnación al de la Eucaristía, hay un sólo paso. Y
lo que se realizó en María, Mi Madre, es uno más que He querido darle
primero y en testimonio de Mi amor por Ella. Pero ya sea ustedes que
Me consagran, ya Ella que Me dio vida humana, ya aquellos que Me
reciben, contienen al Infinito Mío en lo finito de Mi Humanidad.
Ustedes, quienes están acostumbrados a considerar la Sagrada
Comunión como un comedor de delicia, con frecuencia olvidan que les
hago el honor que hice a Mi Madre, excepto sólo el privilegio de Su
Maternidad, el cual es grande, pero que al fin, no es más grande que Yo,
que tomé carne de María y que Me uno a ustedes en este Sacramento.
La unión es el fin del amor y todo el que Me ama se une a Mí. Y
como Yo amo a todos, a todos quiero unirme y ofrecerme. Será bueno
considerar la verdad en su esencia y ver cómo todo parte de Mí aunque,
como en el caso de Mi Madre, soy recibido con amor ilimitado. Si
quieren, pues, pensar en la diferencia que hay entre ustedes y María,
consideren sobre todo el amor de Ella y, en cuanto a Mí, piensen que
como a Ella, me He entregado también a ustedes. Esto es claro con sólo
que se quiera fijar la atención en el hecho, sin la consideración particular
del amor de María. Sin embargo, Ella tuvo más porque Me amó y Me
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ama más; no hagan de esta verdad un cúmulo de confusiones pensando
que todo lo que se les dice es verdad.
Ahora bien, tú sabes que la escala de los motivos humanos tiene
infinitos peldaños que se suben con fatiga; sabes que abandonando esa
escala humana se pueden subir, y velozmente, los peldaños divinos que
confieren nobleza al alma y valor a su amor. Dejando aparte sus motivos,
el hombre puede comunicarse Conmigo y obtener muy grandes favores
de Mí mismo. Tome como guía a su misma Madre y el hombre llegará a
lo alto. Ella aceptó llegar a ser Madre, con todas las consecuencias,
únicamente para que se cumpliese Mi Voluntad.
Es tiempo de que algunos de Mis Sacerdotes entiendan que yo los
encamino a mayores cosas y por eso es tiempo de que se dejen ciertas
fórmulas, ciertas sutilezas, porque nadie es más sagaz que el que
advierte Mis intenciones, las cuales son donación a la criatura, gozo de
esta donación, unión a la criatura, contento de unirme a ustedes, gozo
puro y amor purísimo de parte Mía.
¿Qué son sus pequeñeces en comparación de una sola alegría Mía?
Despréndanse de ustedes, dejen el mísero campo humano y entren a más
altas consideraciones, entren en el amor de benevolencia que es poderoso
resorte hacia Mí y que vale infinitamente porque es don Mío, es
participación de Mí que, en el darme, no pienso en Mí, sino en ustedes.
Con este Congreso, para el cual voy reuniendo a todos Mis elegidos,
a muchos hijos predilectos de Mi Madre Santísima, debe quedar muy
claro que si el hombre al comulgar está pensando en su vestido, se
encontrará siempre miserable, y tan miserable, que si Yo no lo detuviese,
podría alejarse de Mí a raíz de su miseria. En efecto, ¿quién puede
presentarse a recibir a su Dios en estado de dignidad absoluta? Nadie.
Debe bastarles la dignidad relativa que les confiere Mi Gracia; lo demás,
si lo buscan, proviene de soberbia, ciertamente, no de amor.
Por eso, enseñen a las almas que vengan a Mí humildes y confiadas.
Que no sean lentos sino veloces; que no duden, ni siquiera un instante,
porque también a ellos, como a Pablo, les basta Mi Gracia.
A toda criatura trato con amor y Sabiduría y a cada uno doy la vida
que produce frutos eternos de caridad. Este es el fin que Me propongo al
favorecer la obtención de bienes que superan tus expectativas. Tengo
como máxima constante el amor y no podría hacer daño a nadie, aun
cuando por una absurda hipótesis pudiera quererlo. Mi amor se extiende
inclusive a los rebeldes, con los cuales no empleo el rigor que
merecerían. Así pues, Me muevo brindando favores.
Yo conduzco a lo alto a las almas, las almas se atan con todo su
poder abajo y si Yo quiero desatarlas, se Me rebelan y Me olvidan.
Hoy, en el Cielo, una gran confidente Mía tributa a Mi Bondad el
homenaje de sí misma y reconoce que de Mí no proviene sino bien para
ella y para toda la humanidad. A esta Mi amada, muy amada alma que
recibió las efusiones de Mi Corazón y que las transmitió al mundo, Yo le
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transmití las llamas de Mi caridad y ella exultó y Me siguió dulcemente.
Por lo tanto, si el hombre no puede comprender todo, resígnese: de todos
modos siempre es amor confiar en Mí. Si el hombre, esta gran criatura
Mía, siente en sí el deseo de saber acerca de sus motivos, pero no logra
saberlos todos, resígnese a este Mi Querer, porque la sabiduría no
consiste solamente en el saber sino, sobre todo, en hacer bien lo que se
puede hacer y en regularse bien en lo que no se puede hacer o saber.
Hijo Mío, si Yo niego una luz, concedo otra, si niego una cosa sé dar
más y mejor de lo que niego. ¡Vamos! No Me juzgues como un banquero
de renombre que tiene paralizados sus capitales. No creas que Yo no
quiera ofrecerte nada: todo lo contrario. Me has elegido y de Mí tendrás
todo. Yo realmente necesito de ti, necesito de todos Mis hijos, pero no
necesito que creas todo lo que pueda decirte quien tiene intereses
personales.
Aparte de todo, te será muy saludable el salir un tiempo de todo
aquello, pero te ruego que lo hagas solo, porque de lo contrario estarías
llevando el problema donde vayas.
Alma amada, Yo transfundo en ti cuanto de mejor puedas desear y
tú, no interrumpas Mi amor por ti, porque Yo quiero ser tuyo,
enteramente tuyo. Quiero habitar en ti, con Mis verdades, acogido
gozosamente, amado intensamente.
LAS ESPINAS SON PARTE DE LA FLOR Y EL FRUTO
CM-38 8-Abr-97 Jesús
Amada niña, siempre y en todo lugar encontrarás que las espinas no
viven o subsisten si no es unidas a una rama de la cual brotan también
flores y frutos.
Considerar la espina como aislada, significa creer que puede existir
sin la linfa que le viene de la rama. Pero, con la separación de la rama, la
espina muere y con la espina también la flor y el fruto que debían brotar
de la única rama que los alimentaba. Si la vitalidad está determinada por
la rama, entonces quien hace pedazos la rama, hace morir la flor y el
fruto. También la espina pierde su vitalidad, pero no su punta que
fastidia.
Es claro lo que digo. Quien se aparta de Mí, hace morir la linfa que
sostiene su alma y ésta, o se enferma solamente o muere en seguida. Si se
enferma puede también morir de su enfermedad; pero la espina con su
poder punzante no deja de atormentarla y ésto para que el alma vuelva a
unirse a Mí y por tanto a producir flores y frutos. Eso es el sufrimiento.
¿Pero, quién Me sigue? ¿Quién quiere seguirme? ¡Qué míseros frutos
obtendría de Mi Pasión si no aumentase Mis ayudas de manera
verdaderamente grande!
Y todo porque quiero, junto a la flor y al fruto, también la espina.
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¿Mi Corona de Espinas no les dice nada? ¿Qué quieren que haga de
su compasión a Mis dolores físicos, si después no Me imitan? Quien
entiende Mis dolores y Me ama, debe unirse a Mí también con la
imitación. No Me equivocaba cuando les dije: aprendan de Mí. Sabía
cuánto aprenderían y preveía cómo correspondería cada uno. Pero
queda el hecho de que quien se esfuerza por imitarme será dócil,
mientras que el que hoy Me escucha y mañana olvida, imitará al
“rebelde” que, como tal, se agita continuamente bajo la presión de sus
múltiples espinas. Y, lastimosamente, debo comprobar que lo imitan más
a él que a Mí, a él que se rebela a Mi Justicia que lo tiene firme en toda
tribulación porque no quiere plegarse a Mí.
Por tanto, hagan su balance: o Me imitan a Mí o al enemigo.
APRENDE A HACER MI VOLUNTAD
CM-39 8-Abr-97 Jesús
¿Por qué Me pides siempre: “Enséñame a hacer Tu Voluntad”? Está
claro, niña amada, porque Soy Yo El que te mueve a hacerlo; de lo
contrario, no pedirías nada y harías o tratarías de hacer todo lo que te
gusta.
Pero en tu petición, hay algo que Me agrada mucho y es el
reconocimiento de tu impotencia; porque este sentimiento es la base
segura para obtener de Mí. Te declaro abiertamente que haces Mi
Voluntad aun cuando no lo adviertes, como tu brazo que se mueve
aunque no puede entender que es motivo por tu voluntad.
Tú Me dices: “¿Siempre hago Tu Voluntad?” Si te dijese que sí, no te
ayudaría y entonces te diré que mientras vives en la tierra debes
esforzarte por robustecer tu “sí”, en cuanto que siempre podrás
encontrar que tu querer puede adherirse más al Mío. Y por eso la
acogida favorable. Es decir, que te enseño realmente a hacer Mi Voluntad
poco a poco, de vez en cuando, sin siquiera tocar tu libre albedrío:
preciosísimo don Mío que respeto como un Dios pude hacerlo.
Aquel que Me pide el cumplimiento de Mi Voluntad, en él y en los
demás, da en el blanco e incluye todo aunque a él no le parezca; pero
pide bien y será bien acogida su oración. En efecto, mientras más se eleva
el alma, más ve que Mi Querer es el soberano dominador de los
acontecimientos y en El y de El, tienen alimento todas las cosas. El cual,
aun siendo invisible, es y sigue siendo la causa primera de todo bien
particular o colectivo, celestial o terrestre.
Naturalmente, no todos están llamados a razonar así, es decir, a vivir
con el sentimiento y la Fe en que Mi Voluntad es soberana. Pero las
contradicciones tienden a descubrir esta verdad y mientras más
contradicciones envío, tiendo a hacer crecer más al alma.
Por eso, Yo enseño a hacer Mi Voluntad ofreciendo contrariedades y
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es necesario poner atención a ellas, de lo contrario no se aprende nada,
nada se gana y Yo no puedo estar contento…
EL NOMBRE DE MI MADRE
CM-40 9-Abr-97 Jesús
Santo es el nombre de la Virgen y quien lo lleva no queda sin el
destello de ese nombre. Es muy cierto que no se debe respeto al nombre,
sino a la persona por lo que es en su interior. Sin embargo, el nombre de
María es tan fúlgido en sí que, por respeto a Ella, todo el que lo lleva
queda honrado. Así, por lo demás, hacen ustedes los hombres en lo que
tiene que ver con el apellido, ¿qué les extraña?
Asegurado este punto, te explico ahora que para concurrir a la
constitución de Mi Reino, María, Mi Madre, no busca nombres sino
voluntades y Me las presenta, indiferentemente del nombre de cada una.
Empero Yo, que la amo infinitamente, les tengo toda consideración y Me
deleito en atraer con especiales artes a los que tienen Su nombre. ¡Pero
cuántas Marías se han perdido porque han rehusado los mayores
atractivos puestos por Mí para honrar a Mi Madre!
Sin embargo, Mi Voluntad es permanente y lo que no puedo obtener
de una María que se pierde, lo ofrezco a otras diez criaturas, siempre
para honrar a la Virgen.
Muchos actos de Misericordia hace Mi Sabiduría y entre muchos,
también éste que en el Cielo entenderán a plenitud.
MI DIVINO QUERER
CM-41 9-Abr-97 Jesús
Amor de Mi Pasión. Nuevamente quiero tocar el tema de Mi Divino
Querer. Considerado en esencia, el problema de amarme se reduce a una
sola cosa que es el hacer Mi Voluntad. Porque cualquiera que haga lo
que agrada a otro, es preciso que se despoje de lo que no es conforme a
aquel otro; de manera que despojándose gradualmente, los dos se
asemejan en los gustos, en los afectos, en las palabras.
A todos ustedes les suceden muchas cosas desde el nacimiento a la
muerte y todas están dirigidas por Mí, con el fin de hacerme amar, en lo
cual consiste su felicidad. Por consiguiente, si quieren seguirme en el
amor, deben dar mucha atención a Mi obra y dejar de ver sólo la del
hombre. No niego que también exista ésta, pero les digo que es querida
por Mí, salvo en la malicia que el hombre puede poner, por lo cual
desapruebo el error, pero quiero las consecuencias de él, consecuencias a
veces molestas, a veces dolorosas y aun perturbadoras.
Hace falta reflexionar, reflexionar más para no privarse del bien que
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quiero darles.
Sé que la tecla tocada por Mí en algunos no tiene resonancia, en otros
produce un leve sonido y en otros un sonido falso. Pero les He dicho que
el amor es un gran arte y por eso Me toca a mí hacerles entender,
insistiendo, para su bien, en mandarlos, a través de ustedes mismos y del
prójimo, contrariedades y penas. Por eso deben ceder ustedes porque Yo,
al amarlos tanto, no puedo absolutamente, ceder; se perderían.
No quiero descender a lo particular, sino que, cada uno Me pida luz
a este respecto y Yo estoy dispuesto a ayudar a todos y a cada uno para
hacerlos salir bien en la empresa. Este es el primer paso, porque pedir el
consentimiento de Mi Voluntad es ya hacerla, ya que uno de Mis deseos
es precisamente este: pedir luz para conocer y ayudar para poner en
ejecución.
Hijos Míos, ustedes que quieren Mis dulzuras, pónganse a
considerar el amor y vean que él se nutre de donaciones, no sólo de
dulzuras. Darles dulzuras Me toca a Mí, las donaciones deben ser cosa
suya; son, efectivamente, las cosas que espero de ustedes. Todos tienen
necesidad de conversión de la mente, es decir, todos necesitan cambiar el
modo de pensar y por tanto de actuar.
Una a una modificarán sus cosas torcidas; poco a poco disiparán las
nubecitas que no los dejan ver el sol. Y cuando todo esté en su puesto,
encontrarán que fui bueno repitiendo tantas veces las mismas
invitaciones, repitiendo continuamente, no obstante su sordera y su
ceguera.
Tal vez no crean suficientemente en Mis buenas palabras, tal vez
estén recostados en una cuna dorada y esperan que su Dios sacuda los
insectos que los fastidian. Pero les aseguro que los insectos tienen
permiso para fastidiarlos y echaré fuera sólo alguno, no muchos.
Como valientes, síganme, hermanos Míos, síganme en el amor y no
hagan que quede descontento su Maestro que habla y habla sólo por su
bien. ¡Si supieran lo que significan Mis Palabras: hacer la Voluntad del
Padre como en el Cielo!
Adelante, crean en el Amor, crean en Mis llagas, en Mis lágrimas que
He derramado por cada uno de ustedes. ¡Cuánto llanto en Mis noches
insomnes con el pensamiento de sus almas! Me llenaba enteramente del
deseo de serles útil y Me entristecía mucho previendo lo inútil que
quedaría para algunos de ustedes. ¿Dónde irá Mi criatura sin Mí? De
seguro iría a la condenación. Y Yo, en cambio, quiero llevarlos a la
felicidad, a la posesión de Mí, al gozo del amor.
¡Denme sus voluntades! Ellas son torcidas, pero Yo las enderezaré;
están oscurecidas, pero Yo las santificaré; son débiles y flacas, pero Yo
las quiero hacer todopoderosas, así, uniéndolas a la Mía que todo lo
puede.
Hagan de cuenta que Yo, ahora, puedo sufrir e imaginen cuántos
disgustos Me darían todas las veces que por la incomprensión, el
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desamor, no responden a Mi amor. Si tienen un corazón que no sea
insensible, deben evitar Mis disgustos y darme alegría.
Los He acogido en la Iglesia para ésto, y lo He hecho con suma
predilección, porque deberían saber que a Mi Iglesia doy los máximos
bienes de mi amor y, al darlos a ella, los destino a ustedes. No hay
criaturas más predilectas que los cristianos a los cuales doy Mi Sangre y
ustedes están entre ellos. Un hindú, un protestante, un pobre indígena
no bautizado, no tienen lo que ustedes poseen.
¡Vamos!, dénme sus voluntades, Yo les daré todos los bienes que
están en la Mía: bienes de Gracia, de Santidad, bienes de amor…
ABANDONEN LA INFANCIA ESPIRITUAL
CM-42 10-Abr-97 Jesús
De la infancia que precede a la juventud hay muchos peldaños por
recorrer para llegar a la edad en la cual desaparecen las nieblas y las
ilusiones.
Son propios de la infancia el ofuscamiento y la ilusión, pero ambos
no son dañinos al menos mientras permanezcan dentro de la esfera de la
acción de cada niño. Los problemas comienzan cuando el niño quiere
enseñar a sus amiguitos y allí dice un cúmulo de absurdos que,
generalmente, tienen la aprobación de otros niños como él.
¿Cuánto dura la infancia del espíritu? Evidentemente no va ligada al
tiempo material, más bien está desligada de los nexos no sólo del tiempo,
sino también de los del lugar, de manera que unas veces hago crecer a
alguien por encima de otros en el mismo grupo y debe sufrir las
incomprensiones de sus compañeros de grupo que no pueden
comprenderlo.
Depende de Mí el provocar respeto hacia aquellos que llamo de la
infancia a la juventud y más allá. Los chiquillos espirituales no sabrían
justificar a Mi elegido si se quedara encantado, por ejemplo, al
contemplar una flor, un ocaso, la dulzura de una mirada Mía en la plena
prueba. Los chiquillos quieren juguetes, ruido, trompetas y tambores.
Esto, hasta el día en que les quite de la mano sus juguetes y los
obligue al estudio. Y entonces vienen los lamentos, los ruegos que
quieren pedirme que les de, o les devuelva ese juguete. Resisto, les digo
que vayan a la escuela y dejen los juegos, hasta que finalmente alguno
Me escucha y entra en la sala de clase que le había preparado. Aprenderá
grandes cosas, aun cuando sea poco a poco, pero así conocerá a las dos
personas que debe conocer más: a Mí y a sí mismo. ¿Pero cómo? Por
medio de las obras de cada uno. Mis obras de Creación, de Redención y
de Glorificación y las de ustedes que son las que son.
Niños Míos, ¡dejen la infancia, entren a la escuela, crezcan! No los
quiero siempre niños. Si todavía les doy dulce y leche espiritual, es
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porque aun veo bien que sin esa leche Me dejan y se pierden. Pero no se
ensañen, porque Yo pongo una sustancia en la leche que tiende a
destetarlos. Porque, les repito, deben dejar la infancia espiritual, como
dije por boca de un Vicario Mío, cuyas palabras se leen y se repiten, pero
no siempre se aceptan.
Sí, Yo les doy la infancia espiritual pero luego la quito para darles
una edad mejor. Y aquí viene la dificultad. Los niños que conocen el
Kinder solamente, dicen un sin número de tonterías leyendo, sin
entender las tareas de la escuela elemental, y ésto porque sólo saben
deletrear. Si después pretenden leer los de las otras clases, vienen
problemas más serios porque o se adormecen por el fastidio o ponen el
cuaderno en manos de los estudiantes más grandes. ¿Me entienden,
Teólogos y Maestros de la Iglesia? Dejen, dejen la infancia, estudien,
renuévense, ¡es hora de abrir los oídos y los ojos a la espiritualidad!
Vamos, bajen de los brazos de este Padre amoroso, brinquen por Mi
casa, gocen junto a su Jesús que espera poder completar en ustedes: ¡su
santísima obra de Redención!
TU ALMA ES UNA PEQUEÑA ESTRELLA
CM-43 11-Abr-97 Jesús
¡Hija Mía, estás tan pensativa!… La última estrella del firmamento, la
que se ve más pequeña a los ojos de los hombre y brilla como si estuviera
por apagarse, no es en realidad la más pequeña entre todas las estrellas
ni es la menos brillante aunque a ustedes les parezca así desde la tierra.
Es un astro de luz que dista de ustedes centenares de miles de años-luz.
Por ello es que se ve pequeña y poco brillante, como perdida en la
inmensidad del Cielo. Por otra parte, ustedes no logran ver muchas
estrellas, por ser tan grande la distancia y tan distinta la posición en la
que se encuentran respecto de ustedes.
Hija Mía este cielo, hecho de materia, lo extendí Yo sobre sus
cabezas, sembrando de maravillas el azul que los domina, como para
demostrarles que el Omnipotente hace todo lo que desea, con infinita
maestría.
Pero lo He hecho también para darles a conocer cómo en el
firmamento espiritual, otras estrellas, otras luces, en parte sobresalen y
en parte están escondidas o casi escondidas… Todas las almas tienen una
Luz Mía y todas se parecen a los planetas que están privados de fuego y
por lo tanto oscuros. Así, la pequeña estrella que se muestra lejana y casi
oscura, representa al alma abismada en la inmensidad de mi vida divina.
Esta alma, generalmente, no es conocida, vive al margen del
consorcio humano, casi sola y no siempre estimada. Sin embargo, ¡cuánta
alegría Me da esta alma desconocida! Vive Mi vida y participa de Mí de
manera excelente. Ella misma no comprende el abismo de Amor en el
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que Yo la tengo y piensa que no es otra cosa que una inútil y perjudicial
criatura que hoy o mañana puede caer definitivamente.
A veces Yo obro ocultamente, porque sólo en principio deseo hacer
conocer abiertamente Mi poder y Mi amor. Cuando el alma ha llegado a
cierto límite, Yo no manifiesto Mi obrar y ésto es causa de varios errores
de su parte. Errores que pacientemente corrijo y transformo en llamas de
amor por Mí y por ustedes.
Ya lo ves, He dicho lo que te interesa para hacerte conocer la verdad
y entretenerte, confinada, en el firmamento de Mi amor.
He hablado de los errores para que te fijes y te enmiendes. ¿No eras
tú Mi estrella escondida que vivía solitaria, lejos de todos? ¿Cómo
puedes dudar de Mi amor, mientras te pruebo a cada paso, que te amo?
¿Acaso no te doy la Cruz para hacerte comprender ésto?
Déjame a Mí el cuidado de tu vida sobrenatural. Yo sé hacer lo que
tú no entiendes e infundo la paz solamente si Me crees. Si te falta la paz,
es que no crees que estoy en ti… Te lo diré más claramente.
El diálogo, la oración que haces, no se pierde en el aire, más bien
llega a Mi Corazón. Pero debes creer siempre, por eso te dejo penar, para
que la fe alimentada con la confianza, crezca y se consolide fuertemente.
EL ELEGIDO DEBE ACTUAR CONMIGO
CM-44 12-Abr-97 Jesús
Hijos, pequeños Míos, más que cualquier otra criatura, el que Ha
sido elegido por Mí, debe actuar constantemente en unión Conmigo. No
quiero que Mis amados se apoyen en criaturas semejantes a ellos y por
eso hago que reciban de ellas contradicciones casi continuamente… Pero
Soy Yo quien encamina a Mi fin sus cosas, sin que las miserias de los que
se oponen, puedan desviar el cumplimiento de Mi Querer.
Hijitos, es justo que Mis predilectos Me sigan en medio de la duda,
pero sería una ofensa contra Mí que, después de haber conocido Mis
intenciones, quieran tornar al pensamiento de las ayudas y respetos
humanos.
No, Mis amados, no se aflijan por los que los contradicen; ellos no
saben lo que hacen y si obran con ustedes cosas malas, aun por medio de
esas cosas, Yo les daré la victoria. Confíen en Mí.
TRATO AL ALMA CON EXTREMA DESTREZA
CM-45 12-Abr-97 Jesús
(Para un religioso.)
Pequeño Mío, ya disipadas tus molestias, las sustituyen Mis
dulzuras. Las unas y las otras son queridas por Mí y por Mí se verifican
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en ti.
Antes de enseñarte el nuevo camino, hacían falta estas cosas, estas
nieblas, estas preocupaciones. Ahora deberás conducir en otra forma Mi
carro y lo conducirás sin vacilaciones.
Fui previsor al confiarte a Mi Madre en vez de que transitaras por los
abismos tenebrosos. Fuera, lejos de las penas del mundo, ahora te atraigo
a altas esperanzas, a atrevidas cumbres. ¡Cuánto te amo, hijo Mío!
¡Hermano Mío!
Por la misión que tienes, te elijo ahora otro Santo que te proteja en
este camino: Tarcisio. El te protegerá y te hará caminar a prisa.
Tarcisio protege a los que frecuentan, a los que honran Mi Mesa y es
lógico que sea así, puesto que a costa del martirio, fue el primero en
protegerme en Mi Sagrado Sacramento de Amor. ¡Adelante, hijo amado!
¡No sabes las cosas que tengo reservadas para ti!
Tú no sabes cuánto percibo de bien tus sentimientos de unión a Mí y
lo anoto todo para el día de tu triunfo.
Voy a darte un regalo y por el amor tuyo, también a otros hijos. Mi
Madre volverá a darles su cuidado maternal personalmente a través de
algunos Mensajes. Digo a través de esta hija porque tu amor hacia Ella,
Mi Madre, conmueve Mi Corazón que se estremece de contento. Así tú
cuidas de Mis hijos; Mi Madre y Yo cuidamos de ti. Tú guiarás a esta
pequeña a quien tanto amo y Mi Madre te guiará a ti.
Trato a tu alma con extrema destreza, tal como es necesario. La
destreza es necesaria para liberarte del influjo maléfico de Satanás que te
quisiera destruir al igual que a todos los que ahora escuchan tu voz.
Es un arte divino el de llevar a las almas al camino recto, a las pistas
veloces en que se pone a punto todo el mecanismo que produce la santa
velocidad de quien se ha encaminado hacia Mí, hacia la meta del Paraíso.
Que no te asuste la carrera porque Yo voy de guía contigo.
Te He dicho que debo usar extrema habilidad, ya que tu vehículo no
goza de perfecta eficiencia, pero recuerda bien que lo vamos guiando
juntos.
Ustedes, déjenme hacer a Mí porque la carrera no termina, más bien
empezaremos a transitar por la pista veloz que les He preparado.
Son Míos, son obras salidas de Mi mente y de Mi Corazón porque
quiero secundar en ustedes Mi genio amoroso de favorecer a través suyo
a muchas almas.
Compréndanme y déjenme hacer porque, por sobre todo, Mi obra los
honra aun en el presente, cuando las horas limitan toda cosa.
Hoy y siempre amaestraré tu alma para hacerla venir a Mí, Bien
Infinito del que jamás podré saciarte, porque inclusive cuando estés lleno
de él, no te faltará deseo de Mí, que te He creado con amor Infinito…
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EL ARCÁNGEL SAN GABRIEL
CM-46 13-Abr-97 El Arcángel Gabriel
La paz contigo, no temas, Soy Gabriel, el Mensajero de Dios y vengo
a decirles en este día especial, que Jesús amará a Su Madre sobre todos y
sobre todos la honrará en el Cielo, pero de tal manera que entre el mayor
de los Santos y María, tenga que mediar una distancia casi infinita.
Jesús el Salvador que anuncié a María, sabrá qué honor conceder a la
Virgen de Nazaret. Nosotros, felices habitantes del Cielo, todavía no
hemos llegado a comprender qué hará Jesús en honor de Su Madre el día
en que toda la humanidad se encuentre delante del Juez.
Sabemos que será participación de gran dignidad, pero no podemos
prever cómo se manifestará esta participación. Por eso esperamos ver
supremamente honrada a La que de mí recibió el saludo del Cielo, como
electa Madre de Dios.
Sí, Yo Soy Gabriel, el Arcángel, testigo del gran pacto acordado entre
Dios y el hombre a través de la Virgen Inmaculada. Yo, que la saludé y
que Me incliné a Ella, puedo decirles que María, aun entre la felicidad de
la que ahora goza, debe hacerles conocer que no es feliz como debiera
por el modo con que algunos pretenden seguir a Jesús.
Ella, que protege maternalmente y ama a todos quienes forman Su
progenie, dice que no es bueno desfigurar y tergiversar poniendo reparo
en la doctrina de Su Hijo. Este camino conduce a la afirmación de
Satanás, no a la de Dios y, ¡ay de los que escandalicen a los sencillos!
María, la esclava de Dios —como Ella me declaró— juzga que se ha
obstaculizado demasiado el camino de la verdad con peligrosos rodeos y
que, por eso, es necesario enderezar las vías tortuosas.
Hablándote de Ella, tú oyes que todo el Cielo Me está escuchando.
Me pide que les diga que le gusta mucho que todos la amemos y si hoy,
13 de Abril me hace traer este anuncio, es porque desea que ustedes se
hagan buenos hijos Suyos y que aprendan de Ella a amar a Jesús.
Soy el Mensajero de Dios, anunciador de Cristo, una pequeña pero
fulgente estrella del firmamento del Amor Santísimo, cuyo fuego no arde
inútilmente en sus pechos. ¡Amen a La que los mira con ternura
inmensamente maternal y se apresta a volver a hablarles!
QUIERO ESTAR ENTRE USTEDES,
NO EN ALTARES LLENOS DE POLVO
CM-47 13-Abr-97 María
Me llamas desde la tierra y Yo acudo del Cielo a tu lado, porque
Madre e hijos deben estar unidos siempre y participar de las alegrías y
de los dolores que experimentan porque el amor materno y también el
de los buenos hijos, exige esta unión de afectos. Te digo que estoy
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contigo, hijita, porque Me has llamado, y con tu Madre desaparece todo
lo que te importuna.
Tengo muchos hijos que piensan en Mí y Me miran sólo como a una
Señora sumamente rica y benefactora. Me ponen en muchos altares que a
veces llenan de flores. Me alaban, Me invocan, pero no lo hacen como
verdaderos hijos, es decir, con afecto filial porque Me ven demasiado
lejana. Pero no, queridos hijos Míos. Vean lo feliz que Soy de acudir al
lado de ustedes, admiren cuán gozosa estoy ahora junto a los hijos que
Me llaman con amor.
¡Oh!, sí, Yo quiero bajar de los altares en los que Me han colocado.
No Me gusta el polvo de los artesonados de los Templos. Yo debo estar
con ustedes, entre ustedes, si no, ¿qué Madre piensan que Soy Yo?
No Soy Madre de yeso, de madera, o de mármol y tampoco de tela o
papel. Soy Madre hecha de alma y cuerpo como ustedes y las manos que
Han estrechado al Hijo Santísimo, quieren estrecharlos también a
ustedes, tocar sus cabezas y apoyarse en sus brazos como para
descansar, pero verdaderamente, por un sólo fin: el de tenerlos más
unidos a Mí.
Soy Madre, debo ser comprendida en Mi ternura y seguida en Mis
deseos.Yo los llevo a Jesús: vayamos juntos. ¡El Me quiere a Su lado
porque es Hijo amoroso! ¿Qué puede ser mejor que ir hacia El junto
Conmigo?
¡Oh, cuánto los ama este Corazón de Madre! Hijos Míos, sépanlo y
tengan en la mente: si no los protegiese Yo, muchas veces habrían
abandonado a Mi Jesús. Y Yo, para que ésto no suceda, quiero
precisamente estar al lado de ustedes, caminar al lado de ustedes,
caminar con ustedes. Tómense de los brazos, hijos Míos y déjenme
acariciarlos y besarlos porque son alivio a Mi Corazón de Madre,
esperanza a Mi ardiente aspiración de saber y ver amado al primero de
Mis hijos, el Unigénito de Mi Corazón, Mi vida y Mi alegría.
Si lo vieran, hijos Míos, cuán bello es El, cómo resplandece de Luz y
de Amor… ¡Oh, sí, Soy la Madre más afortunada, porque He
engendrado al Hijo más bello, al Hijo más grande, al Hijo de Dios!
Desde esa imagen que esta noche contemplarán, los contemplaré
también Yo sonriendo con inmensa ternura. ¿No quieren agradecerme?
Yo les He traído a este Hijo Mío (por un Sacerdote) y quiero que sepan que
entre los más amados por Mi Inmaculado Corazón… Protéjanlo y cuiden
de él, se los pido Yo, su Madre Auxiliadora, Madre de la Eucaristía,
Sierva del Santísimo Sacramento y Esclava del Señor…
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LA NOCHE DE BELÉN
CM-48 15-Abr-97 Jesús
Ustedes dicen que Yo bajo de las estrellas, pero ¿para detenerme
dónde? En sus pesebres, donde el frío es más o menos penetrante.
Desciendo pero sin fijarme si el tipo de establo en que Me recuesto está o
no lleno de paja; si tiene una discreta puerta que Me abrigue a Mí y al
pesebre del frío y del viento.
Hijos Míos, Mi morada, en efecto, está en los Cielos y el estar con
ustedes significa solamente favorecerlos. Si pudiera sentir disgusto, el
olor de sus establos tal vez sería insoportable, puesto que la infinita
perfección de Mis atributos no podría resistir tanta paja mojada y
empapada de todo género de miserias. Pero no siento ningún disgusto
de estar en ustedes, si bien no apruebo tantas cosas y cositas.
Lo que hago es esperar y ayudarlos de mil maneras con Mis dones,
para transformar su establo en habitación digna de Mí, lo que sólo
sucederá cumplidamente en el Cielo, donde ya no habrá establos sino
luminosos espíritus fundidos en Mi eterna luz.
Sí, desciendo de las estrellas porque no quiero ser sólo el Rey del
Cielo, sino también la llama de sus corazones… En Belén comencé a
sufrir por ustedes y Me gozaba mucho en ello porque también Mi
naturaleza humana, en ese cuerpito de recién nacido sentía el calor y el
hálito de Mi Madre y el abrazo afectuoso del extasiado José. Estos son
sus modelos, aprendan de Ellos, a ellos pidan un poco de Su virtud, un
poco de Su amor.
¡La noche de Belén! Más bien repite: el luminoso día de Belén, porque
entonces vine como sol divino a iluminar todo y a todos, a calentar los
helados establos que son ustedes sin Mí. Vine en brazos de Mi Madre y
ahí Me encontrarán todavía porque quiero hacer todo con Ella, pupila
maravillosa, la maravilla más grande de Mis obras. Criatura, sí, pero tan
excelsa que ni siquiera Miguel, el gran faro de todos los Arcángeles,
puede comparársele.
Vine al mundo por ustedes, cierto, pero amo repetirlo y siempre lo
diré: vine primero y más que todos por Ella.
¡Ustedes no saben la alegría que experimenté Yo, niño, cuando Ella
Me estrechó en sus brazos maternales! En seguida Me compensó por
tantas frialdades de ustedes. Y cuando Me pasó a las manos de José, fue
como si María le confiase la custodia de Mi Cuerpo a Mi Santa Iglesia y
aun por eso quise que José estuviese entre los principales protectores de
Mi Esposa en la tierra.
¡Compréndanme, les pido! En la tierra tengo pocos seguidores.
Compréndame ustedes que Me aman, sean para Mí no ya los
consoladores de Mis penas pasadas, sino los compañeros de las mismas
penas que sigo sufriendo en ustedes. Compréndanme, ámenme y
créanme porque es hermoso ser amados, comprendidos y creídos.
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Entonces, no hablaba porque era niño; ahora quiero decirles todo de
Mí y de ustedes; les aseguro que los fastidiaré poco hablando de sus
pesebres, porque tengo en mente decirles muchas, muchas cosas de Mí
que los harán gozar como no pueden imaginar.
A Mí, Niño de entonces, pero Dios como ahora y como siempre,
diríjanse todos ustedes y todo lo suyo. Les prometo que María y José les
serán de valiosísima ayuda y les ofrecerán Gracias de lo más selectas.
Bajo del Cielo, vengo a sus pesebres, Me detengo un tanto y luego
volveremos juntos al Cielo, donde vivirán en eterna beatitud. Dejarán las
miserias, los haré ricos, riquísimos de Mí.
¡Oh, Belén! ¡Oh Noche Santa! Ven a Mí a besarme no ya Mi pequeño
pie como quisieras, sino Mi mejilla rosada y luego en seguida besa la
mano de Mi Madre y abraza a Mi querido, queridísimo José.
Nosotros estamos unidos, todos juntos: ustedes y Nosotros, ustedes
todos y Nosotros todos.
Mi mano los bendice y se posa y detiene en su cabeza. Soy Yo, el
Dios-Niño, el deseado y el amado, el Amor que quiere ser amado.
MARÍA PARTICIPA DE MI DIVINIDAD
CM-49 15-Abr-97 Jesús
(Mensaje para ser leído en los lugares donde se lleve la imagen de Mi Madre.)
Hijos Míos, entre todas Mis criaturas, la más bella es María quien
participa de Mi Divinidad de manera supereminente como conviene a la
Madre de Dios. Por eso mismo, recurrir a Ella es garantía de acogimiento
porque Yo quiero a Mi Madre, Co-redentora por Gracia. Recurran a Ella
confiados, aun cuando estén en pecado. Ella los salvará para darme una
grata alegría.
Sabía que la mirada de una Madre puede suavizar muchos rostros
irritados de hijos poco amorosos o díscolos. Por eso les He dado a María.
Pero recuerden que si les sonríe y los mira benigna, es para animarlos a
venir a Mí. Recuerden también que en Sus dulcísimos ojos Yo Me reflejé
cuando era Niño y Me tenía en Sus brazos.
Pues bien, ahora desde el Cielo esos mismos ojos los miran a través
de esta imagen, ofreciéndoles el reflejo de Mi sonrisa y Mi benignidad.
ARDAN CON EL FUEGO QUE QUIERO DARLES
CM-50 15-Abr-97 Jesús
Pedro, Mi amado Apóstol, no quería que Yo le lavara los pies
porque, siendo Yo su Maestro, eso le parecía paradójico. En efecto, al
decir: “¿Tú, lavarme los pies a Mí?”, afirmaba que en su mente tenía muy
firme una gran veneración por Mí. Lo instruí dulcemente diciéndoles:
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“Pedro, ahora no sabes lo que hago, lo sabrás después.” Mas él,
convencido de que no debía darse tanta humillación Mía, confirmó su
idea respondiéndome: “Tú nunca Me lavarás los pies.” Por eso Me vi
obligado a darle otras razones y él se tranquilizó, como pueden leer en
Mi Evangelio.
Lo que Me urge ahora a revelarles es que la criatura, toda criatura
nunca sabe lo que hago, como dije a Pedro, pero Yo garantizo que lo
sabrá después.
¿Quieren esperar un poco, oh Mis impacientes y fríos seguidores?
Hoy no saben, mañana sí. Hoy no les manifiesto el por qué de Mi
Voluntad respecto de ustedes y de otras personas, pero pronto se les
dará a conocer todo. No es sensato quien pregunta siempre: “¿por qué?”
Es sensato quien estudia sus propios por qué en Mi libro divino en el que
está escrito todo de ustedes y para ustedes.
Este libro está a su disposición y no se compone de muchas páginas;
sólo les digo que pueden volcar, pasar esas páginas un poco menos
rápido. A menos que no sean tan generosos: “Señor, Tú Has escrito todo
de mí, todo está explicado en este libro de mi vida. Podría leer sus
páginas como Tú dices, pero no deseo hacerlo. Aquí está, mi amado, aquí
está el libro de mis porqué; no lo abro, te lo devuelvo a Ti, porque me fío
de Ti. No Te pido que Me expliques que no quiero leer ahora. Un día , si
quieres, me harás leer Tú, pero no te lo pido porque me basta que sepas
Tú. Te pido, en cambio, que proceda de manera que pueda yo recibir
mucha ayuda y siempre, para que jamás me atreva a ofenderte ni mucho
ni poco. No me dejes separarme de Ti y aumenta la medida de Tu Gracia
en mí. No me hace falta leer, mi amado Señor, el libro de mis “porqué”.
Haz de mí lo que te parezca”…
Les He advertido que después podrán saber el porqué de Mis
disposiciones respecto de ustedes. Esto tiene varias razones particulares
y todas a su favor.
Pedro se aquietó cuando le dije que si no le lavaba los pies no podría
estar Conmigo. También ustedes aquiétense y más bien díganme, como
el Apóstol, que quieren ser lavados por entero. ¡Me agrada tanto su
deseo de hacer cosas gratas a Mí y querer estar Conmigo!
Lavé los pies a doce toscos pescadores, Me abajé a ellos para dar
ejemplo; sí, pero además para que, dejándome a Mí mismo en alimento a
las almas, conocieran todos por anticipado que Yo quiero purificarlos
completamente, además de saciarlos de Mi amor.
Tienen necesidad de purificarse, es muy cierto. Sólo Mi dulce
paciencia y Mi amorosa Sabiduría pueden mejorar el conocimiento de su
yo. Pero poco a poco los hago entender lo que hay que purificar en su
alma; de modo que Me apuro Yo mismo a purificarlos. Ustedes deben
imitar a Pedro cuando repuso con convicción: “Si es así, lávame no sólo
los pies, sino también las manos y la cabeza.”
Mi amado Pedro, tú has hablado por ti y por todos; has hecho ver el
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gran aprisco que te He dado y que mantengo todavía hoy, lo que es el
respeto y cómo se manifiesta el amor. Debo alabarte en presencia de la
Iglesia triunfante porque has dicho y has hecho bien consintiendo que te
lave como Yo deseaba.
Ustedes que militan en la tierra, únanse en palabras de alabanza a Mi
primer Vicario, primer ejemplo de alma generosa. El encomio que más
interesa a Pedro es que lo sigan junto a Mí. Ardan con el fuego que
quiero darles; pídanmelo, les daré y mucho. Sean generosos y confíen en
Mi obra. Pero antes deben tener Fe en ella y luego, si Me aman, se fiarán
de Mí.
Es necesario que Yo los lave, He dicho. Pues bien, recuerden que Soy
Yo justamente el que quiero servirme no de “jabones” siempre
perfumados. A alguien le desagrada el olor de azufre, pero hace bien
para las enfermedades de la piel y sana sus erupciones. A otro no le
gustan los jabones que cierto Médico sumerge en ciertas aguas sulfúreas
que emanan vapores desagradables. Pero ese Médico quiere a todo
trance hacer esas limpiezas con esos jabones. Déjenlo hacer lejos de
ustedes. Yo les digo que al término de la enjabonada estarán todos
limpios, blancos y podrán ir al carruaje divino entre puñados de
perfumadísimas rosas y grandes manojos de cándidos lirios. Pero
tendrán más que aquellas flores: llevarán en ustedes mismos el perfume
más selecto de Mi Humanidad gloriosa y resplandeciente.
Se los digo Yo, su Médico de cabecera, su medicina y su curación
perfecta. Vamos, dejen que Yo los lave.
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
CM-51 15-Abr-97 Jesús
Niña amada, no voy a pedirte disculpas por utilizar tu tarde. Sé
cuánto disfrutas de estos encuentros nuestros, de modo que gocemos al
trabajar juntos… Empieza.
Yo Soy la Resurrección y la Vida, el que cree en Mí, aunque esté
muerto, vivirá. Así lo He dicho y lo confirmo para ahora y para siempre.
La Resurrección que procede de Mí es propiamente Mi vida Divina,
porque es la causa de toda resurrección.
Así, Soy su Resurrección porque Soy la Vida, doy la Vida, infundo el
ser y renuevo a todos los que creen en Mi.
Tantas resurrecciones de ustedes son superiores a la de Lázaro y Yo
las hago realidad en el más grande silencio. A El le grité, por el pueblo
presente, que saliera fuera de la tumba en la que yacía ya por cuatro días.
A ustedes les llega Mi voz, como a Lázaro, para sacarlos fuera del pecado
y de sus miserias cotidianas. ¡Oh, sí, no es fácil hacerlos resucitar porque
no los encuentro lo bastante dispuestos y no quieren oír Mi voz!
Con frecuencia no reconocen Mi voz y creen en otras voces
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interesadas que provienen no ya de Mi pecho que arde en amor, sino de
miserables criaturas rebeldes o bien de ustedes mismos cargados de un
sueño moral o cubiertos de vendas de pies a cabeza.
Yo Soy la Resurrección de los cuerpos, sí, pero también de las almas.
El que cree en Mí vivirá para siempre y de Mí, porque la Fe en Mí es el
principio del Amor y el Amor es Mi vida y la vida de ustedes.
Hijos Míos, resuciten creyendo, vivan creyendo y verán que el
sentido de Mis Palabras es, como siempre, exacto… Los invito a
resucitar, los llamo a nueva Vida…
ME AGRADA QUIEN PERSEVERA EN LA ORACIÓN
CM-52 16-Abr-97 Dios Padre
Hija Mía, creada por Mi eterno amor, las funciones sagradas que se
desarrollan en Mis Templos y especialmente la celebración del Santo
Sacrificio, son incienso que sube al Cielo llevando los perfumes de la
tierra, es decir, las plegarias y las ofrendas, las cuales son verdadera
adoración del hombre viador. Suben al Cielo suspiros y cada uno, sea o
no sincero, se hace manifiesto a Mí.
Yo no Me engaño, veo a todos y todo, y a cada uno le doy la
respuesta que necesita. Respondo siempre a sus plegarias puesto que
ellas representan sus miserias y éstas son el precioso material —He dicho
precioso— apropiado para ustedes, para hacerles comprender Mi amor.
Si no estuvieran llenos de miserias, además de que no se preocuparían
de Mí, no entenderían mucho Mi intervención en favor de ustedes: por
eso llamo material precioso a sus miserias. En cambio, para muchísimos
de ustedes, casi para todos, la miseria es el peso que arrastran sin fruto y
con mucha molestia.
Quisiera hacerles ver desde el Cielo el conjunto de las oraciones y
ofrendas que suben hasta Mí durante las funciones sagradas, para
demostrarles cuán cierto es que en la oración se queman las escorias, es
decir, se aligera el peso de las miserias humanas y el hombre, a través de
innumerables grados de adoración, se pone en la mejor condición para
ser ayudado por Mí. ¡Cuánto Me agrada quien persevera en la oración!
Como quiera que ore el hombre merece socorro. No será siempre lo que
ha pedido, pero Yo no puedo y no quiero que Mis criaturas pidan y no
reciban.
Consideren cuánto desea favorecerlos Mi amor. Les He dado un Hijo
al que pueden inmolar siempre en sus altares, para que esté en sus
manos, a su disposición, la garantía de Mi aceptación. ¿Podría despreciar
a Mi Hijo, Yo que lo amo infinitamente, viéndolo inmolado por Mí y por
ustedes?
Aun antes de haberlo dado a ustedes, lo amaba infinitamente como
hoy; pero ahora que lo tienen, ustedes están, pueden estar muy seguros
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de que Yo estoy deseoso de escucharlos, de ayudarlos, consolarlos y
salvarlos.
He dicho que las oraciones y ofrendas suben como incienso a Mi
Presencia: las unas y las otras son necesarias para ustedes y también para
Mí, porque así lo quiero para su bien y para la Gloria de Mi Hijo. Oren
siempre, ofrezcan siempre y tendrán respuesta a todo, ayuda en todo lo
del alma y lo del cuerpo. El que ora entra al Cielo con la mente, aunque
permanezca con los pies en la tierra, porque Yo le doy los tesoros del
Cielo para él y para los demás.
Entonces, si el hombre ora distraídamente, ¿por qué no entienden
que se queda con las manos vacías? ¿Por qué orar sólo con los labios? ¿Es
que sólo los labios necesitan de ayuda? ¿Y su mente, no? Recuerden bien
y ya no olviden: cuando Me imploran es como si fuesen a sacar agua.
Si Me traen un recipiente indiviso, es decir sano y sin orificios,
pondrán toda el agua que quieran, según la magnitud de su recipiente.
Si, en cambio, oran distraídamente, quiere decir que Me traen un
recipiente agujereado que perderá en seguida el agua a través de los
distintos orificios que tiene.
Intenten llenar agua, si lo logran, uno de aquellos recipientes con los
cuales riegan las castañas; traten luego de convencerse de que la fuente
no está seca sino que es impropio para el agua ese recipiente. Y ustedes
son precisamente, castañas crepitantes cuando Me imploran
distraídamente, mientras Yo quisiera que su oración, unida al
ofrecimiento, sea plácida, humilde, confiada, más aun serena, si les es
posible, aun en las grandes ocasiones que a veces les mando.
Yo lo acepto todo, sépanlo, pero oren tranquilamente, unidos a
Aquel que oró más que todos y por ustedes todos. El es su garantía, la
prenda del Cielo que les He dado. A El deben recurrir, de El deben
servirse para que a El tornen después, el honor y la gloria.
Piensen: si Me muestro tan deseoso de favorecerlos accediendo a sus
ruegos, ¿cuánto más deseoso seré de glorificar, a través de sus miserias,
al Hijo Santísimo que por Mí se entregó todo El?
Pueden desmerecer ustedes, pero si se presentan a Mí inmolando, a
Mi Hijo Predilecto, entonces aun su demérito estará cubierto, rescatado
por la belleza y el amor sin límite de Aquel a Quien Me ofrecen.
¡Si lo miro a El y en El a todos ustedes, ya no son ustedes sino El!…
ORA POR QUIENES TE DAÑAN
CM-53 16-Abr-97 Jesús
(Iba a empezar la Santa Misa, pero yo había estado todo el día muy herida por
alguien a quien aprecio y que me dañó mucho, o intentó hacerme mucho mal.)
Hija Mía, ofrece esta Santa misa por la persona que te ha lastimado y
dícelo a su amiga. Dile que Yo te He pedido que ofrezcas esta Comunión
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por ella, sin darle más explicaciones. Lo demás déjamelo a Mí… No
tengas dudas. Yo sé lo que te pido. Tranquila, ¿acaso no estoy contigo?
No voy a permitir que se destruya esta obra Mía, diseñada con tanto
amor.
(Así lo hice, me sentí muchísimo mejor. ¡Cuánta Sabiduría de Mi Dios!)
MI ESCUELA
CM-54 17-Abr-97 Jesús
(En oración ante el Sagrario.)
Reinan luz incompleta y falso conocimiento en algunas mentes
acostumbradas a resolver sus problemas con la luz del provecho. Yo
debo advertirles que este obstáculo del provecho, es el verdadero y
permanente obstáculo en la resolución integral de sus perplejidades.
Comienzo Mi escuela divina con el abecedario de la propia utilidad
y, poco a poco, los conduzco a la Universidad, en la cual podrán disputar
sobre las más altas materias; pero entre el abecedario y la Universidad,
¡cuánta graduación de luz interior!
Ustedes no saben bien dónde se encuentran porque se trata de cosas
invisibles y muchas veces impenetrables, por eso tartamudean tanto, que
veo la tierra como un campo inmenso de balbucientes e ingratos. A todos
impongo Mi método, según los tipos de seres con quienes trato. Todas
criaturas Mías, pero ninguna igual a la otra.
A ti, pequeña, te He enseñado a hacer las cuentas con la hoja al revés,
pero todavía no has llegado a lo que Yo quiero. A este propósito te digo
que no debes impresionarte si te presento las cosas de manera que te
resulta anormal y no debes impresionarte porque Soy precisamente Yo el
que lo hago. A la mayoría se llega así: aceptando el trastorno de los
valores humanos y transformándolos en valores divinos. ¡Cuán precioso
es el trabajo que estoy haciendo en ti sin que apenas te enteres!
Es verdad, todo lo que hago es perla preciosa; pero Yo entiendo Mis
obras no sólo de Creación, sino también las de Redención que hago en ti
continuamente… Todo es bueno, todo va con Mi juego. Aquí está lo bello
ya que Yo no pierdo el tiempo. Pero no tengo citas prefijadas, porque Mi
movimiento es continuo y Mi fuego está permanentemente encendido en
ti.
Por ésto, saca provecho de todo, porque en todo pongo Yo tu
beneficio y la vida que te He dado es preciosa y no se desgasta, como
antes.
¿No sientes una sed de infinito en ti? Pues bien, Yo la provoco y la
alimento para hacerte entrar en Mi modo de obrar y hacer Conmigo. Si
permaneces en Mí, tú obras Conmigo y nada será extraño a ti. Así, poco
a poco la criatura se va divinizando y su acto se transforma en el Mío
hasta el día en que no exista sino un sólo acto: el Mío, en el cual el tuyo
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será completamente absorbido.
Hoy He hecho resonar las trompetas del Cielo donde todo es puro;
en tu miseria, tú has pensado que verdaderamente estás cautiva y
circunscrita por Mí. Te He llevado de un lado a otro para hacerte feliz
dándote Mi luz y Mi amoroso abrazo, con el cual te confirmo Mi alegría.
Pues bien, si progresas en ésto, verás cosas mayores, mucho mayores. A
ésto te llamo y tú vendrás.
Alma que redimí, quiero que tú Me pidas siempre una sola cosa, la
divina que has aprendido de Mí, agonizante en el Huerto de Getsemaní
y pídemela en unión Conmigo: ¡fiat, siempre fiat, porque en el fiat está
todo, está el Amor!
HE PUESTO MIS OJOS EN TI
CM-55 18-Abr-97 Jesús
Pequeña nada, vamos a enseñarle al hombre, empecemos nuestra
tarea de hoy… El peligro de ser arrojados en las garras de Satanás, Mi
eterno enemigo, es una constante realidad, que a diferencia de Mis
verdades divinas, está siempre como espada suspendida sobre la cabeza
de todos y es espada que se advierte sólo cuando cae efectivamente en
sus cabezas.
En cambio Mis verdades, las que conciernen a Mí, son suavísimos
cobertores afelpados con los cuales pueden cubrirse en todo momento y
que pueden usar con dulce sentimiento interior. Todo cuanto es bueno
para el hombre es como un joyero que pongo siempre al lado de cada
uno, para que pueda tomar lo que quiere y adornarse con Mis alegrías.
Empleo infinita Misericordia con los que saben que se encuentran en
semejantes condiciones de riqueza por un lado y de miseria por otro y
escojo los más impensados sistemas con el fin de que, cuando tomen Mi
joyero, no olviden la espada que cuelga sobre su cabeza.
¡Hombre! ¿Sientes qué complacencia pongo al llamarte con un
nombre que te distingue de millones de otras criaturas? Pues bien, todo
es bueno para Mí, todo lo transformo para ti, oh hombre predilecto. Aun
cuando la muerte haya golpeado a tu puerta, no temas, tú que has visto
qué fétidas miradas rodean tu cara. Ahora que has conocido qué
receptáculo de gusanos hay en su boca descompuesta, tú, hombre,
renacido en Mí, has comprobado que la muerte no vence a Mi amor y
que todas sus cosas son para Mí como insectos, como mosquitos en las
orejas de un elefante… Yo lo venzo todo, nada ni nadie Me vence.
Pues bien, el fruto que necesariamente quiero obtener de ti, deberá
madurar verdaderamente, no obstante las varias espinas que tratan de
sofocar tu crecimiento: ¡He puesto los ojos en ti, no temas! Tienes mil
pruebas de que es así: ¡piensa! Y entonces verás que es verdad cuanto ya
te He dicho, con efusión de amor, es decir, que Yo Me deleito en
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construir sirviéndome de los utensilios con los cuales el hombre
destruye. ¡Justamente así!
Yo levanto magníficas mansiones sirviéndome sólo del azadón,
pongo cimientos sirviéndome de minas, refreno los ríos llenos de limo
abatiendo diques; embellezco palacios usando harapos totalmente sucios
y caliento las casas que Yo construyo con el más duro hielo. Es Mi oficio,
tú lo sabes bien ahora, escoger todo lo que es contrario al fin que Me
propongo.
Este es el grito de Mi Divinidad que no quiere aparecer majestuosa a
su generación, este es el llamado que hago a los que Me aman y es bueno
para ellos si lo oyen, bueno para ellos si, al oír los golpes de Mi azadón,
las explosiones de Mis minas, el romperse de Mis diques… Bueno para
ellos si al ver que Yo tapizo sus almas con los harapos de sus mismas
miserias, creen en la obra sabia del Dios que aman. No dan preciosidad
al hombre de los éxtasis, ni las dulzuras, ni los sentimientos, ni el fulgor.
Todo ésto es fruto de Mi Providencia divina y no es meritorio tanto
como lo es, en cambio, el seguirme cargado con la propia cruz, con el
peso sangriento que tal vez se han impuesto a sí mismos.
El grande y verdadero mérito es: el sufrir, aceptar, seguirme en la
abominación del mundo y de ustedes mismos. Esto es lo que en verdad
significa construir sobre la roca, sin temor a vientos ni borrascas, porque
quien carga con su Cruz personal va al encuentro de la Gloria, como
ocurrió Conmigo.
No deben llevar Mi Cruz sino las raras veces que a eso los llamo.
Comprendan: deben sostener su Cruz, imitándome a Mí, su modelo
humano y divino.
Mi Corazón está lleno de muchas cosas para ustedes y se los digo
apasionadamente, de cuando en cuando, según las ocasiones de Mi gente
elegida.
Ustedes todos que escuchan estas lecciones, ábranme a Mí el alma;
renuncien a ustedes para poder adherirse a Mí que sabia y
amorosamente los atraigo y socorro. Séanme gratos recibiendo y
asimilando Mi Palabra porque en Ella está la Vida. Vayan al Evangelio…
Cierren los libros de la necedad humana y abran un sólo libro en el
que está todo, el libro en el cual Me encontrarán a Mí y a ustedes
mismos; en el cual se reconocerán ustedes y Me reconocerán: Este libro,
ya lo saben, es la Cruz que domina el Cielo y la tierra, que ilumina a
todos en el Cielo y en la tierra.
Lean, aprendan en ese libro y miren el ejemplo que les He dejado.
Me verán sufrido, enclavado, convulsionado; es decir, Me verán como
deben ser también ustedes: sí, clavados en su cruz diaria.
Mírenme al rostro porque en un momento verán relampaguear estos
Mis ojos cubiertos de Sangre. Será el instante en que los levantará de sus
miserias, porque los Míos tienen la luz que ustedes querían, tienen la
dulzura que esperaban. Se los digo Yo, el Nazareno llamado Rey de los
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Judíos y se los digo ahora porque en el Calvario debía callar por
ustedes…
Hijos Míos, aprendan también ésto, a sufrir callando. Porque cuando
callen hablaré Yo, gozaré viéndolos como a convencidos discípulos Míos,
viéndolos semejantes a Mí. Soy justamente Yo quien les repite la
invitación, mientras su hermana puede contarles cómo Me ve lleno de
llagas en los días que acompaña Mi Pasión…
MI AMOR DIVINO SE ABAJA A HABLARLES
CM-56 18-Abr-97 Jesús
(Mensaje para H.)
Amado hijo de Mi Sagrado Corazón.
Frecuentar Mi Banquete es lo mejor. Más aun es necesario para
alimento de sus almas. Pero como no sirve comer un alimento si no se lo
asimila, así no les sirve alimentarse de Mí si no Me asimilan y la rutinaria
costumbre es enemiga tremenda de la asimilación.
El que viene a Mi banquete abra bien los ojos y vea lo que no es dado
ver a los miopes de espíritu, a los consuetudinarios.
Ve y reflexiona que el amor por el cual Yo me doy a ustedes es
Divino, es decir infinitamente superior a todo conocimiento humano, por
grande que pueda ser. Reflexiona que en la Cena, Yo di testimonio con la
humillación exterior (el lavatorio a Mis Apóstoles) del anonadamiento
total que Yo quería sufrir hasta el fin del mundo. La costumbre de
lavarse las extremidades fue tomada por Mí en sentido simbólico y
mientras hice lo que un verdadero amante hace por la persona que ama,
es decir ponerse en su lugar, sustituirse a ella en las cosas más humildes,
di la posibilidad de hacerlos penetrar en el secreto de Mi Corazón, que
anhelaba dejarles el testimonio divino de Mi amor infinito por el cual
casi Me aniquilé y sometí a las órdenes de los hombres, ya sean Mis
Ministros, pero siempre hombres.
Mi amor es divino y se abaja a hablarle al hombre. Comprende que
sus manifestaciones son divinas; por eso están por sobre todo y sobre
todos.
Por ésto quería decirte que en la última Cena viví plenamente Mi
drama: de donación de Mi parte, de incomprensión y traición de parte de
los hombres.
Quien Me comprende Me ama y tú, hijito, que Me comprendes y Me
amas, sigue ayudando a Mi pequeña que trata de traerme otras, muchas
otras almas y servirme. Gracias por tu comprensión y tu generoso amor.
Te doy por Patrono a José, Mi bueno, paciente y amoroso José. El como
tú, era un Evangelio viviente, una sombra callada pero fresca, en la cual
podía descansar segura Mi amada Madre.
Las personas que como tú haces hoy, se ocultan para no opacar el
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brillo del ser amado, serán recompensadas en el principio de esta
humildad callada, con el abrazo que Me dio Mi Padre…
Hijo Mío, una sola cosa te disgustará en el Paraíso —pero no
experimentarás dolor por ello— que en la tierra hayas esperado
demasiado para entregarte a Mí, vencido por Mi amor. ¡Gánate este
Paraíso!
Tú, Mi alma orante, encuéntrame tranquila, serenamente en cada
oración que tus labios repiten. Entra hacia tu pequeño corazón y lánzate
hacia el fúlgido abismo del Mío. Aquí te espera siempre esta Divina
Misericordia que clamas… Permanezco vivo, Me muevo entre ustedes.
Esta es Mi pequeña y querida casita… ¡Oh, hombres, si supieran cuánto
los amo y cómo quiero vivir entre sus familiares, pasearme por sus casa,
llenarlos de Mí!… No Soy un Dios muerto. Resucitado vivo, río, sufro y
lloro entre ustedes.
Después de haber recibido tu próxima comunión, quédate un
momento en el Templo Conmigo, reconcéntrate en unos minutos de
intimidad para dejarte amar por Mí…
YO SOY EL PAN DE VIDA
CM-57 21-Abr-97 Jesús
Amada de Mi Corazón Eucarístico, Yo Soy el pan de la Vida, quien
viene a Mí jamás tendrá hambre y quien cree en Mí jamás tendrá sed…
Escribe ahora.
La saciedad y la satisfacción, el hambre y el deseo, hacen de las
almas otros tantos vasos espirituales que Yo debo llenar, es decir saciar y
quitarles la sed. El pan y el agua, elementos principales para la vida del
cuerpo, representan bien el alimento y la bebida que necesita el hombre y
que Yo apresto y doy con tal que el hombre venga a Mí y crea. Las
muchas maravillas que sabe llevar a cabo El que les habla, se condensan
en una grande, única maravilla, que hace extasiar a los amantes de Mi
Divinidad: ¡Sí, el amor! Saciar y quitar la sed a los que se ama, para que
todos puedan conocer dónde está el verdadero Bien que sacia y quita la
sed. Es ingrata Mi tarea, porque debo proveer a muchos, pero muy pocos
ven Mi obra.
Díganme, criaturas Mías, ¿quieren ver siempre milagros? ¿Necesitan
siempre cosas grandes y visibles para reconocerme? Sin embargo Yo
actúo más en su interior que fuera de él. Me prodigo, oh Mis
hambrientos y sedientos, Me prodigo para ustedes interiormente y no
Me detengo nunca con tal de embellecer su alma y aliviar su corazón.
He pedido fe, confianza y tienen poca, para poderme comprender en
lo que les digo, pídanme más Fe, más confianza y les daré más de cuanto
quieren.
Así es como Soy Yo el Pan de Vida, Soy Pan que proporciona
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sustancia de Fe y sustancia de luz y Soy el sostén de todos los que a Mí
se dirigen y Me creen. No, no quedarán con hambre si vienen a Mí, serán
saciados por Mí y su sed se aplacará.
El hombre no comprende que su hambre y su sed son dos
incomparables dones Míos que brindo y mantengo para que los muevan
a buscarme. Y mientras no vengan a Mí no podrán aquietarse. En este
horno encontrarán el pan que les hace falta; en esta fuente podrán saciar
su sed. Y ustedes se confunden, se desvían tomando como fin las cosas
que les He dado como simple medio.
No, no deben actuar así, por otra parte, lo que ahora les digo, se los
repito muchas, muchísimas veces, mientras internamente les hago sentir
o vacío o pena por haber usado cosas y personas creyendo que eran fines
y no medios. Entiéndanme, oh amados, ustedes sobre todo entiéndanme,
ustedes a quienes elegí como compañeros en la lucha contra Mi enemigo
que se sacia de gozo si los ve cegados por las cosas o las personas.
¡Oh, casi nadie Me comprende! ¿Todos quieren ser ciegos y sordos?
¿Y no saben que Yo He ofrecido por ustedes al Padre Mi paciencia de
Hombre-Dios por las largas esperas que Me hacen tener?
Criaturas, Aquí está el Pan que es Vida: Soy precisamente Yo. Por
tanto sáciense de Mí…
YO CULTIVO SU TERRENO Y LO LIMPIO DE MALEZAS
CM-58 21-Abr-97 Jesús
Hijo Mío, has puesto mano al arado, has roturado mucho terreno,
¿podrías desinteresarte del terreno restante que debes roturar todavía?
La herramienta se hunde y vuelca; son dos acciones que dependen una
de la otra. Pero si, en vez de la azada empleas la reja, las dos acciones son
simultáneas.
También Yo roturo con ustedes su mismo terreno y lo limpio de las
malezas para poder tener un extenso cultivo de flores y frutos divinos.
Me interesa mucho arar y luego sembrar.
Déjame obrar, no temas, seré ligero y tú Me estarás agradecido… No
Me ensañaré, no cortaré, sino que calentaré, ésto sí y ustedes Me pedirán
otro fuego.
Soy el sembrador, más aun Soy el fogonero de las almas, aflojo los
frenos y ahora tus ruedas girarán veloces sobre el riel de la gran Maestra,
Mi Esposa, hacia el Reino de la eterna sonrisa y del extasiante amor
sobrenatural.
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SANTA LOCURA EL RECIBIR UNA BOFETADA
Y PRESENTAR LA OTRA MEJILLA
CM-59 21-Abr-97 Jesús
(Rezaba el Santo Rosario por alguien que me había herido.)
Muchas preguntas hay entre ustedes. En sus mentes bailan: ¿por qué
una persona trata de hacer daño a otra? ¿Por qué quien ha recibido amor,
hoy da una bofetada? ¿Por qué se inventan mentiras para enfangar la
mente de una tercera, una cuarta y muchas otras personas? ¿Por qué no
de frente? Ahora escúchenme:
En alas de la fe, en compañía de los Angeles y de todos los Santos, se
adhieren a Mí con voluntad amorosa Mis amados que han elegido el
Cielo y han rechazado el mundo. Tienen el apoyo pleno de todos los
habitantes del Cielo y son continuadores de Mi Vida acá abajo, Mi vida
misteriosa que concluyó como saben, pero que transcurrió entre todo
género de dificultades, de experiencias deseadas para hacer conocer Mi
Humanidad de un modo del todo humano. ¡Qué peso es el cuerpo, el
mundo, el infierno y cómo ellos, solos o coligados, maquinan contra el
espíritu!
Por eso, hijos Míos, es señal de adhesión a Mí el recibir insultos o
ataques, pero el desanimarse equivale a ceder frente al enemigo.
¡Santa locura el recibir una bofetada y presentar la otra mejilla!…
Para ejercitarlos en esa locura invento muchos géneros de bofetadas. Yo
no propino las bofetadas, ciertamente, pero Me sirvo de ciertos
abofeteadores muy útiles a Mí y a ustedes, porque ninguno debe vivir
inútilmente para Mi Reino y el que se opone a él y de hecho se opone,
quedará muy mal parado el día que le haga ver cuánto ha contribuido a
acrecentar el bien, mientras intentaba o creía hacer el mal.
¿No hice así con Judas? En efecto, su traición vino a ser la salvación
de muchísimos millones de hombres. Gastó sus treinta denarios para
ingresar al infierno, pero de su traición Yo saqué Mi Gloria y la salvación
personal de ustedes.
Me limito a Judas, porque su ejemplo es claro para todos, pero
cuántos otros se han comportado como él, ¡cuántos todavía Me venden
por un poco de polvo teñido de rosa o por un destartalado sitial que les
hace creer que son señores, que sobresaldrán aplastando al prójimo,
desacreditándolo sin compasión, calumniándolo ante sus propios
superiores, mintiendo y engañando para introducir falsas doctrinas con
el afán de desvirtuar Mi obra…
Hijitos, quiero que comprendan juegos y que se pongan bien en la
cabeza que si duermo en su barca mientras ruge la tempestad, no estoy
ausente. Que veo, además de cuidar, de hacer cesar los vientos.
El infierno, el mundo, las criaturas son siempre los de antes y Yo Soy
siempre el Eterno, el Inmutable que garantiza justamente con la
inmutabilidad las promesas de Amor hechas a todos y a cada uno.
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No falto a Mi Palabra, antes bien Soy la única Palabra, es decir el
Verbo y como tal Mi voz produce efecto con sólo manifestarse porque es
Vida increada, Voluntad del Padre y Amor del Espíritu Santo.
¡Oh, Mis amados la realidad que es viva y que supera todo y a todos,
es que tienen de parte suya un tiernísimo Amante, cuya Sabiduría y
Fuerza vence siempre a Satanás, al mundo y a sus incomprensiones; a
todo.
Por eso pónganse de Mi parte puesto que los días pasan y su tiempo,
el de ustedes, debe transformarse en eternidad de gloria.
Hija Mía, pídele a Mi hijo que cuando vuelvan a buscarlo con ese
tipo de intrigas, les diga abiertamente que lo repitan frente tuyo,
mirándote a los ojos. Esta persona ha destruido más de una vida
deshonrándola… Yo conozco a Mis ovejas y Mis ovejas conocen Mi voz,
quien no la reconoce es porque no es de las Mías aunque se vista igual.
¿No lo entiendes? No importa, niña Mía, otro lo entenderá…
EL MÉRITO LO DOY YO
CM-60 21-Abr-97 Jesús
Busco almas, hija Mía, que no sean pusilánimes o que si lo son,
tengan voluntad de creer que su debilidad no es obstáculo a Mi Amor,
con tal que la reconozcan y la tengan en cuenta.
Sí, a veces Me sirvo de almas ya naturalmente dotadas, ésto no es
determinante porque los dones naturales son óptimos, pero limitados a
las operaciones naturales y coadyuvan a Mi Gracia sólo con impulso a la
acción humana.
Por lo demás, el mérito lo daré Yo, no a las acciones naturales sino a
las sobrenaturales y será tanto, cuanto menor fue el aporte de la
naturaleza.
Entonces, su condición, no debe producir aprensión, como si Yo no
supiera cómo aceptarlos. Me basta una aceptación sincera, sencilla, para
construir la obra maestra que quiero llevar a cabo. Ni es conveniente
para ustedes conocer Mis intenciones, porque lo echarían a perder todo.
Una fotografía devolverá la paz.
A la confianza, a la sumisión a su Dios y verán que todo se esclarece
siempre.
LA EUCARISTÍA, SACRAMENTO DE MI AMOR
CM-61 21-Abr-97 Jesús
(Luego irás eligiendo los Mensajes acerca de la Eucaristía y también los
sacarán en una fotocopia aparte, porque son instructivos para el
Congreso… Servirán inclusive para Seminaristas y novicias…)
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Mi amada escribiente, quiero declararte cuánta predilección Me
mueve al enviar a todos, pero más a quien Me ama sin reservas, este
Mensaje de Amor con el cual diré, en parte, cuán grande y cuán bello es
el Sacramento del Amor: la Eucaristía.
Con la Confesión concedo el perdón, es decir quito las fealdades de
sus almas y lo hago para que Mi Gracia entre a habitar en ustedes y se
acreciente cada vez más. Pero tanto el perdón que ofrezco como la Gracia
que participo, son actos preparatorios.
Siendo Voluntad del Padre honrar la Humanidad que le entregué en
Mi sacrificio, es el Padre mismo quien dispone a las almas a recibirme. Se
trata del Hijo predilecto y los miramientos que usa Conmigo son del
todo incomprensibles para ustedes. También los alicientes que les
participa están predispuestos por El a fin de que en la atracción sus
voluntades se integren un tanto en la única Voluntad que Nos une,
Trinidad y Unidad eternas.
Así es como la Eucaristía es el verdadero Sacramento de Amor
porque ha nacido del Amor infinito del Padre hacia Mí y se manifiesta
con la obra de Misericordia en ustedes… Para su provecho Yo Me doy a
ustedes; sin embargo, la utilidad de las almas es consecuencia del Amor
del Padre hacia Mí. Por eso el mismo Padre al amarme y honrarme, los
hace partícipes de Mis méritos, Me da a Mí, oculto místicamente, pero
muy presente en el Sacramento del Amor.
Oh queridas almitas que acuden al néctar que derramo de Mis
altares y los suyos, si supieran qué grandioso hecho de Amor es la
Eucaristía, no estarían pensando tanto en ustedes mismos. ¿Qué es la
justificación y la dulzura de un alma que Comulga Conmigo, en
comparación con el Honor y la Gloria y el Amor que Yo, Mi Padre y el
Eterno Espíritu manifiestan hacia Mi misma Humanidad justamente con
la Eucaristía?
Sí, el alma goza de Mí, pero piensen qué unión vibra en el mutuo
amor que media entre Nosotros que nos deleitamos en glorificar una
Humanidad, como puede deleitarse un Creador en su obra máxima.
En efecto, Mi misma Humanidad es la obra maestra de las manos de
Mi Padre por la cual, aun sólo como Hombre El Me honra como se honra
a Sí mismo… El Padre infinitamente bueno y tan olvidado de las ciegas
criaturas; el Padre lleno de Mi Sabiduría y de Nuestro Amor, en Trinidad
y Unidad, quiso y quiere una Humanidad a la par consigo mismo: ¡Oh,
amen a este Padre, adórenlo, háganlo conocer a todos! En Mí Ha puesto
Su Omnipotencia y Yo que fui Hombre como ustedes, como tú que
escribes y como tú que escuchas, exteriorizo la Gloria y la Belleza de Mi
Padre dándome en alimento a ustedes, pequeños, amados y deseados
hermanos Míos.
Todo lo que es Mío es suyo: Soy suyo, sean Míos. Como Yo
pertenezco al Padre, así ustedes Me pertenecen. Como Yo estoy unido al
Padre, así ustedes deberán estar unidos a Mí y a El. Para ésto He venido
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al mundo y para ésto He pagado, si bien recuerdan.
Ahora díganme: ¿Qué dulzuras quieren todavía cuando vengan a Mí
y Yo Me dé a ustedes en la Comunión? ¿Han entendido lo que pienso Yo
del Sacramento del Amor? ¿Han oído cuáles son las intenciones de Mi
Padre al dar y mantener en la tierra Mi Cuerpo, Mi Alma, Mi Divinidad?
Amados: pequeños y amados hermanos Míos, si no los amara tanto,
¿cómo podría hablarles así? ¿Hay un amor más grande? ¿Podría existir
un Padre más bueno, más amoroso que Mi Padre adorado?
Les He dicho: Vengan, los aliviaré; pero al aliviarlos Me descubriré a
ustedes gradualmente, hasta que lleguen a ser una sola llama, es decir
hasta que sean el fuego que arde fuertemente en Mí. Sí, ustedes serán Mi
llama y Yo amaré en ustedes, de manera divina, al Padre Bendito que,
por Medio Mío Ha dado y dará a todos los hombres que quieran, la
misma gloria y el mismo Amor que tiene hacia Mí.
Venite ad me omnes. Soy el Jesús que se abrasa y espera en el
Sacramento del Amor.
EL PARAÍSO ES VUESTRA META
CM-62 22-Abr-97 Jesús
Hijos Míos, la llegada gloriosa al Cielo del alma purificada y
liberada, es motivo de alegría en cada uno de los innumerables
habitantes felices que viven en Mi seno las alegrías de Mi Divinidad.
Todas las almas salvadas son alegría la una para la otra. Imagínense
qué gloria experimenta un fiel que haya llegado al Paraíso antes que su
Confesor o Párroco, los cuales, en cambio, están entre gemidos y
ardiendo de deseo en el Purgatorio. Mi Bondad, habiéndolo dispuesto
así, provoca entonces sentimientos de profunda gratitud hacia Mí y entre
las dos almas que, finalmente, se ven, se reconocen plenamente, sin
sombras ni dudas.
Muchos de estos encuentros He predispuesto para participar a todos
Mis Bienaventurados regaladas alegrías. Sí, algún Sacerdote tardará en
entrar al Paraíso, pero será esperado con amor por sus beneficiados, por
los que recibieron sus absoluciones, sus instrucciones, Mis Sacramentos
de Amor y Misericordia que confío a las manos, a las mentes y a los
Corazones de Mis Sacerdotes.
¿Y por qué entrará al aprisco primero la oveja y después el pastor?
Se trata de algunos casos en los cuales el fiel ha ganado y se ha
adelantado a su instructor y benefactor en virtud de un mayor esfuerzo
puesto por el mismo fiel para cumplir Mi Querer. Por eso dije que puede
darse el arribo de un Sacerdote al Cielo, saliendo del Purgatorio, al cual
lo festejarán de manera especial las almas que antes fueron custodiadas
por él en Mi Nombre… Gozo indecible y alegría toda divina que invade
y sublima.
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Entiendan bien, quiero darles una clara visión de cuanto les voy
diciendo. Escuchen ahora a una de aquellas almas que acoge, justamente
en este momento, para ustedes, a su Confesor en vida.
(Estaba asustada por la voz de otro hombre, distinta, mayor.)
No temas, pequeña, escribe:
Oh, elegido de Dios, entra en el gozo sin fin. Aquí te espera y ahora te
abraza el uno y Trino que tú predicaste y adoraste en la tierra. Ven, oh
Sacerdote electo, ven a gozar de El, Sacerdote Eterno como tú, de El a
quien inmolaste en los altares y diste en alimento a tantas almas y
también a mí. Oh elegido del Padre, ven a adorar al Padre que te confió
al Hijo que tú reconociste como Dios y Hombre entre tus manos, en ti y
en tantos otros elegidos. Ven, oh, Sacerdote, divino Sacerdote, ven con
nosotros a adorar al eterno amor que, en la vida inflamó con algunas
centellas Suyas tu alma y otras a ti confiadas.
El Trino y el Uno te son deudores de muchos ofrecimientos que has
hecho de Jesús inmolado en los altares. Ahora te dan el premio celestial
de gloria que te corresponde por las Misas que has celebrado
dignamente.
Oh, elegido que salvaste, con la Sangre de Jesús a tantos y tantos,
nosotros que te esperábamos y ahora te festejamos. Tú nos has salvado,
nos has absuelto, nos has soportado y muchas veces yo te he hecho
ejercitar la santa paciencia con mis pasadas impaciencias, con dudas y
con mis pasadas faltas de Fe. Mi amado, amadísimo y buen confesor,
mira qué bella me ha hecho ahora Jesús.
¿Recuerdas cuánto trabajo pusiste por escucharme, por seguir las
tortuosidades de mi mente cuando estaba arrodillado en tu
confesionario? Ahora mira lo que Ha hecho Jesús en Mí por intermedio
tuyo.
¡Admíralo a El, el eterno, invencible Amor, que se Ha servido de ti para
glorificarme y que ahora se sirve de mi para glorificarte!
Ven, alma elegida, Sacerdote eterno, salvador y dispensador munífico,
hijo predilecto del Padre, víctima predispuesta e inmolada junto al
Cordero que tú inmolaste en la tierra. ¡Ven, oh, porta-estandarte del
Santo Amor, del cual fuiste verdadero embajador!
¡Ven al seno de la Bienaventuranza eterna, a donde yo te precedí por la
pura Bondad de Aquel a quien amamos y por las sonrisas de nuestra
divinísima Madre, María bendita!
Yo tengo el alto honor de cortejarte e invito a todos ustedes, hermanos
del Cielo a cantar alabanzas a este nuestro hermano, mi Confesor un
día, hoy glorificado eternamente.
Sean bendecidos todos los Sacerdotes en la tierra y, con ellos sean
bendecidos todos los verdaderos fieles de Jesús…
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El pequeño ejemplo que han escuchado, Mis amados, les sirva de
estímulo para satisfacer santos propósitos.
Oren, oren, rueguen mucho por todos los Sacerdotes que están en el
Purgatorio. Lo pido Yo, su Misericordioso Jesús.
OREN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
CM-63 22-Abr-97 Jesús
Ahora vamos a hablar del Purgatorio y de su por qué. Es admirable,
mucho más que toda imaginación humana, la espera de las almas
purgantes. Ellas han dejado la tierra donde podían encontrar la manera
de evitar el Purgatorio y saben que sólo de la tierra pueden recibir alivio
y salvación de todos los sufrimientos del lugar de la Justicia
purificadora.
Ustedes ignoran cuanto desean sus oraciones y cómo piden, sin que
ustedes, distraídos como son, puedan advertir sus invocaciones.
Es un lugar de ardor, de ferviente deseo, de tranquilo sufrir el
Purgatorio y quien se encuentra en él, volvería de buena gana hacia
ustedes a sufrir enfermedades, duelos, contrariedades, incomprensiones,
desilusiones, vejaciones y toda la gama de las miserias humanas.
Sí, aquel pariente o amigo, volvería de buena gana a la tierra y se
apoyaría en el desamor de ustedes con tal de evitar las acerbas penas que
ahora sufre por encontrarse en el lugar de la expiación.
Ahora les hablo así a ustedes que ya saben de estas cosas, no
solamente para recordarles cual es su deber con Mis queridas almas que
esperan, sino principalmente para advertirles que no pocos de los que
oigan o lean estas cosas, dentro de poco o un poco más de tiempo, se
encontrarán en las mismas condiciones en las que ahora se encuentran
las almas purgantes, puesto que pasarán del lugar donde se puede evitar
el Purgatorio futuro y sin más irán a hacer triste compañía en el lugar de
la súplica y del ardor espiritual.
Por eso su Jesús les advierte que preferiría no ser su Juez o carcelero,
pues quisiera tenerlos en seguida Conmigo en las delicias de Mi
Divinidad. Pero es necesario que para alcanzar este propósito cada cual
se esfuerce por cambiar la emoción interior en efectiva fuerza de
voluntad y que los obstáculos no los detengan, sino que sean para
ustedes verdaderos instrumentos para dar mayor arranque al camino
interior hacia la purificación del amor.
Nada ni nadie puede estar delante Mío si no es puro y ésta es la
razón de la existencia del Purgatorio: purificación de toda contaminación
producida por el amor propio. Va un ejemplo que los ayudará.
Imaginen que tienen un hijo y le piden que vaya a conseguir unos
helados. El obedece, por tanto merece aprobación y premio. Pero el acto
de obediencia no ha sido puro sino interesado, porque en el camino el
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pequeño goloso prueba el irresistible helado. Así será alabado por su
obediencia, pero tendrá una corrección por la falta cometida. ¿No podía
esperar el regreso a casa para pedir un poco de aquel apetitoso helado?
¿Por qué tomarlo a escondidas, como si el padre no tuviera corazón para
dar un pequeño gusto a su hijo?
Así es cómo y por qué los hombres separan continuamente boletos
de ingreso al Purgatorio. Pero el que quiera evitarlo, escúcheme ahora
que puede, porque después —si se salva— no puedo garantizarle los
sufragios de aquellos a quienes vaya dejando en la tierra.
¿No ven cómo ustedes mismos son como fríos y de frágil memoria
respecto de las almas en pena? Por eso decía escúchenme ahora, porque
después quién sabe…
Aprendan y practiquen la obediencia para darme gusto. Les ruego,
no prueben el helado si Yo no se los digo, porque si viven y actúan para
darme gusto, Yo les prometo un salto espectacular de la tierra al Paraíso,
sin el paso intermedio que saben.
Al Cielo todos; vengan al Cielo navegando en la pureza no sólo del
cuerpo, sino más y más en la pureza del Amor divino.
OREN CON HUMILDAD
CM-64 22-Abr-97 Jesús
Apruebo mucho la oración humilde, es decir la que se basa en su
incapacidad de entender y querer lo que está bien, lo que Me agrada.
Todo lo que es humilde Me atrae, porque Mi Bondad infinita Me
mueve a aliviar las miserias. En efecto, los saqué de la nada justamente
porque Soy bueno y cuando digo de la nada, quiero decir el no ser. De
manera que no era, pero ahora son. ¿Y qué son? Pues más que la nada y
menos que el todo. No podían implorarme cuando no existían, pero
deben hacerlo ahora que son y lo podrán hacer mientras sean y tengan
una parte del todo.
Entonces, es bueno orar humildemente ya que al rogarme Yo Me
difundo a Mí mismo, único y verdadero ‘todo’ que es además el Ser
increado.
No pienso en las vaciedades que a veces Me piden, pero miro
atentamente si oran con humilde confianza y en cuanto a la acogida de
sus oraciones, tengo por regla su bien. El bien de cada uno.
Ya saben que a causa de todo esto Soy objeto de blasfemias,
incomprensiones, quejas y tantas otras clases de repulsas. Tengo el
ánimo de soportarlos porque tengo el amor sin fin ni dimensión, el amor
que sabe esperar, sabe guiar y que desde Adán hasta el fin de sus días,
ha sido y será incomprendido.
Así, pues, pídanme, lo más que puedan y sin cansancio, alegres o
tristes, no importa, porque todo pasará y lo que queda es el acto de
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humilde confianza que merece Mis premios.
¡CREAN EN MÍ Y SATANÁS SERÁ DERROTADO!
CM-65 22-Abr-97 Jesús
Hijita Mía, mientras más reparas en lo meritorio que es aceptar toda
clase de insultos de parte de Satanás, debes buscar más refugio en Mí,
porque el mayor mérito es no poner atención en la obra del maligno sino
para despreciarlo y, sin tenerla, sacar de ella motivo de refugio en Mí.
Si a veces es particularmente vejatoria la presunción del ángel negro
del mal, es señal de que no le pertenecen a él, sino a Mí, porque él corre
detrás de los elegidos y no ciertamente de sus secuaces. Por lo tanto es
buena señal la persecución del maligno.
Pero el rebelde de los abismos es también inteligente y no se
aprovecha del momento en que el alma experimenta turbación, para
confundirla y arrastrarla.
¡Oh, elegidos de Mi Corazón! ¡Es una gran verdad lo que les espera
acá arriba! ¡Crean en Mí y Satanás será derrotado!
Yo He sufrido por ustedes y He muerto como en aquel tiempo
morían los malhechores, en una cruz mientras blasfemaban en contra
mía. También blasfeman contra ustedes cuando se inmolan en su cruz. Y
justamente el negro tizón es el que blasfema contra ustedes y también
contra Mí porque se siente reventar por la rabia sumamente feroz que lo
devora, al verlos muy unidos a Mí en la cruz salvadora. No le teman,
porque él Me teme a Mí…
QUIERO QUE TODOS ME RECONOZCAN COMO MADRE
CM-66 22-Abr-97 María
Amado hijo, Soy Yo que te hablo desde el Cielo, Yo que te comunico
Mi llama y que tú recibes como cumplimiento de la solemne promesa de
Mi Jesús. Hijo Mío aprecio tus sentimientos, de los cuales brota la belleza
del Amor que has recibido: sí, trátame sólo como a tu Madre, como a la
que te engendró y que quisiera solamente amor de hijos, no obsequio de
súbditos.
Soy la Reina, pero mientras Mi Corazón sabe amar como la Madre
más sublime, no puedo ciertamente hacer de Reina con Mis hijitos. Haces
bien, oh amado hijo, haces bien en tratarme de Madre: más aún, quiero
que todos Me reconozcan como Madre y esto basta para ellos y para Mí.
El reino que poseo es grande, se extiende sobre todos y sobre todos, pero
para Mis hijos soy la Madre y no deseo otra cosa. ¿Y acaso la Madre no
es la Reina de la casa? Lo es, pero ningún verdadero hijo la trata como
Reina, porque en el afecto filial hay mucho más que en la reverencia del
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súbdito, es más atento el corazón de los hijos con la mamá, que el de los
súbitos con su Reina.
Hijo Mío, acelera tus latidos por Mí. Tú estás sentado en Mi carro
triunfal, tú no Me sigues de lejos a Mí, tu querida Madre, como hacen los
hijitos que se juzgan Mis súbditos; no, Mis verdaderos hijos se ponen a
Mi lado, están a Mi alrededor, Me miran de cerca, no de lejos.
Quienes Me aman siquiera por los sacrificios que He hecho por ellos,
miran en Mí a la Madre, grande en amor y poderosa más que toda reina.
Saben como verdaderos hijos que no Me agrada estar lejos de ellos, lo
saben y por eso Me contentan, Me hacen fiesta alrededor, Me besan las
manos con las cuales hice el pan para Mi Jesús y su Jesús.
Cuánto Me complace leer en los ojos de Mis hijos la alegría de estar
cerca de Mí. Tal vez quienes Me tienen por una gran Reina y no Madre al
mismo tiempo, llevarán a mal el saber que todas Mis preferencias van a
los hijos que He dicho antes, no se sientan mal, también para ellos tengo
un corazón de madre y por este Mi afecto quiero más que Me
comprendan, que se acerquen.
No niego Mis caricias a ninguno de Mis hijos y Mi Corazón está
dividido en partes iguales entre todos.
Crean por lo tanto y vengan a Mí libres, ligeros, afectuosos. Tengo
las manos llenas de dones para los que balbucean: “mamá” y para los
que con facilidad Me llaman Reina. Tengo tantas Gracias que darles
también a ellos, tantos besos que imprimir en sus mejillas y, sobre todo,
quiero que aprendan a conocer que ninguna reina que sea también
madre, puede estar entre sus hijos sin abrazarlos.
QUIERO SALVARTE
CM-67 23-Abr-97 Jesús
Hijita, Misionera de la Eucaristía, a ti te hablo y a través tuyo al
mundo, a esta humanidad que empieza a padecer los estertores de la
agonía.
Si volviese a vivir en la infinita soledad de los hombres, podría
demostrar a cuantos se interesen en Mí, que Yo todavía estoy lleno del
mismo amor que Me hizo víctima de todos. Sufriría en silencio, pero
gritaría al mundo qué graves injusticias comete contra la Paternidad
divina que quisiera salvarlo para siempre.
Doy Mensajes y Mensajes, todos llenos del mismo amor, casi
olvidando que el hombre Me olvida. ¿Qué debería pensarse de Aquel
que no se ensaña contra tantos desamorados y que mantiene con el
hombre el pacto de amor que el hombre mismo ha violado? Por ésto Soy
olvidado, porque uso el Amor y los hombres —en su mayoría— no
recuerdan cuánta aflicción tuve por ellos. Si Mi amor pudiese tener
término, sería el fin de todos, nadie escaparía a la muerte eterna.
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Soy como el guía de un ciego que se apoya en él sin reparar en su
presencia mientras lo acompaña y lo hace apoyarse en su brazo. Al ciego
le parece ser uno con su guía y tiene estima de él porque de cuando en
cuando siente que le falta. Así Soy Yo: guío a los ciegos por todos los
caminos y los hago recorrer gran parte de su vida apoyados en Mí. Por
eso no Me ven, porque son ciegos, completamente ciegos.
Sin embargo, si alguna vez retiro Mi brazo; hago que falte Mi apoyo
y llegan las dificultades, los gritos, los lamentos. Pero Yo vigilo, veo los
movimientos de Mis ciegos y proveo a tiempo para que no caigan en
algún tremendo foso. Y el ciego no lo sabe, no lo ve y así no me tiene por
bueno, más bien forma de Mí un concepto muy errado del cual podría
depender su ruina.
El hombre está en el centro de Mis atenciones y Me importa mucho
más que cualquier otro ser, mucho más que todo el mundo creado, pero
irracional… Por la vida de un hombre, por su verdadera felicidad, estoy
en movimiento Yo mismo que lo He creado; en tanto que por la vida de
los seres irracionales, no es necesario tanto cuidado Mío, basta con que
obre Mi Voluntad. Actúo también en ellos pero de modo diferente,
porque la pura materia y los animales terrestres son simples, privados de
la luz superior concedida al hombre.
Verdaderamente, al hombre le hace falta mucho cuidado de Mi parte
y lo tengo con mucho amor, nunca satisfecho de lo que obtengo, viendo
qué poco Me sigue en tantas ternuras Mías.
Si el hombre ciego viese cuanta bondad acompaña las acciones de su
guía, aún sin advertir su presencia, estaría seguro, confiado en Mí. Pero,
¿qué ve el hombre? ¿Qué puede entender de Mí?
Esta es la razón de Mis contínuas insistencias, de Mis Mensajes, los
cuales están siendo escritos en su totalidad a fin de que se manifieste Mi
amor, no por otro motivo.
¡Qué dura es esta criatura Mía que tarda en reconocer en Mí el amor
como primer motor de todo cuanto le envío o le niego! Pero si tú, oh,
hombre, eres ciego, ¿cómo pretendes entender lo que Yo estoy haciendo
por ti? ¿Cómo presumes poder juzgarme si a duras penas percibes (y
porque te hice consciente) los desvaríos de tu cerebro? Pero ni siquiera
esto comprendes bien, porque no conoces el origen. ¿Y esperas conocer
al que te guía sin ni siquiera conocerte a ti mismo?
¡Cuánto mejor sería que tú dejases de razonar y te movieses a tomar
nota de tu gran impotencia, de tu total ceguera! Yo no deseo grandes
vuelos de ti, Me basta que conozcas tu gran lodazal; que viéndote
fangoso, te estés asimismo quieto, conociéndome como tu auxiliador y
benefactor generoso. ¿No crees que Yo tengo razón en enseñarte estas
cosas? ¿Y por qué querrías escoger tu camino como si Yo no lo viese
todo, hasta el fondo?
Me has creído al principio, Me has alabado y también bendecido:
ahora, ¿Qué quisieras hacer? ¿Pasar al desprecio? Y, entonces, Ya no Soy
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Yo Quien te protegió, te atrajo y te llamó? ¿Ya no Soy el Padre que te
abrazó? ¿No Soy Yo el que te hizo vivir las horas más felices de tu vida,
en las cuales olvidaste el pasado y soñaste en el porvenir?
¿Ya no soy Yo El que te atrajo fuertemente al Amor, el verdadero, el
del Cielo? ¿No Soy tu amor siempre suspirado y todavía no alcanzado en
la posesión feliz? ¿Y por qué? Yo Soy siempre El que tú no conoces o, si
quieres, el que se ha hecho conocer por ti muy limitadamente.
Si las pruebas te cansan, si interviene el abatimiento, no te quedes
dudoso y titubeante. He tomado los instrumentos del Cirujano porque
debo extirpar un voluminoso pólipo que se aferra estrechamente en
torno a tu alma: hasta ahora le había cortado los miembros y siempre ha
tratado de volver a crecer como antes. Ahora tengo que amputarle la
cabeza monstruosa, para que ya no tenga movimiento en ti: es lo que
Estoy haciendo y tú no lo sabes.
Te aferras a mil excusas, buscas muchas cosas; tú mismo, oh hombre,
eres tu peor enemigo: sin embargo no querrías escucharme… ¿Qué sería
de aquellas cosas o aquellas personas si estuvieran confiadas sólo a ti?
¿Sabrías cómo mantenerlas o protegerlas? ¿Y en el pasado cómo te
comportaste?
Deberías recordarlo tú, que has vivido rodeado de muchos leones
rabiosos. Deberías recordar que los bocados con los que has nutrido a las
fieras que te rodeaban, no han servido para otra cosa que para robustecer
sus fauces, las cuales hubieran podido despedazarte con más fuerza que
antes, justamente por aquellos bocados que tú pudiste darles.
¿No te has dado cuenta? Piensa en ello, es así. Y más todavía, así
sería si Yo te abandonase; pero no tengo corazón para hacerlo porque, te
he dicho, Yo veo hasta el fondo tu camino y conozco ya todo lo que
podría sucederte.
Déjate conducir, oh ciego amado, déjate guiar; aun en el misterio una
cosa es muy cierta y tú lo sabes: ¡Yo te amo infinitamente;
verdaderamente quiero salvarte!…
LA CRUZ PREPARA SU SALVACIÓN
CM-68 24-Abr-97 Jesús
Hija Mía, los días de la contradicción son los que el hombre cree los
peores, mientras que Yo Sé que son los mejores días que les concedo. En
efecto, el hombre habla de sus reveses con amargura, como si Mi amor
hubiera agotado sus propios atractivos para dar, al pobre hombre ciego,
testimonio de afecto.
Y así, hablando con amargura de penas que ha experimentado o de
cosas que han salido mal —así dicen y piensan ustedes, pobrecitos— no
se hace otra cosa que reforzar el espíritu del mundo, el amor propio,
mientras que el amor por Mí, en quien lo posee, pierde fuerza, oculto
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como está en un rincón del alma.
Quiero hoy recordar a todos cuán preciso fui al recomendar el
ejercicio de la propia contradicción y cómo lo anuncié al mundo
haciéndolo preceder y seguir en Mi experiencia personal.
Pero en nada aprovecha ablandar los oídos de los hombres: son
insensibles y reacios como si quisieran una religión sentimental y en
modo alguno razonada y estrictamente lógica.
Mirarme crucificado y compadecerme es ya algo, pero mírenme más
como ejemplo, como modelo… Yo sé que les causo pena enclavado en la
Cruz, sé cuántas lágrimas han derramado por Mí pensando en Mis
dolores y les Soy agradecido. Pero quiero más, tanto más de ustedes que
Me aman, quiero que se sientan clavados como Yo en el ejercicio de la
santa y preciosa contradicción. Si están crucificados Conmigo, pueden
creer que Me aman realmente, mientras que si no se ejercitan en estar en
cruz, su amor, sus lágrimas podrían inclusive acabarse.
Mis clavos han sido el único punto de contacto con el mundo, pero
sobre ellos Yo estaba levantado entre el Cielo y la tierra. Esto es lo que
deben hacer los clavos que les mando Yo tan amorosamente; sí, son ellos
los que deben mantenerlos elevados hacia el Cielo y ellos mismos deben
unirlos al mundo, lo demás no les concedo porque no los ayuda.
Síganme, aprendan, Yo Soy todo suyo cuando se contradicen, no
crean que los dejo, no se engañen porque Yo estoy con ustedes
eficazmente.
Ahora tengo el Corazón gozoso, pero antes Mi Corazón estaba
enfermo de Amor por ustedes y experimentó mil ansiedades, muchas
opresiones por ustedes; pero estaba seguro de que Me seguirían y por
eso experimenté también alegría en la tierra.
Denme esta felicidad, porque Yo Soy muy feliz al verlos ricos, así
como Yo era riquísimo en contradicciones y penas. No Me digan que
siempre Me muestro patético, no, Yo procuro sólo sus intereses, pienso
en su bien e insisto porque encuentro mucha resistencia y mucha
incomprensión.
Denme otra mirada en la Cruz y vean cómo Yo estaba suspendido,
pero apoyado en Mis clavos. También ustedes estarán suspendidos al
contradecirse y también apoyados en los clavos de sus contradicciones.
EL GRANO DE TRIGO DEBE GERMINAR
CM-69 24-Abr-97 Jesús
Hijita, no te asustes cuando te digo que salgas a hablar. ¿Por qué
temes? Palabras de fuego y verdaderamente eficaces resuenan en los
labios de quien Me ama y mientras más Me ama, más dulce y atractivo
se hace su lenguaje.
¿Qué piensan que atrajo a los hombres hacia Mí? Fue la dulzura más
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que los Milagros; fue el Amor más que la doctrina. Por eso te hablo de
amor y de amor te nutro.
Es ya tiempo de que, lo que tienes oculto, alce llama y encienda. Es
hora de que las tinieblas reciban la luz que He puesto en ti, no sólo para
ti… Pequeña, más que tu soledad y retiro, debes amar a Mis amigos y
hablarles de Mí. Sí, debes comprender y te haré comprobar que el grano
de trigo debe germinar porque si es ablandado bajo la tierra y deshecho,
estará listo para salir a la luz del sol.
¿Renuencias? ¿Quejas? Las tienes ciertamente, porque temes el
engaño, la crítica de los cercanos. Mi voz resonará igualmente en ti y
serás escuchada. No temas. Todo está dispuesto y llevaré todo a su
cumplimiento. Vanamente te afliges por tu dorado escondite, porque a
Mí Me agrada que salgas fuera.
No hagas comparaciones, porque Mi elección, es cierto, no tiene una
razón sino en Mi complacencia, a la cual espero que sacrifiques tu gusto.
Si recuerdas ésto, llegarás a ser intrépida y obediente como no
imaginas y Yo Me comportaré contigo y con quienes te escuchen, como
sólo quien ama podría comportarse.
¡Almas! ¡Más almas, más corazones! Tráeme aún, a todos los que te
vaya indicando.
Yo te ayudo, tú ayuda a tus hermanos.
MI QUERER Y MI PENSAMIENTO SON MIS LEYES
CM-70 24-Abr-97 Jesús
El origen y la metamorfosis del mundo, que al desarrollarse ha
conservado todas las propiedades del fuego y del agua, pero hacia
formas más perfectas de vida, representan la creación que hago de las
almas y de los cuerpos. Limitando la consideración a las almas, quiero
hacerles observar que también ellas provienen del fuego como principio
vital.
Eso es, ustedes ya lo saben. Mi Espíritu que es esencialmente Amor,
es el horno en el cual siempre se desprenden nuevas almas, exactamente
como las chispas de fuego material. Por eso son partículas Mías, porque
proceden de Mi fuego y están hechas de fuego.
Cuando el hombre y la mujer anhelan casarse en la juventud,
necesariamente exteriorizan el poder primigenio relacionado con Mi
creación por la cual toda chispa tiene el poder de crear otros fuegos.
Quien no Me conoce se detiene titubeante y tímido, pero el que da
valor a Mi Querer se siente honrado de participar Conmigo en el acto
creador.
Sin embargo, tan alto honor, tan alta misión constituye el tropiezo
más grande de las criaturas que rivalizan por abajarse al estado animal.
Y ahí están Mis mandamientos, Mis prohibiciones. Ahí están la moral,
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los códigos humanos, los llamados códigos de honor y, en consecuencia,
los pecados, los delitos, las vidas rotas, las víctimas culpables y las
inocentes; la medicina, la crónica, el subterfugio, los crápulas y también
las ciudades castigadas, las naciones despedazadas y el infierno lleno,
lleno de almas que se descarriaron y se obstinaron, hasta rebelarse para
siempre contra Mí.
De manera que, lo ven, muchos de los que querían acercarse, unirse,
honrarse de Mi acto creador, a causa de su ciega, necia comprensión del
estado en que los He puesto, se arruinan en esta vida y en la otra para
siempre.
En esta vida se intenta cambiar de objetivo abandonando al que se
cree que constituye una contrariedad demasiado fuerte por desear
permanecer unidos. Error y grave, porque la incomprensión de quien ya
se amaba, es efecto de la distorsión de mi Querer que abandona a quien
pisotea la ley de la creación.
Pero en la vida que no pasa, no hay cambios o divorcios, más aún no
hay siquiera deseo de paternidad o maternidad, porque allá en el
infierno, oh hijos Míos, el sentimiento es uno, uno el ardor que quema
sin jamás destruir a quien lo posee, y es el odio a Mí, a sí mismos, a
todos.
Yo creo, pero el hombre quisiera destruir Mis obras con el pecado y
en esto consiste la lucha que sienten, ya que Soy Yo justamente el que Me
opongo a toda forma de evasión de las leyes eternas que He puesto.
Les hablo de esto para que también bajo este aspecto particular
puedan encontrar pronto y ya expreso Mi pensamiento y Mi Querer. Sí,
porque dentro de poco todo el aparato del infierno deberá derrumbarse
en la tierra y el hombre se sentirá turbado por el temor… Aun entonces
tendrá todo a su disposición, porque son muchos años que voy
preparando todas las cosas para los tiempos que han de venir…
Todo nuevo, hijos Míos, todo nuevo; basta con el error…
ACEPTA CON AMOR LO QUE TE DOY
CM-71 25-Abr-97 Jesús
Mi amada Secretaria, preguntas por qué no tienes Mis llagas, Mi
corona de espinas… No preguntes nada, aprende a aceptar Mi Querer…
Pronto tus trabajos de oficina aumentarán, tendrás que preparar pláticas
y casi no tendrás tiempo para escribir. ¿Acaso no estoy en ti?
Todo esto es muy importante. Para que esta copia salga impecable,
debe estar concluida pronto y ¡aún debo decirle tantas cosas al hombre!
… Nada nuevo, nada que no esté en el Evangelio, pero actualizado, para
la mente incrédula del hombre de hoy, que cree poder controlarlo todo.
No preguntes, acepta con amor lo que te doy.
Víctima universal, en cuya comparación toda otra víctima es casi
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nada, fui puesto en el mundo cuando la ceguera de los hombres era igual
a su miseria. El que debía sostener el edificio había sido enviado
justamente mientras el edificio mismo vacilaba pavorosamente. Así
hebreos, latinos, pueblos civilizados, vieron la Gracia de Dios envuelta
con míseras vestiduras: una Humanidad menesterosa, maltratada y
muerta por los que debían reconocerla y acogerla. Preparé al mundo con
la expectativa de un suceso grandioso de un enviado especial, de alguien
que llevase salvación y, apenas llegado, por Mi causa mataron a niños
inocentes. Así Me acogió el mundo, es decir, atentando contra Mi vida y
si no logró entonces, logró después de algunos años el infame propósito
de darme muerte.
Fui víctima del mundo, víctima sería también hoy, si nuevamente
fuera enviado al mundo. Hoy como ayer, el hombre mata a los que son
sus salvadores y si no los mata violentamente, sabe matarlos lentamente,
clínicamente, pero no menos culpablemente que entonces.
Yo quise dejarles memoria de Mi Sacrificio para prolongar los efectos
saludables en el tiempo de hoy y en el futuro, hasta proyectarse en la
eternidad. Ciertamente, fue necesario que Mi muerte fuese místicamente
repetida hasta el fin de los siglos y esto para exclusivo provecho de los
hombres. ¿Cómo no se percatan que en el mundo ha quedado la
renovación del Sacrificio que consumí en el Calvario? ¿Por qué asisten
distraídos y fastidiados a la renovación de la Pasión?
Sé que esto se debe a que los hombres han olvidado quién es su
víctima y cuánto sufrió por ellos. Se ha infiltrado la aridez en los
espíritus a causa del desamor y esto ha justificado el desinterés de los
hombres. Pero justificado no delante Mío, sino únicamente en las pobres
cabezas de criaturas ingratas.
¡Una Misa! Pregunten a un Angel qué es una Misa y él les
responderá con verdad: entiendo qué es y por qué se hace, pero no
comprendo qué valor tiene. Un Angel, miles de Angeles, todo el Cielo,
saben esto y piensan. Y ustedes… ustedes, a quienes se ha dado el
beneficio, ¿no quieren reflexionar en él?
¡Piensen que el Sacerdote que Me llama a sus manos tiene un poder
que no le He concedido ni siquiera a Mi Madre! Reflexionen que si en
lugar del Sacristán, sirvieran al Sacerdote los más excelsos Serafines, no
serían suficientemente dignos de estar junto a él. Pregúntense si, no
obstante la grandeza del don que les hago, son aún dignos de estar en la
Misa pensando en otra cosa que no sea Yo…
Lo justo sería que humillados y agradecidos palpitasen en torno a Mí
y con toda el alma Me ofreciesen al Padre de las Misericordias. Sería
justo que consideraran el altar no porque lo han hecho los hombres, sino
por lo que vale, dada Mi Presencia mística pero real… Miren la Hostia,
en la cual toda especie está anulada y Me verán a Mí humillado por
ustedes. Miren el Cáliz en el que Mi Sangre vuelve a la tierra rica como
es de toda bendición. Ofrézcanme al Padre, no olviden que por esto Yo
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vuelvo a ustedes.
Si les dijeran: vamos a Palestina a conocer los lugares donde Jesús
vivió y donde murió, su corazón saltaría de gozo, ¿no es cierto? Sin
embargo el altar al cual Yo bajo ahora es más que Palestina, porque de
ella partí hace veinte siglos y al Altar vuelvo todos los días vivo,
verdadero, real, aunque oculto, pero Soy Yo, justamente Yo que palpito
en las manos de Mi Ministro. Yo el que vuelvo a ustedes, no
simbólicamente, ¡oh no! Sino verdaderamente, les digo una vez más:
¡verdaderamente!
¡El ojo humano que quiere ver, qué grosero es y cuánto daño causa!
Yo les He dado un ojo más agudo, más penetrante, hagan uso de él y
verdaderamente verán a Quien hoy les habla, que hoy les recuerda su
Sacrificio y que hoy y mañana quiere incendiarlos de amor.
¡Getsemaní, Calvario, Altar! Tres lugares de los cuales el último, el
Altar, es la suma del primero y del segundo; son tres lugares pero es Uno
solo El que encuentran ahí.
¡Almas Mías! Hago todo lo que Mi Sabiduría sin límite Me dice, para
que queden cautivos en los dulces lazos de Mi amor. Les digo todo lo
que puede ayudarlos. Pues bien, si reflexionando en Mí sienten que
alguna centella de fuego sale de sus corazones, diríjanla allá donde Yo
Me apoyo, donde Yo regreso: al Altar Santo desde el cual los llamo.
Lleven sus corazones a aquel Corporal santo que sostiene Mi
Cuerpo; sumérjanse, oh almas amadas, en aquel Cáliz divino que
contiene Mi Sangre. Allí el amor estrechará al Creador, al Redentor, a su
Víctima. Allí celebrarán Mi Gloria en la humillación infinita de Mí
mismo.
Hijos Míos, vengan al Altar, mírenme, piensen intensamente en Mí…
YO HAGO DE IMÁN EN TUS ADVERSIDADES, SÍGUEME
CM-72 26-Abr-97 Jesús
Hija Mía, entre las cosas con que te ofuscas, está todavía la ceguera
acerca de Mi Santo Querer respecto de tus familiares y amigos. Lo haces
porque no ves más allá de tu cerebro cuando Yo no te doy luz para
entender la situación de cada uno de esos familiares y amigos.
Si te afliges porque no tienes nada que dar en bien de ellos, lo haces
presuponiendo que deberías poder hacerlo; pero no siempre te es posible
y así, es claro que Yo te niego algo por un motivo que tengo.
No estás entendiendo del todo, voy a explicártelo mejor. Si tus
parientes se enferman, querrías encontrar en seguida el medio para
curarlos; si descubres algún defecto, en un segundo quisieras que te
escucharan para quitar ese defecto. En consecuencia, vas desconfiando
de Mí, vas averiguando si es culpa tuya el que sucedan ciertas cosas
desagradables y está bien reflexionar en esto. La confianza nunca está
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demás, el buen ejemplo es siempre poco: deben crecer con confianza y
buen ejemplo y entonces estarán mejor de alma y cuerpo.
Entiéndelo, no Me disgusta tu lamento porque es sincero, pero
quisiera que tu debilidad se acomodase a Mi Providencia, tal como lo
haces contigo misma, con tus necesidades. Yo quiero lo que quiero y sé
por qué lo quiero. Tú debes querer Conmigo, sin fatalismos, sino
adhiriéndote plenamente a Mi Voluntad.
Tu pena, en esos casos, es preciosa… Toda pena es como una esencia
muy intensa, pero extremadamente ligera y debe permanecer encerrada
en el ánimo, porque si se quita la llave que la tiene firme, se evapora en
el aire y se pierde, es decir la pierde tu espíritu.
Entonces, debes querer lo que Yo quiero. A este propósito Yo hago
mover alrededor tuyo cosas y hombres a fin de que en la contradicción te
aferres a Mí y te consolides en la Voluntad Divina. Recuerda que el imán
atrae al hierro cuando este se magnetiza bajo su acción. Pues bien, Yo
hago de imán en tus adversidades y las de todos, no con dulzuras -que
también hay tiempo para esto- sino a través de amarguras, disgustos.
Estos, por sí mismos, producirían el alejamiento de las almas de su Dios,
pero aquí está el singular poder de Mi Amor, transformar en atracción lo
que de por sí produciría alejamiento.
Es sólo la invisible, la insensible intervención Mía en sus voluntades
la que genera la atracción necesaria para mover al alma a aceptar el
disgusto a dejar lo agradable. Y lo hago de modo que ni tú, ni los otros lo
entiendan. ¡Ah, si se entendiera esto, si se viera lo que Yo hago, qué
diferente sería el mundo y cómo Yo sería amado! En cambio hago que la
criatura crea que hace todo por sí misma pues con esta creencia debe
empeñarse en aceptar desconsuelos, desolaciones, penas, confusiones,
desprecios, enfermedades, discusiones, en una palabra: contradicciones.
Te lo digo Mi amada, deja que te lo diga, porque te amo, deja que Yo
disponga todo por ti. ¿Quieres el Amor?, es justamente lo que estás
recibiendo. ¿Quieres que Yo sea seguido? Entonces sígueme tú misma,
porque si Me sigues enteramente, detrás tuyo vendrán muchos. Lo
quiero, absolutamente lo quiero, no Me pidas nada sin haber
reflexionado, porque a quienes cumplen Mi Voluntad, les doy poder de
impetrar y de obtener.
Son tantos los que Me piden documentos de perfección y tantos dan
contra este escollo retornando al mar de sus desarreglos. A muchos
encamino Yo al conocimiento de este misterio y pocos lo pueden
comprender porque apenas Me pongo a la obra por su bien se estancan:
apenas lanzo su barquilla a las olas, Me gritan: Señor, ¿no ves que nos
anegamos, no te importa que perezcamos? ¡Cuántos ‘Pedros’, cuántos
desdichados!
Por lo tanto, quiero obtener tu plena confianza, la plena aceptación
de tu parte. Yo no Me desmiento, permanezco firme en todo lo que te He
propuesto desde un principio: ¿Cómo puedes hacer Mi Voluntad si Yo
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no Me opongo a la tuya? Siempre harías la tuya y siempre quedarías en
ti misma, ¿no es cierto?
Por eso aprende la lección, asimila bien Mis Palabras y recibirás el
Amor que buscas. Si Yo estoy contigo, si estás siendo juzgada por hacer
Mi Voluntad, ¿qué puede importar que X, X, X, y X se molesten o dejen
de enojar? Nunca vas a contentar a todos, te lo He dicho antes, entonces,
¿qué tratas de arreglar? ¿Por qué no confías más en Mí? Yo Sé lo que
acerco o alejo de ti.
QUIEN ME SIGUE NO SE EQUIVOCA,
LO PRESERVARÉ DEL ENGAÑO
CM-73 26-Abr-97 Jesús
(Después del rezo del Santo Rosario)
Niña Mía, Estoy aquí presente y dilato la ola de tus pensamientos
siguiendo Mi designio predispuesto desde la eternidad.
No has logrado sacar de ti esos dolores. Quiero que lo hagas, por ti
misma. Dices que Yo, si quiero, puedo quitártelos en un segundo…
Vamos a conversar un momento, ¿Me quieres? Siente Mis manos sobre
tu cabeza.
(Siento un calor y como si se electrizaran mis cabellos.)
Entonces escribe. ¿No crees que en realidad deberías preocuparte si
el mar estuviese en demasiada calma? Los obstáculos que encuentras en
vez de disminuir la fuerza de la ola que te envío, sirven de estímulo a tu
pobre humanidad.
Tú, sintiendo en ti misma la lucha entre Mi luz y tus tinieblas, te ves
obligada por Mí a averiguar cuál es Mi rayo. Para no confundirlo con tus
oscuridades, continúa examinando a la luz de la fe, con el auxilio del
razonamiento y encontrarás lo que Yo quiero darte. No siempre
experimentas dificultades y está bien que sea así, pero cuando se
presenta el obstáculo está siempre atenta para que no aventajen las
tinieblas.
Quien Me sigue así no se equivoca y ciertamente Yo le preservaré de
cualquier engaño. Quiero darte un ejemplo. Cuando una viejecita trabaja
junto a su lana para hilarla y hacer el ovillo, no debe pensar en más si
quiere mantener el hilo que está enrollado, pues si no, se rompe y tiene
que volver a empezar el trabajo. Tú, si quieres devanar el hilo de la
Sabiduría divina, debes poner mucha atención para no tener que
comenzar de nuevo el trabajo. Es verdad que muchas veces te presento
una lana basta, pero no cuides del aspecto de la apariencia de cuanto te
doy. Si hilas atentamente, obtendrás un magnífico hilo de pensamientos
divinos.
Así te induciré a conocerme más y harás un óptimo trabajo. Pero
pongamos el caso que se enrede tu madeja: ¿qué debes hacer?, ¿acaso
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destruir con algún tirón tanta fatiga? No, habrá necesidad de paciencia,
paciencia. Esta es tu condición y en ella debes sacar provecho. ¡Oh,
cuánto Me agrada verte tranquila en torno a Mi huso divino! ¿Entiendes?
A Mí Me agrada, no te fijes si es igual para ti. Cuando hayas aprendido a
hilar con paciencia te pondré al frente de una hilandería que proveerá de
sus productos a blancos y amarillos, allá y aquí. Verán todos la marca de
fábrica, conocerán la procedencia de lanas tan bien hiladas por quien
quiere seguirme por amor.
Amada Mía, Yo Soy el Cordero que te doy Mi lana porque debe
calentarse tu alma y muchas otras…
MI MADRE: CORONADA DE GLORIA
CM-74 27-Abr-97 Jesús
El glorioso Cuerpo del que tomé Mi humanidad, tuvo tanto
esplendor en el Cielo que, a su aparición, los Angeles, los Santos todos,
no obstante su propio esplendor personal, eran como pequeñas estrellas
en comparación del Sol. María, Mi Madre, sublimada y coronada de
Gloria, subió al Cielo cual nueva Eva, santificada por el Espíritu Santo y
coronada por el Verbo, por Mí que tomé forma en Ella y de Ella. Dicen
que es la Reina del Cielo y Reina de la tierra; dicen que es supremamente
bella entre todos los Santos y es así. Dicen asimismo, que nadie en Su
comparación es grande, sino Yo que la hice y así es. ¿Pero qué significa:
Reina, Santa y grande, si todo término humano es pequeño para Ella?
Quién conoce la grandeza del mar, con dificultad habla de ella, en
tanto aquel que está en la tierra y ve el mar o lo imagina, no llega nunca
a exaltar su grandeza y su belleza y, por eso, repite muchas veces los
mismos términos.
Desde la tierra, con la fe y con Mi luz particular, vislumbran la
grandeza de Ella, pero es como si a un niño se le ocurriese medir el mar
del que no ve los confines ni imagina la profundidad. Y así el niño repite
que es grande el mar y que toca el Cielo, que es hermoso, que le gusta y
demás, pero se queda con su conocimiento limitado.
Ustedes son los niños de la tierra que miran a María, su Madre y
modelo. La miran extasiados y a alguien se le agotan las palabras en la
boca ante tanta dulzura que experimenta en pensar en su Madre, en Mi
Madre.
Yo que les hice el don de Ella y que la amo sin que puedan colegir
con cuánta intensidad, Estoy contento de que piensen en Ella, a tal punto
que en verdad Soy Yo mismo el que actúa en cada uno de ustedes para
hacer que amen el tesoro que Me He formado. Por eso hago que lleguen
a ser Sus verdaderos hijos y por lo mismo Mis hermanos.
Pero quiero decirles que, al hacerlo, no quisiera que se engañen
pensando que basta con mirar el mar desde la tierra para conocerlo
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siquiera un poco. No, no puede bastar. Si quieren conocer a María deben
subir a la barca Conmigo y remar juntos, para cerciorarse, con sus ojos,
de que más allá de su propia imaginación, vive una realidad de veras
grande en María. No podrán volver a tierra tan pronto, si quieren
conocerla un poquito.
Pues bien, remen, remen. ¿Qué quiere decir remar? Sencillamente:
hundir el remo en el agua y empujar su barca. Remar en dirección a
María quiere decir sumergir la propia fuerza en Ella, navegar sostenidos
por Ella, fatigarse en unión Conmigo para captar, pero lejos de la tierra,
la salsedumbre que emana del mar sin fronteras que es María. Respirar
de Ella, vivir de su fruto, es decir de Mí mismo que de Ella vine a
ustedes.
Hijos Míos, vayan hacia Mi Madre, adelante a la meta que les He
asignado, sobre las aguas bellísimas que les prepara Ella misma: Mi
Madre, su Madre.
YO CULTIVO CON CUIDADO AMOROSO MI JARDÍN
CM-75 28-Abr-97 Jesús
Hijos Míos, las categorías en que se subdividen las almas son varias,
como variada es la obra del jardinero, de flor a flor. Algunas salen de Mis
manos bastante adelgazadas para llegar a ser flores radiosas; a otras las
pongo en el mundo en estado de bulbos para ser plantadas muy al fondo
de la tierra y otras son hechas para recibir, en el transcurso de la
existencia terrena, el injerto que las transforma. No hay alma que sea
igual, todas difieren por muchos aspectos y diversas particularidades.
Quiero decirte que Yo cultivo pacientemente Mi jardín, regándolo
con Mi misma Sangre; Yo dedico a cada alma el cuidado amoroso que es
propio del Creador. A veces pongo soportes para las almas endebles, las
consolido sabiamente y no dejo de ver que para cada una de las almas
que Creo hace falta una asidua vigilancia.
¿Pero de qué sirve explicar? ¿quién cree en Mi Palabra? Me llamo
jardinero, Me llamo Pastor, Me llamo Buen Samaritano y sin embargo
después de un primer momento, el hombre lo olvida y vuelve a sus
desatinos, como antes o peor que antes.
Quisiera hacerlos como girasoles que se vuelven continuamente al
sol; quisiera transformarlos tanto que los haga palpar con la mano, hora
por hora, que Mi cuidado es continuo y amoroso de veras. ¡Cuántas
lágrimas Me Ha costado la incomprensión de ustedes, cuántas penas Me
Ha causado su dureza! Sin embargo, quien cree en Mí no se engaña,
quien experimenta Mis Palabras no se arrepentirá de haberme creido. No
obstante, trato con ustedes como con queridos, amadísimos pequeños en
los brazos de una madre. No Soy Yo quien les mezquino Mis cuidados,
pero ustedes son avaros Conmigo; ¡Yo Soy todo para ustedes y ustedes
101
son tan poco Míos!
Les hablo sin siquiera reprocharlos, pues conozco el temor que
produciría en ustedes Mi voz. Pero díganme, ¿si no Me fueran tan
queridos, podría seguir siendo tan dulce? ¿Cómo podría soportar sus
desaires si no los amase entrañablemente? ¿Podría continuar amándolos
si Yo no fuese El que los hizo, que los redimió, si no fuese El que quiere
hacerlos felices?
Saben que no Me hace falta nada de cuanto tienen, que Me amen
porque Yo Soy feliz en Mí mismo y no puedo recibir ninguna añadidura
a Mi felicidad. Si tanto les pido que Me dejen hacer, deben entender que
es sólo por su bien, que no alimento esperanzas en ustedes en cuanto a
Mi alegría y que, por eso, todas Mis Palabras, todos Mis amorosos
cuidados, son para provecho suyo, de sus duros corazones, de sus
mentes miopes. Sí, cuando Me escuchan estoy contento, pero por
ustedes, no por Mí, entiéndanlo. No Me obliguen a buscar otras almas,
no Me alejen, les ruego, porque Yo quiero estar siempre cerca de ustedes.
Y entonces experimentarán cuán suave es Mi yugo y cuán ligera Mi
carga. No los engaño, no sé hacerlo. Los amo, les repito, los amo…
YO ACARICIO TU ALMA
CM-76 29-Abr-97 (Fiesta de Santa Catalina de Siena) Jesús
Mi amada alma, Yo Sé que quieres cuidados amorosos y que
quisieras rehusar las palabras, los gestos, las actitudes que hoy tuviste,
porque resultan demasiado desagradables a tu corazón. Conoces las
caricias pero también los rasguños y las unas son enemigas de las otras.
Esta condición, esta sensibilidad tuya viene de años atrás y te hablo
de ella sólo ahora que los rasguños se han hecho más penetrantes. Como
una pequeña niña adormecida en Mis brazos, ansías que sólo a Mí sean
reservados tus cuidados y que nadie te ofenda, hasta te resultaría mejor
que los demás se mantengan extraños a Mi amorosa acción en ti. ¿Y
entonces, qué harías entre los que te rodean? ¿tal vez puedes dormir,
mientras Yo te quiero despierta? Pero sí, sí, déjate rasguñar porque las
uñas ajenas son admirables instrumentos de los que Yo Me sirvo.
Ellas rasguñan por fuera, pero Yo acaricio tu alma. ¿no es así? Es
bueno todo lo que conviertes en bien y lo contrario, aunque fuera bueno,
no te serviría. Las caricias humanas dejan cansados, las Mías no hacen
cansar y son siempre más deseadas.
¿Ves de cuántas maneras te aclaro el camino que debes recorrer? Lo
hago hoy a pedido de Catalina, Mi Doctora, tú: sígueme. Hablar siempre
de cruz es molesto a los hombres, por eso cambio de lenguaje,
embellezco la cruz con las flores que da el Amor, a fin de que atraído por
esto, lo demás se decida. Por lo demás Yo no te He dicho que están
reservados propiamente para ti la cruz y los clavos, eso tú ya lo sabes.
102
Los tienes, lo mismo que Mi Corona. Por eso, ejercítate en lo que también
es invisible.
VENGAN A MI CORAZÓN DESEOSO DE USTEDES
CM-77 29-Abr-97 Jesús
Hija Mía, Mi dulce hijita, escribe… Cuando Me presente delante de
toda la humanidad reunida para el juicio, los Bienaventurados dirán:
“Bendito El que viene en nombre del Señor”. Los condenados, en
cambio, maldecirán de Mí y de su existencia, mientras bajen al infierno
después del juicio universal. Pero en Mi Presencia eso no se les permitirá.
De manera que los Bienaventurados Me invocarán antes del juicio y los
condenados Me maldecirán después.
Cuando en la tierra anuncié la bendición de los Elegidos, estaba lleno
del pensamiento de este futuro tribunal de Justicia, preveía su desarrollo
y conocía su epílogo. A los míseros que querían poner en duda Mi
Divinidad respondió un Hombre que, siendo Dios, podía mandar callar
sus necedades y privarlos hasta de la palabra material.
Sin embargo eso no era conveniente a Mi misión y no lo hice ya que
en todo, el Santo Querer que decreta todas las cosas en el Cielo y en la
tierra, prescribía Mi acción e informaba su intención. ¿Podía designar al
infierno a los míseros que objetaban que Yo era hombre y sólo hombre,
únicamente porque estaban celosos de Mi popularidad? No, no lo podía,
por eso concluí más bien con las palabras: “Bendito El que viene en
nombre del Señor”, y no con las otras que Mis oyentes, en gran parte,
dirían como conclusión del Juicio universal.
Pueden notar que en aquella ocasión, Yo llamé repetidamente
hipócritas a los fariseos y escribas, pero concluí que no Me verían más
hasta que se haya dicho: “Bendito El que viene en nombre del Señor”. Y
por cierto, no pretendía decirles a ellos estas palabras sino a los otros que
las dirán realmente en aquel solemne día. Descuidé su presencia, porque
vi, por anticipado, el amor con el cual los Bienaventurados esperarían Mi
venida como Juez de todos. Y esto también para poder captar alguna
alma de aquellas que obstinadamente Me hacían oposición. ¡Oh, sí, no
fue inútil que Yo concluyese un discurso de condenación con palabras de
aliento!
Ustedes aprendan de Mí cómo amar a su prójimo. Condenar, si hace
falta, pero nunca descuidar el trato de amor aun con aquellos que
merecen condenación. Soy semejante al pelícano que nutre a sus
polluelos con sus carnes, pero que se vuelve inflexible si sus amados
quisieran saciarse en otra forma. No pido otra cosa sino que se
aprovechen de Mí y no quiero permitirles que Me dejen. Pero, si lo
hacen, Yo tendré que ser justo y condenarlos.
Vengan a Mí y sáciense de Mí, porque también Yo les daré Mi Carne,
103
Mi Espíritu, Mi Divinidad. Vengan, pequeños Míos a este Corazón
demasiado deseoso de ustedes y nadie nunca los condenará… Es el
Amor que los salva, sépanlo y con el amor todo se ordenará, nada podrá
quedar fuera de lugar porque Yo mismo arreglaré todas sus pequeñas
cosas antes que pasen de este mundo.
No quiero ser su Juez sino para premiarlos y esto formará Mi
felicidad; sí, cuando los vea radiantes de gozo, subir a las más altas
cumbres del Paraíso, Yo gozaré inefablemente y ustedes reconocerán que
por Amor, sólo por Amor, los llamé. ¡No quiero otra cosa sino esto:
presentarlos a Mi Padre como dignísimos hermanos Míos. Hagan que lo
pueda hacer y les seré grato más que por toda otra cosa.
Vengan, benditos, a la casa de Mi Padre; vengan, oh ustedes a
quienes curé de tantas enfermedades y a quienes alimenté como sólo
Dios sabe alimentar; vengan, oh benditos, al abrazo feliz del Padre, del
Verbo y del Espíritu Santo. Vengan, de una amorosa Madre, entre las
sonrisas de un inmenso ejército de felices hermanos, en la entusiasmante
Gloria del Uno y Trino.
SOY MENDIGO DE CORAZONES
CM-78 29-Abr-97 Jesús
(El Señor había pedido una Misa de reparación que se había fijado para esta
fecha.)
Para un sacerdote:
¡Hijo Mío, tengo sed de almas, sed de amor!… ¡Soy mendigo de
corazones, no Me oyen, Me rechazan, Me insultan y hieren. Cuán grande
es Mi sed y Mi dolor!
Quiero que sepan que en el mismo momento que comenzó la Misa,
la multitud de Angeles y Santos cantaban: Gloria in excelsis Deo, luego
siguió el Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et
terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Fue una contemplación inenarrable.
¡Si hubieran oído las voces de los niños, confesores, santas mujeres!…
Gracias, hijo Mío por tu docilidad que Yo premiaré con inmenso amor.
Tú ignoras que todos los Apóstoles, mártires, las vírgenes, estuvieron
presentes.
Su imaginación no podría concebir una armonía tan inefable. Todos
alabaron a Santa Catalina y ella entonó su acción de gracias a Mí, su
Esposo.
No se puede comprender si no se ha experimentado, Yo haré que
ustedes lo experimenten y verán que no hay en la tierra ni belleza ni
palabras comparables para expresarlo.
Al momento que terminaba la Misa en la Capilla, concluía en el
Cielo… Cuando lo experimenten verán que las melodías en la tierra son
pobrísimas, distintas a las del Cielo, donde el aliento del Espíritu vibra
104
en cada uno de los elegidos.
Hijo Mío, tú eres Mi privilegiado, deja hacer al amor.
EL AMOR ES SU BIEN PRESENTE Y FUTURO
CM-79 30-Abr-97 Jesús
Pequeña alma, comencemos con nuestra tarea. Ofrece este trabajo,
que será un poco más intenso, como reparación. Con todo lo que hagas…
Con todo lo que pienses, lo que digas, repara…
La primera y más esencial virtud es el Amor. Donde él reina florecen
todas las otras virtudes, porque de él esperan alimento continuo la
castidad, humildad, fortaleza, justicia, etc.
Sería bueno cultivar la planta más grande para tener las otras
pequeñas plantas. En cambio cultivar las pequeñas y olvidar la grande es
un error craso.
Tengo una serie de discípulos que riegan el huerto de todas las
virtudes, pero no lo hacen por amor a Mí, sino por su utilidad presente y
futura. Muchos son los que hacen así y por eso no dan grandes pasos en
la vía de Mi amor. Pero algunos otros han comprendido esta verdad y se
esfuerzan en obrar por Mi amor. Estos son los predilectos, estos han
encontrado la perla preciosa de Mi Reino, la perla que hace semejantes a
Mí.
Yo hago uso de mucha comprensión con el grupo de discípulos que
van y vienen de una plantita en otra. Pero no les puedo dar a estos Mis
queridos, la madre de todas las virtudes que se llama Amor, sino en la
medida limitada. Premio sus esfuerzos porque los hacen también ellos,
pero no les concedo que crezcan en la virtud principal, el Amor, puesto
que casi nunca logran apartarse de sí mismos. No obstante sus esfuerzos
vuelven a caer pesadamente en el suelo de sus aspiraciones, sin poder
levantarse en alas de Mi amor y venir a Mí engalanadas de verdadera
caridad.
Estos se asemejan a los sucios mineros que bajan a lo profundo de la
tierra para arrancarle sus riquezas que llevan a la luz del sol mezcladas
con muchos otros materiales, de modo que sólo una pequeña parte del
material que extraen puede ser considerada de valor. Efectivamente, se
arrojan muchas escorias y así, estos mineros se han fatigado no poco; se
han ensuciado enteramente y han hecho un trabajo no muy productivo,
al menos en lo personal.
En cambio, Mis otros amados, se asemejan a los ágiles hombres de
mar que se sumergen en su fondo para arrancar la ostra preciosa que
contiene la bellísima perla que sale de Mi Amor. También ellos luchan
pero saben llevar a la luz del sol un gran valor y tendrán mayor
recompensa.
¡Qué diferencia entre el sucio minero y el ágil pescador de perlas!
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Hoy les hablo a los Apóstoles de la Nueva Alianza, los quiero a
todos pescadores de Mi mar divino: sumérjanse en Mí, les digo, Yo
contengo la verdadera riqueza que les da la alegría del Amor. No es
amor a Mí el buscar méritos, no es amor a Mí el acumular mucha tierra
de deseos hechos de amor propio, de concupiscencia, de personalismo.
No crean que el Amor divino es la escuela de los juguetes. Mi amor es la
escuela en la que los juguetes desaparecen para dar lugar a la gran
experiencia de poseer al amado y ser poseídos por El. Es el Amor que
necesita hacer relampaguear a las almas envueltas en oscuros paños
hechos de miserias o también de cortos cálculos.
A quien labra su huerto no le conviene estar inclinado mirando su
tierra. Levante la cabeza, mire el hermoso Sol divino y se reanimará. A
quien se fatiga en Mi jardín le hace falta de cuando en cuando mirar el
hermoso Kiosco de rosas desde el cual Yo guío los movimientos de Mis
jardineros.
Levanten la mirada ustedes, mírenme a Mí y al mirarme Yo
traspasaré su espíritu y Me detendré dentro de su corazón. Lo saben, sí,
saben cómo Yo entiendo el amor y quien no Me secunda caerá en la
costumbre, se doblará sin remedio.
¡Amenme, este es el Amor! En su bien presente y futuro, pienso Yo.
Secúndenme en la obra divina que hago en ustedes; no juzguen nada con
sus ojos, digo que no deben juzgar las cosas internas y externas como
hechos humanos. No, Mis amados, son hechos divinos, sí, divinos,
porque fuera de la apariencia que revisten, son Mis continuas embajadas
de Amor.
Cualquier tipo de sufrimientos, cualquier cosa que los golpee, es
querida por Mí. ¿Cuándo lo creerán? Amados Míos, ahora es tiempo de
creer, dejen de juzgar a la manera humana, porque es demasiado cruel
para un amante verse siempre incomprendido.
Es imposible que no quieran entenderme, que no quieran
comprender. Es imposible, porque Yo quiero hacerlos entender.
Queridísimos: Longino Me abrió el Corazón con una lanza: estén a él
agradecidos porque, sin saberlo, hizo evidente lo que en Mí era auténtica
realidad. Mi Corazón, en efecto, está abierto a ustedes; Mi Corazón se Ha
desangrado por ustedes, ¡pero atentos! Atentos para recoger este Mi
Mensaje de intenso Amor.
Cuando vuelvan sobre sus pasos, piensen de nuevo en Mí,
reflexionen en las llamas de Mi caridad. Y al pensar en Mí, invoquen Mi
Espíritu para que pueda estrecharse entre ustedes y Yo el acuerdo
fecundo que los transformará.
Les prometo ayuda, les daré mucha alegría y Me sentirán cercano,
susurrando a sus oídos Palabras de Amor.
Soy Yo el que habla. Yo, el amor desconocido, el Amante olvidado…
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EL GETSEMANÍ ES UN OCÉANO DE CARIDAD
CM-80 30-Abr-97 Jesús
Mi amado hijo, sería lógico que te hablara en calidad de educador
como para confirmar con la doctrina que Mi misión no acabó en la tierra,
sino que continúa y que continuará hasta el fin de los siglos. Sería lógico
que hiciera así para confundir la sabiduría organizada, más no humilde;
establecida, más no alta: altisonante más no grata para Mí… ¡Ay de los
que disponen cargas pesadas para los demás, cargas que ellos no
quisieran tocar ni con un dedo!
Sin embargo, Yo no quiero proceder así contigo, porque el que habita
en Mi Corazón debe escuchar las músicas divinas, que nacen de él y a
través de Mis músicas, encontrar la explicación de muchas de las
verdades y de la eternidad.
Por eso también hoy quiero hacer vibrar una de las cuerdas de Mi
amor y lo hago porque Me agradas, oh Mi amado.
Allá abajo, lejos de los hombres, solo y triste entre los olivos de
Getsemaní, lloré, como tú sabes. La lucha que sostuve aquella noche es
de una grandeza indecible, tanto que ni aun Mi Madre, Mi excelsa
Madre, podría comprender su desmesurada extensión.
Llanto y lucha, Sangre y victoria He llevado a los hombres, ingratos
y olvidadizos, por aquella noche de gran desconsuelo. La cercanía de los
tres Apóstoles que saben, debía procurarme mayor dolor. Sin embargo,
¡cuánto consuelo experimenté cuando vino el Angel que envió el Padre!
Pero en la tierra, separado de Mi Madre que Me seguía en espíritu,
estaba realmente solo. ¿Quién podrá decir cómo en la noche de
Getsemaní Yo admití todo el llanto de la humanidad y todas las espinas
que se clavarían en el corazón de los hombres?
Fue noche de Redención, en la cual Me sustituí a todos los
pecadores; asumí toda culpa y además quise abarcar también todas las
penas de los hombres y sufrir intensamente.
Amado Mío, Getsemaní es un mar sin límites, un océano de caridad,
en el cual están sumergidos toda persona, toda culpa, todo dolor y Yo
sentí realmente, no de modo imaginario, toda la gravedad que caería
sobre el mundo. Amor por el Padre, Amor por los hombres, Me hicieron
víctima voluntaria.
Si uno de ustedes, Sacerdotes Míos, hubiese podido verme, habría
muerto de espanto por el sólo aspecto físico que había tomado. Porque
no se trataba de un sólo tipo de pena, no se trataba de un sólo hálito, sino
de miles, de millones de hálitos, todos concentrados en Mí.
Los Apóstoles se asustaron, Me creían un fantasma cuando Me
presenté a ellos; sin embargo, antes de ir a despertarlos había esperado
estar menos espantable para ellos. ¡Pobres! ¿Y qué podían saber ellos
que, dormidos, estaban soñando todavía en reinos Míos en la tierra y en
honores para ellos?
107
Yo fui capaz de abrazar toda su culpa y todos sus sufrimientos; Yo
solo He sido capaz de sentir, todas sus penas, porque Yo era ustedes y
ustedes eran Yo.
Esta es una cuerda dolorosa que He hecho vibrar hoy para ti, pero es
igualmente música divina porque en ella y por ella se pueden encontrar
las armonías incomparables del intenso y ardiente Amor que He tenido y
todavía tengo por los hombres, por ti Mi amado y por Aquel por quien
fui hecho dolor viviente, piedra quemante que no se extingue, amargura
muy distante de toda suposición por parte de ustedes. Yo fui capaz de
esto y Yo que los amo realmente, les digo hoy: miren a Getsemaní,
mírenme a Mí deshecho en el Huerto y únanse a su Jesús.
Hijo Mío, sobre todas las cosas que haces descienda copiosa Mi
bendición.
EL AMOR DE DIOS LO MOVIÓ A HACERSE
CRIATURA DE SUS CRIATURAS
CM-81 30-Abr-97 Dios Padre
Hijo Mío reconóceme. No es el momento para manifestarme
directamente a tus ojos, pero preciso guiar tu alma y a través de ella a
muchas otras… Hablemos ahora a los hombres.
Soy rico y generoso; Me deleito en beneficiar a todas las criaturas
que Yo mismo modelo. Paso la eternidad dando a cada ser una serie de
dones que siempre se renuevan y siempre perduran. Así, cuando en la
Creación puse a Adán en el privilegio de la preternaturalidad, Yo ya
obraba como Creador que, apenas Ha creado, en seguida quiere dar al
otro. Esto porque Mi Espíritu nunca está satisfecho sino a través de la
continua donación.
Hice de Adán un simple hombre, sin embargo, le di de inmediato
cualidades superiores a la humanidad de que estaba revestido. Pero
Adán cayó, se confundió y Me desobedeció. Por eso le quité ciertos
dones que lo hacían superior a su misma naturaleza de hombre. Lloró el
pobre Adán, recogió los frutos amargos de su pecado y se estableció en
el límite natural que al comienzo le había asignado. Y heme aquí de
nuevo en obra, ya que no podía hacer que Mi Espíritu amoroso dejara de
hacer beneficios. Más aún, de la culpa de Adán tomé motivo para hacer
una más espléndida afirmación de Mi Bondad siempre en movimiento
para beneficiar.
Tomé las lágrimas de Adán, las recogí todas y le dije: este tu llanto,
será ahora tu consuelo y después tu alegría. Más aún, quiero ser tan
bueno y recompensar las justas lágrimas que derramas a causa de tu
pecado. Te enviaré un hijo que será Mi Hijo y El rescatará tu pecado y los
otros que han de venir después del tuyo: así podrás decir que un
descendiente tuyo ha dado el justo precio que es necesario para rescatar
108
tu caída. Adán, no temas, porque Yo no cambio Mi afecto por ti.
¡Cuánto He hecho por cada criatura a causa de este Mi amor que es
el motivo de todo movimiento Mío!
Por eso está bien considerar sobre todo Mi Amor, ya que el Cielo y la
tierra, el purgatorio y el infierno, hablan de este Mi Amor
elocuentemente. Hasta el infierno demuestra que Yo amo a las criaturas,
ante todo por lo que Yo hice por ellas con el fin de salvarlas y luego
porque la misma Justicia por la cual tengo allí a los condenados, donde
ellos mismos han escogido estar, testifica que Yo dejo a las criaturas el
don magnánimo de la libertad, sabiendo que se sirven de ella y se
servirán para maldecir y blasfemar de Mí y de ellos eternamente.
Lo que He dado puedo también quitar por Justicia, pero nunca
quitaré la vida y la libertad de todas las criaturas racionales. Y si el
infierno da así testimonio de Mi Amor, ¿qué se dirá de Mi Paraíso, donde
los Bienaventurados están rodeados de Luz y de Gloria y donde toda
aspiración está sublimada hasta la Caridad divina?
¿Qué podía hacer por Mi criatura? Le había dado vida, Gracia, dones
naturales y sobrenaturales, dones preternales, dones de creación, dones
de tranquila felicidad, compañía y decoro, bondad y alegría. Una cosa
podía hacer por la felicidad del hombre: Que Yo mismo Me hiciese
Hombre como Mi criatura predilecta. Y lo hice.
Por más que pueda razonarse en torno a la misión redentora del hijo,
sobre la Bondad Mía de sacrificar en la Cruz al amado por excelencia, la
niña de Mis ojos paternos, no se podrá nunca comprender cuál fue el
Amor que movió a un Dios a hacerse criatura de su criatura. Y no sólo
quise nacer sino también sufrir y redimir a causa del Amor infinito que
Me ata al hombre.
¿Quién puede comprender lo que es ser Dios y Creador y hacerse
hombre creado? ¿Qué debía hacer? Humillarme a ustedes: y lo hice.
¿Qué podía hacer? Cederles Mi Omnipotencia y Mi Gloria: y lo hice
dando a un Hijo de Adán toda Mi Omnipotencia y toda Mi Gloria.
¿Podía no preocuparme de tantas criaturas salidas de Mí y creadas a
Mi semejanza? ¿Cómo podía abandonarlos a ustedes mismos?
Pero hay otra cosa que les espera, hay otra cosa, hijo Mío, si los
hombres son buenos en la tierra, les He preparado las alegrías
particularmente Mías, les He predispuesto un Reino en el cual serán
verdaderamente felices y para siempre.
¡Hijos! No sean ingratos, no digan que Yo Me olvido de ustedes,
porque además de que no es verdad en absoluto, esto les hace gran daño
y Me disgusta. Recuerden, en cambio, que Soy un horno de amoroso
fuego que arde en Mí y fuera de Mí, es decir en ustedes. Piensen que si
existen, es porque Yo lo quise y lo quiero; consideren que si aman es
porque Yo los amo…
Mi obra, la obra de la Creación, de Redención y la futura de
Glorificación les haga pensar seriamente en lo que Yo digo para su
109
absoluto bien.
Quien Me ve, en el Cielo, goza de todo esto y Me ruega por ustedes.
Yo los escucho porque los amo, porque también amo a ustedes.
Llénense de Mí, dejen que yo los llene de Mí, hagan un pacto de
amor con su Creador, Redentor y Glorificador.
ANGELES, ACUDAN Y DEFIENDAN A LOS QUE ME AMAN
CM-82 30-Abr-97 Jesús
Hijos Míos, energúmenos y atribulados, impotentes para realizar sus
malvadas aspiraciones, los condenados traman la decadencia de Mi
Reino. También ellos forman parte del Reino que Me Ha dado el Padre,
pero sólo como Mis esclavos, como subyugados por Mi Omnipotencia; y
Me odian porque no permito que hagan el mal por el mal, como
quisieran. Efectivamente, los condenados, contra su voluntad, deben
ayudar a la institución y al acrecentamiento de Mi Reino del mismo
modo que un condenado a trabajos forzados, está obligado a construir lo
que de buena gana haría pedazos para liberarse del poder que lo
subyuga.
Misterio para ustedes y misterio oscurísimo, porque los condenados
actúan invisiblemente y con engaño. Pero Yo vigilo y Mis Angeles
castigan a sus antiguos compañeros que quisieron la rebelión a causa de
la realeza destinada por el Padre a Mi Humanidad.
¡Cuántas almas quisieran conocer este misterio! Pero Yo lo enuncio
solamente, no explico sino lo que les conviene para creer y para estar
vigilantes. La Iglesia en su conjunto, entiende y actúa de conformidad,
porque la esclavitud de los condenados debe estar sujeta no sólo a Mí,
sino también a Mi amadísima Esposa.
Les digo esto para que se persuadan más de una verdad que —lo veo
muy bien— les alegra el corazón, puesto que además deberá ser
conocido que los que Me aman son los mejores hijos de la Iglesia, más
aún, son los que constituyen sus baluartes. ¡Oh, no importa que sean
desconocidos en la tierra, porque no se trata de tierra, sino de espíritu y
de verdad!
Acudan, Angeles y pónganse al lado de cada uno de Mis amantes; su
espada llameante defienda a los que Me aman y su luz los irradie a
plenitud.
Vengan, oh Querubines excelsos y alaben a Mi Esposa en la tierra
cuyo rostro es Mi misma imagen; rodéenla de luz y canten sus virtudes,
porque por ella Yo vencí a Satanás y al mundo y por ella Yo vivo.
Vengan, oh Serafines y admiren las facciones de La que nutre a Mis
hermanos con leche divina y con néctar de amor. Vean, oh Serafines, que
Mi Iglesia es la única Esposa Mía y que nadie puede tener Mi Corazón
sino Ella a quien lo He dado y para siempre.
110
Enciendan fuegos, eternos fuegos en sus hijos y canten Conmigo,
amor eterno al Eterno Espíritu del Cual vine a la tierra.
Padre Mío Divino, a todos los suspiros que por Ti He dado en la
tierra, Tú Has concedido Gloria eterna. Satanás no deja de insidiar a Mi
Esposa y a Mis hermanos, pero Mi Cruz es reluciente y ahuyentará todas
las insidias, porque es fruto de Amor que no cambia.
Los suspiros que He dado por Mi Iglesia, por lo mismo, los ofrezco
todavía a Ti, para que la conduzcas triunfante aquí, donde Nosotros
vivimos con el Espíritu en Nuestra infinita beatitud.
YO ESTOY SOBRE TODOS TUS AFANES
CM-83 30-Abr-97 Jesús
Hijo amado, es característica de Mi amor la obra constante de formar
nuevos y más ardientes fieles que sigan Mis huellas en la más absoluta
entrega. He procedido hablando de ti veladamente y mostrándome
ocultamente en tus palabras, en tus actos. Ahora es tiempo de pasar a la
manifestación abierta porque deben verificarse Mis promesas, es decir,
Mi Querer. Experimentando Mis grandezas tendrás motivo de amarme
más. ¿No te dije que es bueno hacerse un lugar, el retiro donde Mi Amor
debe reinar soberano? El lugar está hecho, Yo estoy sobre todos tus
afanes. Quiero hacerte ver, ahora, si tú Me has ganado en amor.
El pequeño caracol que vive en su concha, ¿podría alguna vez volar?
El gracioso elefante que se columpia pesadamente sobre sus dos flácidas
piernas, ¿podría acaso dar saltos de canguro? Y aquel otro feroz animal
que muerde y despedaza, ¿podría dejar de ser tigre y acariciar
dulcemente?
Ahora has visto quién eres, cómo te portas y cuán incapaz serías de
amar. Por eso es hora de que veas lo que sabe hacer tu Dios sirviéndose
de ti, inepto para todo, bueno para descarriarte, capaz de traicionar,
verdadero ejemplo de extrema debilidad.
Te He llamado ciego y te has reído. Ahora te llamo con el nombre
que corresponde a los dones que te haré. ¿Sonreirás igualmente? No lo
dudes, pero te digo que sonreirás, pero por distinto motivo.
¿Qué quieres que haga, oh, Mi amado para mostrarte Mi amor? Tú
Me pides continuamente que se cumpla Mi Querer. Y Yo, ¿no debo
ocuparme de lo que tú deseas? Dime lo que deseas y no te reprimas…
YO SOY EL MAR, USTEDES LOS GRANOS DE ARENA
CM-84 30-Abr-97 Jesús
En la playa del mar casi infinitos granos de arena están en espera de
ser bañados por aquel mar que los roza continuamente, para recibir su
111
frescura que quita el ardor que les es natural. Y el mar baña millones de
granitos de arena con una sola oleada y los refresca a todos; los
humedece, a todos los que se encuentran bajo el ímpetu de la ola.
Yo Soy el mar, ustedes los granos de arena. Pónganse bajo el influjo
de Mis olas divinas y quedarán invadidos del Amor que quiero darles.
Ustedes están áridos, pero ¿qué importa? Estoy Yo, que puedo y
quiero darles la antítesis de su aridez, el humor santo de Mi divino
Amor.
Los granos de arena quedarán más o menos donde se encuentran y si
no se los retira de su posición, permanecen firmes; pero ustedes pueden
ponerse en condición de recibir con seguridad Mis olas de Amor. Por
eso, háganlo y se cambiará su aridez, en virtud de Mis amorosos
cuidados. Si no entienden todo, no importa. Lo que importa es hacer
como digo Yo.
QUIEN ME SIGUE NO CAMINA EN TINIEBLAS
CM-85 30-Abr-97 Jesús
Hijo Mío, el puerto de la salvación eterna es la meta de los que He
conquistado con gran Amor y que ahora los conduzco entre las penas,
las cuales, como saben, nutren el amor. Doy también algún pequeño
dulce de cuando en cuando.
Esta reflexión dura desde hace dos mil años y es recibida como una
molesta advertencia y no puedo esperar entusiasmo al proponer el
sufrimiento. Lo sé, lo sé perfectamente y Me esmero por aligerar los
pesos precisamente porque conozco todo de ustedes.
Pero quien Me sigue no camina en tinieblas y Me dará la razón.
Desinflo su amor propio y lo reduzco, si Me lo permiten, a tripa
vacía. Pero al quitarles la hinchazón, Mi intención se hace cada vez más
clara y Mi alegría se les participa, de modo que después del fastidio de
los sufrimientos aceptados, sobreviene la alegría de sentirlos Míos.
Explico por extenso estas cosas y quiero que mediten en ellas,
porque sin reflexión no pueden contar con la aceptación.
En el plano de la pura Misericordia podría disminuir sus penas, pero
esto no convendría a ustedes ni tampoco a Mí.
Quien Me escucha que Me siga y encontrará paz y verdad.
ELEGIDOS, AFÉRRENSE A LA MANO DE MI MADRE
CM-86 1-May-97 Jesús
(Antes de salir a visitar a un grupo de novicias.)
Pequeña Mía, hoy vas a casa de Mis hijas, te ruego que les digas que
Yo amo mucho a quienes Me responden porque ellos alivian, Mi sed.
112
Háblales de que el ayuno que Yo pido es: De la ira, de la flojera, de la
lengua, de la desobediencia, de quejarse de sus cruces. Pídeles que ante
las dudas y ganas de salir de una Institución religiosa, se aferren a la
mano de Mi Madre, que recen con Ella el Santo Rosario, que se queden
unos minutos ante el Sagrario, contándome sus sentimientos
acompañándome y luego que vuelvan a reflexionar. Y que no tomen
medidas precipitadas que podrían llevarlas a destrozar sus vidas.
Explícales que cuando un alma se entrega en joven, glorifica más al
Padre y ayuda a salvar más almas porque se convierte en Bienhechor de
la humanidad.
Yo pido de Mis almas elegidas: Vocación de Servicio, Mansedumbre,
Mortificación, Obediencia sobre todo.
Ya verás qué cosas haré hoy sobre ustedes… ¡Te prometo que no
será vano el esfuerzo porque les daré como regalo Santas Vocaciones.
Diles que ansío encontrarme con cada una de ellas en todo instante.
(A continuación dictó la oración para esta Comunidad.)
ORACIÓN FINAL
Sagrado Corazón de Jesús, realmente presente en la Santa Eucaristía,
yo consagro mi cuerpo y mi alma, para ser totalmente una con Tu
Corazón, que es sacrificado en todo momento en todos los Altares de la
tierra y que alaba al Padre pidiendo por la venida de Su Reino.
Por favor, recíbeme como humilde ofrenda. Utilízame como Tú desees
para la Gloria del Padre y la salvación de las almas.
Bienaventurada Madre de Dios y Madre nuestra, no permitas nunca
que me separe de Tu Hijo Divino. Por favor, defiéndeme y protégeme
como tu hija especial. Amén.
YO SOY LA VID, USTEDES LOS SARMIENTOS
CM-87 2-May-97 Jesús
No te preocupes, no serán más fuertes tus dolores… ¿No estás
ayudándome con tu pequeña cruz? Sigue sonriendo, sigue en tu gozo de
amarme e ignora todo ataque que no es Mío pero que permito para tu
fortalecimiento…
¿Quién lleva fruto en Mí? ¿Cuáles son los brotes que el Padre
limpiará a fin de que lleven fruto más abundante?
No pido respuestas positivas de ustedes, pido sinceridad de todos y
en particular de cada uno; no olviden las gracias recibidas.
¿Tú no llevas fruto, oh Mi brote aridecido? Entonces hay que
separarte de Mí, Vida eterna y alimento suave.
Deberían reflexionar mucho sobre este punto, no pasar por alto, o
peor, despreciarlo. Estar Conmigo y no llevar fruto significa tener dureza
113
de corazón. Todos Mis brotes deben fructificar; esto por el honor de la
viña y la complacencia del viñador que es Mi Padre.
Preferí la imágen de la vid porque debía producir efecto en millones
de criaturas que, por medio de Mis Palabras se han salvado, se salvan y
se salvarán. La uva es fruto grato a todos y reclama los grandes cuidados
del viñador, además de la linfa de la vid.
Pues bien, ya sea el viñador, ya la vid, requieren mucha uva que sea
bella y sabrosa. Yo les doy Mi humor, Mis sarmientos, difundiendo Mi
vida en cada uno. Corre en ustedes, a través de Mis ramas, la linfa vital
que dará el fruto. Luego vendrá el viñador y toda su familia para hacer
la vendimia.
Permanezcan Conmigo, llegarán a ser racimos dulces, repletos de
néctar divino. Permanezcan unidos, serán Mi fruto, Mi belleza y tendrán
Mi sabor.
Yo la vida, ustedes los sarmientos. De la vid los sarmientos, de los
sarmientos el fruto, del fruto el vino, del vino, después la alegría del
Celestial viñador y de todos los que antes de ustedes han sido
transformados por Mi obra de Redención y glorificación.
QUIERO VIVIR EN EL HOMBRE
CM-88 2-May-97 Jesús
Es fácil recordar una cosa o a una persona amada si, luego la cosa o
la persona son amadas intensamente, con ardor de enamorado o
materno. Entonces el objeto del amor está siempre presente a quien ama
y más que recuerdo se debe decir unión.
La gloria de las armas o del artista, por ejemplo, son cosas que
pueden amarse intensamente y por eso estar presentes a quien persigue
la una o la otra, pero presentes de tal modo que el que ama vive de ellas
y por ellas. Sin embargo, todo esto pasará, mientras que lo que dura para
siempre, o no es creído o es tenido en poco y por eso olvidado. Sí, es
difícil acordarse de las cosas o de las personas poco amadas, mientras
que es sumamente fácil detenerse en el pensamiento del objeto o de la
persona amada intensamente.
Con estas expresiones, les He proporcionado el metro para medir
cuánto aman las cosas celestiales y cuánto Me aman a Mí.
He dicho a todos que daré a conocer el Nombre del Padre a fin de
que esté en ustedes el amor con el que el Padre Me Ha amado y así
pueda Yo permanecer siempre en ustedes. Así dije al terminar Mi
oración pronunciada por Mis Apóstoles al fin de la gran Cena en la cual
Me dejé a Mí mismo a todos ustedes. ¿Qué quería significar? Cosas muy
grandes, tanto que no pocos pasan por alto estas Palabras Mías a causa
de la muy poca luz que tienen y del escaso amor recibido. Pero deberían
pensar con más frecuencia en Mi discurso de aquella noche, porque
114
entonces (y aún ahora) es la Divinidad la que derrama, por así decirlo,
torrentes de luz sobre la humanidad, para llenarla de verdad y también
de Amor.
Yo hago conocer al Padre a los que aceptan Mi Luz y la luz nunca
viene sola porque la acompaña el amor; luego el amor, haciendo morada
en ustedes es testimonio de Mi Presencia. Así no queda más que creerme
para probar cuán suave es dejarme vivir en ustedes y en ustedes amar a
Mi Padre, por ustedes mismos y por Mí.
Pequeños hijos, ¿creen realmente que Yo haya muerto crucificado de
manera de darles una prueba que no abriría los ojos a multitudes de
almas frías? ¡Veamos, no habría sido conveniente sacrificarme
inútilmente! Por eso, con la paciencia que sólo puede tener su Redentor,
trato de establecer en ustedes Mi amor, para que lo que rechazaron o
rechazarán otros, encuentre un sitio digno en sus almas, permitiéndome
así repartir entre los pocos, lo tanto que muchos no quieren.
Recuerden, por lo tanto, que debo glorificar a Mi Padre en ustedes,
amándolo en ustedes mismos. Y si aceptan Mi obra, tendrán el consuelo
de unirse por Mi mediación, al Espíritu que prometí antes de morir,
Espíritu consolador, gozo Mío y del Padre. Y entonces estará en ustedes,
como dije, el amor con el cual Me Ha amado el Padre.
Sabiendo que el hombre no puede, sin Mi Voluntad, conocer y amar
a Nosotros tres, el Padre, el Verbo y el Amor. Para que pueda hacerlo, He
dicho que Yo debo habitar en el hombre no sólo como Creador en su
criatura, ya que esto no basta: debo habitar en el hombre de manera
sobrenatural y comunicarle una parte de Mí.
Es por esto que Mis invitaciones propenden todas a la unión.
Depende de ustedes aceptar o rehusar, aceptar poco o mucho y los
efectos de la unión Conmigo son todos proporcionados al ardor de la
voluntad de ustedes que obra verdaderos milagros solamente cuando se
mueve en Mi Omnipotente Voluntad.
¿Jamás han considerado qué gran portento se opera en ustedes
amando sin ver? La Fe es un gran don Mío; pero la Caridad, es decir el
Amor, es mucho más grande. Este gran portento Soy Yo que lo suscito
aplicando, cuando ustedes Me lo permiten, Mi designio de amor en favor
de la humanidad, para la Gloria de Mi Padre.
¿Mi Cruz fue necedad? Si fue necedad morir por tantos que se
habrían condenado rechazándome, ¿es necedad glorificar al Padre en
lugar de los réprobos? Y si fue inútil Mi Sacrificio para quien no quiere
seguirme, ¿será inútil pedir a Mis elegidos que Me dejen obrar en ellos lo
que no puedo en otros? No, no es necedad Mi Cruz y la abundancia de
los frutos que provienen de Mi Sacrificio no será desparramada al viento.
¡Verán qué maravillas estoy obrando para que Mi Padre reciba todo el
honor y el Amor que quería y quiero darle!
Yo lo amo y El Me ama, pero Nuestro amor es uno. Ustedes son
muchos, serán todavía más, pero su amor debe ser uno y propiamente
115
debe ser el Amor que obra en Mí y en el Padre. Nosotros tres Somos
Uno; ustedes Mis criaturas salvadas y las por salvar, son muchos, pero
todos llegarán a ser uno, porque uno es o será el amor de todos en cada
uno. De modo que vivirán en unidad de Nuestra Unidad, ya que en el
Trino y Uno todos quedarán como disueltos, divinizados, más aún,
ustedes serán Yo y Yo seré ustedes, pero en todos se manifestará,
gloriosísima Mi indivisible Trinidad.
Hombre, ¿llamarán o juzgarán necedad Mi Cruz cuando se cumpla
Mi designio amoroso al que He hecho alusión antes? Yo les digo que los
necios son ustedes al no creerme, y más necios si, habiéndome creído,
luego no Me siguen. Si quieren el Amor, el verdadero, el eterno, gozoso,
vengan a Mí y permanezcan Conmigo. No sean tímidos Conmigo, sino
llenos de confianza; no los trastorne el siglo actual con sus conquistas,
con el bullicio de este siglo veinte que, en efecto, encuentra a muchos
desprevenidos. Ustedes en cambio, crean en Mí y les daré paz inclusive
ahora, en medio de tanto alboroto.
Conmigo encontrarán un amoroso Padre, ansioso de abrazar a tantos
hijos antiguos y nuevos; Conmigo encontrarán a Mi incomparable Madre
y formaremos una familia muy apetecida y santa. No teman, Conmigo
experimentarán seguridad y como a niños, como son muchos de ustedes,
los haré crecer hasta que se hagan jóvenes robustos en quienes
trasplantar un amor desconocido a ustedes, pero que los hará hermosos;
felices como y más de cuanto pueden desear.
A Margarita María Me aparecí con el Corazón en la mano para
decirle muchas cosas de amor. Ahora bien, díganme si hoy no He hecho
otro tanto y aún más para atraerlos al Amor. Díganme si creen posible
que Yo no tenga interés en sus almas; díganme si Yo Me muestro
ofendido por sus muchas repulsas y sus muchos retrocesos.
¿Qué quieren que haga todavía para tenerlos Conmigo? Podría
llamarlos a Mí, es decir enviarles la muerte, pero ahora no quiero porque
es cierto que con la muerte se unirían a Mí en el Cielo porque viven en
Mi Gracia, pero acá abajo deben hacerse más bellos, más amantes, más
enamorados de Mí.
Es lo que quería decirles a propósito de Mi última oración antes de
iniciar Mi Pasión en Getsemaní.
Que Yo esté en ustedes, por lo tanto, a fin de que esté en ustedes Mi
amor por el Padre y el Padre derrame en ustedes, Mis amigos
queridísimos, el amor con el cual Me ama.
Amados Míos, las reglas de la matemática son guías seguras para
encontrar las soluciones de varios problemas de la aritmética. Pero no
todas las reglas son necesarias para la solución de cada problema sino
sólo alguna con tal que se la emplee como se debe. Esta es la semejanza
que quería hacer brillar en sus mentes: Hijo, si utilizas la adición haces
sumas al igual que cuando dices una oración diez veces, haces un total
de palabras que van llegando a aquel o aquella a quien imploras.
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Pues bien, este total puede valer mucho, pero podría ser también de
poco o de ningún valor. Es una aritmética espiritual que nada tiene que
ver con la suya y debo decirles que Mis cuentas no se reducen a un
asunto de número, Yo voy a la calidad.
En resumidas cuentas, si quieren resolver bien sus problemas, deben
plantearlos sobre las reglas que Yo les He dado y que son: confianza y
sencillez, además de amor hacia Mí. Las muchas palabras son un fastidio
para ustedes si las repiten sin calor interior.
Por consiguiente, la oración sea la llave para abrir el cofre de Mi
Corazón, que no está cerrado como les parece, sino enteramente abierto a
todos. Oren mucho, siempre, en todas las formas posibles a ustedes
según se lo permitan sus deberes, pero sea una oración alegre o por lo
menos de unión a Mí y no Me hagan oír el sonido de muchas palabras
que se parecen al ruido de platos rotos echados a la basura. No, su
oración sea el tintineo de preciosas copas que Yo mismo quiero llenar de
néctar divino.
Hijitos, Yo también He hecho el panegírico de la verdadera oración
porque Soy fiel a Mi misión de Maestro y los quiero elevar a más altas
esferas.
DEBO HACER UN GRAN FUEGO Y QUIERO SERVIRME DE TI
CM-89 3-May-97 Jesús
Hijos Míos, para ser aceptado en el ejército de los Santos que en el
Cielo hacen corona al infinito amor, el hombre debe tener
necesariamente su espíritu o, mejor, el amor que informa su espíritu.
Han escrito tanto sobre la felicidad del Paraíso, han ensalzado la morada
de la eterna felicidad, decenas, centenares de criaturas cuando estaban en
la tierra; pero, una vez en el puerto, todo su conocimiento ha cambiado,
porque ha desaparecido la oscuridad y se ha descubierto a ellas la
realidad, la verdad.
No podían, efectivamente, entender cómo acá arriba la vida de amor
es Mi vida. Lo creían nebulosamente, no lo podían conocer porque les
faltaba la experiencia. Pero, repito, para ser aceptos a los que Me hacen
corona, basta tener el amor divino.
Entre los muchos que reinan Conmigo, hay uno a quien en la tierra
consumí de Amor. Se llama Felipe, meteoro divino, todo él ardiente,
humilde y digno de gloria infinita. El podría narrar muchas cosas sobre
el trato que doy a los que Me aman, muchos juegos que acostumbro
hacer a los que llamo la niña de Mis ojos.
Querido Felipe, Mi bromista. ¡Cuánto Me agradó tu jovialidad, tu
sonrisa, tus pequeños chistes con los cuales has hecho gran cosecha en la
viña de Mi Padre!
Quien Me sigue, como Tú lo has hecho, queda lleno de Mis amorosas
117
efusiones; el que Me sigue perezosamente, en cambio, queda con lucha
entre Mí y él mismo. No puede gustar la paz de que está lleno Mi
Corazón.
Quisiera que otros fueran de la misma idea, pero veo muy pocos así,
por lo que en la grandeza de Felipe deberán pronto cambiar de opinión y
no sólo respecto de él sino también de todos Mis amados del Cielo. Así
podrán razonar acerca de los Santos con menor ignorancia y podrán
abrirme su corazón con mayor agrado.
Felipe, da a todos quienes lean o escuchen esto, media llama de Mi
amor, debo hacer un gran fuego y quiero servirme de ti…
JESÚS HACE RICOS A LOS QUE SE RECONOCEN POBRES
CM-90 3-May-97 María
Hijo Mío, no puedes observar lo que sucede si la luz no viene a ti.
Años de oscuridad, pruebas prolongadas han servido para hacerte creer
que eres muy incapaz de conocer el camino del Santo Amor que ahora
transitas. Todo concurre a tu bien, hasta una sola respiración está
ordenada a este progreso de bien.
La belleza de Mi Hijo, Su infinito poder y santidad son atractivos de
amor a los cuales no puedes permanecer insensible después de Mis
manifestaciones que has podido comprobar.
Toda maestría hace falta para guiar a los jóvenes que, como fogosos
corceles quieren vivir lejos de todo freno. Sin embargo, Jesús lo logrará
porque es la Omnipotencia hecha Hombre que Ha sido depositada en
Mis brazos.
Gran secreto éste, vivir sin preocuparse de nada sino de la plenitud
de Mi Jesús que hace verdaderamente ricos a todos los que se reconocen
pobres. Secreto importante pensar en El y concentrar en El sus afectos,
deseos, esperanzas y todo.
Quien hace esto Me agrada tanto que Yo lo ayudo, como te ayudo y
mucho porque así le place al Eterno.
Al fin He logrado unir Palabra y vida. Luz y testimonio. Inteligencia
y Pasión, para que puedan alumbrar a su alrededor… Hija Mía, la
desilusión que puedas sufrir, ofrécela por las vocaciones religiosas, por
las novicias que hoy los escucharon. Aunque el demonio se agite por
fuera, Yo prosigo Mi labor vivificante en ustedes. Yo uno y Yo alejo, Yo
voy juntando al rebaño de Mi Hijo, tranquilos.
Después de haber comprendido que el Espíritu de Dios trabaja tan
eficazmente en ustedes, mantengan esa apertura y amen a todos, aunque
los dañen, los lastimen.
¡Oh, hijos Míos, cuánto los ama Mi inmaculado Corazón y cómo los
cobija Mi Manto en este primer sábado de Mayo, Mi mes-aniversario.
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YO SOY EL BUEN PASTOR
CM-91 3-May-97 Jesús
Mis amados corderitos que dan balidos por el hambre y el frío de la
humanidad materialista, pongan su confianza en el Buen Pastor que sabe
qué darles de comer y les ha preparado un buen refugio para su reposo.
Balan, oh pequeños, casi continuamente, estén tranquilos, Yo los
nutriré, pequeños hambrientos, no morirán de frío. Sí, Yo Soy su Buen
Pastor y ustedes son Mis ovejas. Yo las conozco a todas y todas Me
conocen porque son Mías. ¡Oh, Mi celestial rebaño, cuánto te ama el que
por ti se inmoló!
NO QUEDARÉ INSENSIBLE A SUS RECLAMOS
CM-92 3-May-97 Jesús
(Estaba muy lastimada por una persona querida, tenía ganas de llorar.)
¿Qué es esto? ¿Vas a permanecer así luego de una mañana tan
fructífera, tan verdadera? ¡Vamos, quiero una mirada de amor y una
sonrisa!
(Qué maravilloso es el Señor.)
¡Eso es! Ahora escucha y escribe… Oyendo a la puerta del amado, la
amada oye el soliloquio de su bien, del que, sintiéndose solo, quiere
continuar hablando con ella, la amada y dice palabras breves pero
ardientes; el amado dice palabras en susurros, reclamos dulces, llenos de
ternura. La amada goza escuchando, sin ser vista, a su bienamado que
aun en la soledad no sabe separarse de ella, su muy amada y deseada.
¿Hay alguien que pueda enseñarme el Amor? ¿Quién puede amar
tanto que no sea correspondido por Mí? ¿No sé acaso abrir la puerta de
Mi amada alma que, en su soliloquio Me lanza dardos de amor?
¿Quedaré insensible a sus dulces reclamos, Yo que del amor He hecho un
trono que abraza el Cielo y en ese trono Me asiento resplandeciente de
una Gloria que es esencialmente Amor?
Me dirijo a ti porque Mi red no está bien llena y quiero todavía a
otros en la dulce red del Amor.
Si tú suspiras por Mí, Yo con Mi aliento incendio tus suspiros, de
modo que Me llegan aceptos, pero como aislados entre tantos y tantos
que sin embargo deberían amarme más.
Se aman a sí mismos, no a Mí, no tienen el valor de proseguir en los
atajos que Yo sabiamente les propongo. Hacen inútiles para ellos mismos
Mi Sabiduría y Mi amor. ¡Qué desolación no tengo que verter en los
corazones que Me entienden para repararme por el desamor de tantos!
No, no estoy hablando de los pecadores, hablo de los que dicen que
Me aman pero no es cierto o es muy poco cierto, porque en efecto ellos
son enamorados de sí mismos, no de Mí.
119
Para los consagrados:
Niños, ya no los quiero acunar, ahora los privaré de sus golosinas,
los sostendré con un aliento un poco áspero pero eficaz ¡Verán en poco
tiempo cómo crecerán, porque Yo Me manifestaré más a ustedes, para
que poco a poco se puedan enamorar de Mí. Sólo entonces entenderán el
camino de amor que ahora les propongo y que es bellísimo aunque
fatigoso; es radiante aunque a veces parece oscuro.
A Mí, corazones, a Mí el amor, porque son Míos tres veces y tres
veces los conquisté y reconquisté.
Soy Yo, el amado, amable, amoroso Amante que quiere difundirse
en sus corazones. Soy justamente Yo que los llamo a todos sin excepción,
a una vida de solo amor y puro amor.
Todos serán transformados en Mí, ninguno de los que He amado
podrá rehusarse, porque Mis artes de amor tienen la seducción infinita y
purísima de un Dios que es Amor.
Mis amados, ahora vengan a Mí, porque lo ven, Yo primero He
venido a ustedes…
SOY YO EL QUE TE ESTRECHA A MÍ
CM-93 3-May-97 Jesús
Alma Mía, de la plenitud de la gracia a la abyección de la culpa, una
inmensa gama de variaciones pueden seguirse en el ánimo humano que
mientras más alto sube más deleite experimenta, mientras que al
descender a lo bajo se verá siempre más revuelto en los miasmas de la
verdadera peste espiritual: el pecado.
Por tanto, mientras la Gracia es mayor, el gozo es mayor. ¿Y qué es
aquel estado de pueril tibieza que nunca calienta completamente? El
alma entonces no está muerta, pero tampoco tiene gran vitalidad; se
sostiene pero cojea; camina pero no por una vía recta y va atravesando
continuamente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha el
camino que transita.
Yo la ayudo la llamo, la estrecho contra Mí y el alma cree tal vez que
progresa sin conocer que es Mi Amor infinito el que así obra para
animarla a seguir adelante.
Sí, sí, Mi alma, Soy Yo el que te llama porque eres lenta. Soy Yo el
que te estrecha a Mí porque tú no Me estrechas, Soy Yo el que te atraigo
para desligarte de ti misma, alma Mía, de tus ataduras.
Cuando hayas crecido lo suficiente, no pensarás demasiado en tu
gusto, porque tendrás delante de ti la visión de Mi felicidad, de Mi gozo.
Soy feliz, justamente porque Me agrada una cosa, sí, justamente por esto,
también tú serás feliz con Mi felicidad y gozarás de Mi gozo.
Pero ahora, alma Mía, querida, no puedes comprender qué significa
saciarse permaneciendo en ayunas, saciar la sed sin beber, alegrarse en el
120
llanto.
Y por esto He querido añadir a Mis muchas enseñanzas también
estas pocas palabras dulces; es decir para impulsarte más allá, más lejos
de ti, más cerca de Mí…
YO SOY EL PERDÓN, QUIERO VERLOS LIMPIOS
CM-94 3-May-97 (Día de la Santa Cruz.) Jesús
Hijos Míos, la riqueza que He derramado a manos llenas desde el
árbol de la Cruz, se considera casi sólo del lado del interés humano,
personal, propio. Y en cambio, es de tal naturaleza que va más allá de la
Misericordia, para llegar a la participación de todos Mis demás atributos
divinos.
Si todos Me pidieran sólo los frutos de la Misericordia, es decir el
perdón, ¿a quién daría el bien que Me queda por dar además de la
Misericordia?
La criatura que ha pecado está justificada si Me invoca con dolor y
hace el propósito de abstenerse de las culpas, después de haberse
acusado sacramentalmente, en lo posible. Pero esto no es todo lo que Yo
quiero darle porque Mi intención es sólo iniciar Mis dones cuando
ofrezco el perdón, para luego proseguir con otras más vistosas Gracias.
De ahí que permanecer cerrado a la seguridad del perdón concedido, es
un freno a Mi obra restante.
Por eso escúchenme bien. Nada queda con el alma cuando se
confiesa sinceramente, aún cuando, como es fácil vaya olvidando alguna
cosa. Yo borro todo, porque quiero verlos a todos limpios sin pensar en
sus olvidos involuntarios.
¿No vienen a Mí arrepentidos? Esto Me basta. ¿Quién podría
destruir el bien del arrepentimiento —que es el perdón— sino un nuevo
pecado? ¿Así es cómo estiman Mis dones, anteponiendo sus
razonamientos al hermoso don que les hago, dándoles dolor y
propósito? Recuerden que el arrepentimiento viene de Mí, no tengan
como cosa suya el estar arrepentidos.
Aquí está el engaño de creer que se puede arrepentir por virtud y
actividad propia, con la consecuencia de que si han olvidado algo, esto
ya no les será perdonado. Pero no es así porque el arrepentirse viene de
Mí y Yo abrazo a toda el alma, no sólo una parte y a toda el alma doy la
justificación, si el hombre acepta el arrepentimiento.
Viene la gran prueba. Terminado el ciclo del dolor de haberme
ofendido, dejo al alma que Me sigue, paz y consuelo, pero no le quito la
memoria del pasado porque le es útil reflexionar. En ese estado la
memoria puede evocar pecados antiguos, pero no sentir dolor por ellos.
De este hecho de insensibilidad nacen los equívocos y las dudas. ¿Por
qué te atormentas, oh alma Mía? Quédate tranquila, Yo te abracé ya con
121
el perdón completo cuando te di arrepentimiento.
¿Recuerdas algo que no has confesado? Está bien, confiésalo ahora
con sencillez, pero no creas que sólo ahora se te da el perdón de lo que
has olvidado, porque esto no sería compatible con el estado de Gracia
que ya te He conferido. Si has sido sincera, nada tienes que temer.
Vuelve a los pies de Mi Ministro y dile tu pecado no confesado por sólo
falta de memoria.
No Me agravies con creer que ahora puedes estar en regla, porque ya
lo estabas anteriormente, al confesarte. Tú, quizá no eres padre o madre
y por eso no sabes lo que significa perdonar a un hijo por una cosa y, al
mismo tiempo por todas. ¿Acaso Yo no Soy más que un padre cualquiera
o una madre del mundo? Por eso, está tranquila, oh alma y créeme,
porque Mi Palabra es verídica y la confié a Mi Iglesia para provecho
tuyo.
En cambio, si ya Me has creído y vuelves a confesarte de cosas no
pasadas, sino presentes, tal vez tengas otras dudas que se relacionan con
la venialidad. ¿Has visto alguna vez a una madre bañar a su pequeño
hijito? Así eres tú cuando te presentas para confesar cosas veniales: un
buen baño te hará más limpio que antes, porque eres como un hijito
pequeño que, aún teniendo la piel blanca, necesita quitarse algo que no
esté limpio, pero que, en general, no lo hace sucio. Por eso, vuelve a mi
Ministro y muéstrale los lados empolvados de tu alma, no sin olvidar los
negro que eras en el pasado.
Esto es lo que te hace falta saber sobre la confesión; lo demás, cuando
te da vueltas en la cabeza, es astucia de Satanás y excesivo amor propio
tuyo. El Sacramento de la Penitencia es Santo, por eso míralo como
medio seguro, si usas bien de él y no veas en la confesión un obstáculo
para tu alma arrepentida. Si lo entiendes bien estarás contento; si
titubeas eres como el náufrago en la tempestad: mientras más
movimientos hace, su barca se carga más de agua. Atento, por tanto a no
sumergirte.
JUDAS PODÍA SALVARSE SI HUBIESE CREIDO
EN MI AMOR MISERICORDIOSO
CM-95 4-May-97 Jesús
Hijos Míos, quien Me traiciona encuentra un camino cómodo, pero
con espinas; quien Me sigue transita un sendero difícil, pero
extremadamente bello. El camino del traidor no es bello, sino tan sólo
cómodo, las espinas que encuentra servirían para hacerlo volver atrás,
pero él se sirve de ellas para producir mayores desgarrones en su alma.
En cambio las dificultades del sendero que debo transitar el que Me
sigue, adquiere con el tiempo, un valor positivo y lo que antes se creía
imposible, para Mi discípulo resulta cosa fácil.
122
Judas traicionó y en seguida encontró las espinas del remordimiento,
de manera que a duras penas gozó de la traición que consumó delante de
los pésimos Sacerdotes del Templo, porque tan pronto como se decidió a
traicionar, para él fue el infierno en la tierra.
Todos los actos de los cuales Judas se sirvió para realizar la traición,
fueron para él otras tantas etapas en la antecámara de Satanás. Sin
embargo podía salvarse sólo con que hubiese creído en Mí, en Mi Amor
Misericordioso.
¡Cuánto luchó inútilmente!, un sólo acto de confianza lo habría
salvado, una sola palabra de dolor le habría conducido a la salvación
eterna. ¡Pobre Judas!
En cuanto a sus mandantes, el razonamiento es mucho peor. Ellos
son más culpables que el apóstol traidor y Me han rendido más cuentas
de su obra de maldad… Judas en la traición se mantuvo como ser
humano, aún cuando sea en el sentido de la peor humanidad; pero los
representantes de Mi Padre, Caifás y compañía, se volvieron infernales
por obstinación y odio. La vileza de Judas en menos grave que la perfidia
del entonces Sumo Pontífice.
Ustedes se arrojan contra Judas, pero no saben calcular bien qué
monstruosidad infernal se ocultaba en los dirigentes de la Sinagoga. Por
cierto la traición de Judas no fue pequeña, pero fue más llamativa;
empero la malicia de Caifás es mucho más grande.
Digo la verdad porque Yo Soy la verdad. Por eso su juicio no debe
ser apresurado, porque fácilmente se dejan desviar por las apariencias
que engañan. Los que llamé raza de víboras y sepulcros blanqueados, en
efecto, han ejercitado contra Mí una obstinación más prolongada y más
fría que el pobre Apóstol, perdido entre los lazos del mundo y de
Satanás, sucesivamente. Recuerden y reflexionen.
EL DESAPEGO DE LAS COSAS HABILITA PARA AMAR A DIOS
CM-96 4-May-97 Jesús
Hijitos, ciertamente, quitada toda duda, la ascensión mística está
reservada a los más pobres entre los hombres, porque sólo en la pobreza
voluntaria el hombre se eleva a cumbres increíbles. Hago amar la
pobreza material, por el noble fin de levantarlos, de las angustias a las
delicias.
La simple pobreza no da la verdadera riqueza, sino la pobreza
querida, porque de pobres simplemente pobres, hay millones sin que
sospechen siquiera los bienes que podrían tener si fuesen pobres de
propia voluntad, pobres de juicio, desprendidos de todas las cosas y
sinceramente de sí mismos.
Por eso, cuando aparecen estos héroes que la Iglesia honra y a
quienes Yo corono, se produce en la tierra un movimiento de atención a
123
su alrededor; atención, por lo demás, curiosa y fría; rara vez
comprensiva, afectuosa.
¿Quién ama al que no tiene nada y no quiere poseer nada? Todos
tratan de poseer; muy pocos desprecian el tener. Tanto es así que las
cárceles están llenas de ladrones y más lleno está el restante mundo que
camina con pie libre. El que tiene quiere lo ajeno, el que no tiene quiere
poseer. En cambio el pobre según mi Corazón, si tiene no ama lo que
tiene y con más frecuencia no tiene nada porque Yo le infundo espíritu
de voluntaria pobreza.
Sería lógico que te hablara de Mi pobreza, de aquella virtud Mía que
aparecía tanto aún exteriormente; sin embargo si te hablara
comprenderías poco, lo mismo que la pobreza de Mi Madre. Pero He
dado otros ejemplos al mundo, ejemplos mas comprensibles de personas,
modeladas según Mi divina pobreza, cuyo corazón estaba y está libre de
apegos a las cosas y a las personas terrenas, pues está todo lleno de amor
por el Cielo, por Mí.
Vender lo que se tiene, He dicho, vender si se tiene que vender, pero
en todo caso darse todo entero en holocausto a Mi amor, para que
vaciándose el hombre se llene. Y vaciándose es un sufrimiento siempre
grande; dar de sí lo mejor, es decir el querer y el entender es siempre
molestia. Esto es el negarse a sí mismos y mientras más se nieguen en
este sentido, serán más libres, ligeros, felices, llenos de Mí.
No es la cosa sino el apego a la cosa lo que Yo reclamo, no una
persona sino el desmedido apego a esa persona. Esto es hacerse pobres y
al mismo tiempo enriquecerse cada vez más.
Pobre hombre, criatura Mía que vives en lo que tienes ¡qué miserable
te veo! Mientras más cosas tienes más miserable eres, mientras más
apegos tienes más inútil te haces a ti mismo. Mi Querer es el que te priva
muchas veces de esta cosa o de aquella persona que no aportaría mucho
a tu vida espiritual. ¿Cuándo lo creerás?
Todo está en Mis manos, pero tú tardas en creerlo, entonces procedes
como dueño. En cambio te digo que eres apenas un administrador y muy
poco fiel, porque actúas, en las cosas, como dueño absoluto, muchas
veces sin pensar que administras lo que te fue dado, aún cuando ha sido
ganado y con fatiga. Debería llamarte ladrón, pero esta palabra ofende
tus oídos y entonces te llamaré un alocado. ¡Al menos reflexiona en lo
que obtienes de muchas de tus llamadas propiedades! Bienestar de una
hora y tal vez ni eso, paz, poca; poquita alegría.
Entonces, hombre, ¿quieres seguir robándome la posesión de lo que
te He dado? ¿Y no sientes que se te escapa de las manos? Tu misma
persona que crees tu posesión está excluida de las cosas discutibles… Te
sientes dueño de ti mismo; lo que tú quieres es sagrado, lo que juzgas,
luego, tiene —según tú— algo de infalibilidad. Jamás una sospecha de
error, jamás una consideración sobre tu real, pero no querida pobreza.
Es así como guardas los bellos dones que te He concedido, así
124
piensas afirmar tu yo siempre hambriento. Pero no te aflijas si, en tu
ansiedad, te revelo que Soy justamente Yo el que te quita la paz. No
pienses mal si te digo que Yo te hago la guerra todos los días y te
disputo, amorosamente, la posesión de lo que erróneamente crees tuyo.
Lo sé, no quieres ser pobre, quisieras la riqueza y te suenan casi a
novedad Mis duras palabras; sé que comprendes mal estos Mis
reproches y pronto, muy pronto los olvidarás. Pero mira, criatura Mía, te
perdono todo, exactamente todo, si haces un sólo esfuerzo que es grande,
es verdadero, pero no imposible, pues deseo ayudarte. ¿Sabes qué es?
Te dejo hacer de dueño de todo te he dicho, no te reprocharé, si tú
Me sacrificas tu juicio, es decir si pospones siempre tu juicio al Mío. No
es poco, más bien es lo máximo pero si te vences en esto, estarás libre de
cosas, de apegos y todo en ti se purificará… Dame tu juicio, oh pequeño
y querido hombre, dame tu miseria, ya que tal es tu juicio. ¡Haz el
sacrificio de ti de este modo y verás cómo te haré ascender! ¡Qué aire
sutil sentirás en los montes divinos que te esperan!
Pero para esto, debes querer realizar lo que contrasta contigo, debes
tener voluntad de vencerte y muchas veces aislarte de los tantos que te
rodean. Alguna vez serás tenido por incapaz y no deberás asustarte…
¿Me quieres escuchar? ¿Me quieres creer? ¿Quieres creer al que vivió
sin poseer nada en sí y fuera de sí, aun siendo el propietario de todo?
Hombre, hijo Mío, sé pobre, voluntariamente desprendido del
mundo, de tus cosas y de ti: ¡sobre todo de ti!
POCAS ALMAS SE COMPADECEN DE MI AGONÍA
CM-97 4-May-97 Jesús
Hijo Mío, pocas almas quieren compadecerse de Mi agonía. Pocas
almas, aún de las Consagradas saben compadecerse de la agonía de Mi
Corazón. Debes saber que Yo hago grandes confidencias a las almas que
quieren consolarme en Mi agonía.
(Le pregunto por qué tantas almas Consagradas no saben compadecerse de Su
Corazón agonizante.)
Porque no tienen bastante delicadeza Conmigo y porque no se
esfuerzan suficientemente por alcanzar una gran perfección en lo
pequeño. La agonía de Mi Corazón fue la soledad, el olvido, la
ingratitud.
(¿Se lo puedo decir al Padre NN?)
¿No ves que Me He dirigido a él? Necesito compartir mis lamentos
con él; si las almas religiosas supieran!… No lo saben, muchas no saben
porque tienen miedo de saber. De sentirse obligadas a renunciar a ciertas
vanidades.
No llamo a todas las Almas Consagradas a participar sensiblemente
y de una manera especial de Mi agonía; es un favor que reservo a ciertas
125
almas que He escogido. Pero sí llamo a todas las almas Consagradas a
consolarme por la obediencia, la regularidad, la perfecta observancia de
la Regla, la perfección en todas las cosas, en todo, por puro amor a Mí.
LA HUMILDAD ES UN ACTO INTERIOR DE SUMISIÓN
CM-98 6-May-97 Dios Padre
Niña amada, vamos a nuestro trabajo, el tiempo apremia, Yo
necesito de tu corazón amante y de tu mano obediente. ¡Necesito tanto
de todos tus sentidos!
Se puede realizar mejor economía en el orden de Mi Gracia poniendo
atención al trabajo mental que se desenvuelve bajo Mi impulso. Yo doy
la vida, doy el pensamiento, de manera que no pueden creer, sin
equivocarse, que han tenido ideas buenas sin Mi concurso.
Ustedes Me llaman Padre y lo Soy, porque en verdad los He
engendrado en la Gracia, haciéndolos renacer a una vida que es superior
a la natural. Pero debo también nutrirlos como todo Padre y en esto
consiste Mi participación en la vida del pensamiento y también en los
buenos afectos. Así pues, más atención a Mí.
Deleitarse en visiones que han acontecido está bien, pero es mucho
mejor meditar en el influjo continuo que Yo produzco en cada uno de
ustedes. A esto se debe Mi consejo de no hacer juicios temerarios, porque
el alma desocupada de sí misma, es decir, de su propio juicio, está más
apta para recibir Mis acciones.
En todas partes del mundo veo almas dedicadas a Mí que se afanan
inútilmente porque no quieren vaciar del propio juicio su mente y
esperan de Mí una santificación sin poner de su parte. ¿Qué puedo hacer
si no quieren escucharme? Puedo evitar que se pierdan, pero llegarán al
Paraíso pequeñas como muchos niños.
¡Ah, qué veneno es para las almas el propio juicio! Soy tan feliz
cuando permanecen apegados a Mi juicio, que no dudo en hacerles mil
caricias y en conferirles poder fuera de lo ordinario y Gracias muy
grandes si Me ofrecen el holocausto de su inteligencia.
Aquel que alaba la humildad tenga en cuenta que ella es acto interior
de sumisión y que en la sumisión está incluido todo su bien. Quien alaba
la Sabiduría considere también que ella se da a los pequeños no en edad,
sino en la propia estima.
Quiero hablarles y aumentar Mis dones, pero déjenme el campo
libre, véndanme sus Miserias de pensamiento, miserias del corazón. Yo
compro todos sus harapos y al verlos miserables, los revestiré
divinamente.
Hijos Míos, tengo mucho alimento para ustedes, sáciense en Mi
mesa, revístanse de la humildad de Jesús y encontrarán Mi Sabiduría sin
límites.
126
Es tiempo de comprenderme, de creerme. No sean hijos Míos para
quedar pobres, porque los hijos deben gozar si quieren, de las riquezas
del propio padre. Y Yo Soy rico, tan rico, que cuanto más doy, más Me
queda por dar. Por lo mismo quiero que Me escuchen y lo quiero porque
el bien que Me queda por hacerles es todavía grande.
Deberían pensar que pertenecerme significa participar de Mí, y que
en consecuencia, el deseo, el sufrimiento de no sentirse completamente
bien es don Mío para hacerlos entender que quiero comprensión, más
crédito a Mis Palabras, mayor amor a la Doctrina santísima que Mi Hijo
les Ha dejado.
Háganme vivir en ustedes porque debo hacer de cada uno, una
preciada imagen de El, a quien amo infinitamente, como también los
amo a ustedes sin medida.
MI CORAZÓN: HORNO ARDIENTE DE AMOR
CM-99 6-May-97 Jesús
Hijo Mío, partidos los discípulos para preparar Mi entrada en
Jerusalén, permanecí con los otros Míos comentando el pasaje de David
en el cual se dice que el Padre pondrá bajo Mis pies a los enemigos que
se rebelaren contra Mí.
Estaba imbuido de esta idea y los ponía al tanto de cómo se
verificarían a la letra aquellas palabras de David. No estaba sólo en
aquella hora que precedió a Mi triunfo estaba con El que enviaba a
ustedes de tal modo que sentía todo su influjo, y así el impulso que El
daba a Mi Humanidad era poderoso.
¡Pero cuántas almas caerían a Mis pies! Esa era Mi tristeza de
Redentor ansioso de cumplir toda su obra con todas las criaturas. Mi
Gloria, la reservada a Mi Humanidad es grande, ya lo sabía, pero en
cuanto dependía de Mí, prefería que nadie tuviera que caer bajo Mis
pies, como Mi escabel, como dijo David.
En la vida terrena que pasé, pocas fueron las alegrías y nunca
vinieron solas a Mí, pues alguna amarga consideración venía siempre a
mezclarse en los sentimientos alegres de Mi Alma amante. Sólo en el
Cielo tendría la plenitud del gozo, en la tierra muchas lágrimas
acompañaron todas Mis horas.
Cuando luego Me bendijeron porque venía “en el nombre del Señor”
fue incontenible Mi conmoción y, lo saben, lloré; lloré sobre Jerusalén y
sobre el mundo entero.
Oh ustedes que estudian Mis huellas y que pasan diligentemente por
la criba, en los límites de su conocimiento, los sentimientos que Me
movieron a hablar o a callar durante Mi vida; reflexionen una vez más y
siempre que en el Alma de su Redentor se encendió una llama de tal
magnitud que ella sola bastaba para devorar Mi existencia humana.
127
No digo que experimentarán Mis manifestaciones interiores, pero, al
reflexionar en tantos motivos por los cuales obré y sufrí. Ustedes, Mis
amados contemplativos, recibirán algunas centellas que se desprenden
de este Corazón, horno ardiente de Amor.
Estúdienme, piensen en Mí: es dulce saber que hay quien reflexione
en el que se puso como víctima en manos del Padre. No deseo sino
hacerles el bien y, por eso, los impulso a penetrar en Mi Alma donde
encontrarán el máximo Bien, Mi Divinidad que irradia en ustedes desde
ahora y los abraza dulcísimamente.
HAN NACIDO DE MÍ Y A MÍ DEBEN RETORNAR
CM-100 7-May-97 Dios Padre
Vamos a trabajar, Mi pequeña amanuense, porque deseo que el
exceso de Mi ternura beneficie sobre todo a los pecadores, a las almas
culpables. Origen y vida tienen relaciones intrínsecas entre sí y ambos
proceden del principio vital que genera el origen creado y la vida
también creada. Tienen origen, es decir principio vital todas las cosas,
animadas o inanimadas, que el Verbo produce en sí mismo; tienen vida
todos los seres que, nacidos y queridos por Mí, salen de Mí mismo.
En lo alto, en los Cielos, ha cesado el tiempo y ha intervenido la
eternidad, la cual no es otra cosa que la transmutación de los seres
racionales en la vida sin tiempo. No hay épocas en el más allá porque la
época es una cosa que se transforma y que prepara otra época. No hay
límites ni de tiempo ni de historia porque todos están revestidos de
eternidad, todos están inmóviles y fijos en su felicidad; en cambio, si se
trata del infierno todos están fijos en la desesperación eterna.
Mis prerrogativas divinas son las que operan en los bienaventurados
la transmutación del tiempo en la eternidad, puesto que el
bienaventurado entra en el Cielo plenamente revestido de eternidad,
dada la unión Conmigo; el condenado no está unido Conmigo por amor,
pero en él se opera igualmente una transformación del tiempo a la
eternidad, porque en el condenado Yo actúo de modo que, aún en
privación de amor, permanezca el ser que es y que quiere ser, es decir
rebelde.
Son claras Mis promesas de felicidad para los que Me siguen, pero
no es igualmente claro en la mente humana, cómo se realizarán esas
promesas y más bien la regla común al respecto es la oscuridad, de lo
contrario no se ejercitaría la fe.
Hablándoles del origen de ustedes y de la vida que han tenido, los
vuelvo a llamar al principio de donde han venido para estimularlos a
retornar a Mí, su principio, en estado de felicidad. Han nacido en Mí y a
Mí deben retornar en un modo o en otro.
Si tornan sumisos, serán felices; pero si tornan rebeldes, entonces ¡ay
128
de ustedes!
Deben sentir esta atracción y la sienten justamente porque Yo la
ejerzo, dándoles continuamente fastidio y cansancio de las cosas del
tiempo. Deben tratar de unir cada vez mejor su alma Conmigo, su
Creador, porque es ley Mía que en la atracción que ejerzo, el alma vaya
acomodándose cada vez mejor a Mí. Lo más bello que tengo es ejercitar
el Amor con los hombres.
La vida que se desarrolla en Mí es misterio insondable para ustedes
y esta Vida es todo Yo mismo; pero lo más bello, Mi actividad más
deliciosa que sale fuera de Mí es justamente lo que les He dicho: amar a
los hombres; entre los cuales He puesto nada menos que a Mi propio
Hijo. ¡Tan grande es Mi amor!…
Quisiera expresar que sé cuántos podrían responderme que no hay
que correr a los desdichados sin ser movidos por otro que por sí mismos.
¡Oh!, hombres, Me tendrían por loco si les explicara que los amo por
sobre sus mismas miserias. ¿Piensan que Mi Misericordia hacia ustedes
nace de la vista de su estado miserable? Entonces, ¿Yo estoy movido por
ustedes? ¿Y quién se lo ha dicho? ¡Solamente los pobres pintores que no
saben qué es pintar a su Dios!… Yo Me muevo a ustedes sin que ustedes
se muevan a Mí y si socorriendo curo miserias y miserias es porque no
puedo moverme sin hacer actos completos.
¡Criaturas predilectas!, el amor de su Dios no es tan pequeño como
se imaginan; Mi Amor es mar ilimitado, monte inaccesible al cual llega
quien abandona todas las nociones finitas, para entrar en las infinitas que
Yo mismo sugiero a las almas amantes.
Los amo hoy que son o pecadores o santos; los amé antes que
nacieran y antes sabiendo que Me ofenderían los amaré después.
Siempre han sido y serán amados por Mí porque no cambia Mi fuego por
ustedes, como no cambia el Amor que Me tengo a Mí mismo. En ustedes
Me veo a Mí, ¿cómo podría no amarlos? En ustedes veo a Mi Hijo,
¿podría no amarlos?
Me dicen que Soy duro con ustedes, que les mando contrariedades y
sufrimientos, que no He hecho bien tal cosa o tal otra. Pero cuando lo
han dicho o pensado, o simplemente sospechado, ¿qué queda en su
pensamiento? ¿Qué de concreto encontrarán? Encontrarán que han
errado juzgando o temiendo de Mi amor; que sentenciando el justo juicio
que se Ha dado de mí para ustedes respecto de ésta o aquella cosa, de
ésta o aquella persona, en éste o en aquel caso, por éste o por aquel
motivo.
Hombres, ¿cuándo creerán que Soy el Amor que no cambia? ¿El
amor que no puede dejar de amarlos, de hacerles el bien máximo que
pueden tener?
Así pues, le He repetido, les He dicho todo lo que puede interesarles.
Soy feliz de haberlo hecho, ustedes sean felices de Mi felicidad.
129
QUE EL AMOR ENCIENDA LA LLAMA EN TI
CM-101 7-May-97 Dios Padre
Hijo Mío, sonrío alegremente y pienso en ti. Como una pequeña
mariposa que atraída por la luz gira alrededor de la lámpara y se detiene
sobre ella, así tú, mi amado, giras en torno a Mí sin dejar un momento de
tocarme y saciarte de Mí. Revolotea alegre, aunque estés un poco triste
del pasado y encuentres que Mi Luz es alegre regocijo para ti. Por eso
sonrío.
Si piensas que Yo no sé guiarte, aún en lo que juzgas contrariedades
y perplejidades, entonces niegas Mi divina Providencia que dispone todo
para tu provecho. Sí, querido Mío, la perplejidad de hoy es un magnífico
punto de poyo sobre el cual Yo construyo la torre de tu humildad; es
apoyo por sí mismo inútil, pues es Mi mano, en la meta de tu amor, es
base que te hace falta para conocer tu impotencia. Por eso te digo que
para Mí es un magnífico punto de apoyo. Es la ley de la paradoja, es Mi
vida que se desarrolla en ti, en todos, sirviéndose de lo que, el hombre
deshecha, aborrece.
Es fácil decir “fiat”, pero no tan fácil decirlo y desearlo cuando no se
ve precisamente por qué si se encuentra en una situación dura. ¡Oh!, oigo
tantos “fíat” pueriles. Pero “fíat” dichos por adultos en Mi Amor, oigo
pocos en la tierra y si alguno de estos “fíat” brota del pecho de un amado
Mío, Yo lo recibo con particular afecto, ya que es especial el amor que
mueve a los que no se sirven de apoyo, de por qué, para decir “fíat”.
¿Qué quisieras saber de ti, Mi muy amado, ¿qué quisieras saber? ¿Si
te manejas bien en aquella cosa que ahora te inquieta? Justo deseo el tuyo
que quiero satisfacer, pero no ahora sino cuando hayas aceptado todo lo
que ahora te causa inquietud, ya que debes tener como firme lo
siguiente: Yo no habría permitido que te equivocaras si de tus errores no
hubiera tenido esperanzas de obtener consecuencias alegres para ti y
para Mí.
Mi amado niño, es vida de amor la que te He pedido, por lo cual no
te desorientes en otras consideraciones. Que el amor encienda la llama en
ti, o mejor que Mi Luz penetre más en ti; esto debes considerar y Me
basta.
Cuando lloras las lágrimas son un bálsamo para ti y te las doy
porque te amo. Cuando piensas en el pasado, tus suspiros son fuego de
amor que sale hacia Mí. ¡Oh, cómo todo está lejos de cuanto conjeturan
en su pequeñísimo cerebro! ¡Qué distante del Mío es su juicio! Yo
alimento la vida del espíritu según puedo ayudar a Mis amados que a
veces se sienten solos y se olvidan de Mí.
Sin embargo, Yo no los dejo y más bien los muevo pero de ordinario,
invisiblemente. Todo es movido por Mí, pero no por el motivo que les
parece. Hasta el pecador, mientras Me ofende, es movido por Mí, no a
ofenderme, sino a cumplir un acto de voluntad independiente y libre. El
130
actúa creyéndose dueño absoluto en ofenderme y no sabe que Yo,
porque Soy bueno, le dejo hacer lo que quiere porque esa voluntad suya,
apartada de la Mía y puesta en oposición a Mí, servirá a su bien, si se
salva y si no se salva, lo que el pecador hace contra Mi Querer, no puede
ser sin un beneficio. En el Cielo sabrán qué es lo que digo ahora y para
romper la cabeza de algún Teólogo racionalista que leerá esto. Así pues,
Yo muevo a todos y de todo obtengo bien, de lo contrario no movería a
nadie. El pecado es rebelión; pues bien, también la rebelión transformo
Yo en bien.
Oh, hombres pequeñitos, estas consideraciones extraigan la Luz que
los incite a ver en todo Mi Sabiduría y Mi Amor. No hay error, no hay
consecuencia de error, que pueda escapar a Mi amoroso cuidado. Nada
hay fuera de Mí. Todo sé Yo contener y transformar. No por nada Soy el
invencible Amor que triunfa en sí mismo y en sus criaturas.
Quemadmodum ego feci; ita et vos faciatis.
QUIERO PONER EN TI FUEGO DE CARIDAD
CM-102 7-May-97 Dios Padre
Enciénde, ¡oh hombre pequeño y débil!, la llama de Mi divina
Caridad. Debes encender un gran fuego tú que padeces las tempestades
de las nórdicas y heladas montañas donde te encuentras; fuego quiero
poner en ti, fuego de caridad. Pero tú debes encenderlo como se
acostumbra hacer con las piedras duras que lanzan la chispa al violento
contacto con otro cuerpo duro.
Tú tienes la ayuda de Mi poder para hacer fuego, como decir que
debes ayudarme a traer leña a Mí que la enciendo. La leña de por sí no
quema, pero quemará cuando haya puesto Yo Mi chispa. Por lo tanto no
te lamentes si estás cargado y fatigándote en torno al carro. Yo sé a
dónde debes ir, tú no debes saberlo.
Pequeño y querido hombre, así es como creces, así es como
aprendes, así es como Me das mucha alegría. Ya lo sabes, ¡Honor onus!
EL SANTIGUARSE ES UN ACTO DE FE Y DE AMOR
CM-103 8-May-97 Jesús
Tenaz, resuelta y muy resistente es el alma que se aferra
amorosamente a Mi Santa Pasión. En todo Templo domina Mi figura en
la Cruz y todo lo que hace el Sacerdote está en relación contínua a Mi
Pasión. Yo mismo He inspirado e inspiro a Mi predilecta Esposa a pedir
lo que pide en nombre de Mis inauditos sufrimientos.
Si la Iglesia procede así, así también quiero que haga cada uno de los
fieles, de manera especial, He destinado el Magisterio infalible de Mi
131
fidelísima Esposa. Por consiguiente, ¡qué ofensiva distracción es hacerse
la Santa Señal de la Cruz de manera que se deje ver que el santiguarse no
es un acto de fe ni de amor, sino una exterioridad vacía de sustancia!
Más aún He de añadir que hasta en la forma, muchas veces Mi Señal
gloriosa es alterada de manera tal, que provoca la sonrisa del infierno,
muy interesado en hacer desaparecer de la tierra Mi Cruz.
Cristianos, ¿tendré que avergonzarme un día de ustedes, mientras
ahora por el “qué dirán” humano se santiguan tan superficialmente? ¿O
bien, deberé decir que Me aman pocos y que por eso no se percatan de la
Señal de Mi Pasión amorosa?
No quisiera tener que hacerles este reproche, pero si no lo hiciese,
sería dejarlos andar como pobres ignorantes en la casa de Mi Padre y
esto es inconveniente para ustedes y para Mí.
Debo advertirles, recordarles que si no se gana no es fácil recobrarse.
Si al santiguarse hacen garabatos en vez de la indulgencia que
corresponde, habrán aumentado la pena temporal debida por la falta de
respeto, falta leve.
¡Ah!, sí hagan como hace la Iglesia porque Mi vida está en ella con la
divina finalidad de hacerse partícipes de ella. Santíguense, pues, en el
Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
PERMANEZCAN COMMIGO, ORAREMOS JUNTOS
CM-104 8-May-97 Jesús
Hijo Mío, He orado por ti y por todos en Getsemaní, no He olvidado
a ninguno porque todos estaban unidos a Mí en un misterioso pero real
abrazo. He querido y He debido orar, ya que tenía bien presente que no
obstante Mi invitación, varias veces repetida, no habrían orado cuanto
Yo deseo. Por eso Me humillé amorosamente y oré por ustedes tanto
cuanto el Hijo de Dios hecho hombre podía hacerlo.
Es el ejemplo el que vale y ustedes son duros para seguirme porque
Me aman poco o porque les Soy indiferente, como si no fuera su
Redentor, como si su salvación dependiese de otros y no de Mí.
Si He dicho “oren” también He precisado a Pedro y a los otros
Apóstoles que oraran Conmigo. Sabía, Sé qué significaba pedirles que
oren y Me He ofrecido a hacerles compaía para que la oración fuese
menos difícil, más aceptada, más atractiva.
En Getsemaní les He pedido orar conmigo; recuerden y reflexionen.
No se lo pedí en el Tabor sino en Getsemaní y deberían entender por
qué. Pero si no están despiertos, atentos, vigilantes, ¿cómo pueden orar
Conmigo? Les sobreviene el sueño y también ustedes dormirán y serán
asaltados por la tentación, porque no han aceptado Mi invitación a orar
Conmigo.
¡Ah, Pedro, Pedro! ¡Qué ejemplo de humana fragilidad has dejado al
132
mundo que no entiende todavía tu gran miseria de entonces! Estabas
listo a morir por Mí y te antepusiste a todos manifestando la soberbia de
que entonces estabas lleno. Los otros, sí -decías- yo no te traicionaré”. Y
en cambio los otros no cayeron tan bajo como tú, fueron pusilánimes
pero no renegaron de Mí tan abiertamente como tú, Pedro Mío, lo has
hecho. ¿Y esto, por qué?
Porque no permaneciste Conmigo orando, de modo que Mi enemigo
te hizo caer sirviéndose de una pobre gente, pero sobre todo de tu falta
de unión Conmigo.
¡Pedro, Pedro de Mi Corazón, oh, Mi pequeño y amadísimo Pedro.
En todo el mundo se referirá hasta el fin, tu debilidad y Mi Misericordia,
pero todos los que quieren seguirme, reflexionen que la triple caída de
Pedro, provino de la presunción que lo separó de Mí y que le impidió
orar porque ora el que cree tener necesidad de socorro, no el que
presume de fuerte.
¿Qué quieren que les añada? Les He dado ejemplo, les He aclarado
por qué se cae en la tentación de la carne y del espíritu.
Permanezcan Conmigo, oraremos juntos; es decir, Yo oraré en
ustedes y por ustedes, ya que éste es propiamente el sentido de Mi
petición. Les aseguro que serán escuchados y al mismo tiempo
preservados.
MI IGLESIA ES TESTIGO DE MI EVANGELIO
CM-105 8-May-97 Jesús
Hija Mía, debes saber que historias secretas, no reveladas, son las
que se aprenden meditando Mi Evangelio. Historias de estados de ánimo
de la muchedumbre o de los individuos hacia Mí y de Mí hacia la
muchedumbre; hacia cada uno en particular, o hacia determinada
persona.
A los Evangelistas les fue dado reconstruir fielmente Mis pasos,
algunas de Mis sentencias, los actos más importantes con los cuales
instituía la Iglesia y Mis Sacramentos; no pudieron penetrar tanto en Mi
interior como para revelar abiertamente Mis ansias, Mis latidos. Es por lo
tanto, historia secreta no revelada, la que forma el estudio de Mis más
sinceros cristianos, los cuales, a través de Mis Palabras y aprovechando
de Mi Luz, interpretan Mis pensamientos, Mis mismas Palabras, Mis
actos.
A fin de que Mi obra fuese conocida, era suficiente que los
Evangelistas narraran cuanto inspiré a cada uno, en especial a Juan y
Mateo, como para construir el fundamento inquebrantable en el que se
apoyara toda la vida de la Iglesia durante los siglos inmortales. Y la
misma Iglesia es garante, testigo de Mi Evangelio, por lo cual le He
asignado la función de dar interpretación exacta segurísima y magistral
133
de Mis Palabras. (Luego hablaremos de Juan.)
Es cierto que muchos se sirven de Mis Palabras, pero sin captar el
sentido, algunos más bien, las desfiguran a tal punto que las hacen
escudo y arma de sus perfidias.
Cuando se comprenda que Mi Iglesia, la Iglesia de Pedro y de sus
sucesores, es la verdadera y única Maestra de Mi Doctrina, todos los
pueblos formarán en verdad una familia, toda recogida y protegida por
Mi Esposa en la tierra… Ahora la lucha continúa y los hombres se
oponen a Mi Iglesia porque no saben ver en ella a la Madre que les He
dejado. Pero cesará la lucha, cesará con la victoria de la Luz sobre las
tinieblas y todo será nuevo, todo será bello.
No los asuste la lucha, más bien agucen las armas del espíritu
porque deben combatir por Mí.
El buen soldado mientras no abandona el campo, pelea, hasta
pensando que su lugar de batalla es decisivo; pero combate decidido a
obedecer al que lo estimula. El soldado no sabe cuánto vale su acción en
el conjunto de la batalla ideada por el Comandante, sin embargo su
acción, si está bien hecha, satisface al Caudillo, aún cuando se trate de
pequeñas cosas, de pequeñas ayudas.
Ustedes son soldados Míos que combaten por Mí y por Mi Iglesia.
No saben qué haré por medio de ustedes y más bien piensan en cosas no
siempre cercanas a la realidad. Sin embargo, deben obedecer sin
entender qué dirección, qué resultado tendrá su lucha.
¡Combatan, Yo Estoy con ustedes! ¡Combatan, Yo sé llevarlos a la
victoria!
Antes te decía que hablaríamos de Juan, te iré explicando más tarde
la narración de su Evangelio.
ALIVIA MIS SUFRIMIENTOS
CM-106 9-May-97 Jesús
Flor de Mi Pasión, Yo no quiero inutilizar la mano que Me sirve para
transmitir Mi voz al mundo… Gracias por aliviar Mis sufrimientos
ofreciéndome los tuyos ¡Cuánto te ama Mi Corazón agonizante en esta
hora tan dolorosa para la humanidad!…
10-May-97
Hija Mía, amor de Mi Pasión, atiende, quiero que tomes la cámara
instantánea, saques una fotografía a este cuaderno, no te preocupes,
ábrelo en cualquier parte y toma la fotografía, luego a las imágenes de la
Reina de la Paz y de María Auxiliadora. Esas fotografías entregarás al P.
RA. Para que luego saquen una película, como lo hicieron anteriormente.
Son documentos de la Iglesia, enséñenlos con cautela pero no den copias
134
a todos.
Me gustas dócil, Niña, el Corazón de tu Dios se estremece de ternura
con la dulzura de tu amor (escríbelo, Yo te lo mando).
(Saqué tres fotografías, una sobre el cuaderno, la otra a la Reina de la Paz y una
tercera a María Auxiliadora. En todas está la Eucaristía en forma gigante…
¡Gracias, Mi Señor!)
MI DOCTRINA ES SANTA, MI YUGO ES SUAVE
CM-107 11-May-97 Jesús
Hija amada, da como respuesta a Mi Hijo NN este Mensaje:
Hijo Mío, recuerda que la fe es el único medio con el que puedes
obtener bendiciones, es el único camino entre tu alma y el Cielo. Si el
camino está bloqueado, ¿cómo podrías comunicarte Conmigo?
Aparentemente, Mi vida fue de una tremenda inquietud entre la
tempestad y el tumulto, un terrible oleaje a toda hora, hasta que Mi
cuerpo fue colocado en Mi tumba… Pero Mi vida interior, fue un mar de
cristal, en el cual reinaba siempre la calma. Áún cuando los sabuesos
humanos Me perseguían por las calles de Jerusalén, Yo ofrecí a Mis
discípulos como último legado de amor Mi paz… No deseo otra cosa,
ahora, sino que mantengas abierto el hilo de tu fe y recibas Mi paz. ¿No
lo entiendes ahora? Ya lo comprenderás… Profundiza en esta reflexión…
Es tiempo propicio para todos, ha llegado el momento en que Mis
elegidos pueden darme las alegrías que espero. Mi doctrina es santa, Mi
yugo es suave, Mi amor merece sus atenciones. No vayan lejos de su
puesto a buscar vibraciones espirituales, más bien traten de que, en torno
a ustedes haya eco a Mis Palabras. Captenlas, aduéñense de ellas y
difúndanlas como onda benéfica y segura. Sean un plácido mar sin
tempestades y, si las tienen, que sus ondas se dirijan al Puerto de Mi
Salvación, al faro luminoso de Mi Cruz. Conserven en sus corazones Mis
Palabras, porque son semilla, divina que dará fruto…
CUANDO YO HAGA DE USTEDES LA VIOLETA,
EL LIRIO, LA ROSA QUE QUIERO
CM-108 11-May-97 Jesús
Hijos Míos, Santidad es valor intrínseco que los hombres reciben a
medida que se entregan a Mí y como todo valor, da su precio en cuanto
lleva consigo la participación de algún bien, así la santidad es el máximo
valor que se pueda tener no sólo en el Cielo, sino también en la tierra. Y
por esto Yo llamo príncipes de la tierra a Mis hijos predilectos.
¿Quién conoce la santidad de modo inequívoco en la tierra? Sólo la
verdadera y única Iglesia Mía sabe decir quién es Santo, los demás
135
balbucean en torno a ella y no llegan a la certeza. Muy bien dicen, pues,
que es Madre de Santos. Muchas apariencias impiden un recto juicio,
tanto que sabiamente Mi Iglesia, después de haber estudiado
detenidamente a una persona, no se convence suficientemente si Yo no
intervengo con los Milagros para sellar la convicción que la Iglesia
militante recibe a través del ponderado examen.
Todos en el Cielo son Santos, lo saben; todos serían dignos de ser
venerados en la tierra. Pero sólo algunos deben recibir este anticipado
honor y esto, por designio previamente querido por Mí. Piensen que el
honor en la tierra es un reflejo del honor del Cielo donde el ejército de los
Bienaventurados es de tal número que no lo pueden ustedes imaginar y
más que el número, no pueden imaginar quién vive feliz en el Cielo
porque no sospechan qué abismos de Amor He abierto para algunos que
aparentemente parecían o parecen no ser candidatos para la Gloria
eterna. Sin embargo, entre el ejército innumerable que han conquistado
el Paraíso, encontrarán a muchos que en la tierra creen ustedes
condenados y será grande su alegría cuando lleguen a conocerlos.
Así pues, la Santidad es cosa que atañe a todos los que Yo quiero y
las apariencias humanas son cosas del todo transitorias. Pero veamos,
¿quién de ustedes vendrá acá, donde la sonrisa es beatificante y eterna?
¿Quién alcanzará aquella Patria donde una sola bandera ciñe a millones
de almas santas?
Yo no experimento impaciencias ya que Soy la paz en esencia y
jamás puedo experimentar ninguna turbación. Pero en verdad les digo,
también Yo Estoy en espera de acogerlos y hacerlos triunfar por siempre,
también Yo quiero hacerlos felices y mejor diré que sólo Yo quiero darles
la verdadera felicidad Celestial, la que no pasa, porque Yo la conozco y
Yo mismo los encamino continuamente a la real felicidad.
Cuando estén en Mis brazos, cuando se sumerjan en Mí, cuando Yo
haga de ustedes la violeta, el lirio, la rosa que quiero, entonces gozaré de
nueva alegría y seré Yo mismo quien les mostraré a todos. ¡Feliz quien
Me posea en el Cielo! Tendrá todo, nada podrá faltarle nunca, porque
poseerá la Vida. ¡Feliz el alma que sea admitida al banquete eterno!, su
alimento será gustarme en el éxtasis de un gozo que sólo el Amor sabe
dar. ¡Cuán feliz será quien Me vea; quien Me posea y cuánto bien Yo le
daré!
Ustedes que están ansiosos de Mí, tengan bien sabido que pronto
vendré a llevarlos. No digan diez, veinte, treinta años; no lo digan
porque, ¿quién les garantiza que Yo no vendré antes? Así pues, ustedes
que saben que Yo aun hoy podría venir a decirles: ven Conmigo, ¿por
qué no están todavía prestos a lanzarse fuera de la tierra?… Piensen que
las miserias que pesan sobre ustedes, Yo se las dejo para que las usen en
su provecho y no para que las tengan inútilmente como un gravamen.
Almas Mías, corran hacia Mí, tráiganme sus harapos, Yo los
ablandaré y sacaré de ellos finísimas sedas para adornarlos acá arriba.
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No estén mirando la fealdad de sus trapos, miren la maestría de quien
los invita a reflexionar en el Amor que Me hace llamar a las almas más
miserables, precisamente porque Me place transformar, dar de lo Mío,
embellecer, purificar.
¿Qué les importa que sean andrajosos? El honor es suyo. No es
deshonor porque los amo, no lo será porque Yo sé hacer todo lo que
quiero. Ustedes no saben embellecerse para Mí, pero Yo sé muy bien
cómo debo hacer para embellecerlos para Mí mismo.
Amadas almas, gozos Míos, flores del jardín Celestial, Yo palpito por
ustedes, Yo los quiero Conmigo. Acepten la invitación, Yo mismo la
hago y la haré nuevamente para que todos puedan escucharme y así
llegar a Mi Reino feliz, donde millones de sus hermanos les han
preparado acogidas triunfales.
Almas Mías, andrajosos afortunados, denme su corazón, se lo
disputo abiertamente porque Me consumo de Amor por ustedes y no
puedo ocultárselos.
Se los digo hoy, que festeja Mi Iglesia en la tierra la Ascensión
Triunfante de Mi Humanidad a los Cielos para unirse a la Gloriosa
Divinidad del Padre.
No olviden este día en el cual Mi Misericordia mira con
complacencia la unión de aquellos que estaban destinados a preparar el
triunfo de Mi venida a ustedes… Ya lo irán entendiendo, claro que sí.
MIREN CON AFECTO AL CRUCIFIJO
CM-109 11-May-97 Jesús
Semejante a un vasto campo de trigo, cuya espiga está ya formada,
es el campo divino de las almas formadas y custodiadas por Mí. Bajo el
ardor del sol divino, el alma se dora y madura, justamente como el verde
trigo durante su proceso de maduración y crecimiento. Ondea el trigo
bajo el viento, ondean las almas sujetas a los vientos infernales y
terrestres. Alguna espiga se marchitará, es cierto y asimismo algún alma
se perderá. Pero el campo en su totalidad, estará protegido por Mí y se
salvará en gran parte, como lo He prometido claramente.
De no ser así, ¿cuál sería Mi victoria? También la cantidad de almas
salvadas deberá constituir Mi victoria y no podrá ser que esté más
poblado el infierno que el Paraíso. Esta realidad es poco comprendida…
Es fácil condenarse, todo el horror que se suscita, dada esta posibilidad,
hace olvidar que por eso, subirán más Bienaventurados al Paraíso en
comparación de los condenados que bajarán al infierno.
Yo les recuerdo estas cosas con el propósito final de hacerlos esperar
Mi ayuda, para que crean verdaderamente que su alma es preciosa; que
Me Ha costado la vida humana… Cobren ánimo Mis amados, aliéntense
con el pensamiento de que su Salvador está intensamente inclinado a
137
ustedes.
Si no hablé desde la Cruz quiere decir que Mi Espíritu estaba de tal
modo uniformado con el del Padre, que todo lo tomaba como dado a Mí
por El para ustedes. Todos los sufrimientos eran buenos para Mí y
callaba en la aceptación, viendo el bien que les acarrearía. Los He
salvado con seguridad, al menos a gran parte de ustedes y no podía
decir otra cosa a Mi Padre porque estaba satisfecho por ustedes. Mi
silencio, por lo mismo, tuvo también este significado.
Ahora, todo está claro: ustedes serán Mi corona, pero cuando fui
crucificado, muy pocos creyeron en Mi obra. Lo que hice entonces es
recordado hoy sin gran entusiasmo. Mirar al Crucifijo ha llegado a ser
una costumbre vacía de afecto. También la Santa Misa que no siempre es
apreciada como renovación de Mi Sacrificio.
El Espíritu que vivifica parece ausente de muchas de Mis amadas
almas, oprimidas con prejuicios, fastidiadas con ocupaciones y
preocupaciones humanas; muchos Me han perdido porque corren
locamente tras su afectos terrestres. Gran desolación es el campo de las
almas y si no interviniera Yo con buenas dosis de atracciones
espirituales, muchísimas Me abandonarían… Hablo a los Sacerdotes, a
los simples fieles y sobre todo, a los que se obstinan en llamar Israel al
pueblo Mío de hoy.
Ustedes, todos los que leerán estas cosas que con tanto amor les voy
diciendo, busquen y vean si en ustedes existen las frialdades que
menciono. Ustedes todos que quieren gozar en el Paraíso, tengan el valor
de examinarse ¡No los He hecho nacer a la vida para que mueran de
costumbre, no!
La vida que les He dado es principio sin fin, porque mientras dura el
peregrinaje, el paso terrestre, pueden acrecentarla, robustecerla, unidos a
Mí… La vida que poseen es Mi vida y lo que es Mío conduce a bien, no a
la muerte del bien. Arriesguen una parte de ustedes mismos, den una
parte de lo que tienen, imítenme y estarán siempre vivos, siempre felices.
Sean trigo substancioso, no vacío; ondeen alegres bajo Mis rayos divinos
y llegarán a la madurez. Esto les dice Quien anhela su bien. Elijan
ustedes…
DIRÍGETE SIEMPRE CON EL CORAZÓN Y LA MENTE A MÍ
CM-110 11-May-97 Jesús
Y este es para ti, Mi amada porque Mi Corazón palpita siempre para
ti, Mi mente piensa en ti. Voy a enseñarte algo.
Observa, al hombre le es imposible vivir pensando continuamente en
una persona, aun cuando esté enamorado. A lo más perderá la cabeza,
como suelen decir, una vez, dos, tres, pero no puede permanecer por
largo tiempo con el pensamiento en una persona… Para Mí es natural
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pensarte siempre, más aún, no puedo menos que hacerlo, porque las
criaturas, todas, están vivas en Mi Divinidad que las encierra
completamente. Además tú estás en Mí continuamente por la afinidad
que tienes Conmigo en cuanto a que Estoy en ti, a lo que recibes de Mí,
por lo cual mientras más creces en semejanza y fusión, más te identificas
Conmigo.
Establecido esto, Me urge aclararte otra cosa. La nebulosidad que
puede envolverte, depende de uno de los siguientes motivos:
+ Por los normales accidentes de tu vida natural: malestares, familia,
circunstancias…
+ Por la fe que suele ser combatida por fuerzas invisibles.
+ Por la herencia de la vida pasada, es decir, los defectos de cada día.
+ Por el juego Mío con el cual suelo ocultarme cada vez más a tu
mirada intelectual.
+ Por dudas o preguntas con doble sentido, de personas que te
rodean pero no te ofrecen un apoyo incondicional, sino calculado.
Si haces un profundo examen de qué es lo que más te fastidia,
encuentras que lo segundo es lo que más te ofusca, que en parte va unido
al último punto. Sí, las fuerzas invisibles, las del mal, están muy activas
contra ti y la razón es clara; pero He dicho que no podrán obtener
victoria y hoy añado una confirmación
Ahora, si los cinco elementos se coligan contra ti: malestares
familiares, fe combatida, defectos tuyos, juegos Míos y molestias, dudas
ajenas; entonces soportas un razonable peso.
Pero Mi Corazón palpita siempre, recuerda, te tengo siempre
presente, muy presente. Entonces, fuera de tus nieblas brilla el sol y
aunque oculto, alumbra siempre tu camino. No debes pensar en las
nieblas porque sabes que se disolverán pronto; debes averiguar cuál es
Mi Voluntad, eso sí. Entonces se llevarán a cabo grandes milagros,
porque, sostenida por Mi Querer, te vencerás a ti misma y al mundo y al
infierno, en el cual, luego explota toda perplejidad, tratando de atraerte
hacia sí.
Mi dulce niña, ámame, dirígete siempre con el corazón y la mente a
Mí. Ni tinieblas ni infierno te hagan sucumbir, sino abandónate a Mí, que
llevo, con alegría, por el azul del cielo, a través de tus dificultades.
¿Puedes dudar de Mí? ¿Puedes tal vez rechazar Mi desinteresado amor,
ahora que en ti se ha hecho la cuarta voz, la de tu Creador? Camina
serena, no importa lo que te digan o hagan, hacia el Cielo, lleno de luz
interior y sostenida por el Amor que Yo mismo te daré, el Amor puro y
el invalorable apoyo de Mi Hijo.
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ESPERO QUE TODOS VENGAN JUNTO A MI JESÚS
CM-111 11-May-97 María
Hijitos, Mis pequeños, Soy su Madre, atiendan: “Subió al Cielo y está
sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso” así enseña la Iglesia,
Madre admirable de Santos, depositaria fidelísima del Tesoro dejado por
Mi Hijo en la tierra.
El día de Su Ascensión es por esto festejado, como el coronamiento
de la vida terrena de Jesús, El cual, como ustedes saben, no fue colocado
en la Gloria sino después de cuarenta días que siguieron a Su
Resurrección.
Misterio de fe para ustedes, amados hijos de la tierra. Ustedes
piensan que esto ocurrió para confirmar a los Apóstoles y es verdad;
piensan que quiso hacerse ver verdaderamente Resucitado y también
esto es verdad. Estas y otras razones divinas y humanas a la vez,
mantuvieron a Mi Jesús por cuarenta días en la tierra, pero ¿por qué?
Vengan y escuchen, recójanse en torno a Mí… La Humanidad de
Jesús tomó en Sí todas las penas, todas las cargas de los hombres: por eso
Se inmoló y Su S acrificio fue completo ya desde el primer momento en
que tuvo vida en Mí. Y así, no faltaba nada para que Aquella bendita
Humanidad, pasase del dolor a la Gloria en el mismo instante en que
expiró. Pero en la infinita previsión de las necesidades de los creyentes,
convenía que Jesús no fuese colocado inmediatamente a la diestra del
Padre.
En efecto, como representante del género humano, asumió todas las
condiciones, menos la de verdadero ofensor del Padre. ¿Cuántos se
detienen en los umbrales del Paraíso porque todavía no son dignos
después de muertos?
Jesús era infinitamente digno de Gloria apenas expiró, pero sin
embargo, quiso asemejarse de algún modo —exceptuado el
sufrimiento— a las almas que se purifican, a la espera de entrar en la
Gloria.
Grandiosa manifestación es ésta, de Amor en verdad infinita de
parte del Redentor. ¿Quién piensa en estas finezas?
Pero aún hay otra cosa que es más grande. Saben que en el Juicio
Final habrá división de buenos y malos, es decir, separación. Pues bien,
El Redentor, El que deberá ser Juez, aplazando Su ingreso triunfal al
Cielo, obtuvo que los buenos hijos Míos, que han de vivir los últimos
días reservados a la humanidad, puedan entrar directamente en la
Gloria, sin esperar el tiempo que para muchos habría sido necesario a
causa de algún defecto suyo, a causa de la tribulación que pasarán en la
tierra.
Hijitos Míos, miren amorosamente a Aquel Hijo que les di, admiren
Su bondad y serán felices. Cuando El ascendió entre una multitud de
espíritus bienaventurados, Yo lo admiré extasiada, fuera de Mí ya
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entonces estuve segura de que volvería a tomarme en alma y cuerpo.
Esperé y luego vino, glorioso a transportarme acá arriba donde vive
lleno de Gloria.
También ustedes vendrán, también ustedes ascenderán si siguen Su
Camino, Su Verdad y Su Vida. Sí, hijitos, desde ahora les beso la frente
en señal del futuro recibimiento.
Yo espero que todos vengan acá, junto a Mi Jesús.
Más tarde Jesús
Hija Mía, medita luego de leer Lucas 16, 15 y esta noche
trabajaremos sobre esta cita.
LO QUE ES PARA LOS HOMBRES ESTIMABLE,
ES ABOMINABLE ANTE DIOS
CM-112 11-May-97 Jesús
“Lo que es para los hombres estimable, es abominable ante Dios…”
Hijos Míos, la frase es llena de significado, densa de razones buenas
para Mí y para ustedes. Verdaderamente, nada de lo que es bueno para
Mí puede causarles daño a ustedes que son efectos de una causa divina.
¿Es acaso posible que las ideas del escultor que moldea su estatua, su
obra, sean malas para la propia estatua? Siempre el escultor sueña
interiormente en el decoro, en la belleza de la estatua. Podrá fallarle la
obra material, pero la idea que se ha hecho de su criatura está bien para
él y para la estatua que desea hacer. Hablo de un escultor experto que
tenga alma de artista.
Ahora piensen, Yo que Soy el Artífice Supremo del cual procede
todo el bien y que no puedo equivocarme porque Soy Creador y no
criatura, estimo necesario ilustrarles esta sentencia Mía de valor
verdaderamente grande. En ella está depositada la verdadera Sabiduría,
la que no pasa y que da a los hombres virtud sólida y seguridad de sí
mismos y sobre el mundo.
Los hombres juzgan estimable (desde ahora excelente, un término
suyo) el bienestar, los honores, las riquezas, la fidelidad recibida, todo lo
que, en una palabra no contrasta con el amor poseído y cultivado por
cada uno. Yo, en cambio, He dicho y digo que las cosas que ustedes
declaran y juzgan excelentes, delante de Mí son abominables. ¿Y por qué
tanta disparidad en el juicio? ¿Acaso no es bello ser ensalzados, estar
bien, recibir pruebas de fidelidad? ¿Acaso no contribuye todo esto a
mantenerse tranquilos y sensatos?… No digo que deben buscarse
fastidios, más bien los He puesto en la lucha para buscar las cosas
necesarias para la vida terrena; Yo digo que tener todas las cosas en la
forma deseada daña al hombre y lo hace esclavo de la materia. En esto
141
consiste la abominación delante de Mí, consiste en olvidarme, para
adorar dioses falsos, de sola codicia.
El apego a las cosas es lo que transforma el ánimo del hombre,
porque todas las cosas en sí son iguales. La excelencia en las cosas genera
adulación de una parte y de otra complacencia, de manera que entre
estas punzantes espadas, el hombre se debilita, se arrodilla y cae… La
excelencia según los hombres es la victoria del amor propio y el olvido
de Dios; mientras que la pequeñez es derrota del amor propio sí, pero
victoria de Dios en ustedes. Sin embargo, casi todos los hombres quieren
sobresalir, todos corren hacia la gloria más o menos pequeña, más o
menos grande. Y así, por la gloria, sacrifican todo, aún las cosas de las
cuales tenían tanta estima, que tenían tanto valor, como la honestidad de
las costumbres y la rectitud de ánimo, la moral y la integridad. Pero,
¿qué puede producir la estima de los bienes terrenos y de sí mismo?
Todo el mal que puede venir al hombre depende de ese amor y todo el
bien, del desprecio que se hace de él.
Pero son tantos los que dan un golpe al aro y otro al barril; el aro es
el poco amor divino que tienen, mientras el barril es su gran amor
propio; pequeño el deseo de agradarme y creerme, grande la estima, el
amor a sí mismos. Así ocurre que lo abominable, propiamente está en
ustedes y procede de ustedes mismos, mientras que lo excelente brilla
demasiado lejos.
A Mis hijos amados que obran así les hablo claramente y les pido
que crean en Mis Palabras. ¿Pero qué Maestro piensan que Soy Yo si hoy,
por desgracia, los hombres que en verdad creen en todas Mis Palabras no
son más de quinientos en la tierra? Hablo claro y digo: escúchenme,
créanme, porque después entenderán, antes deben dar prueba de fe.
¿Yo Soy Maestro? ¿Pero de quién? ¡De los hombres por los cuales Me
sacrifiqué, de los hombres que Me regalaron congojas como si fueran
flores! Maestro de la humanidad Soy Yo, pero obligado por Mis alumnos
a dar clase en el jardín de las delicias, no entre los bancos de la escuela
donde la aplicación es más constante y la meta más asequible.
Les repito, oh hombres de la era actual, les repito: nada que sea
excelente en el mundo, puede ser apreciado por Mí, porque el mundo es
necio; ama la necedad y en ella se regocija de alegría porque tiene vendas
en los ojos, grandes y negras, como muchos trapos empapados en tinta.
El mundo estima la grandeza de la misma manera que un bebé con
su biberón, porque todos los locos de grandeza no son sino niños
grandes que quieren su leche, sus satisfacciones.
Hijos Míos, estén alertas porque en el mundo hay una inmensa
seducción y ustedes también están en el mundo, ustedes también están
hechos como los otros. Yo les advierto para que no queden sorprendidos;
para que dejen caer sus escamas, las que han crecido con ustedes y que
ahora no convienen ya a su condición.
Soy Maestro: escúchenme. Soy Dios: créanme.
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TODOS TROPEZARÁN CONMIGO
CM-113 12-May-97 Jesús
“Esta noche os escandalizarán porque está escrito: Heriré al Pastor y
se descarriarán las ovejas”… ¿Soy Yo el tropiezo o bien el hombre es
tropiezo para sí mismo? ¿Quién no cae sin su culpa? ¿En cambio Yo dije
a Mis amados Apóstoles que se escandalizarían y no ocultaba la verdad
sin un motivo Mío particular. La mentalidad de aquellos pobres
pecadores y un claro sentido de la realidad, que Me correspondía, eran
motivos para decirles que por Mi causa todos se escandalizarían, todos,
también Pedro e incluso el traidor.
En verdad Pedro y Judas se encontraban en los polos opuestos de lo
que constituye el tropiezo de la criatura con respecto a Mí. Pedro,
impetuoso pero todavía no humilde, Judas vil amante del dinero y la
lujuria; Pedro de buena voluntad, Judas ya esclavo de Satanás. Pedro
encontró tropiezo en la excesiva estima que tenía de sí; tropiezo encontró
Judas en el desprecio de la Santa Ley y, en el amor totalmente contrario a
Mi Voluntad. Entre estos dos polos, el de Pedro y el de Judas, hay una
vasta gama de otros estorbos y, todos provenientes de la mala voluntad
del hombre o bien de la estima que divaga en la mente humana…
Todos tropezarán Conmigo porque todos deben llegar, quien más
quien menos a escoger obligadamente entre Mí y el mundo, entre Mí y
ustedes mismos, entre Mí y sus consanguíneos y para algunos, entre Mí
y los mismos representantes Míos, cuando éstos se apartan de Mi
Voluntad.
El sentido claro de las palabras que dije a los que debían sufrir la
presión del mundo por Mi causa, no fue valedero para preservar a los
Apóstoles de sus temores y de su colectiva infidelidad. Imagen precisa
de la caducidad humana, para que nadie en el futuro pudiera gloriarse.
El que no cae no debería jamás ensoberbecerse si llega a considerar qué
ejemplos cita Mi Evangelio. Sin embargo, Yo Soy el primero en excusar
su pecado, el primero en ser herido, el primero en perdonar, el primero
en volver a abrazar.
Hago advertencias, hasta amenazas, si es necesario, pero es el Amor
que Me mueve y sólo el Amor. ¡Ay de ustedes si no fuese así! ¡Ay de
ustedes si no hubiera acontecido la captura que sufrí en el Huerto! Yo
debía ser hecho prisionero, atado, golpeado, luego injuriado y ofendido
vulgarmente para que ustedes se libraran de las manos de Satanás, de
sus lazos y de toda su maligna perversidad con la cual trata de hacerles
dar un traspié para la eternidad.
Sabía todo esto y más que esto debía proveer para ustedes como una
madre y más que una madre que conoce los peligros de sus hijos.
¡Pobres y queridos Apóstoles Míos! ¡Qué noche tempestuosa pasaron
por Mi causa! Pero uno solo de ellos Me lastimaría sin remedio y fue su
fin. Los otros se recobraron pronto y lavaron con lágrimas, con suspiros
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sus debilidades.
Recuerden con frecuencia aquella noche Mía y suya. Ustedes están
todavía Conmigo en todas las noches que atraviesa Mi Iglesia y a ustedes
les repito que, siendo herido el Pastor, también ustedes ovejas de Mi
redil, están expuestas a descarriarse. No los dejo solos, como sucedió con
Pedro y los otros. Están Conmigo como se los He prometido, no los He
dejado huérfanos, deberían saberlo bien. Si renuevo Mi Pasión entre
ustedes es por su exclusivo bien y no deben corresponder a Mis dones
como si fuesen castigos. “Sígueme”, dije. Síganme hoy si ven que voy al
encuentro de Mis enemigos; no deben temer porque aman al
Omnipotente; síganme porque más allá de la fila de Mis enemigos los
espera un premio y Amor inconcebible.
Entonces, en Getsemaní, hice frente solo a los esbirros y los aterré
con una sola palabra, si bien luego Me dejé apresar por ellos. Ahora Me
serviré precisamente de ustedes para aterrar a nuestros enemigos, que
Me odian a Mí más que a ustedes, porque saben que Yo Soy el que Me
opongo a sus crímenes. Seré nuevamente golpeado en las personas de
ustedes que Me pertenecen pero, ustedes no se dispersarán porque les
daré Gracia muy abundante.
¡Oh, queridas ovejas, futuros mártires de Mi Iglesia! Su nombre está
ya escrito en el Cielo.
Exulta, oh Celestial Jerusalén, Mi Corona de Gloria está por
embellecerse con otras gemas. ¡Pero recuerden todos: los He amado, los
amo, los amaré!
¡MADRE DE JESÚS: DIOS SEA BENDITO!
¡JESÚS: MARÍA SEA BENDITA!
CM-114 13-May-97 María
Mes de Mayo, hijos Míos, mes hermoso lleno de rosas y de
espléndida luz. Es el mes en que ustedes, Mis hijos se acercan más a Mí y
Yo Me aprovecho para llevarlos a Jesús. Pero Jesús que murió por todos,
quiere que todos sean obediente a Mí y que vayan a El y así se manifiesta
un sentimiento se reconoce que el amor que Me tienen no es un
sentimiento estéril o una piedad vana. Por eso les conviene obedecerme
y todo redundará en provecho suyo.
Entonces, ¿qué les pido Yo que Soy la Madre de Jesús? No mucho,
porque algunos de ustedes son más bien débiles. Pueden ponerme
contenta diciendo cuantas veces recuerden la siguiente invocación.
¡Madre de Jesús, Dios sea bendito! ¡Jesús, María sea bendita!
¿Ven con cuán poco se contenta su Madre? ¿Y Me negarán esta
alegría? ¿Pueden negármela a Mí que les di a Aquel Hijo mientras estaba
en la aflicción más cruel que pueda pensarse?
Invóquenme así, les enseño a ustedes hombres y jóvenes de hoy que
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andan de prisa, a ustedes, hijos Míos que pasan su tiempo entre tantas
insidias de la ciudad, a fin de que tengan siempre presente que Yo vigilo
sus pasos y los dirijo a un final alegre.
Sí, hijitos, también a ustedes, los Míos, su Madre conoce todo de
ustedes, todas las sutilezas astucias que se tejen en torno suyo. Lo sé, lo
sé todo. Pero ustedes oren más, mucho más y serán más victoriosos de
tantos enemigos solos y coligados.
Yo también digo por ustedes, ¡bendito sea Jesús que quiso
humillarse hasta hacerse Hijo Mío! A El, verdadero triunfador eterno,
perpetua gratitud y gloria a El, a Mi Jesús, les presento, amadísimos
hijos.
El ve y se complace de que Yo haya hecho en la frente de ustedes Mi
signo materno. Son Míos, por eso los llevaré Conmigo a este Reino de
Purísima alegría y de delicias sin fin.
Hijitos, a sus nombres hay un trono predispuesto en el Cielo.
¡Ámenme y les prometo acompañarlos toda la vida hasta el día en que
Yo misma los traeré acá arriba!
PERSIGUE TENAZMENTE LA BELLEZA DE AMAR
CM-115 14-May-97 Jesús
Mi pequeña nada, escribe: Las almas elegidas son guardianes y como
tales vigilan todo el campamento que está constituido por el ejército de
los espíritus humanos reunidos en torno a Mi Iglesia. Tienen necesidad
de armas los vigilantes para poner en fuga al enemigo, si se presenta. Y
las almas son las que Yo mismo les doy.
El que Me sigue combate siempre y alterna grandes fatigas con
breves descansos, al menos así quisiera Yo que fuese, salvo que algunos
Me obliguen a dilatar el descanso porque no están como para luchar
duramente.
No trato a todos de este modo, pero, ¡qué honor ser tratados como
fuertes guerreros a quienes muchas veces se les pide la gloria de las
armas!
¿Has entendido bien, Mi amada? Con ese corazón tan lleno de
guerra en este día, tengo que ponerte ejemplos de armas. Ahora, dime lo
que tú quieres: Yo te escucharé…
(Le digo que lo amo con toda mi alma, con todo mi ser.)
Pero, ¿cómo? ¿Me dices sólo que Me amas? Y todas las otras
demandas, lo demás, ¿por qué no lo dices? Yo lo sé, Me amas y por eso
callas, porque expresándote así Conmigo, dices todo y sabes que Yo te
comprendo. Pero si Me amas, es porque Yo te amo, por eso puedes
confiar, no temer más.
Recuerda, ten en la mente esta manifestación tuya tan espontánea
con la cual aseveras que Me amas, sin decir otra palabra.
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Escucha, justamente tu silencio sobre todas las cosas que habrías
podido pedirme, es lo que habla fuertemente a Mi Corazón. Por eso te
escucho y mucho. Háblame siempre así: te digo que Me agradará.
El silencio es cruz, por eso es precioso. El silencio es contradicción,
por lo tanto es muy útil a todos. Pero siendo difícil, no es tan importante
como el silencio del alma delante de Mí porque quien calla de muchas
cosas que en el fondo le urgen, se contradice tremendamente.
Es la ruta maestra que debes recorrer, la vía que es seguro presagio
de cosas magníficas y la que te enseño. No, no te enseño a divagar, lo
sabes; te enseño a perseguir tenazmente la belleza de amar.
Yo te hablo, pero no solamente te doy palabras, lo ves, ya que te
participo la luz inmensa que te aligera enormemente; te doy a tu Padre
Espiritual para que te aconseje, que te tranquilice, que te reproche
cuando haga falta.
Mi amada, a quien amo tanto antes de tu nacimiento y a quien He
amado tanto durante Mi vida terrena, oh, Mi amada que recibes del
Cielo preciosos testimonios de cuánto te amo… Estás reservada a Mí y
Soy feliz de tenerte Mía.
¿Quién eres tú que das felicidad a tu Dios? Nada y aunque te pese no
eres nada. ¿Quién eres tú que de lo bajo de tus miserias clamas a tu
amor: “Yo te amo”…? Eres nada y aunque te pese no eres nada. Serías
nada y peor que nada por tu voluntad, pero delante Mío no eres nada.
Entonces, ¿quiero Yo hacerte ensoberbecer? Envanécete, si puedes, en
este momento en el que Yo te presento las muchas culpas pasadas. ¿Qué
sería de tu futuro?
Te lo confirmo, Mi niña: tú Me amas, he aquí porque no eres nada. Y
si te saqué de la nada fue porque quería que probaras Mi grandeza…
Arrójate en Mí sin consideración: encontrarás el todo, serás todo.
Te lo dice el Amor, te lo pide tu Amor, te lo pide Aquel que has
aferrado con tus mismas armas.
Ciega Mía, ¿qué miras en el fondo de ti misma? ¿Qué buscas si nada
hay que pueda decirse tuyo? Mira, observa y siempre verás la nada y es
mucho si no sientes espanto.
Así es como Yo te instruyo y, ciertamente, la escuela no es agradable.
Pero es muy necesaria, porque verás que no puedes encontrar ninguna
fuerza, ninguna luz, ningún elemento, en cuanto que no tienes de ti
misma. La escuela de la nada se hace, no en el papel, sino en las más
variadas contingencias, entre dificultades increíbles. Así se aprende la
lección, el hablar no ayudaría, sería sembrar al viento.
Por lo tanto, si alguien cree que Yo hago sólo de imán, se equivoca
porque es demasiado necesario que Yo no ejercite siempre Mis
atractivos. Por Mi Esencia, Yo atraigo continuamente a todos, de manera
que cuando hago que no se sienta Mi atracción, libero al alma de muchas
oscuridades que le impiden el propio conocimiento… Así, después
atraeré más que antes, después Me haré sentir más que antes; pero entre
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tanto, el alma acostumbrada a Mis mimos, gime y se retuerce mientras
no entiende que es muy necesario experimentar el estado de
contradicción, de silencio Mío, de aridez suya, que para ti han sido unas
horas. ¿No te tengo malacostumbrada?
Me alegraré si tú Me sigues en este trabajo y te invito a reflexionar
mucho, a seguir Mis corrientes luminosas, las mismas que no parecerán
siquiera eso, pero te esclarecerán igualmente el entendimiento.
Ciega Mía, ¿qué miras si nada ves sin Mí? ¿Qué buscas si nada
puedes, nada tienes que pueda llamarse tuyo? Caminas vendada, ¡sin
embargo hay quien te guía!…
Entiéndelo, son signos de vanagloria, eufemismos de la humildad,
los actos que parten de un corazón en el cual no están bien corregidos los
afectos para consigo mismo. Hay que tener en cuenta estos signos que
testifican una perfección mal entendida, mientras dan la ilusión de ser
justas ciertas acciones, debidas a la exactitud de la cosa en sí o al interés
particular. Pero Yo no dije que Mi discípula deba pedir justificaciones o
justicia, sino: Bienaventurados los que sufren a causa de Mi Justicia, es
decir por el motivo de ser buenos y de hacer Mi Querer.
Bienaventurados en verdad, los que lloran así, porque no sólo un día
reirán, sino porque conquistarán un reconocimiento muy superior a la
justicia del hombre. Por eso digo nuevamente, Bienaventurados los
humildes porque el Cielo es su heredad y la tierra, con todas sus
vicisitudes, es sólo el combate donde ejercen bellísimas virtudes.
Bienaventurados en verdad y siempre Bienaventurados los
humildes, porque no están inficionados por la soberbia que ciega y
entristece. Bienaventurados los humildes, siempre Bienaventurados,
porque constituyen en el Cielo tesoros inmensos y dejan a la tierra
polvorientas briznas de la estulticia del hombre; digo de la soberbia.
Mi dulce Niña, feliz tú si te esfuerzas por imitarme, subiendo por
ciertos peldaños que dan la sensación de descenso. Feliz tú, alma
redimida, si Me sigues al monte de las Bienaventuranzas, no con simple
contemplación de Mi Sabiduría divina, sino con la diaria aceptación de
las necesarias contradicciones para hacer Mi Palabra operante, en ti… Te
digo que serás feliz no sólo en el Cielo sino en la tierra, porque Yo mismo
te daré testimonio interior y también exteriormente.
¿Queda algo por decir? Sí y necesito decírtelo ahora. La instigación
funesta del maligno ha alcanzado un límite bastante molesta respecto a
ti… Es grande el empeño con el cual el infierno te persigue y
dondequiera que sea te tiende lazos e insidiosas redes… Este Mi
testimonio sirva para asegurarte que eres Mía y que todo lo que es Mío
sufre el asalto de Satanás cuando Yo le permito, se entiende.
Entonces, valerosamente dirige tus esfuerzos hacia Mí. Dirige tus
pasos a librarte de la molestia de luchar sin un fin claro, porque te repito,
el infierno mimetizado, disfrazado se estrecha en torno a ti para hacerte
capitular. Sus razones son de lo más insidiosas y tales, que dejan
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asombrados a quienes se esfuerzan por complacerme.
Para que no surjan otros equívocos, Yo, tu Bien, te aseguro que esta
lucha Me agrada y durará hasta que el mismo demonio quede afrentado.
Vive de amor, por amor vence, por amor combate, Yo Estoy contigo
para hacerte cantar victoria completa. La obra mortal, destructora del
enemigo dará resultados opuestos a los deseados por él. Te lo dice el
vencedor del infierno y cuando Yo dé una señal se verá si Mi poder sabe
confundir al portador de discordias. Se verá y todos verán… Unida a Mí,
venceremos juntos, hija Mía.
¡Ve ante Mi Madre; luego del Rosario vuelve!
CON LA ORACIÓN SE ADQUIERE EL ESPÍRITU DE PENITENCIA
CM-116 14-May-97 Jesús
Hijos Míos, la risa del enemigo hostiga continuamente a gran
número de personas que, bajo los golpes de ese ruido ensordecedor,
ceden y se mueven a reír con él de lo que Yo prohibo. Pero esta risa no
hace impresión en los que Yo preservo porque permaneciendo firmes en
Mi Querer, no se cuidan del estruendo de Lucifer o de sus falaces
amigos. Yo cierro los oídos de los Míos, a fin de que no presten atención
al infierno sino sólo a Mí. Cómo se obtiene esto, se ve experimentando
cuánta sabiduría hace que los buenos pasen por alto las dificultades
puestas por Satanás a los Míos, los cuales sin impresionarse en lo más
mínimo, siguen adelante no obstante la oposición del infierno.
Es un mundo invisible para ustedes, que lucha contra otro mundo;
son espíritus que luchan contra otros espíritus. El que se queda en la
materia o no admite estas cosas o, si las admite, no lo advierte. ¡Pero
cuántas cosas que no se ven se creen inclusive por parte del hombre
material! No quiere creer los hechos del Espíritu, en el movimiento y en
la lucha de dos mundos. Si el hombre pequeño y ciego creyese, entonces
podría ver lo que no es posible, deje de razonar de esta manera y llegará
a ser no loco sino un sabio que experimentará lo que digo.
Esto basta para ustedes, porque de las palabras que He dicho reciben
lo que quiero, pero no basta para algunos otros que quisieran
comprender mejor. Les doy gusto cuando debe ser útil.
Dije a Mis discípulos que a cierta clase de demonios no se puede
vencer ni lanzar sino con oraciones y ayunos. ¿Por qué lo dije? ¿Sólo para
dar razón a su decepción? También por esto, pero no sólo por esto.
Quiero que se entienda que el hombre puede dar pasos en la vida del
espíritu sólo si se entrega a la oración y va adquiriendo espíritu de
penitencia. Ayunos y oraciones en la forma que Yo quiero, no como
quisieran hacer ustedes.
Cuántos se lamentan de que no oran como antes, que no hacen nada
por Mí, que antes hacían más… Este es el obstáculo, el gran obstáculo
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que ponen para su progreso; el querer juzgar su estado. Y Yo, ¿qué hago?
¿Acaso Me He olvidado de Mis almas predilectas que Me han prometido
amor? ¡Ah, qué ciegos son! ¿Cuándo creerán en Mi sed de almas? Si no
Me creen, ¿cómo harán para salir de su ansiedad?
Por lo tanto, es un gran daño escogerse el camino, porque Soy Yo el
que ya lo Ha elegido por ustedes… Yo no escucho los gemidos del amor
propio, porque deben dejarme a Mí el cuidado de ustedes, abandonarse
a Mi juicio, dejar que Yo obre en ustedes hciéndolos pasar de un estado a
otro, para conducirlos inevitablemente al lugar que les He destinado.
A su Maestro no le falta ni Amor, ni Sabiduría: síganlo ciegamente.
Cesen las quejas y a Mí toda la confianza que han recibido de Mí mismo.
Yo hago que poco a poco entren donde no entrarían solos y esto por
medio de la oración y de la penitencia, de modo que llegados al lugar
prefijado, vean con Mi luz que el camino recorrido ha estado bien y que
no se han extraviado.
Sí, quiero hacer estas cosas en ustedes porque Me complace
conducirlos victoriosos de ustedes mismos y del infierno, a la casa
paterna donde Mi Padre los acoge afectuosamente.
Quiero conducirlos de la mano pero con los ojos vendados; déjenme
hacer, déjenme obrar lo que quiero, les digo que no deben escoger
ustedes, pues Yo He escogido ya. Mírenme, ¿comprenden bien? Deben
mirarme a Mí, no a ustedes mismos…
Prepárate para recibirme…
(Al momento el Padre llamaba para decir que había Misa, no la hubo pero lo
recibí. Te doy gracias y te pido perdón, Señor.)
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
CM-117 17-May-97 Jesús
(Víspera de Pentecostés.)
Hija de Mi Pasión, voy a dictarte el Mensaje que todos ustedes están
esperando en esta fecha de tanta significación para Mi Iglesia.
Los Míos quieren la época de Mi Espíritu que es Santo. La tendrán,
es decir, ya la están viviendo en cierto modo porque el Consolador actúa
de manera que se afirma Su poder entre los hombres. Pero quiero decir a
todos que Mi Reino es de amor y trasciende los mismos deseos de
ustedes. Por eso los hombres deben tener presente que Mi amor se
afirma y vence sólo si se aceptan las obras que voy haciendo en cada uno
de ustedes interiormente.
No es posible obtener lo que se desea -aun sinceramente- si luego de
hablar lo conseguido, se hace labor de alejamiento. Y aun cuando todas
las apariencias sean contrarias a la aceptación, acátese igualmente la que
no agrada, porque lleva consigo el cumplimiento de Mi Reino de Amor.
Hombres, Hijos Míos que son la luz de Mis ojos, saquen bien sus
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cuentas, deténganse a buscar lo que verdaderamente les conviene. ¿De
qué les sirven los delirios de su mente? ¿De qué les sirve el ruido del
mundo? Entren en los umbrales de Mi Tálamo y deténganse, porque
justamente así tendrán la alegría sin fin; justamente así podrán tener luz
ilimitada y así podrán superar todas las fronteras, los límites que les
impone la naturaleza que les He dado.
Cada uno de ustedes Me habla de muchas maneras y a cada uno
respondo, de modo que se establezca el coloquio que creen que existe
solamente en algunos casos particulares y especiales. Pero no, Mis hijitos,
no; les aseguro que hablamos siempre y hablamos cuando menos se
aprestan a hacerlo, porque Yo no tengo un tiempo establecido y todo
hago en el momento justo.
Entonces, hablando Conmigo ustedes no advierten que Mi Palabra es
la que los mueve al bien, es Mi Espíritu Quien trabaja y así, sólo después
de Mi Palabra, misteriosa pero verdadera, cierta, ustedes saben lo que
deben hacer.
Mis amados, en la conversación se conoce en una persona, lo mismo
que en sus actitudes y a Mí, su Dios, Me basta que permanezcan firmes
en la creencia de que Yo procedo así.
Hechos, tienen muchos para poder deducir Mi Amor; Palabras, las
tienen pero, por desgracia no hacen mucho caso de ellas. Sí, quiero decir
que Mi Palabra es descuidada por el hombre, porque oye más el ruido, la
bulla que la Sabiduría infinita… Pero, Yo no cambio ni Amor ni Palabras,
o, mejor cambio Palabras, pero siempre construyendo en ustedes el
edificio de Mi Sabiduría.
Debo decir a los hombres lo que desde hace tiempo han olvidado,
debo decirlo porque es su bien y no sé resistir al impulso de Mi Afecto.
Hijos, ustedes Me agravian mucho conversando de cosas amadas
desordenadamente; deben hablar a imitación Mía, es decir,
construyendo, nunca destruyendo. Si hacen caso de lo que dicen será
difícil aceptar Mi Espíritu con un corazón del todo abierto y dispuesto.
Pero si hacen caso de lo que Yo digo, verán que Mi ayuda se hará patente
y todo será bueno para ustedes.
Hace tanto tiempo que digo al hombre que haga obras de amor, ¿por
qué no Me escuchan? Y ustedes que quieren escucharme, ¿por qué se
confunden? Yo Soy su luz y a Mí deben volver la cara si quieren ser
ilimuminados. En su continuo desvío está su daño y lo que Me
desagrada mucho. Aprendan que el hacer obras que Me agradan no es
cosa difícil porque apenas encuentro una mínima parte de comprensión
Me dedico a acrecentarla, ampliarla, desarrollarla. No detengan Mi
actuar en ustedes y entonces Mi Reino será patente en ustedes, como
ahora no pueden ni imaginar.
Vendré, He dicho, pero no He dicho cómo. Será un pequeño juicio,
pero no He dicho cómo. Hombres, el amor vendrá, el amor que esta
mujer que escribe, lo ha hecho con una “a” minúscula, pero que en
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cambio está escrito con una “A” mayúscula.
Mi Reino está ya entre ustedes. La era de Mi Espíritu, que es Santo,
ha llegado. Unanse a Mí, únanse al amor que se difunde en ustedes y
bendigan al Hijo de la Virgen María que por ustedes lo Ha merecido.
¡Adelante, Hijos Míos, Soy todo inclinado a su bien, reconstruyo
todo lo que han resquebrajado, con tal que se pongan en Mi Querer y
formen un tesoro de experiencias pasadas. Soy siempre su Padre y hago
todo con el mismo Amor de siempre. ¡Ciegos Míos! Aquí Conmigo,
denme la mano, no simbólicamente, sino verdaderamente con toda la
generosidad que les infunde Mi Espíritu y serán felices de estar
conducidos por Mí, de la mano.
¿Ven esta mujer que escribe? Ella debe comprobar todas las cosas
que les digo para tenerlas presentes para ella y para ustedes. Para
ustedes a quienes elegí entre millones de criaturas y hoy coloco en torno
a los Sagrados Corazones de Mi Hijo y de María, para respirar el divino
anhelar de Mi benéfico Amor.
¡Hijos, hermanos, esposos, Hijos Míos! Porque Yo Soy el Padre;
hermanos Míos porque Yo Soy el Verbo, esposas Mías, almas Mías,
porque Yo Soy el Espíritu Santo: ámenme, denme amor; no las palabras
sino sus actitudes quiero y los invito a reflexionar que si se acabase Mi
Amor, todo se acabaría para ustedes y para siempre.
¡Sean más buenos, sean menos indignos, sean más afectuosos! El
amor que les pido lo tendrán de Mí mismo, porque no podrían tenerlo
sin Mí…
El mundo necesita de ustedes, los pueblos no encuentran seguridad
si no hay quien conozca los secretos de lo sublime y la grandiosidad de
Mi Misericordia.
Por esto, si hay alguien que asume el acento del águila que vuela
pronto es temido por un exaltado. Y en esto caen los llamados buenos,
más que ciertos otros mediocres que no son ni buenos ni malos.
Y esto Me apremia porque a través de Mis campeones de fe y de
pensamiento, Yo ilumino a los que verdaderamente están sentados en las
tinieblas, que son lo que son precisamente porque no se reconocen como
tinieblas. Yo sé que todo pecador es una nube oscura, pero más oscuros
todavía son los que tienen por luz las tinieblas. ¡Ah, éstos cuánta torpeza
difunden y qué funestos son para los demás!
Por tanto, dejen que Yo les hable, sin velos, a través de Mis canales y
hagan que Mi voz les llegue sin encontrarlos sentados y débiles.
¡En pie! Levántense, Apóstoles de la Nueva Alianza, fraternicen; es
hora de que se proceda a la conquista del espíritu por Mi Espíritu. Es
hora de ir a afrontar no la muerte material, sino la más dolorosa, de la
negación de sí mismos.
¡Hijitos, no sean negligentes, escúchenme, Yo hablaré sin que la duda
asome en ustedes, porque la Luz que quiero darles es grande!
¡Vamos, en pie, es su hora!
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POR USTEDES ACCEDÍ DE CORAZÓN A HACERME VÍCTIMA
CM-118 18-May-97 (Fiesta de Pentecostés.) Jesús
Hijos Míos, antes de que partan hacia lo cotidiano de sus vidas
quiero hablarles de algo que se llevarán en la mente y el corazón como
un tema de reflexión para el camino…
Me llené de alegría comprobando que a la luz de Mis Palabras se iba
formando en Mis criaturas el altísimo concepto que debían tener de Mí.
Casi sediento, el hombre bebe en la fuente de Mi Divina Doctrina y no
advierto que si bebe Me lo debe a Mí que lo induje a ello. Por eso decía
que cuando se vayan de este lugar donde hemos tenido un verdadero
encuentro, lleno de esperanzas, se llevarán temas para reflexionar, sobre
el pefil suscinto de Mi personalidad —como diría Mi Psicólogo— (se
refiere a un Psicólogo que está en el grupo), sobre Mi Humanidad, como digo
Yo…
Era propenso a callar, pero de palabra viva, lento en juzgar, dulce y
pacífico, candente con los hipócritas. Dulce con los pecadores y jamás
airado con nadie; siempre alegre entre los hombres, triste con bastante
frecuencia, cuando estaba solo. Una sola mirada Mía podía recoger
muchas miserias, sin embargo, los fariseos se enfurecían con Mi
popularidad.
Oraba y lloraba, sanaba con más frecuencia las almas que los cuerpos
enfermos; una sola enfermedad no pude sanar en la tierra y fue la de los
Sacerdotes soberbios.
El Milagro era el sello de Mis Palabras, el ejemplo el estímulo de
quien Me observaba: en todo hice continuamente el Querer de Mi Padre.
Y cuando llegó la hora de morir, nada fue más dulce que ver contento en
el buen sentido, justificado a Aquel de Quien descendí. Me había pedido
sacrificios increíbles, le había dado un amor ilimitado.
¡Viví haciendo el bien, morí blasfemado! Resucité glorioso y esperé
para esto el tercer día, a fin de que Me creyesen verdaderamente muerto
y realmente resucitado.
Ahora estoy aquí, en la felicidad perpétua y en la Gloria del Padre.
¿Quién Me llamó en la tierra? Yo mismo vine, pero la que llegó a ser Mi
Madre, Me llamaba por Su belleza, Aquella belleza con la cual la había
adornado. Vine oculto, sin demostración; el mundo siempre ciego
pequeño, habría quedado extraño en Mi nacimiento, si Yo no hubiera
enviado a los Angeles y a los Magos.
Crecí solitario en Nazareth, entre José y Mi Madre, sin buscar nada
para Mí; si Me manifesté fue sólo por ustedes los hombres.
Por ustedes Me hice atrayente (explica que habla de Carisma), por
ustedes oré, por ustedes suspiré y morí. Por ustedes ayuné, hablé, sufrí;
por ustedes, desmemoriados, Me quedé en el mundo manteniendo Mi
Pâlabra. Por ustedes acepté el menosprecio del infierno, por ustedes Me
encumbré al Tabor, sólo por ustedes accedí y muy de corazón, a hacerme
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su Víctima. Mi Padre satisfecho por ello, porque salvé al hombre, ustedes
tenían necesidad de que así fuera. Por eso debía sacrificarme y lo hice.
Por eso decía que, cuando los hombres se percataron de todo lo que
quería darles, reí de verdadera alegría (vuelvan a leer el segundo
párrafo).
Los hombres de Galilea que mirando a lo alto Me habían visto
elevarme de la tierra y desaparecer entre las nubes, fueron los primeros
que sintieron Mi atractivo después de Mi Ascensión. Y como tales fueron
también los primeros en llegar a la fuente de Mi Doctrina que Pedro y los
otros habían escuchado pero sin entenderla todavía bien.
Desde el Cielo inicié la obra de la persuasión del hombre y el hombre
correspondió a Mi Querer porque Yo infundí la verdad y con la verdad
creció el conocimiento; de modo que aún antes del gran movimiento del
Espíritu Santo, Mi Luz había predispuesto a las criaturas a reconocer al
mismo Espíritu y Sus obras, tal como lo hice con cada uno de ustedes.
No es que el hombre conociera por anticipado lo que Yo quería hacer de
él, sino que sólo creció en él, el conocimiento. Por tanto, sonreí de
verdadera alegría al igual que sonreí cuando los vi ir llegando a este
encuentro Conmigo, dejando atrás el mundo, responsabilidades y
obligaciones… Cuando llegó el Espíritu Santo los incendió con lo que
habían llegado a ser interiormente. ¿Lo entienden? ¿Perciben lo que
estoy tratando de decirles? ¿Comprenden la urgencia de entrega que les
He venido pidiendo?
¿Qué se sabe de la vida oculta de Mis Apóstoles? Casi nada, porque
estaban apartados con el temor por su vida. Pero esto no quiere decir que
Mi permanencia entre ellos antes de subir al Cielo no haya dado sus
grandes frutos de Luz.
El que cree puede muy bien circunscribir la obra de Dios a pocos
hechos sobresalientes que representan las etapas de subida hacia Mí,
pero no debía ignorar que es grande el cuidado que tengo Yo
continuamente por todos y que, por lo mismo la criatura no puede llegar
de un golpe a ciertas cumbres, sino que las alcanza después de haber
recorrido una determinada cuesta.
En este día en que se preparan para considerar Pentecostés, está bien
llevar el pensamiento a aquellos amados Apóstoles que, sin sospechar
nada continuaban su vida de antes como si Yo no hubiese pasado entre
ellos sin cambiar radicalmente su futuro. Pensar que de golpe pasarían el
día fúlgido de Pentecostés es un error. Entonces mírenlo pensativos y
mediten que Yo haré otro tanto con ustedes si aceptan verdaderamente
Mi promesa.
Vendrá el Espíritu al haber tenido la Luz. La obra del Padre fue
enviarme a esta tierra: Mi obra fue redimir; la obra del Espíritu sublimar.
Esta última obra está en acto y cesará cuando todos estén salvados; es
decir, todos aquellos que quieran ser salvos. Pero antes, suban Conmigo
al Cielo, antes mediten cuánto los amo, hagan una oración ante Mi
153
Sagrario y luego El Espíritu se derramará sobre ustedes.
Espíritu Santo, torna a este querido grupo, torna a esta querida
ciudad y junta los corazones de muchos redimidos porque tu obra Me
agrada y es necesaria para ellos. Espíritu que enciendes los corazones de
los hombres, difúndete con Nosotros, Padre y Verbo, porque Nos das un
gozo grande en toda operación tuya que llevas a cabo en Nuestras
amadas criaturas…
Hijos Míos, agradezcan a los tres Sacerdotes que se unieron a ustedes
y que están unidos en el mismo Espíritu y pidan en la Eucaristía para
que Mi Espíritu también descienda sobre Mis almas Consagradas y sobre
toda Mi Iglesia.
PERMANEZCAN LEJOS DE TODA OFENSA CONTRA MÍ
CM-119 18-May-97 Jesús
Hija amada, este Mensaje es dirigido a todos: a cualquier hombre o
mujer, pero alguien en especial debe reconocerlo como propietario
directo, escribámoslo.
Partiré del supuesto caso que un alma esté decidida a entrar por la
puerta angosta que conduce a la vida sobrenatural. En esa vida se
pueden distinguir dos categorías: almas que hacen caso a los pecados
mortales y almas que hacen caso, además de los pecados graves, también
a los veniales.
Hablo a estas últimas Yo les digo: han tenido Gracia suficiente para
evitar las ofensas graves contra Mí; ¿por qué no debería darles la Gracia
que hace evitar los pecados veniales? Más aún, porque quiero verlas
enteramente bellas, Me afano porque permanezcan lejos de toda ofensa
contra Mí. Esto es lo que Yo hago y también ustedes lo creen. La cosa es
seria para ustedes, si consideran sus confesiones, ¿verdad? Pero
díganme, si un campo de trigo tiene mucha cizaña, ¿cómo pretenden
destruirla de una sola vez? Por eso, convénzanse que hace falta trabajo
en sus almas antes que quede sólo el trigo de Mi gracia.
Hijos Míos, confiesen las mismas cosas, pero no renuncien a
corregirse, de lo contrario su cizaña ahogará Mi trigo. Hoy un poco,
mañana un poco más y, con Mi ayuda, estarán libres de cargas.
Digo asimismo a las almas que He elegido, ¿diez es lo mismo que
cinco? No ven que son de la misma especie, porque lo importante es
bajar de diez a cero, ¿entendido?
Pero ustedes que quieren el camino estrecho están también en otras
angustias Me piden pan, salud, fuerza, Gracia y amor. Todo bien, porque
esto significa obedecerme, en cuanto que les He enseñado a orar por
estas cosas y no quiero que cambien; pero, con sus peticiones tienen en
mira su yo, y esto echa a perder no poco, la oración que Me hacen.
Esta sí que es puerta estrecha y poquísimos entran por ella: pedir
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todo teniendo en mira el cumplimiento no de la propia voluntad sino de
la Mía.
Es un gran Amor el que les manifiesto hoy al encaminarlos al aprecio
de lo que los ayuda para ser y permanecer como Mis especiales
discípulos. No crean que Mis Palabras sean todas para despreciar su
modo de venir a Mí puesto que veo a todos y sé de todos las cosas más
íntimas. Pero afirmo que el resolverse a lo mejor es buena señal, mientras
que al atender a Mis estímulos sólo por asunto de sentimentalismo, no
produce mucho, aun cuando algún ojo se humedezca.
Quiero hacer grandes cosas en ustedes, creanme, quiero hacer de
ustedes hornos ardientes de Mi Amor, centellas de Mi Corazón ante el
mundo helado e ingrato. Por consiguiente, síganme, acepten Mi consejo
y trabajen para purificar su alma junto Conmigo. Se requiere método; no
se puede barrer una casa dando continuos escobazos, más aptos para
levantar el polvo que para recogerlo. Limpien lentamente, miren los
rincones y no sean impacientes con ustedes mismos, porque la
impaciencia acarrea ruina. Y oren, oren a fin de que en todos se cumpla
Mi Querer.
Sí, la puerta es estrecha, lo repito, pero el Palacio que les espera en
grande, es bello, maravilloso. Entren, pensando en Mí y no en ustedes.
DESDE LA HOSTIA LOS MIRO CON AMOR
CM-120 18-May-97 Jesús
(Para un Sacerdote.)
Dirás a Mi Hijo que es tan grande Mi amor por él que hoy, en el
preciso momento de la Consagración, Yo He estado contemplándolo
desde aquella Hostia lleno de ternura y de gratitud. El irá descubriendo
nuevos dones y frutos que Mi Espíritu Ha depositado en ese corazón…
¡Perder lo cierto por lo dudoso! Eso es lo que hace el hombre de hoy, ¿no
es un gran tema de reflexión?…
¿Por qué no hacer un trabajo sobre esto para la gente que está en
formación religiosa?
Tu plan de salvación lo exige: sicut dedisti potestatem.
NO TEMAN ANTE LAS DIFICULTADES
CM-121 19-May-97 Jesús
Mi paz contigo… Hijitos, Yo Sé guiar al bien a cualquier criatura y
efectivamente guío a muchas criaturas al puerto divino en el cual se
puede encontrar todo bien. Me contento con la aceptación simple pero
sincera y no estoy pensando si Me viene de un ser inteligente, como
dicen ustedes, o ignorante, porque para Mí es de verdad sabio sólo el
155
que acepta Mis obras. Pero estas obras (ustedes lo saben) no aparecen del
todo, más bien sólo aparece la exterioridad de Mi acto divino, como los
frutos que por fuera son espinosos y por dentro gustosos. Además
tampoco aparece el que da tales frutos, porque Yo Me sirvo de personas
por demás torpes sino peores pero tan amadas.
¡Hombres, ánimo! Animo y recogerán muchos “higos de Indias”, sin
pensar en las espinas de que están revestidos. ¡Animo! Separen las
plantas espinosas de los espinosos “higos de Indias” que Yo les traigo.
No teman ante las dificultades, porque el temor es juego del que Yo Me
sirvo para hacerles realizar un esfuerzo mayor. Estén tranquilos,
saboreen Mis frutos y no los echen antes de haberlos gustado.
Deberían recordar que Yo Soy el Dios del Amor y que por eso en Mí,
toda acción es Amor. Deberían creer que el haber vivido entre ustedes
con todo lo que resulta de eso, es prueba segurísima de Mi amor. ¡Oh, si
supieran cuántas espinas Me He clavado Yo que no habría debido sufrir
ni siquiera un instante. ¿Y quién puede decir que su Dios no Ha sido
generoso con ustedes, antes de animarlos al sufrimiento?
CONMIGO TENDRÁN TODO LO QUE YO POSEO
CM-122 20-May-97 Jesús
Niña dulce, te hablaré de Pentecostés. Cuando llega del Cielo el rocío
celestial y se asienta sobre las almas que esperan al Esposo vivo que
fecunda las almas, todos los corazones buenos llaman a Mi Espíritu, pero
no todos tienen el entendimiento que da la fusión entre Mí y ustedes.
Me piden los dones que la Iglesia ha indicado a todos y está bien.
Pero, ¿quién pide, no los dones, sino al Donante?, ¿quién se contenta con
lo que Yo le doy? Casi todos juzgan santo el pedirme dones y no tienen
como excelso el pedirme a Mí, Donador y Esposo… No crean que vuelan
con los Serafines, mientras están a duras penas en la mecedora de los
niños pequeños.
Tienen necesidad de Mí; Conmigo tendrás todo lo que Yo poseo.
Esto es lo que Yo les digo, que les aconsejo y es cierto que la mesa
servida es mayor que el mísero plato de legumbres, es cierto que el fuego
del cráter es mucho mayor que la llama del gas.
Almas Mías, el Espíritu que invocan Soy Yo; los quiero ricos no sólo
de siete cosas, sino de infinitas cosas y son las que Yo mismo les ofrezco.
Uno de aquellos siete dones comprende todos los otros y eso les ofrezco
de muy buena gana: Mi amor. Las otras son todas menores y más bien,
son hijas de Mi Amor.
Por eso les advierto que esta Mi Voluntad de darme todo Yo a
ustedes debe ser la mira de sus deseos. No piensen en fuegos divinos, en
gozos arrobadores, porque Mi fuego arderá en ustedes cuando no lo
esperan y entonces, sólo entonces será su verdadera Pentecostés.
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APRECIO LA HUMILDAD
CM-123 20-May-97 Jesús
Continuemos, hija Mía, que todavía quedan muchas cosas que
decir… Hablaremos de los “pobres de espíritu”. Yo dije:
“Bienaventurados los pobres de espíritu”, es decir Bienaventurados los
que tienen el espíritu falto de soberbia, ya que éste es el sentido de las
palabras en hebreo. La frase literal y algunas explicaciones han torcido el
sentido que Yo He dado a estas palabras, de modo que pareciera que
alabo la pobreza de apego a los bienes y en cambio, en el caso, aprecio la
pobreza de soberbia, en dos palabras: la humildad.
Cosa bastante clara si se explica, pero que no se comprende si se la
deja en la incertidumbre de la interpretación. Que Yo pondere el
desprendimiento de las cosas terrenas, es seguro, pero que anteponga a
todas las virtudes la humildad, es cosa notoria; por eso hablé de ella
como la primera Bienaventuranza.
Mi lenguaje ofrece a los hombres la verdad, pero si delante de ella se
interponen diafragmas, aun cuando sean transparentes, la verdad
resultará opaca, poco atractiva. Sin embargo Mi obra continúa y
continuará siempre, mientras haya un hombre en la tierra.
¡Cuántos obstáculos tengo que superar! Y como si no bastaran las
cegueras comunes a todos los mortales, como son las concupiscencias,
interponen a Mi obra otros obstáculos, los mismos que, sin embargo, la
reconocen. Si puedo hacer todo, no se ha dicho que Yo quiera hacerlo
solo, por eso Me sirvo de los hombres y a ellos les confío el gobierno de
las cosas y de los hombres.
Pero, al sobrepasar la obra del hombre a Mi obra, debo abatir más
obstáculos de cuantos lógicamente son necesarios. Y en esto está la
necesidad de tomar algunas almas y guiarlas por senderos todos Míos,
hasta hacerlas alcanzar la claridad de la luz y el puerto seguro. ¿Dónde
han aprendido Mis amados la Doctrina Mía? ¿En los libros? Sí, en los
libros, pero esto es lo menos; lo más ha sido Mi ilustración, Mi
intervención directa. Así han surgido las maravillas de los mediocres y
así conocen que no necesito de nadie. Si Me valgo de los hombres es
porque quiero honrarlos, pero Me valgo sólo en lo poco que Yo quiero.
Y, más que de todos Me valgo de Mi Esposa predilecta porque, más que
a todos He confiado a Ella Mis cosas.
Pero al decir que quien no está contra Nosotros está con Nosotros,
quise decir muchas cosas, entre las cuales la verdad de que quien obra el
bien de pensamiento, de obra, no puede estar contra Mí porque Yo
mismo lo ayudo a proceder así. Por consiguiente quien dirige y sabe
estas cosas ponga atención en todo y no pronuncie tontamente sentencias
fuera de lugar.
Repito: hay diafragmas que se oponen entre la verdad y el
conocimiento que tienen de la verdad. Es preciso eliminarlos si se quiere
157
ver el esplendor de la verdad, de lo contrario todo queda opaco, gris,
incomprensible. En cambio, la verdad es sencilla, pura, accesible a quien
tiene el corazón bueno.
Por eso digo una vez más: Bienaventurados los pobres de espíritu, es
decir, los que tienen espíritu pobre de aquella malvada soberbia que es
también el motor de tantas disquisiciones y la causa de tantas
inexactitudes.
Quiero menos disputas y más búsqueda de la verdad. Esto es
humildad y esta es Bienaventuranza.
EN EL SUFRIMIENTO EL AMOR POR MÍ CRECE,
A MEDIDA QUE CREEN
CM-124 20-May-97 Jesús
Se acuerda de Mí el hombre que está en el trabajo y se acuerda no
porque es propiedad suya el recordar, ya que por sí sólo el hombre es
nada en cuanto a memoria y en cuanto a todo lo que tiene de Mí. Si
piensa recurrir a su Creador, es porque en la oscuridad del disgusto o el
malestar, Yo le hago sentir que está siempre atado a Mí como criatura
salida de Mis manos. En los casos en que todo da fastidio o dolor, el
hombre siente -por Mi virtud- que su principio Soy Yo y que como tal
puede pedir un alivio, una comprensión.
La actitud que sigue a esta comprobación es variada según que la
criatura se encuentre en un estado o en otro. Hay quien Me invoca y
bendice, hay quien Me recuerda y maldice y, entre unos y otros, hay
quien Me reprocha por la pena que sufre. Otras y diversas gradaciones
puede probar el hombre, como el recurrir a Mí en toda pequeña tontería
para ser liberado, como el olvidar que la pena no es daño y, por tanto,
permanecer frío delante de Mí cuando llega la turbación.
Pero entre todas las actitudes que toma el hombre con ocasión del
sufrimiento, una es particularmente característica de esta época: La
incomprensión de Mi Querer. A todo quiere atribuirse el sufrimiento,
menos a Mí; se quiere encontrar la causa de todo sin tenerme en cuenta.
Y así el mundo está lleno de presumidos y desalentados. Los primeros se
engañan y tratan de engañar, los otros se repliegan sobre sí mismos y
mueren espiritualmente. ¡Qué de miserias en todos!
Este siglo que sabe tantas cosas, que tiene tantos medios, no sabe
encontrar la razón de lo que sucede al hombre. En este tiempo en que se
deshecha el fatalismo no puede encontrarse el realismo que da la razón
verdadera de las contrariedades y las aflicciones. Este es el plano en que
se mantienen pueblos e individuos perdidos y dudosos. Todos están
inquietos, casi nadie busca el verdadero remedio que es aceptar la
contradicción para encontrar la luz. Ya te He dicho que quien Me sigue
resolverá todas sus dudas y principalmente las que se refieren al
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sufrimiento, ya que no se puede seguir la luz sin ser iluminados.
Yo no llevé la cruz solamente del pretorio al Calvario, no sufrí sólo
en aquel Viernes, sino que Me eché encima inmensas penas desde que
era pequeño. Y fue para darles remedio a ustedes, para darles aliento.
Pero si ustedes distraídamente Me creen que Me hice hombre y sufrí
como hombre, entonces permanezcan en sus oscuridades y sufran
inútilmente. Yo estoy a su disposición; Me doy a ustedes, según la
esperanza que tienen en Mí, según que crean en Mí. Sí, en el sufrimiento
el amor por Mí crece a medida que Me creen; que creen en el valor que
He dado al sufrimiento. Crece cuanto más cuentan con Mi Bondad y
Providencia. ¡Oh, cuánto crece el amor si se entregan a la aceptación de
la pena!
Un día comprenderán que el haber escuchado estas palabras Mías es
la verdadera y eficaz causa de su futura felicidad. Comprenderán que no
los engañé; que no se engañaron y Me estarán agradecidos.
Por lo tanto, busquen la razón de su sufrimiento y sin fatalismos,
atribuyan a Mi Querer lo que los molesta; luego, si Me aman, no pongan
otros obstáculos a fin de que se cumpla Mi Voluntad. Esto Me agrada y
abreviará su mismo sufrimiento.
TODA MUERTE LLEVA CONSIGO EL GÉRMEN DE OTRA VIDA
CM-125 20-May-97 Jesús
La vida y la muerte, como el día y la noche, dicen a quien lo
entiende, que toda muerte lleva consigo el germen de otra vida, del
mismo modo que los rayos del sol que se pone, prometen una nueva
aurora. Por eso en el ocaso de la vida todos llevan consigo el germen de
la inmortalidad, feliz o condenada, según el alma esté viva o muerta a la
Gracia.
Puedo, verdaderamente, cambiar el curso de los acontecimientos y
hacerlos pasar del ocaso oscuro al radiante; más aún, esto Me da gran
alegría y muchas veces lo hago. ¡Cuántas almas recogidas en el lecho de
muerte! No pueden tener idea. Les baste pensar que Me agrada tanto
salvar en el instante de la muerte, que Yo mismo quise morir al lado de
Mi buen Dimas, después de haberlo salvado en su último momento. Pero
todo esto no debe generar presunción, ya que en el mismo Calvario, a Mi
lado, otra criatura murió desesperada.
Por eso toda la confianza sea hacia Mí, pero todo el temor a ustedes.
Así es como Me encontrarán Misericordioso, así podrán llegar a Mí y no
de otro modo.
Recuerden la muerte. He dicho recuérdenla, pero no les pido que no
la teman. Es un paso que se asemejará al resto de la vida mortal, ya que
entonces recogerán lo que sembraron. El pensamiento de la muerte les
sea alegre, no triste, porque ¿qué otra cosa es la muerte sino conquista
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del bien en que han creído?… Para quien Me cree, morir es liberarse del
aburrimiento del mundo, del peligro de ofenderme, de los asaltos de
Satanás. Para quien Me ama, morir es presentarse a un Juez lleno de
compasión, tanto que Me He hecho Víctima de todos los que juzgaré. No
podrían tener mayores garantías sobre el futuro juicio que los espera,
porque Yo mismo los He prevenido, pues quiero que se presenten a Mí
cubiertos con Mi Sangre, con Mis méritos… Espero que comprendan que
Yo seré justo no sólo con ustedes, sino también Conmigo y que sabré ver
bien que Mis méritos cubren, pueden cubrir toda su miseria.
Ahora si quieren darme un gran contento, si quieren congraciarse
anticipadamente con su Juez, consientan que los embellezca con el fuego
del Amor, el cual quema junto con sus ansiedades, todos los defectos que
tienen. Y entonces podrán pensar en la muerte como una real liberación,
como el punto de partida del más feliz de los viajes…
Ahora tranquila, vas a escuchar a Bernardo y más adelante a otros
más… ¿No sé regalarles y mimarlos con cosas tan gratas e imprevisibles?
LA SANGRE DE LOS MÁRTIRES FUE SEMILLA FECUNDA
CM-126 20-May-97 Una voz suave pero juvenil, me inunda
La paz de Jesús esté contigo, hija y hermana. Hijo de la amantísima
Madre, yo, Bernardo, un día Abad de Claraval, estoy aquí para enseñarte
cosas que me fueron confiadas por la Alta Sabiduría. Escucha.
Los primeros cristianos cuando sufrieron el martirio por obra de
varios Emperadores Romanos, se elevaron a la altura que tuvo el primer
Mártir, altura de correspondencia, aunque no igual. ¿No lo entiendes?
No importa, recuerda que lo que se te dicta no sólo es para ti, tu D.E. te
explicará, como siempre, lo que no comprendes. Decía que así elevados,
pudieron iniciar desde el Cielo una vasta obra que Dios les confiaba a
ellos en particular. La obra era ardua, pero su sangre, unida a la Divina,
había podido fecundar el campo de su acción.
Fueron los primeros Mártires del cristianismo los que dieron al
mismo Cristo el perfume especial reservado a las Víctimas divinas y
Cristo, Mártir a Su vez y suscitador de Mártires, apreció el perfume del
martirio de cada uno de ellos. Muchos Mártires son desconocidos y otros
con dificultad conocidos. Pero cuando todos se hagan conocer, es decir
en el Cielo, entonces se verá cuán cierto es que las palabras y el ejemplo
de Cristo han sido semillas fecundas que han dado muchos frutos.
Pues bien, la historia que tú no conoces consiste en esto: que,
sublimados a la altura del Mártir Divino aquellos queridos y bondadosos
Mártires han merecido para los infelices caminantes, que no menos de la
décima parte de ellos deba ser salvada a toda costa y esto para que
aquellos Mártires sean exaltados y en ellos se reconozca, siempre por
medio de la bondad divina, la virtud generatriz que fue transfundida en
160
ellos por la Cabeza de los Mártires: por Jesús.. Esta maravillosa Gracia se
debe por eso, a la Sangre que fue derramada en el Gólgota y que les Ha
participado una parte de su propio poder Redentor. ¿No es una historia
bellísima?
Pero oye lo que te dice ahora tu hermano Bernardo, porque hoy he
venido hacia ti para instruirte, además de hacerte partícipe de la bondad
de Dios en lo tocante a los primeros Mártires. Es así, debo adiestrarte en
el juego de la pequeñez, es decir de la humildad. El Cielo escucha las
súplicas, los gemidos con los cuales pides la santa humildad, la
humildad verdadera y también sentida. Nosotros estamos contigo,
porque Dios quiere darte esa virtud y en abundancia.
Tú no eres anacoreta, ni tampoco gran penitente, ni siquiera
ayunadora y menos flageladora de tu cuerpo. Pero quieres la humildad y
la tendrás, no con señales externas, sino con vívida luz interior.
Por tanto, el juego en que debo adiestrarte consiste en esto hacer
todas las cosas que hicieron los que te he mencionado más arriba,
permaneciendo en tu puesto más aún debes hacerlo sin que nadie se
percate, salvo los tuyos. Sí, han cambiado los tiempos y Dios mismo que
los Ha cambiado, cambia de métodos.
Eres una mujer moderna: tienes automóvil, luz eléctrica, el avión, el
ascensor, papel, lapiceros y computadoras. Muchas comodidades más.
Vives entre paredes, resguardada de la humedad, tienes muchas cosas
que te Ha mandado nuestro amoroso Padre. Tú no pides limosna,
puedes volar de un punto a otro y te deleitas entre los regalos de la
época que te encuentras.
El juego consiste en que sepas pasar a través de mis muchísimas
cosas con espíritu desprendido.
Yo que tuve almas a Mi cuidado, sé que al alma le gusta llegar con
las fuerzas que tiene a ciertas conclusiones muy bellas, por lo cual Me
abstengo de expresarlas y espero que tu misma lo hagas cuando sea
necesario.
Mi amada, este juego te transformará en anacoreta, porque quedarás
sola, aunque estés entre mucha gente; en penitente, porque mortificarás
tu juicio y, a veces tu cuerpo, para ejercitarte en la humildad; te
transformará en sobria, porque tu voluntad tendrá que abstenerse de
muchísimas cosas deseadas naturalmente. En una palabra, si quieres
verdaderamente la santa humildad, tendrás tú más ocasiones de
ejercitarte en ella, de las que yo tuve en Mis tiempos.
Ya saben, Bernardo, hijo de La que los engendró también a ustedes,
les ha demostrado su cuidado particular. Pues bien, Yo no dejaré de
seguirlos y sostenerlos porque así lo quiere Ella, la excelsa Madre. Por
eso les dejo mi bendición y les pido que trabajen porque ha llegado el
tiempo de María. (Esto último a tu amado Padre).
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LOS ILUMINO SIEMPRE, AUN CUANDO NO LO ADVIERTEN
CM-127 20-May-97 Jesús
Volvamos a lo nuestro. ¿Has observado que al amanecer, cuando
hay poca luz, hasta que no asoman los rayos del sol, no vuele la vida a la
tierra?
Es justamente lo que ocurre al hombre cuando está en duda, como si
Yo dejara de enviarle Mis rayos benéficos. En Mí no hay movimiento o
rotación como en el sol y en la tierra, pues Soy siempre e
inamoviblemente luminoso; es la criatura la que no sabe dirigirse a Mí y
sólo por esto no recibe Mis rayos. No serán siempre rayos que producen
alegría, pero un hecho es cierto, que Yo siempre los ilumino aun cuando
no lo adviertan. La diferencia está no en Mí, sino en ustedes que, a veces
reciben Mi Luz con alegría y a veces sin séquito de alegría.
Si se comprendiera todo esto, estarían quietos y no harían
agitaciones. En cambio, cuántos suspiros no dan justamente porque están
privados de aquella alegría que les garantiza la presencia de Mi Luz.
Por eso, les digo que deben estar seguros y alegres porque en todo
caso Yo Estoy presente, si bien no siempre Me hago sentir.
¿Quieren ejercitar la Fe, o bien quieren siempre el pleno mediodía?
¿Y de qué les serviría? Se arruinarían y casi seguramente serían
arrastrados por Satanás a la soberbia que lo tiene atado en su reino
oscuro y perpetuamente frío.
Yo sé lo que les conviene, déjenme hacer, no los dejo solos, no, no los
dejo nunca. Créanlo y afuera el racionalismo.
SOY LA LUZ DEL PADRE
CM-128 20-May-97 Jesús
Del fuego y del amor, con palabras divinas traigo información a los
hombres porque es propio del Verbo dar ilustración y ciencia. En efecto
Soy la Luz y de la Luz lleno las almas que son dóciles a Mis operaciones
interiores. Al hacer esto actúo, casi siempre, en unión con alguna amada
criatura del Cielo o de la tierra.
Es posible al hombre encontrar la más grande comprensión
precisamente porque comprendo todo y sé perfectamente todo el porqué
del hombre. Pero el fuego que debo poner en el mundo, no puede ser
apagado, porque Mi obra es múltiple y sumamente liberadora.
Me conocen a través del Evangelio como hombre y un poco como
Dios. He obrado, en efecto, con pleno conocimiento de sus necesidades y
Me He manifestado tanto cuanto era necesario, no más. Pero He dado a
entender que Mi obra sería continuada con mayor intensidad y que Mi
misión humana no es otra cosa que la revelación de la Esencia Mía de
Verbo divino y como tal, la única persona de la Trinidad que debía
162
manifestar al Padre y al Espíritu Santo.
Yo Soy Luz, Luz del Padre y del Amor, Soy Luz para todas las
criaturas. Verme a Mí es ver al Padre, porque El se manifiesta sólo por
medio mío y Yo, siendo Su verdadero y eterno Hijo, manifiesto Su divina
generación; pero la Esencia en Nosotros, es única, si bien las personas
somos tres.
Soy la Luz del Padre; quiero ser y Soy Su alegría. Soy el portador del
Espíritu a la tierra y explico Sus operaciones de modo que Padre y Amor
tienen Su centro en Mí y Yo vivo de Ellos y por Ellos. Quien Me ve, ve
realmente al Padre y al Amor.
En estas semi-veladas palabras está encerrada toda Mi obra y les
hablo de ella para que puedan elevarse, alguna vez al Cielo, donde
también entenderán lo Nuestro.
Así pues, ¿quieren juzgar todavía Mis obras de Amor? ¿No es ya
hora de creer en la Luz y el Amor que los hacen conocer y amar al Padre
que les He confiado?
LES OFREZCO EL REFUGIO DE MI CORAZÓN
CM-129 21-May-97 María
Hijos Míos, Mi perfume es suyo. Mi Corazón que fue traspasado por
mil flechas sea el escudo en el cual se ampararán durante las
adversidades para someterse al Juicio de Dios. Les ofrezco el refugio de
Mi Corazón, oh amados hijos Míos, porque así lo quiere el Altísimo Hijo
Mío: Mi amor materno, efectivamemente, puede salvarlos del mal y
desea ofrecerles el bien.
Fui puesta en el centro de la Casa Divina y debo proveer a todos. No
descanso nunca, estoy siempre activa para ustedes y gozo mucho al
verlos bajo el amor que es el único que da la pura alegría.
Desearía pedirles una prueba de afecto, pero, ¿están suficientemente
listos a acoger Mi deseo? Veremos…
Hijos Míos queridos, les pido un pequeño sacrificio en favor de un
grupo de almas que son Mi preocupación porque están cerca de perderse
para siempre, pero Yo las quiero salvar junto con ustedes. Digan, hijitos,
la siguiente oración y no olviden que mientras con más frecuencia la
digan, mayores Gracias podré dar a esos pobres hijos Míos que están al
borde del infierno. Oren así:
Trinidad Santísima, Te alabamos y Te bendecimos con toda el
alma por las excelsas Gracias concedidas a María Virgen
cuando, al pie de la Cruz, Ella lloró amargamente por Jesús y
por nosotros…
Pues aquel llanto fue y es tan precioso delante de Ti, Padre,
que quisiste fuera crucificado Tu Hijo Unigénito, concede que
163
los pecadores obstinados, por la virtud de aquel mismo llanto,
se arrodillen delante de la purísima Madre de Jesús y confíen a
Ella sus almas.
También Tú, oh Verbo hecho hombre y Tú, oh Amor infinito,
concede que las almas más endurecidas se vuelvan a María y
de ella puedan obtener, finalmente lo que siempre rehusaron,
es decir, el dulcísimo perdón de sus horrendos pecados.
Trinidad Beatísima, acógenos también a nosotros y custodia en
nosotros el inmenso don que nos Has hecho de amar a La que
nos Has dado por nuestra amorosa Madre.
Amados hijos, si de verdad Me aman, les pido esta oración, pero
quiero que salga de sus corazones más que de sus labios. Oren Conmigo,
así quiere Jesús. Yo luego los salvaré y les revelaré cuánto los amo.
Saben que quien así les habla es su Madre que los ama, la Madre de
Jesús, el terror de Satanás, el deseo de Mis queridísimas almas purgantes,
el ojo derecho del más amable de los hijos, la Esposa toda pura de José.
Sí, Yo Soy María y Mi nombre está escrito en el Corazón de Jesús y
en el de muchos de ustedes…
EL CAMINO ES LA RENUNCIA A LOS ATRACTIVOS
CM-130 22-May-97 Santa Rita de Cassia
Amada hermana, te saludo… Virgen y pura, Inmaculada y Santa, la
dulcísima Madre de Jesús quiere que en el día en que el Cielo y la tierra
festejan Mi entrada a la Patria feliz, yo te hable de una gran virtud en la
cual me ejercité no inutilmente durante los años de la prueba en la tierra.
A Ella, Madre de los lirios, que Me da tan gozoso encargo, vaya ante
todo la alabanza por haberme enseñado y sostenido en tantos afanes y
humillaciones.
Sin Ella Me habría perdido, con Ella he encontrado el buen camino y
lo he recorrido velozmente, tanto que he saltado, directamente al Paraíso
desde la celda de mi Monasterio, en el mismo instante en que abandoné
mi cuerpo.
Por eso estoy aquí para incitarte por el mismo camino que yo recorrí,
para que también tú, con la ayuda de nuestra Madre, puedas llegar a
donde yo llegué llena de alegría. El camino es, pues, la renuncia a los
atractivos, sin excluir ninguno. Se tratará de descubrir nuevos y hasta
antiguos señuelos y someterlos a la Voluntad del Maestro Divino, pero
siempre con Su paz y jamás con turbulencia y agitación.
Del “abstine et substine” de Benito, más difícil es el primero por
obvias razones; pero con la poderosísima ayuda de la Madre, tú lo
lograrás. Por lo demás acá abajo están consignadas todas las renuncias y
al final formarán una reluciente corona de gloria.
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En la tierra me veneran como heroína del “substine” y está bien;
pero casi nadie se ha percatado de que también en el “abstine” hice
importantes progresos. El asunto, por lo demás, es natural en cuanto que
la renuncia a los atractivos más fácilmente permanece secreta en
comparación con las contrariedades, cuando éstas, como en el caso Mío,
provienen de fuera.
Amada hermana mía, concluyo la lección… Tú escudriña bien y obra
con la ayuda de la Madre celestial. Yo desde el Cielo impediré que el
enemigo te turbe, ofreciendo, ya que así lo quiere Dios, mis tentaciones
victoriosas en beneficio de tu alma.
Cuando subas me reconocerás en seguida, puesto que ya en la tierra
me verás con la señal que tengo en la frente y que he pedido al buen
Dios, no me quite la marca en este cuerpo ya glorioso.
TE ELEGÍ Y AHORA ERES MÍO
CM-131 22-May-97 Jesús
Te atraigo, hijo y te atraeré y tú, ciervo sediento, beberás alegre,
exultante, en Mi inagotable fuente.
Te amé, por eso ahora existes; te amé con predilección, por eso ahora
vives, te elegí por eso ahora eres Mío y Yo Soy tuyo.
Las llagas de Mi Cuerpo fueron muchas y las que afligieron Mi
Espíritu, cuando era pasible en la tierra, no pueden tener número. Pues
bien, todas Mis llagas, todos Mis dolores, fueron como otros pararrayos
sobre los cuales la Justicia de Mi Padre Ha descargado los rayos que de
otro modo, debían destruir para siempre la posibilidad de alzarse de
nuevo la humanidad pecadora. Sí, Yo He concentrado toda la miseria del
hombre; He querido tomarla sobre Mí y He pagado ya por ustedes…
Ahora, hijos Míos, todos… Es bastante curioso ver que algunos de
ustedes, después de haber creído en esta verdad y de haber
experimentado en sí mismos la dulzura y la virtud de Mi perdón, ahora
se detienen en cosas realmente pequeñas.
Amigos Míos, si tengo el poder de redimir y perdonar las faltas de
un asesino, de un ladrón, de una pecadora, de un traidor, ¿no voy a tener
el poder de redimirlos de cosas mucho menores? Así, Me juzgan un Dios
a medias, no un Dios completo, es decir de infinito poder. Sería como si
un herrero tuviese fuerza sólo para golpear el hierro, mas no para
levantar una pluma.
Sí, hablo de sus defectos y Me refiero al fastidio que experimentan
por ellos. Mientras tanto el fastidio viene de Mí, pero no separado de la
paz, ya que no amo la agitación, tan querida al que los odia.
En cuanto a los defectos, a las faltas, debo decirles que son muy
buenos medios para humillarse, óptimas posibilidades para
demostrarme amor, esforzándose por enmendarse. No, no pierdan la paz
165
y comprobar que con imperfectos, no destinen a Satanás su tranquilidad.
¡No, no hagan así! Bajen la cabeza y vuelvan a levantarla en seguida.
Todo acto de esta humildad es un rayo de luz que ilumina su alma, rayo
que Yo quiero darles, siempre y que, infelizmente, no siempre es
aceptado. ¡Oh! Claro que Me importa que hayan caído pero más Me
importa que vengan en seguida a Mí sin sorprenderse del mal cometido,
sino con ánimo amoroso.
Recuerden bien; si sé redimir de las cosas grandes, sé también
redimir de las pequeñas. Les repito que no Soy un Dios, un Redentor a
medias y Mi Corazón es todo para ustedes sin reserva. No pretendo
mucho, quisiera amor, el Amor divino que Yo mismo les doy y que
quisiera darles en mayor cantidad si no fuesen tan apegados a ustedes
mismos.
Amigos queridos, ¿por qué obstinarse en mirar en demasía sus
miserias? Piensen en Mí, en las cosas que He hecho y He dicho en la
tierra, en lo que He sufrido; piensen que resucité, Me aparecí a los Míos,
a Mi Madre, a las mujeres, a los demás. Véanme de nuevo subir al Cielo,
lleno de Gloria y majestad, de alegría y caridad.
Sí, quiero decirles que es muy bueno examinarse brevemente acerca
de las faltas, pero sin excesos y reservar más tiempo a la meditación de
las cosas divinas. Por lo demás, cada cual está fijo en aquel a quien ama y
en las cosas que atañen al amado. ¿Piensan demasiado en ustedes
mismos? Pues bien, está claro, se aman a ustedes mismos con amor
desordenado. Pero hay alguien que no procede así y en él tengo Mis
complacencias, porque recibe de Mí tranquilamente y no interrumpe Mi
actividad de Gracia, como hacen ciertos escrupulosos. Es Mi hijo amado.
Pero los amo a todos, sepan y si demuestro alguna preferencia no se
ofendan, porque Mi Amor es infinito para todos.
SER PASTOR SIGNIFICA UNA SOLA COSA: DAR LA VIDA
CM-132 24-May-97 Jesús
Yo Soy el Buen Pastor, conozco a todas Mis ovejas, una por una y
ellas Me conocen. Escuchan gustosas Mi voz y Yo oigo sus balidos.
Acudo desde lejos, como un relámpago Me acerco a Mis ovejas que están
en angustia. Son todas Mías las ovejas del mundo pero muchas de ellas
no saben que Yo Soy todo para ellas. Se acercan a Mí como ciegas y luego
vuelven atrás, beben la fuente que Yo les presento, pero pronto vuelven
sobre sus pasos. Conozco a Mis ovejas y quiero darles a todas Mi vida;
por todas He dado la vida humana que tomé de María.
Les digo Mis ovejas: ¡Oh si fuesen tan dóciles como ellas, cuánto bien
les harían y cuán felices serían! Les digo que Soy su buen Pastor, si
supieran cuánto Amor les tengo, creerían que ser Pastor para Mí significa
una sola cosa: dar la vida. La vida humana que viví en Palestina y Mi
166
vida Divina que vivo con el Padre y con el Amor. He aquí lo que es para
Mí ser el buen Pastor.
Ante ustedes no es la ilusión, es la verdadera caridad de su Dios que
se adapta a ustedes, para ayudarlos, para atraerlos, para abismarlos en el
Océano de Mi misma felicidad.
Tantas veces les He dicho que se presentan las pruebas y se les
presentan a ustedes, no a Mí. Les He informado de todo, en síntesis y en
particular y les He pedido amor, confianza. Les He ofrecido el amor y la
confianza que necesitan para sus pruebas. ¿Por qué no Me dan oídos?
¿Se han arrepentido cuando Me han seguido, cuando Me han obedecido?
Díganlo francamente, confiesen que ha sido siempre bueno el humillarse
ante Mí, el haber creído en Mi Palabra y que fue siempre malo el haber
actuado como independientes, como desamorados.
Ustedes, pueden decirlo…
ENTRÉGUENME SU ABSOLUTA CONFIANZA
CM-133 24-May-97 María
Estoy verdaderamente feliz, oh hijitos, de poderles hablar. Madre
como Soy apegada a ustedes más que a Mí misma, ansío derramar la
plenitud de Mi afecto materno en ustedes y hoy, día de alegría en el
Cielo y en la tierra, les hablaré de su hermano Tomás, incrédulo una vez,
luego fervoroso Apóstol de Mi Jesús.
En los confines de Samaria, donde Judea baja hacia la llanura, Tomás
vivía de ordinario de la pesca. Jesús, al llamarlo le predijo el martirio e
hizo de él un campeón de la fe. Entre los Apóstoles era el más pobre,
pero pronto se distinguió por su bondad de alma y su fervor religioso.
Tomás fue quien provocó de Jesús la sublime respuesta junto al pozo de
Jacob, en el episodio de la Samaritana: “Mi alimento es hacer la Voluntad
de Mi Padre”.
Ya saben el hecho de la incredulidad del buen Tomás y les es útil
recordar que todo hombre, por su propia naturaleza, si no ve no quiere
creer. Tomás sencillo y franco, manifestó su debilidad en la fe y fue
dulcemente instruido por Mí Hijo. Pero no fue el único en dudar, más
bien él dudó porque temía creer, mientras que los otros dudaron porque
creían visionarias a las mujeres que habían estado en el Sepulcro de
Jesús.
¡Tomás, hijo Mío, cuánto bien ha venido al mundo a consecuencia de
tu incredulidad! Tú no has dado este bien, no; tú has provocado a la
Divina Sabiduría y tu obstinación sirvió para dar mayor evidencia a la
Resurrección de Jesús.
También ustedes, hijos Míos, ambos, han orado mucho para
cerciorarse de Sus palabras… No importa, es natural en ustedes.
Bien, decía que Tomás era un pobre pescador. Siguió a Jesús y fue
167
amaestrado por El, luego enseñó a algunos hermanos en las regiones de
Siria y otras… encontró el martirio por la vileza de un débil converso,
pero delante del verdugo fue inconmovible. Imítenlo y no tengan temor
de mostrarse radicales discípulos obedientes de Jesús.
Entre los episodios a los que dio vida Tomás, quiero contarles uno.
Ustedes saben que experimenté turbación y grande, cuando Jesús se
perdió en Jerusalén. Se quedó solo y Yo lo perdí en aquella ocasión
Tomás indicó a Mi amado esposo haber visto a un niño hablando en
medio de los Maestros del Templo. Tomás se puso en camino al
encuentro de Jesús y Yo hasta ahora le estoy agradecida.
Hijitos, alégrense con su Madre, de las grandezas de sus hermanos
del Cielo, porque ellos son como estrellas a Mi alrededor. Vendrán
también ustedes acá arriba y entonces sabrán cuán grandes son delante
de Dios. Tomás está entre los grandes y ahora Yo lo alabo en el Cielo y
en la tierra, para que también ustedes puedan amarlo.
¿Por qué les hablo hoy de Tomás? Para que Nos entreguen de una
vez por todas su absoluta confianza. Ni Jesús ni Yo permitimos que se
confundan, Nos son demasiado queridos.
SOY AUXILIO DE TODOS LOS CRISTIANOS
CM-134 24-May-97 María
Mi amado hijo, Yo te hablo porque tú lo mereces, porque es
Voluntad del Altísimo aceptar Mi pedido, pero voy a hablarte de varias
cosas que tal vez no esperas en este día. La hora es muy difícil y ¿a quién
sino a Mis hijos predilectos Me dirigiría?
Hijito, tristeza, razones del corazón, vida oprimida, alma exacerbada:
más no puede decirse hablando de Mí, sufriente al pie de la Cruz. Quien
se afana por dar un colorido a Mis penas, cree que mueve o se mueve a
compasión por sus argumentaciones… más bien su palabra no es otra
cosa que sonido del cual nada eficaz podría sacarse si Dios no se sirviese
de ella como medio para llevar, El mismo, un poco de luz a las almas.
Suenan las campanas, pero si el aire no condujera a su sonido, no se oiría
nada de todas las palabras que proceden de Dios por medio de los
hombres.
Tristeza… ¿y de que? Mi amor era puro y no tenía las tristezas de la
voluntad, del yo no domado, por eso tristeza natural, sensible, repleta de
llanto. Mi humanidad había sido puesta como en un mar de ilimitada
amargura y en él todo Mi ser luchaba y sufría. Ver crucificado a Jesús, Mi
Hijo, conocer sus sentimientos, su humillación: esta fue Mi tristeza.
Estos ojos, ahora radiantes, se cubrieron de densa niebla y en todo lo
que veía encontraba razón para entristecerme. Como madre veía a Mi
Hijo enclavado, lleno de dolor. Como criatura veía a Mi Creador
aniquilado por sus míseras e indignas criaturas; como alma amante ví a
168
Mi Amor deshonrado.
Al crucificar a Jesús Me crucificaron también a Mí; esto sabía Jesús y
Yo sufría todavía más por eso. ¡Ah, Mi tristeza no se puede demostrar
ciertamente a nadie, tan grande era y tan profunda!
Más comprensibles, en cambio son las razones, de Mi Corazón por
las cuales sufría tan intensamente. El Corazón es la sede a la cual llama el
amor, como para entrar y alojarse en ella. El amor, que es acto de
voluntad, cuando es intenso, repercute fuertemente en el corazón y
muchas veces, ese pequeño órgano, tan perfecto pero de poca resistencia,
acusa los fuertes golpes de amor que da tenazmente contra las débiles
paredes del noble corazón. Y así, ¿quién puede imaginar qué razones de
felicidad tenía Mi Corazón, sede de purísimo amor?
¿Tal vez puede existir un corazón materno que no espere alegría de
su propio hijo? ¿Quién podría arrancar del pecho de una madre el deseo
de tener un hijo feliz? Y en cambio… ¡qué espectáculo tenía Yo delante!
…¡Qué violenta contradicción a tantas aspiraciones Mías naturales y a
tantos deseos de honor para Mi Hijo! Razones profundas, humanas y
divinas, contrastaban fuertemente con toda Mi más legítima y santa
aspiración. Yo, la Madre dolorida, no obstante todo, debía querer la
Pasión de El, y quererla como El la quiso. ¿Quién sabrá cuántas razones
comprendidas fueron sede de este Mi Corazón?
Vivía para El, pero por El no podía morir, los amaba a ustedes, Mis
hijos y por un Hijo no sabía que hubiera hecho más de lo que ya había
hecho. Sin embargo, nada por Jesús, a El ningún consuelo de parte Mía,
porque para ustedes estaban reservados los consuelos. Estaba bajo el
peso de Su Amor y del amor de ustedes, todo latido de Mi Corazón era
un instante de inmenso peso.
¡Hijos! Les He dado la vida, quitándome a Mí misma, de total
voluntad, la vida feliz que brota del Amor divino. He querido sufrir,
pero por no morir He tenido que ofrecer dos holocaustos a Dios: el de
Jesús y también el Mío. En este estado todo Mi ánimo estaba en total
perturbada exacerbación. Estaba toda Yo traspasada, internamente de
contradicciones porque Mis afectos sufrían violencia en grado máximo,
luego el afecto por Mi adorado Hijo.
Extenuada, casi cadáver, ciertamente en el Calvario podía
arrebatarme la muerte; en cambio lo arrebató a Mi Hijo, lo liberó a El y
Me rechazó a Mí.
Quiero que también mediten en esta etapa de Mi vida, hoy que es el
día en que festejan la fiesta de María Auxiliadora. ¿Cómo no voy a ser
auxilio de todos los Cristianos, si Mi amor por ustedes nació de tan
tremendo dolor?
Hijo amado, ¿reconoces la voz de tu Madre, verdad? Agradece
aquella contrariedad con tu padre, la que te arrojó en Mis brazos. Yo te
dejo Mi amor, el perfume de Mis caricias, la ternura de Mi Inmaculado
Corazón…
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EL UNICO NOMBRE QUE MERECE SER
INVOCADO Y AMADO ES EL DE JESÚS
CM-135 25-May-97 Santa Susana
El Nombre adorado de Jesús es el único nombre que merece ser
invocado y amado sin fin y aun los otros nombres santos no son otra
cosa que el mosaico del que se compone el altísimo y dulcemente
Omnipotente Nombre.
Yo que hoy hubiese sido celebrada en la Iglesia si otra Fiesta más
importante no lo hubiese requerido, He tenido el dulce encargo de
hablarles de las divinas personas cuya festividad se ha celebrado en estos
días Fray Bernardino de Siena está muy honrada de esto y Yo, Susana,
cumplo el encargo celestial de presentarte a El.
FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
CM-136 25-May-97 San Bernardo de Siena
Hija Mía, hermana de otra Catalina, la paz de Cristo sea en esta
casa… Queremos que sepan que aquí entre nosotros, la Fiesta de la
Trinidad Santísima es sempiterna y más aún, es la única que abarca
todas las demás que tienen que ver con nosotros, los Bienaventurados
del Cielo. Pero en la tierra se debe respetar el tiempo. No obstante
aprendan de nosotros a estar siempre gozosos a causa de la Trinidad,
gozosos no de cuanto bien viene a ustedes de Dios sumo, Trino y uno, no
por esto que sería poquísima cosa y no les bastaría. Digo aprendan a
alegrarse de que el Padre juntamente con el Verbo y el Espíritu sean lo
que son: la felicidad increada, la Esencia de la felicidad, la alegría que
nunca Ha nacido, sino que siempre y en sí misma Ha existido.
Observen, en el Cielo las estrellas, la luna y el mismo sol, son seres
que tienen luz participada o propia; pero el sol que ilumina a los otros
planetas parece el más perfecto porque tiene luz y calor tanto, que da sin
perder nada, hasta que se apague del todo.
Ahora bien, sobre sus ojos pueden mirar y argumentar quién es Dios,
el Trino y Uno, en cuya Esencia están todas las criaturas. Así es Dios en
el Cielo y así somos nosotros Sus criaturas beatificadas por El.
¡Oh, nosotros no pensamos en quienes somos porque tenemos otros
motivos para alegrarnos más de los que nos atañen. Nuestras miradas
están fijas en el Sol divino, del que estamos tan cautivos que nos ha
transformado por virtud de Amor. Viendo a Dios luz, Dios bondad, Dios
poder y santidad, la criatura se olvida de sí misma y se arroja toda en
aquel amoroso fuego que la extasía.
¿Y quién puede ver al Amor, sin estar ni siquiera un instante por
sumergirse en El? Las grandezas son siempre relativas y la grandeza de
la cual rodean nuestra memoria, es como una sombra comparada con la
170
grandeza en la que estamos inmersos. ¡Dios! Si lo vieran ahora que son
caminantes, la muerte física sería cierta, porque verlo y arrojarse en El es
un sólo instante.
Pero, en Su unidad, Dios es también Trino y si la Esencia es única, las
personas son verdadera y eternamente tres. El Padre, el Verbo y el Amor
no pueden llamarse tres divinidades, porque si fueran tales, tendrían tres
glorias separadas y en cambio tienen una sola; tendrían tres amores y en
cambio uno solo es el Amor. Tendrían, asimismo, tres luces y en cambio
uno solo es la Luz: el Verbo se hizo Hombre por amor.
Por eso en el Padre como en el Hijo y en el Amor, vive un sólo
Espíritu, pues de otro modo no podrían ser iguales, sino sólo distintos y
en cambio son distintos y perfectamente iguales porque las tres divinas
Personas son un solo espíritu.
Ustedes en el mundo alaban a Dios de una manera que más bien
tiene algo de ceguera de luz ya que sin ver la Esencia infinita como una
presencia eterna, alaban a la Trinidad por el poco de nociones que tienen.
De ahí que obran por vía de fe y no de “compresores”(*) Y esto es justo
pero para hacerlos conocer cómo alabar mejor Al que es Amor, los
exhorto a considerarlo únicamente en la persona del Verbo que se Ha
hecho Hombre porque de El pueden tener cuanto hace falta para
conocerlos menos defectuosamente. Hagan como hice Yo en la vida, es
decir dense a Jesús y El los iluminará cada vez más sobre el misterio
impenetrable de la Trinidad Santísima.
El los hace conocer a Su Padre, El los hace conocer Su Amor y en El
podrán captar cuán bello es alabar a las Tres Divinas Personas por lo que
Son, sin consideración de cuánto bien proviene de ello.
Y ahora que les He difundido curiosidad, termino estas palabras en
torno a mi Bien amantísimo, sabiendo que si me oyen en cuanto al
consejo que les doy de estudiar y frecuentar a Jesús, podrán recibir de El
mismo, la luz que yo no puedo darles sobre la Santísima Trinidad…
____________
(*) Compresores somos los Santos que ya estamos en el Cielo.
MARÍA ENGENDRÓ NO SOLO AL HOMBRE,
SINO TAMBIÉN A SU DIOS
CM-137 26-May-97 Jesús
Hija Mía, escribe para que el hombre sepa de Mi Madre. Virgen antes
y luego de haberme concebido, Virgen antes y después del parto,
siempre Virgen Ha sido Ella. Gabriel la saludó por Mí y Yo la estimé
digna de Mí, porque en Ella había depositado la grandeza de Mi Bondad,
la plenitud de la Gracia y la belleza de Mi Amor.
Misterio, se dice, el Amor de Dios todo Amor, misterio para los
hombres, menosprecio para el infierno, invocación en el Purgatorio.
171
Misterioso el Amor con el cual amé con predilección a María, pero
evidente en sus fines para ustedes no es del todo clara la grandeza de Mi
Madre, más aún, es como fulgor que deslumbra y ofusca, pero sepan Mis
fines con respecto a Ella y a ustedes, Sus hijos. No les es oscura sino
patente Mi predilección por María.
Yo pude hacerlo y lo hice como Dios que Soy: elegirme Mi Madre,
hacerla justamente como la quería, bella en todo sentido, santa e
inmaculada en alma y cuerpo, ¿Quién sabrá Mis desvelos con los cuales
la puse a Mi misma altura? ¿Quién sabrá el Amor con el cual Me sometí
a Ella, antes que a ustedes? Podrán soñar mucho, ¡pero no lograrán abrir
este misterio tan evidente y no obstante tan oculto a los ojos de ustedes!
Si a uno de ustedes le fuese dado elegir una madre, antes de nacer,
¡qué no haría para que ella sea de su total agrado? Yo quise que Mi
Omnipotencia hiciese surgir a La que debía engendrarme, como un astro
brillantísimo y glorioso en el firmamento de los Cielos. Le di inmensos
dones antes y después de Su Maternidad, le conferí todo lo que se debía
en relación con Mi Divinidad. Por eso amo a María de un modo
particular, más aún, muy singular.
La primera mujer pecó, María divinizó; Eva llamó a Satanás, María
llamó a Dios. Y Yo Me hice Su Hijo, concediéndole inmensas Gracias y
Amor. Por tanto, una mujer trajo el pecado al mundo, pero otra Me trajo
a Mí al mismo mundo. Si se tuviera que pronunciar el elogio de María en
la tierra, Yo no diría “nueva Eva”, porque Mi Madre no es una nueva
Eva, sino la única mujer que, sin conocer la culpa de Eva, llegó a ser
Madre Mía. Este es el título que La pone al igual con Mi Padre, con la
sola diferencia de la generación eterna para el Padre y de la generación
humana para Ella.
Sin embargo inclusive al engendrarme en la tierra siendo Yo
enteramente Dios, María engendró no sólo al Hombre sino también a Su
Dios. A ninguna otra criatura se le ha concedido este honor y en esto
consiste la singularidad. Más aún, el privilegio de Su Virginidad, le fue
dado por ésta particular consideración, ya que al concebir al Hombre,
debía dar a luz después al Hombre-Dios.
Les hablo a ustedes, Sus hijos, porque espero mucho su cordial amor
hacia Ella y hablo para que Sus mayores grandezas no queden
completamente ignoradas; hablo para que Su belleza sea más estudiada,
como conviene a hijos amorosos.
Es el mes de mayo y oigo coros de hombres que elevan alabanzas a
María. Yo Soy Su Hijo, fui hombre como ustedes y Me uno a sus coros,
pero como Dios Yo mismo les infundo las alabanzas que dan a María. En
el Cielo, después, estaremos tan unidos que Mi alabanza resonará
directamente en ustedes y su alabanza será la Mía.
Amen a Mi Santa Mamá, denle alegría y Yo gozaré en ustedes,
porque al amarla a Ella propiamente Me aman a Mí que la amé con
predilección.
172
VENGAN A MÍ, HAY CONSUELO PARA TODOS
CM-138 26-May-97 Jesús
Hoy y mañana, siempre Mi Corazón tiene latidos inflamados de
Amor para sus beneficios, para sus necesidades y si aparentemente no
les llega una ayuda deseada por ustedes, en realidad la ayuda está ya
pronta porque el proveer a las criaturas, para Mí Creador, es la cosa más
natural a Mi divinidad. En efecto, no los He creado sin un plan
preestablecido, ni los dejo languidecer sin una Voluntad Mía
determinada.
A veces sus necesidades, todas las necesidades, tardan en tener la
ayuda deseada, por faltas cometidas por ustedes mismos, pero aún en
ese caso su Dios tiene las manos llenas para ustedes, basta venir a Mí con
un deseo, con una plegaria para reabrir el canal cerrado de los dones que
Yo tengo en reserva para Mis criaturas.
Son muchos los que no Me dan ni siquiera una mirada y mueren de
pobreza, sin sospechar siquiera que Yo estoy muy cerca de ellos con mil
y mil dones espirituales y materiales, con los cuales su misma pobreza se
cambiaría en riqueza. De modo que estoy obligado a llamar a muchos
otros pobres, miserables y ofrecer el banquete de Mi divinidad a
criaturas sencillas que se encuentran en condición de pecado, porque por
ser sencillas, son más capaces de recibir Mis dones.
Sí, Yo hablo de Mis amados que hacen profesión de fe y que no
pueden encontrar la perfecta paz a causa de su voluntad poco unida a la
Mía. Así, Mi banquete, siempre anunciado para todos, pero
evidentemente más para Mis amigos, quedaría semivacío si Yo esperase
que ciertos amados Míos, se sienten Conmigo a la mesa divina. He dicho
abiertamente que llamaré de las plazas a todos los más pobres, para que
tomen el puesto de los que, invitados por Mí, se excusan y no aceptan Mi
desinteresada invitación. Mi casa está llena de gente que viene de la calle
y está casi vacía de almas a las que se les dio regular y evidente acceso a
Mi comedor.
Tomen, pues, asiento, oh almas desconocidas a los hombres y coman
Conmigo los alimentos que les He preparado. Sigan siendo sencillas y no
se arrepentirán de haber aceptado. En Mi previsión divina había visto de
antemano su ingreso a Mi casa y el rechazo de los que había llamado
antes que a ustedes. Siéntense en paz y aliméntense de Mí, de las cosas
que les doy, de todo lo que Mi Querer les prepara. Si así lo hacen, no les
haré ningún reproche por haberse entretenido en las plazas ni tampoco
Me fijaré en los vestidos andrajosos con que están cubiertos al sentarse a
Mi banquete. Mis Angeles saben lo que deben hacer para revestirlos y
volverlos dignos de Mí.
Sí, vengan a Mí todos ustedes que han creído falsamente en la
vanidad del mundo, deseo mostrarles y sobre todo darles una realidad
que no pasa con el pasar de los años, sino que, al contrario, se hará cada
173
vez más evidente para ustedes.
Siéntense, oh hombres desconsolados y frustradas criaturas, aquí en
Mi palacio divino, Hay puesto para todos y consuelo para todos; empero
no olviden a los que, llamados antes que ustedes, rechazaron Mi
banquete y ahora les digo Yo, se encuentran en condiciones peores de
aquellas en que estaban ustedes…
¡Qué quieren que les diga si todo lo analizan. El racionalismo ha
entrado entre los Míos: los controles mentales, la matemática fría y hasta
la parapsicología, hoy son sus temas de meditación. Lo piadoso, lo
verdadero pasó de moda. Se ríen de Mis cosas, de Mis buenas
inspiraciones; sofocan todo lo que es bueno y lo hacen ignorando Mi
obra, Mis cuidados, despreciando lo invisible por lo visible. ¡Una bella
idea se han hecho de Mí! ¿Puedo entonces aprobar tanta ignorancia? Más
bien les digo que si siguen así, no podré ni siquiera excusar sus malas
obras, sus pensamientos destructivos.
Mi Cruz Me entretiene todavía —como dirían algunos de ustedes—
no deseo mayores sufrimientos, sin embargo si hoy se peca, es necesario
que sepan, también, que sus pecados son más repugnantes que los de sus
padres. Estos pecaron de diversas maneras, ustedes pecan con una
uniformidad impresionante, con una ceguera obstinada…
Se los repito, todavía Mi Cruz los salva, pero no puedo garantizarles
que no lleguen a ser peores, y entonces, ¿qué será de ustedes? ¿Tal vez se
engañarán una vez más cuando ponga mano a los hierros para extirpar
sus llagas cancerosas?
Es importante que reflexionen sobre esto. Ustedes, pueblo Mío,
sufren el influjo de su ambiente y todos los días están en gravísimos
peligros. Satanás, el mundo y ustedes mismos llevan sus asaltos rabiosos
hasta las puertas de su alma con el único propósito de abatirlos. Yo estoy
cerca y pongo obstáculos a sus enemigos. Ustedes, pueblo Mío, abran
bien los ojos, estén siempre vigilantes, porque una nada, un instante y
podrían pasar a las filas que ahora los combaten… Estén, pues,
despiertos, recuerden que la victoria es ya Mía y por eso nada ni nadie
los debe atraer con lisonjas porque Yo triunfaré.
Acostúmbrense a resolver sus problemas a la luz de Mi seguro
triunfo y ustedes también, pueblo Mío, vencerán Conmigo, se sentarán a
Mi banquete.
Confíen en Mí y desconfíen totalmente de ustedes mismos, de sus
conocimientos, de su racionalismo, del mundo y de Satanás, porque ese
es su juego, hacerles creer que todo lo pueden con la mente, que él, el
príncipe del mundo no existe…
Hijos Míos, sumérjanse en este Corazón que tanto los ha amado,
hasta ser traspasado por salvarlos. Busquen el refugio del Inmaculado
Corazón de María.
La estima que procede de su amor propio es grande si se deja apagar
su sed en las fuentes de la vanidad humana, personal o ajena. Pero si esta
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estima es combatida o pisoteada, permanece reprimida en sí misma.
Vénzanse Conmigo. Todos están en condiciones y todos, para vencerse,
deben recurrir a Mí. Quien Me implora obtiene ayuda, quien Me olvida,
deberá hacer cuentas con su petulante yo y Conmigo que Estoy en espera
de hacerlos mejores.
El Espíritu está sobre la materia y el Espíritu debe regular su vida.
Hablo del espíritu sobrenatural, ya que el natural, es decir el suyo, no
querría acoger estas lecciones Mías porque son contrarias a él. No
pongan en discusión los que Yo pongo como medios de su ejercicio, no
echen sobre ellos su culpa. Más bien pídanme luz para ver ustedes
mismos.
TE HE ELEGIDO DESDE LA ETERNIDAD
CM-139 28-May-97 Jesús
Cercano y no lejano, entre las hierbas del alivio, casi cantando de
alegría, debía llevarte en Mi regazo para Mi propia alegría además de la
tuya. ¿Qué has visto el fondo de las contrariedades? Entonces entérate
que la marisma, el pantano y todo el fondo cenagoso no eran sino dones
en verdad grandes. Entre todos, ahora que estas fuera, debo colocarte en
el lugar que te compete como Mi hermana, en Nuestra casa, la casa de tu
Padre y Mi Padre; sí, pero sobre todo en los abismos del Amor, cuyo
fuego te ha arrebatado con entusiasmo enorme.
La obra de los Angeles es desconocida y cuando tú experimentas
disgusto es un don Mío traído por aquel mismo Angel al que habías
olvidado. Todo depende del Amor ya sea hacia ti, ya hacía el Angel.
Quiero que lo tengas siempre presente por Fe y también por Amor.
Te veo sedienta de Mí y vuelvo por eso a ti y a Mí, quiero decirte
que, habiéndote elegido desde la eternidad, nada impide que Mi elección
tenga la forma que más se ajusta al designio establecido por Mí. Es un
poco misterioso Mi designio, no obstante hoy una línea, mañana una
curva; así entre líneas y curvas aparece el conjunto y el misterio no es
otra cosa que una forma provisional de Mi obra. Ningún artífice revela la
obra que ha ideado mientras la está ejecutando, ¿por qué debería Yo,
Sumo Artífice, revelar lo que quiero hacer de Mi criatura?
Sepan que ni siquiera María, aún en la plenitud de la Gracia intuyó
la inmensidad de las singulares Gracias que embellecieron Su Espíritu.
Así fue para Ella y no hay razón para que Yo cambie de método.
¡Sin embargo mira cuánta complacencia Me impulsa a explicarte tan
claramente por qué Mi Amor hace obras misteriosas en ti! Admira, oh Mi
amada, qué Bondad Me mueve a asegurarte que Soy Yo quien obra en ti
y que tú estás en Mí incluso cuando no lo pretendes o cuando no lo
pretendes o bien no lo sientes. ¿Cómo puedes escapar de este Corazón,
cómo puedes alejarte de esta mente, mientras eres una parte de Mí y
175
vives de Mí entre aquellos que Yo He puesto alrededor tuyo en la tierra?
He hablado y al hablar, Mi Palabra es Palabra que obra
simultáneamente a la manifestación que hace de sí misma. Yo Soy,
verdaderamente Soy y Yo Soy. Te hablo a ti y quiero que escribas hoy;
pero no siempre revelo, (aun cuando tan poco como ahora) los secretos
de Mi amor. De modo que no preguntes nada, nada pidas, entrégame tus
inquietudes, entrégate a Mi Querer… Si hablo es porque tengo en miras
también otras obras que cumpliré contigo más adelante. Son todo
Bondad y el hombre, en cambio, tarda en creerme; pero un día no lejano
creerá, un día la humanidad será liberada de la esclavitud de Satanás y
podrán amarme libremente como Yo deseo para su bien.
Hablo todavía, para confirmar Mi Presencia en ti y en otros… Ahora,
como siempre, hago un alto y Me despido como Yo solamente puedo
despedirme: besando tu pequeño corazón. Este frágil y a la vez fuerte
instrumento de Mi Amor… ¡no llores así, si el hombre supiera cuánto
puedo y quiero darle, se entregaría a Mí… ¿Por qué no se lo dicen?
CON LA EUCARISTÍA HÁGANSE FAROS DE LUZ DE MI PUEBLO
CM-140 29-May-97 Jesús
(En un retiro en Vinto, ante el Santísimo.)
Ya lo ves, pequeña nada, mientras la gente se mueve hoy en el
alborotado mundo de las ambiciones de poder mientras todos o casi
todos Mis hijos bolivianos están cerrando una campaña por la toma del
Poder, ustedes han iniciado una campaña que sin ser de este mundo,
quiere salvar a la humanidad al borde de la perdición. Esta campaña no
les ofrece Ministerios, Secretarías, puestos de poder que generalmente
sirven para corromper al hombre, sino con ambiciones de mayor poder,
con ambiciones económicas, con apetitos carnales, con la mentira, el
engaño, el robo y hasta en muchos casos, el asesinato… ¡Cuánto
corrompe el poder! Uno de los apetitos que les ha enseñado el demonio y
que consecuentemente, puede perder sus almas.
Ustedes emprenden una campaña que va directamente al corazón
del hombre… del de ustedes, Mis hijos amados. Pero, ¿están dispuestos a
tomar las insignias de esta lucha: Mi Sacratísimo Corazón y el
Inmaculado Corazón de Mi Madre? ¿Están dispuestos a tomar el
estandarte de la Eucaristía y alzarlo en alto para que sea faro y luz de
este pueblo; que ilumine a todos los pueblos?
La lucha no va a ser fácil, el trabajo es arduo ya saben que la mies es
mucha y los obreros… muy pocos. Yo sólo les pido su consentimiento, lo
demás lo hago Yo… Pero, miren que tendrán muchísimas
contrariedades… En un momento creerán que el mundo se ha volcado
contra Nosotros, que están por caminos errados… Les hablo seriamente.
En verdad les digo que Yo estaré con ustedes, que Mi Corazón
176
Eucarístico los protegerá y los alimentará dándoles fuerzas para no
desmayar y si desmayan volverán a levantarse y seguiremos caminando.
Pero, ¿saben algo? Mi Madre los llevará de la mano, Ella con Su
inmenso amor los llevará siempre adelante.
Si están dispuestos a hacerlo, reúnanse con dos, cuatro, seis, diez,
doce personas y hablen, formen un grupo sólido que los apoye. Que
responda sin apetitos personales, sin egoísmos… Sin miedos, sin temores
falsos.
Agradece a X. que oró por este resultado que ven ahora. Animo,
hijos que han empezado la campaña del amor, la mecha está prendida.
¿Qué esperan? Incendien el mundo, prendan corazones y enamórelos de
Mí…
Más tarde
Hija amada, estoy con ustedes. Me siento consolado, reconfortado;
mira cuántas almas se hubiesen descuidado si no hacían lo posible por
venir a este retiro. Me siento complacido de tener tantos jóvenes que
quieren volver a creer en Mí, que han reconciliado sus corazones
Conmigo a través del perdón otorgado por Mi hijo en Nombre de Mi
Iglesia… ¿El olor? Es un regalo de Mi Madre…
(Había un fuerte olor a rosas e incienso durante todo el tiempo que el Padre
confesaba. Era como si saliera de su pecho.)
SOY ALIMENTO PARA SUS ALMAS,
SOY VERDAD PARA SUS MENTES
CM-141 29-May-97 Jesús
Tengo, hijos Míos, todo en Mí, gozo en Mí y la felicidad que poseo es
connatural a Mí mismo.
No puedo recibir bien alguno de nadie porque Yo solo Soy el bien
sin fin y sin principio. Es el infinito Quien les habla y no puedo ni en Mi
infinita Sabiduría, usar sus palabras para definirme enteramente a Mí
mismo… Ustedes tardan en hablar de Mí, Yo, adaptándome a ustedes les
hablo del enigma de Mi Divinidad y les explico Mi Naturaleza en
pobrísimas palabras humanas. No, no hay proporción alguna entre el
conocimiento infinito que tengo de Mí mismo y las explicaciones que les
hago de Mis atributos.
Sin embargo, aun la imposibilidad que tienen de comprenderme,
viene a ser una demostración de Mi infinito poder. Atiendan un
momento al instante en que, a través de sus pobres palabras humanas,
los ilumino. En un instante, He dicho, pero da luz y tranquilidad a sus
espíritus. Cuando los ilumino sobreviene un gran portento en ustedes;
ocurre que el infinito conocimiento que tengo de Mí mismo se participa a
177
pequeñas mentes como las suyas, pequeñas y por añadidura en estado
de prueba, es decir en la oscuridad del tiempo, entre los lazos de la
humanidad en camino hacia la eternidad. Entonces Yo llevo a cabo
milagros dándoles ilustraciones y demostraciones capaces de ajustarse a
lo poco que es el hombre en comparación con el infinito.
Y ustedes que tienen trabajos en todo, sin Mí, que están llenos de
problemas, de golpe se sienten seguros y ven claramente lo que les
manifiesto. Ustedes los indecisos y contrarios, llegan a ser decididos y
adherentes; ustedes los ciegos obstinados, llegan a ser pequeñas
lámparas centelleantes y dóciles criaturas abandonadas por Mi acción
iluminadora.
Esta es la demostración que antes mencionaba, la demostración de
Mi poder infinito por el cual hago posible lo que sería imposible al
hombre, Me hago a Mí mismo conocible a las pobres y ciegas mentes
humanas tan sometidas a las ansiedades del viaje terrenal.
Soy la Luz y la Luz del mundo; vivo de luz y participo iluminando a
todos.
Sea conocido por usted hoy y siempre, que la Verdad hace libres en
cuanto a que libra de las trabas humanas, es decir, disipa sus sombras e
ilumina a todos los que creen que no ven.
Hoy celebran una fiesta muy grata a Mi Corazón, porque, por medio
de ella esta Humanidad Mía que brilla enormemente en el Cielo, mucho
más que el sol que ahora los ilumina. Sus alabanzas son el eco de otras
alabanzas que se Me rinde en el Cielo. Es una alabanza plena, máxima y
en verdad óptima. Estoy contento por ustedes, Mis amados, que al
festejarme en la tierra están imitando y continuando, esta alabanza que
Me llega de Mi Padre. Todos Me alaban hoy en el Cielo pero El
especialmente El se difunde en continua glorificación de Mi Humanidad.
Proceden bien, por tanto, al hacerse eco de la alegría del Cielo. Pero
les pido que hagan justamente así, alabar a su Jesús porque es Jesús.
Soy El que ha asumido su humanidad y seré eternamente Hombre
como ustedes y les participaré si son buenos, todas las alabanzas, todo el
afecto de los Bienaventurados del Cielo y, sobre todo, del amorosísimo
Padre que, con Mi vida y Mi muerte les He ganado.
Cuando miran la Hostia consagrada ven una blancura redonda, sin
más gloria sino la de ser sostenida y levantada por la mano de un
Sacerdote. Sí, es éste todo el despliegue que constituye el Altar, los cirios,
las flores, las oraciones y los suspiros de Mis fieles. Lo admito feliz
porque revierte su alabanza: ustedes viven de Fe cuando, mirando la
blancura de la Hostia, no advierten ningún signo de Mi Gloria.
Hijos Míos, mírenme y suspiren por Mí, porque ninguna mirada
suya, ningún suspiro, ningún latido suyo se Me escapa. Los veo muy
bien; los veo a todos y justamente desde aquella Hostia blanca, en la que
ustedes no Me ven abiertamente. ¡Oh, cómo Me complace su amor por
Mí, oculto en el más grande Sacramento que He dejado a los hombres! Si
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Me dejase ver, sería fácil amarme, lo sé. Pero no Me ven, han creído y
deben creer que mirando una Hostia Consagrada, miran al mismo Jesús
que ahora les habla y que ahora y siempre habla de ustedes al Padre, que
los alaba en el Cielo por la fe de hoy y los alabará mañana, cuando estén
Conmigo acá arriba.
Si Me dejase ver abiertamente les digo que no bastarían ni Copones
ni Hostias, por la cantidad de gente que vendría hacia Mí.
Vengan, pues, con Fe a alimentarse de Mí porque no hay honor más
grande que comulgar, es decir unirse con Mi Humanidad y Divinidad.
Ustedes no se ven a sí mismos cuando están Conmigo, pero quien los ve
desde el Cielo, admira el portento que obro en ustedes y se une en
alabanzas continuas a Mí que Me doy a ustedes y a ustedes que se
revisten de Mí.
Oh, sí, es su honor y debería ser su continuo deseo alimentarse de
Mí, porque Yo Soy alimento para sus almas, Yo Soy Verdad para sus
mentes, Yo Soy fuego que ablando todos los corazones e incendio todas
las almas. Vengan, amados, sin temor, vengan a Mí.
Mensaje especial para los hijos predilectos.
Hijos, hijitos Míos, cuánto He tenido que esperar para ver realizado
este anhelo de Mi Corazón. A cuántos Santos les fue dado contemplar
este momento. No han ido a evangelizar a un grupo de chicos, no sólo
eso… Han abierto la puerta de muchos sueños que dormían en el umbral
a la espera del instante en que pasaran a través de ustedes Mi
Misericordia y Mi amor. Mi último llamado de amor… a la humanidad.
Cuando el hombre agoniza es cuando piensa en Mí. Este hombre
agoniza y cuando empieza a alcanzar los primeros estertores de la hora
letal, lanzo al mundo en este día, la mano Misericordiosa de la cual debe
aferrarse: dos criaturas que Ha ido formando Mi Madre: una paz, la otra
guerra; uno perdón, la otra memoria. Uno quietud, la otra tormenta…
Ambos la voz de la Verdad y el amor que se desborda. Uno enamorado
de Mi Madre, la otra apasionada y loca de amor por Mí… Débiles como
criaturas nonatas, fuertes como fieras… ¡Mis amados… Mis muy
amados!
Ahí tienen al hombre, veamos cuánto pueden hacer por él. ¿Con qué
cuentan? Con su decisión, porque al tenerme a Mí, todo lo que necesitan
y mucho más lo tienen. Con Mi Madre, porque al tenerla a Ella, es
prenda segura de triunfo… ¡Estoy con ustedes!
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MI PRESENCIA EN LA HOSTIA CONSAGRADA
ES EL ACTO MÁS GRANDE DE MISERICORDIA
CM-142 30-May-97 Jesús
Niña Mía, quiero que digas al P. RA. que va a terminar pronto el
segundo tomo de fotocopias. Lo llamarán: “La Gran Cruzada de la
Misericordia” y habrá un tercero luego —si el hombre con sus oraciones
y conversión da la oportunidad de un tercer y último tomo.
Habla ahora, di que el estar Yo en la Hostia Consagrada es el acto
más grande de Misericordia de Mi Sagrado Corazón. El enviarles a Mi
Madre para despertarlos de su letargo y volverlos a Mí, ¿no es
Misericordia? El revelarles Mis Misterios, el desmenuzarles las Sagradas
Escrituras en estos volúmenes de la Gran Cruzada, ¿no es Misericordia?
El que aún hoy con la maldad del hombre, les revele Mi amor, ¿no es
Misericordia?
Todo acto Mío es un grito de Misericordia, aprovéchense de ella,
¡Oh, hombres ciegos y sordos que Me lastiman tanto!
Este nuevo volumen será llamado: “La Gran Cruzada de la
Misericordia”.
NINGUNA CRUZ LLEVADA CON AMOR MERECERÁ DESPRECIO
CM-143 1-Jun-97 Jesús
Si He dicho que quien no abraza su cruz no es digno de seguirme,
con ello quería significar la serie interminable o casi interminable de
todas las cosas por las que pasa su alma, ya sea por hechos externos, ya
por cosas internas; más aún, es mayor lo interno ya que si del exterior
llegan penas estas pueden combatirse y en todo caso soportarse
ayudándose con la palanca de su humanidad o alejándose de tales
embates, de todas las penas que, podrían ocasionarles las cosas, las
situaciones, las personas, en tanto que en el caso de las internas, las cosas
cambian radicalmente. Vamos a analizarlo…
El alma está apta para recibir más los consuelos que los
desconsuelos; más la gloria que el sacrificio; se nutre de todo aquello que
cree que le sienta bien, que la alimenta. De pronto llega un traspiés, un
descuido y el enemigo mortal avanza y ataca despiadadamente con
burlada y total astucia. La empieza a torturar con el recuerdo de sus
pasadas faltas, continúa con el temor, la inseguridad del mañana. La
hace vislumbrar otro tipo de consuelos, la seduce hacia lo fácil, a lo que
pudiera parecer seguro y, finalmente, la mete en el callejón de la
depresión y el miedo.
Allá, acorralada, es como una pequeña avecita que está presa de un
halcón, se mueve, patalea, sacude las alas, vuelve a acurrucarse en un
rincón, incapaz de tomar una decisión, de alzar vuelo, de enfrentarse a
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su perseguidor.
En este estado, si no está fuerte, si no se ha nutrido de Mí, de Mi
Palabra, Mi amor el Pan de los Fuertes, pues será muy fácil que acabe
entregándose al perseguidor y quede letalmente atrapada entre sus
garras. Pero si por el contrario, está revestida de Mí, no temerá caer en
manos del opresor porque sabe que Yo la rescataré, porque confía en esta
Misericordia sin límites, porque confía en su Dios.
En verdad les digo, que todo mártir fue antes presa de angustias
internas, fue dolor, queja y angustia. Todo Santo llevó su cruz con amor,
con valentía. Ninguno esquivó su cruz, así como no la esquivé Yo
pudiendo haber acabado aquel momento con la maldad del enemigo de
las almas.
Si Yo llevé Mi Cruz con alegría por complacer a Mi Padre, ¿por qué
el hombre quiere ser más que su Maestro? No está dada ninguna
potestad al ser humano para querer pasar por sobre Quien lo conduce…
Yo lo He dicho: quien quiera ser Mi discípulo tome su cruz de cada día y
sígame.
¡Oh, hijos! Ninguna cruz que sea llevada con amor merecerá
desprecio, ninguna quedará sin recompensa, puesto que al imitar a su
Señor, se identifican con el Dios-Hombre. Mi Padre así curó la
enfermedad y la culpa: crucificándome por manos de Mis hermanos y Yo
dije: Padre, perdónalos. Perdónalos porque no saben lo que hacen.
En verdad, ¿no sabían? O era que en aquella hora se vació el Cielo de
Misericordia para ustedes y se vació el infierno de condenados contra
Mí… Medítenlo, hijos, mediten una y otra vez por qué es que vuelvo una
y otra vez a ser crucificado en cada uno de ustedes.
MUCHAS CRUCES SON HECHURA DE USTEDES MISMOS
CM-144 2-Jun-97 Jesús
Hija amada, Mi paz sea contigo, tranquila, que nada te turbe. Tú
haces lo que debes hacer y lo demás, tómalo como lo que es: el demonio
que revolotea decidido a molestarte valiéndose de lo que puede…
Sigamos con el tema de ayer que quiero ampliar. Si del exterior
llegan penas que se dirigen al centro de la sensibilidad del ser humano,
éste pronto se da cuenta de cómo la acción molesta y dolorosa que
sobreviene, puede ser aislada y vencida. En cambio, en las cruces que se
producen internamente, es distinto puesto que estas cruces son parte
integral de sí mismo y es muy difícil ver las causas que nacen y viven
dentro de él.
¡Cuántas cruces son hechura de ustedes mismos! ¡Cuántas espinas
nacen en sus ramas que riegan continuamente con el amor apasionado
que se tienen a sí mismos! Sin Mi Luz, es imposible alejar estas causas
fastidiosas para hacer de ellas objeto de meditación; sin Mi Luz no ven
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nada, pero aunque ciegos como son, es bastante lógico creer que Yo
deseo que se soporten a ustedes mismos. Entonces, la perfección que
tanto los atrae no se alcanza sin abrazar estas cruces interiores.
Soportándose a sí mismos, con Mi ayuda se entiende, avanzan
mucho más hacia la perfección. En efecto, no hay amor más petulante
que el amor propio y contradecir al amado ya les cuesta mucho. De
modo que su cruz principal son ustedes mismos, aunque desde afuera
los asalta Satanás y el mundo.
Mi obra de Redención tiende toda ella a estos fines de los que
depende su felicidad. Yo propendo a hacerlos aceptar cada vez mejor el
conocimiento de ustedes mismos, en el cual es posible, siguiendo Mi
Gracia, vislumbrar la imperfección del yo y el valor de aceptar sus
consecuencias. No es muy bello comprobar la propia miseria, pero es
muy bello ofrecérmela humildemente para que Yo la plasme y construya
en ella; quiero decir en el conocimiento de parte suya, de un magnífico
trabajo interior hecho sólo de Amor divino.
¡Adelante, hijitos, abracen sus cruces, se las descubriré poco a poco
para no asustarlos. Luego síganme porque donde Yo voy les agrada estar
y donde Yo estoy serán aliviados de los pesos interiores sin levantar el
velo del misterio que las cubre, porque conozco bien la naturaleza
humana.
Cada cual piense en sí mismo y escúcheme cuando internamente
inclino a las consideraciones que llevan el abrazo de las cruces interiores.
No se engañen. Yo no los dejo en el engaño de creer que siguiéndome
basta con extasiarse Conmigo. ¡Oh, no, no basta!… También Pedro en el
Tabor hablaba así pero tuvo que desengañarse, como ustedes también
deben desengañarse reexaminando los movimientos internos, las
reacciones del espíritu a Mi Voluntad que causan contradicción.
Sólo entonces, cuando se desengañen, podrán ofrecerme su miseria,
no antes, ¿comprenden? Pues sí, esto es importante para la vida del
espíritu, vida que Yo alimento continuamente y que también ahora como
ven, He querido reafirmar en ustedes, pidiéndoles que Me escuchen y
crean que este Mensaje es real comprobación e ilustración de cuanto es
necesario para su progreso espiritual.
FELÍZ EL ALMA QUE QUIERA COMPLETAR MI PASIÓN
CM-145 2-Jun-97 Jesús
Antes que viniera, había advertido a los Míos de la Pasión y de la
Muerte que Me darían los hombres. Lo dije para que no pensaran que Mi
juventud era garantía de un futuro absolutamente imposible, porque no
era querido por Mí. Eran Mis amigos y Yo debía ser sincero en todo,
especialmente en la conclusión de Mi Misión.
Hablé de ello a Pedro, se escandalizó y trató de disuadirme. Hablé
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también a los otros, les dije claramente quienes serían Mis perseguidores
y verdugos, pero ninguno comprendió.
También hoy les hablo a ustedes. Les digo cómo sufrirán persecución
y por quiénes serán perseguidos y golpeados. Hoy Me escuchan, mañana
apenas recordarán y pasado ya no pensarán más en ello. Alguno, es
verdad, toma en serio Mis Palabras y Me da mucha alegría cuando
afronta al mundo y al infierno con la persuasión de que Yo quiero esas
luchas y esas victorias. Pero los más, la masa no recuerda Mis
advertencias y al sobrevenir la pasión, la propia pequeña pasión, se turba
realmente, obligándome a obrar algún pequeño prodigio para salvarlo
de la culpa.
Entre tanta incomprensión, Yo voy buscando almas que quieran
entenderme, porque es necesario que Mi Pasión continúe todavía: Así lo
Ha determinado Nuestro Padre… Entiéndanlo, nada Me falta y sin
embargo quiero su obra porque ella es complemento y corona de la Mía.
No teman, no será cruel este Jesús que les pide con tanta insistencia que
quieran sufrir alguna cosa por Mi amor. ¡No teman! ¿Podría olvidar que
han nacido para ser eternamente felices con Mi misma felicidad? ¿Y
cómo podría olvidarlo si Soy justamente Yo el que da el deseo de paz y
de tranquilidad?
Es justamente así, Mi Pasión debe continuar, no de manera visible,
sino en la intimidad de sus almas. Sé que su amor propio, aun en los
sufrimientos apetece las cosas que le traen honor, pero entonces todo
acabaría en mal y las almas obtendrían daño, no ventaja de las
contrariedades.
Yo hablo y repito y siempre repito hasta que Me escuchen. Les
presento Mis ejemplos, los de los Apóstoles para convencerlos que en el
fondo no deseo otra cosa que su bien, bien que Yo mismo He preparado
para ustedes y que les daré en seguida que crean.
Mas no puedo prometerles, porque más que a Mí mismo no puedo
dar a Mi criatura… ¡Feliz quien Me crea! Moraré en él y le daré unas
cuantas caricias, uniré su espíritu a Mi Espíritu y gozará de la estima del
Cielo. ¡Feliz el alma que continúe Mi Pasión y la complete en sí misma!
Tendrá desvelos particulares de Mi amadísimo Padre Celestial que la
tratará como a hija querida y cuando el Padre da este trato, la Corte del
Cielo se une a El y compite en ayuda del alma predilecta, hija del Eterno
y por lo mismo hermana de todos los habitantes del Paraíso.
Feliz el alma que quiera completar Mi Pasión porque también Yo le
daré dones y dones y la mostraré con mucha complacencia a todos los
que puedan apreciar el esfuerzo que pone en agradarme. Sí, feliz el alma
que teme sufrir las pocas cosas que Yo dejé para ustedes, para poderse
unir a Mí de modo sustancial y eterno.
Y ahora, besen estas manos perforadas que quieren estrecharlos a Mi
pecho divino, abierto por Longino para hacerlos mirar Agua, Sangre y
Llamas.
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FELÍZ EL ALMA QUE QUIERA COMPLETAR MI PASIÓN
CM-146 2-Jun-97 María
(Recién nos habían comunicado el fallecimiento de un amigo muy querido.)
Hijita Mía, di a Mi hijo NN, que B no sufrió nada, apenas tuvo
tiempo de verme porque Yo lo recogí entre Mis brazos. Ahora vayan a
consolar a su amigo…
AMAR NO ES ENCERRARSE EN EL CÍRCULO
DE LOS PROPIOS SENTIMIENTOS
CM-147 4-Jun-97 Jesús
Mi amada, sentimientos de caridad probados en el entusiasmo y
sentimientos poseídos en el período de frialdad, tienen una apariencia
diversa. A los primeros se les atribuye gran valor, los segundos son
ignorados, como si la caridad fuese sólo bastión de fuegos. Sin embargo,
el acto de amor o de caridad vence no en cuanto que es gozo probado de
quien lo hace, sino porque es un movimiento de benevolencia hacia Mí o
hacia sus hermanos. Más aún, es bueno precisar que cuanto menos
alegría, menos complacencia experimentan en el cumplimiento de un
acto de amor sobrenatural, o aun natural, más precioso es el mismo acto.
Estas cosas confunden las mentes que están habituadas al agrado con
el cual Yo acompaño sus actos de amor. Es muy necesario comprender
que Mi deseo es el de acostrumbrarlos a amarme y amar a todos sin que
lo hagan por el gusto de amar. En esa costumbre encontrarán estabilidad
de ánimo, mientras que el entusiasmo, a la larga, se convertirá en
debilidad para ustedes mismos.
Y esta es la razón profunda que Me impide tenerlos, más aún,
mantenerlos en el entusiasmo. ¿Quién ve estas razones Mías? ¿Tal vez el
hombre miserable que busca ávidamente su satisfacción? ¿Tal vez el fiel
que no advierte que amar significa salir fuera de sí y no quedarse
encerrado en el círculo de sus propios sentimientos?
Yo velo por ustedes, Yo persigo su bien y no les negaré las
satisfacciones que quisieran ahora y más bien les daré mayores y más
intensas, apenas amen sin pensar en ustedes mismos.
Sé muy bien que al escuchar estas palabras, muchos buscan, también
en esto su satisfacción. Pero estos reflexionen que si las hubiesen
escuchado por amor a Mí, ya tendrían su alegría y sería la de haberme
dado el gusto de escucharme desinteresadamente. ¡Qué difícil es esto!
Pero no es inasequible el amor sin utilidad, con tal que el alma acepte las
cosas que Yo hago en ello, sin confundirse, sin olvidar que no la olvido,
tomando siempre de Mis manos amorosas calor y frío, entusiasmo y
frialdad.
A los maestros de espíritu una sola palabra: se puede enseñar el
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camino sólo si se lo conoce. Y cuando se lo conoce, se lo vive, porque de
lo contrario, ¿cómo enseñarán lo que no saben? Luego verán si han
colaborado Conmigo y hasta qué punto, ahora aun siendo maestros,
deben aprender mucho. Repitan Mi Palabra, ella los salva y salva a los
que He confiado a sus cuidados. Pero recuerden que He dicho Mi
Palabra, no ciertamente sus palabras o ideas que no son conforme a Mis
intenciones.
MI LENGUAJE CANSA A LOS EGOÍSTAS
CM-148 4-Jun-97 Jesús
Hijos Míos, Me comporto como un amigo que busca verdaderamente
ayudar a la persona que es su tesoro. Entre todos los amigos ninguno
puede decir que su amistad es una apasionada y constante búsqueda del
bienestar del amigo, pero Yo, sólo Yo podría afirmar con redundantes
palabras, Mi desinterés. Podría, pero no lo hago… Como máximo Me
limito a ejercitar su reflexión y sobre ella cuento con la comprensión.
Pero sé muy bien que Mi lenguaje cansa a los egoístas, fastidia a los
presuntuosos. Por eso no insisto, ya que Mi intención es ayudarlos, no
incomodarlos o causarles molestia. Aquí estoy, entonces, para
anunciarles que si muchas veces Me repito, lo hago por causa suya;
porque ustedes quieren los jardines floridos, no los caminos rectilíneos,
simples y seguros.
¿Qué quieren que haga? ¿Debería renunciar a amarlos, porque no
Me comprenden, porque no están prontos a seguirme? Así debería hacer
dada la actitud de muchos, pero no puedo, porque Yo Soy su verdadero
y único amigo; Yo Soy El que Me comprometí por ustedes ante el Padre.
No se molesten, más bien procuren poner en práctica Mis
enseñanzas.
SON POCOS LOS CORAZONES SINCEROS CONMIGO
CM-149 4-Jun-97 Jesús
Escribe niña Mía, para el hombre, Mi criatura predilecta… Tengo el
alma llena de deseo, tengo el Corazón desbordante de Amor. Mis llamas
Me devoran y no encuentro sino pocos corazones sinceros Conmigo.
Cansado de andar por el mundo, Me He detenido a la puerta de un
grupo de Mis enemigos acérrimos. He golpeado inclusive allí y todavía
los hombres Me han ofrecido repulsas. ¿Dónde iré? ¿Quién querrá
acoger a este sediento amante en busca de amor? ¿Quién querrá darme
asilo?
¡Oh, criatura ingrata, cuánto resistes tú que deberías serme
agradecida! ¡Cuánto tiempo Me haces esperar fuera de tu alma, sin que
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tú veas, sin que sientas estas llamas que Me cubren perennemente! Pero,
¿qué te He hecho Yo, para que ahora Me dejes tan triste y abandonado?
¿Qué desaire Mío te ha vuelto insensible, oh criatura Mía, a la que amé y
amo con la intensidad del afecto con el que Me amo a Mí mismo?
Te ruego, oh cruel criatura Mía, que Me digas, ¿dónde te He faltado?,
¿dónde te He ofendido?… Pero no calles, ante Mí que imploro tu amor.
¡Cuántas veces Me has rechazado! ¡Qué rápida has sido en alejarme,
mientras Yo venía a ti para darte el fruto de Mis penas! ¿No has visto que
Yo tenía en la mano la corona de espinas, que es Mi diadema, porque
quería regalártela a ti? ¿No te has dado cuenta, oh criatura Mía, que Yo
venía a revestirte con Mis vestiduras que abandoné allá en el Calvario?
Reflexiona: Yo He regresado a llamar a tu corazón y He regresado
frustrado por tantas otras negativas. ¡Reflexiona!, vuelvo a pedirte amor.
Si esta vez también Me alejas, vendrás a encontrarte más vacía que antes.
¡No! No Me eches, déjame entrar a tu corazón, a tu repugnante corazón
que quiero cambiar con el Mío.
¡Reflexiona! Yo He regresado a pedirte comprensión y olvidaré todo
si ahora Me acoges. ¿Quieres aceptarme ahora? ¿Quieres aceptar a este
mendigo de amor, a este amante riquísimo pero tremendamente
incomprendido?
Ven, oh alma, ven Conmigo, Yo te confortaré, te haré reposar, te
embelleceré, te daré vigor, te levantaré, te haré sentar aquí, junto a Mí y
ordenaré a Mis Angeles que canten tus alabanzas.
¡Ven, oh alma de Mi Alma; ven acá, a Mi carro triunfal que corre
veloz hacia el Amor!
EL SUFRIMIENTO LOS PREPARA
AL GOZO ETERNO DEL MAÑANA
CM-150 4-Jun-97 Jesús
Risa alegre, perpetua felicidad, gozo de embeleso He reservado a las
almas un día pecadoras, luego convertidas. La inocencia tendrá su gozo
particular y el pecador convertido otro gozo, también el particular.
Acabada en la tierra la hora de las tristezas, se abrirá en el Cielo la
eternidad de gozos. Sonrían, pues, oh disgustados amigos Míos, sonrían
ya, desde ahora, si les es dado sufrir, porque del mismo sufrir Yo
obtendré motivo de gozo para ustedes. Hombres disgustados, no miren
la pena como cosa odiosa, porque para Mi amor la pena es leña para una
mayor combustión. Queman de pena las almas pero si sufren por Mí, se
hará un gran fuego de Amor en ellas.
No hay criatura en el Cielo que no bendiga las penas pasadas,
porque las ve en Mi Voluntad y conoce su valor, que se confiere a ellas
por Mi misma Voluntad… Pero Yo les hablo de sufrimientos como de su
necesario sustento y de ellos, obtendrán sostén y saciedad en el mundo
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feliz que los espera.
Les es molesto oír que se les dice: sufre, sufre. Por eso Yo cambio la
palabra, la hago más aceptable. Y ahí es que les hablo de ofrecimientos o
bien de contradicciones y también de aceptación, pero todo esto es
siempre un sufrir. Para que Me sigan sin titubeos, He hecho que en Mi
Iglesia haya muchos ejemplos de sufrimientos, del más duro al más
gozoso. Tomen lo que más les agrada y denme su adhesión de voluntad,
ya que no busco propiamente su sufrimiento en sí y por sí, sino su
voluntad, es decir su amor.
Entiendan esto y el sufrir les será menos fastidioso y les digo en
seguida que del mayor o menor grado de comprensión a este respecto, se
seguirá la mayor o menor aceptación de las penas que les mando.
¿Eluden la consideración de que Yo busco su voluntad? Pues si, es cierto
que en el sufrimiento serán endebles. ¿Saben, en cambio que su Dios no
puede buscar de su criatura sino lo que en ella es verdaderamente
suyo? : Voluntad y juicio.
Pues bien, estén seguros de que Yo Soy el que los predispongo a la
aceptación de los sufrimientos, medio único para hacerme el don de su
voluntad… No, no hay otro medio y si lo hubiese, no dudaría un instante
en servirme de él, sabiendo lo que les cuesta la contradicción, la
aceptación, el dolor.
Por eso, oh queridos Míos, déjense en Mis manos y verán que Yo
acomodaré el sufrimiento de hoy y los prepararé al gozo de mañana, al
gozo eterno. Déjense modelar entre Mis manos y se harán semejantes Al
que les habla y que un día se sometió a todos los sufrimientos para su
beneficio y ejemplo.
No hay cosa más segura que el saber sufrir. ¡Oh, cuántos suspiros
menos darán cuando aprendan a sufrir! ¡Adelante, sin titubeos, todos
junto a Mí!
¡OH, SI SUPIERAN LO QUE LES HA PREPARADO SU SEÑOR!
CM-151 4-Jun-97 Jesús
Hija Mía, arriba donde el viador encuentra la felicidad, un coro de
Angeles santos saluda el ingreso de las almas salvadas tributándome a
Mí, Salvador de almas amantes y eternamente enamoradas. Todos los
Angeles hacen eco triunfal para saludar al alma que ha llegado al puerto
de la felicidad y el alma, abismada en el esplendor, fija su mirada en Mí
que la esperaba lleno de Amor.
No sólo los Angeles les hacen corona el día en que entran radiantes
en Mi Paraíso, sino también otras criaturas santas están presentes para
tributarles alabanzas y amor.
Ustedes encuentran a los celestiales espíritus todos juntos para
saludarlos. Ven a algunos ya cercanos a ustedes por afecto o necesidad
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de cosas humanas, profetas de la Antigua Alianza, gigantes de la Nueva
Alianza, ilustres Santos del Cielo que fueron siempre desconocidos en la
tierra. Pontífices, Sacerdotes, víctimas divinas, criaturas que vivieron
rectamente entre la idolatría y la barbarie, hombres de todas las edades
pasadas, Mártires y Vírgenes, oscuros héroes de la familia, algún rey de
la tierra y una inmensidad de otras criaturas santas cuyo nombre está
escrito en Mi Corazón y en lo alto del Cielo con caracteres de oro.
Pero otros Santos más conocidos irán al encuentro del alma que hace
su ingreso al Paraíso y finalmente pueden conocer a su Angel custodio
que los acompaña con noble cortejo de otros Angeles que se unieron en
la vigilancia y custodia de ustedes, suministrándoles Mi Santa Palabra y
dándoles las unciones que Mi Espíritu quiso para su beneficio.
Todos estos hermanos suyos los esperan y de todos recibirán un
calurosísimo abrazo.
¡Sin embargo, todo esto es lo de menos! ¡Oh, si supieran qué les Ha
preparado este su Señor!
Imaginen que son unos pobrecitos campesinos que regresan,
cansados y hambrientos, a su mísera casa de campo, en la cual, además
del poco alivio del reposo y una pobre comida, no pueden esperar más.
Así fatigados, imaginen que una noche en vez de su pobre y humilde
casa encuentran un palacio de cuya existencia no tenían ni idea y que ese
palacio, por incomparable don, les fuese dado por un magnánimo rey en
son de altruismo.
Pues bien, así será con ustedes al término de la vida. En su último
día, ya fijado por Mí, harán las cosas que les He asignado y siguiendo la
costumbre pasarán cansados y tal vez tristes delante de Mí para
encontrar un descanso, para calmar un dolor, para vencer una pena o
para cualquier otra cosa humana. Pasarán por delante de Mí y se
encaminarán a lo alto de lo que les parezca más necesario para aquel día,
sin sospechar que Yo He establecido ya el término de sus fatigas y que su
mísera casa de acá abajo, en ese mismo día, deberá cambiarse en una
divina morada, aun cuando para algunos, mediante el paso por el
Purgatorio.
Llegados a su final, se abrirá a sus ojos el divino Alcázar, en el que
Yo, el Amor que les habla a ustedes, Me asiento entre mil delicias.
¡Qué maravilloso cambio se operará en aquel día! ¡Con qué facilidad
Me amarán a Mí, el objeto de sus deseos y cómo, de buena gana, si hace
falta, irán a purificarse entre las almas purgantes! Ustedes, los
campesinos, hechos nobles por Mi Gracia, verán cómo todo se cambia y
cómo la realidad del Cielo, fue, es y será la verdadera y única meta de
todo viandante.
¡Valor, hijos, valor! Porque en el Cielo hay una Madre que los espera.
¡Valor! Porque en el Cielo está su Jesús que los espera para premiarlos a
todos. Valor y paciencia, porque en el Cielo sobre todas las criaturas
santas que les He nombrado, está su Dios que ama a sus almas con amor
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infinito, en cuya comparación todo otro amor es leve centella.
Valor, porque en el Cielo todo se aquietará y su corazón se llenará de
alegría.
¡Vengan, oh ustedes que Me escuchan y verán cuán imposible es en
la tierra hablar del Paraíso santo…
DERRAMO TORRENTES DE LUZ Y AMOR SOBRE USTEDES
CM-152 6-Jun-97 Jesús
(En casa de unas religiosas.)
Hija amada, quiero decirte que Mi Sagrado Corazón está
complacido, los contemplo desde este pequeño Tabernáculo para
derramar Mis Gracias sobre estas hijas Mías que Me rinden culto.
Esta noche escribirás un Mensaje que te dictaré para ustedes, para
aquellas que profesaron hace más de tres décadas, para quienes hoy
renovaron sus votos con tanto amor, para quienes en algún tiempo serán
Mis esposas…
Derramo torrentes de luz y amor en rayos que envuelven cada
pequeño corazón.
El mundo no quiere aceptar que solamente junto a Mi Sagrado
Corazón y al Corazón Inmaculado de Mi Madre se salvará, sólo allá el
hombre encontrará la paz que ansía; sólo en la entrega a Nuestros
Corazones podrán salvar al mundo.
Por favor, siempre que les sea posible, consagren al mundo entero a
esta arca de salvación…
DÍA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
CM-153 6-Jun-97 Jesús
Dulzura de Mi Corazón, terminamos este tomo. Por favor,
apresúrense lo más que les sea posible, trabajen en él para difundirlo
pronto. Se los pido con mucha urgencia. En tanto empezaremos otro
tomo y al mismo tiempo iremos trabajando con el Evangelio de Juan…
La altura y la profundidad de las riquezas de que está lleno Mi
Corazón, Me mueven a decirles hoy una palabra más que de Mi mismo
Corazón llega a ustedes lanzada como un ardiente meteoro.
Es el día de Mi delicia, el día en que Yo Me He preparado y He
querido a fin de que sea aliviada Mi soledad y aligerada la ingratitud de
ustedes. Mi Corazón está en llamas, lo saben y si les repito, es para que
den otro paso a estas llamas y vengan a abrasarse aquí donde están
seguros de amar a su pertinaz Jesús que no puede permanecer quieto,
sino que debe llamar, atraer, acoger, abrazar y embellecer a todas las
almas, todas, digo y particularmente a cada una de ellas.
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Tengo el Corazón en llamas, ¿qué significa esto? Esta vez son ustedes
los que deben responderme. Yo los invito a hacerlo en la soledad,
hablándome con toda franqueza. Díganme en privado, que saben de qué
llamas se trata. Háblenme, háblenme de amor, Me agrada oírlos decir
que las llamas son el altruismo, la caridad que hace dilatar Mi Corazón.
Respondan ustedes a Mi pregunta, díganme lo que quieran, Yo
espero sus confidencias, espero también sus miserias, pero hoy no
hablemos de ellas porque es día de riqueza, de profundidad y altura de
Mi inconmensurable Caridad.
He esperado que presentándome a ustedes con el Corazón en la
mano finalmente sus mentes se abrieran, al fin sus espíritus creyesen en
Mi Amor. Por un momento no piensen en quiénes son ustedes, no
importa, se lo digo Yo; piensen un poco en Quien Soy Yo. ¿Ven? Soy Luz
y Llamas, las espinas, la Cruz y las Llagas Mías, fueron sufrimientos
transitorios -y lo serán también para ustedes- Pero Yo Soy la Esencia de
Luz y la Esencia del Amor, como precisamente quiero recordarles
presentándome con el Corazón en la mano, a ustedes que están tan
tristes sin Mi Amor.
Hija amada, levanta la vista donde primero se fijen tus ojos.
(Vi salir de un cuadro de “la Pietá”, de la mano izquierda de la Virgen, una
manchita roja que fue creciendo y volviéndose un corazón cercado por espinas,
salió del cuadro, goteaba sangre, era brillante entre rojo y dorado, yo miraba las
gotas y no llegaban hasta el escritorio. El Corazón latía, yo sabía que era de
Jesús.)
(Descripción de lo que pasó.)
Ahora cierra los ojos y mírame, escucha Mi voz y cuenta ésto ahora
al hombre.
(Era una mezcla de la voz suave, tranquila, muy dulce de mi Jesús, el latido del
Corazón y como un murmullo, una música muy bella que no podría describir.
Creía estar a punto de desmayarme. No sé el tiempo que pasó, si tuve un sueño,
o qué fue lo que pasó. Me vi caminando por un parque bellísimo con hojas de
colores verde y dorado, pero como las hojas recién mojadas, parecían de papel
metálico. Al lado izquierdo eran unas colinas que bajaban y subían. Detrás mío,
árboles y más parque. A la derecha y al frente había como un rincón y un banco
muy brillante entre blanco y marfil, el color del cuadro de la Pietá. De pronto vi
a Jesús, vestido con una túnica azúl-celeste, y un manto rojo oscuro tirando a
guinda. Me ha alargado su mano derecha porque la izquierda mostraba ese
mismo corazón que vi antes. La mano alargada y el pie descalzo que salía de la
túnica avanzando hacia mí tenía la marca de las llagas pero de allí emanaba una
luz dorada y celeste, muy brillante. Me he arrodillado sobre el césped que no era
césped sino como una alfombra aterciopelada, muy suave. Al dar el paso hacia mí
y alcanzarme la mano, no sé cómo me he parado hacia El. Aquellos ojos
transparentes entre plomo y verde agua, el cabello castaño claro más abajo de los
hombros, la barba del mismo color, la sonrisa… Es algo más bello de lo que
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cualquiera pueda imaginarse, lleno de luz, todo El es luz… Cuando estaba ya de
pie, frente Suyo, ha tomado dulcemente mi cabeza y la ha llevado hacia su
costado. Al besar ese Corazón tibio, he sentido como un estallido de luz y he
despertado frente a mi escritorio… Sensación de felicidad, ¿de pérdida, tal vez?
Creo que todo junto, pero he llorado, al recordarlo vuelvo a llorar. Creo que no
podría olvidarlo nunca y sin embargo, creo que empiezo a olvidar y no quiero
hacerlo… No sé lo que es, lo que fue.)
LAS LLAMAS DEL AMOR MISERICORDIOSO
CM-154 6-Jun-97 Jesús
Ya lo has visto. Soy el cantor, el músico, el ruiseñor de la Santísima
Trinidad. Yo Me He hecho carne en ustedes, para poder bajar hasta
ustedes mismos y tomarlos a todos y llevarlos al seno de la Trinidad.
Lo He dicho, lo repito, pero ustedes no olviden amigos y elegidos de
Mi Corazón, que vine a la tierra para traerles el fuego y quiero que se
encienda en ustedes mismos, en todos, hasta en los que no sospecha y
que parecen excluidos, pero no lo son, de la asamblea de los Santos.
Y hoy es Mi fiesta, la fiesta de Mi Amor. Vengan Acá, Con una
indulgencia total hoy sello este Mi breve Mensaje que Mi amanuense
llamará el Mensaje de “Las llamas del Amor Misericordioso”.
Cochabamba, 13 de Octubre de 1997.
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